Mi Monstruo Favorito

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen a mí, les pertenecen a CLAMP (gracias chicas, por haber creado una historia maravillosa que ha llenado de alegría mis días, si leen ésto espero que les guste mi fic, es una muestra de gratitud a ustedes que quiero compartir con el fandom, a quienes también espero que les guste)

Capítulo 1

Yo tenía 6 años cuando supe que mi hermana venía en camino, pude notar cómo la panza de mi madre crecía cada vez más, hubo momentos donde imaginé que un monstruo crecía allí, sobre todo cuando recordaba que gracias a esa criatura empecé a tocar el piano por mi cuenta, y no acompañado, como solía ser. Un día mi padre anunció que el nuevo miembro de la familia sería una niña, y mamá contestó que la llamaría Sakura, por las flores de cerezo que a ella tanto le gustan. Por meses todo se trataba de ella, el 29 de Febrero de ese año no celebraron mi cumpleaños porque mis padres no querían arriesgar el embarazo de 8 meses, me sentí frustrado porque creía que no me tomaban en cuenta, sabiendo que celebrar el aniversario de mi nacimiento justo en la fecha en que nací no era algo posible todos los años, duré encerrado en mi habitación toda la noche, golpeaba mi almohada hasta no poder más y me quedé dormido hasta el día siguiente.

Mi madre pasó temprano a mi habitación a hablar conmigo:

Nadeshiko: ¿Qué ocurre, Touya?

Touya: ... N-no me ocurre nada mamá...

Nadeshiko: Ya veo... Vine a decirte que lamento mucho que no hayamos celebrado tu cumpleaños (se sienta en la cama), no por eso tu padre y yo estamos menos contentos porque hayas cumplido 7 años, ¡al contrario! (acaricia el cabello de Touya).

Touya: (Mira al suelo y suspira) ...

Nadeshiko: Verás, hay muchos tipos de regalos que se pueden obsequiar y recibir, están los materiales, a los que estás acostumbrado a recibir en tu cumpleaños, o en el día de San Valentín... Pero también están los regalos intangibles, que tienen mayor importancia, como lo son el Amor, la salud y las muestras de cariño a las personas que más aprecias, estar allí cuando te necesitan.

Touya: (Susurra) Intangibles...

Nadeshiko: Sí, son los que no los puedes tocar pero aún así están presentes. La vida es el mayor regalo que se puede recibir, y todos los días hay que estar agradecido por estar vivo y junto a las personas que quieres. Recibir a Sakura en nuestras vidas será una bendición para tu padre y para mí, y también lo será para ti porque tendrás una compañera con quien jugar y con quien compartir cuando ambos crezcan. El Amor y la fraternidad entre ustedes será incondicional, ése es un regalo intangible. A veces esos regalos no llegan cuando lo esperamos, pero cuando llegan debemos recibirlos con mucho Amor, por eso es que estamos tan ansiosos y contentos.

Touya: (Sonríe un poco)

Nadeshiko: Cuando tú venías en camino tu padre y yo te esperábamos con emoción, justo como ahora. Y recuerda siempre que a ambos los amamos por igual, no creas que la llegada de Sakura va a hacer que cambien nuestros sentimientos por ti (abraza a Touya). Mi flor de durazno...

Fujitaka: (Abre la puerta de la habitación) ¡Nadeshiko! Fui a subir tu desayuno, me asusté por un momento cuando no te ví allí, qué bueno que está todo bien. (Sonríe) Touya, ve abajo a desayunar, bajaré contigo en lo que termine de acompañar a tu madre a comer.

Touya: (Asiente con la cabeza) Sí.

Nunca olvidaré esas palabras de mi querida madre, me hicieron pensar en lo afortunado que era al recibir a esa pequeña criatura que debía proteger por el resto de mi vida. Le hice caso a mi papá y en lo que él bajó a desayunar conmigo agradecimos por la comida (un regalo tangible que nos daría salud: un regalo intangible... Mamá y su gran sabiduría). Luego él habló conmigo.

Fujitaka: Gracias por entender que no celebramos tu cumpleaños por razones que escapan de nuestras manos. Cuando uno quiere mucho a alguien lo protege para asegurarse de que esté bien, cada vez que te enfermas tu madre y yo te damos nuestra mayor atención para que te sientas mejor, ¿cierto?

Touya: (Mira al suelo y asiente con la cabeza) Sí...

Fujitaka: Tu madre no está enferma, pero traer a una persona al mundo requiere de mucha energia y por eso debe tener cuidados especiales, estos mismos cuidados los tuvimos cuando tú venías en camino.

Touya: (Mira a su padre con mayor atención)

Fujitaka: Una vez que Sakura llegue te encargarás, al igual que nosotros, de proteger a tu hermana como nosotros te protegemos, porque somos una familia. Igual ella se encargará de protegernos, dentro de lo que le permitan sus capacidades, a medida que ella vaya creciendo... Y nos querrá mucho, como nosotros a ella (le sonríe a Touya).

Touya: (Asiente con la cabeza).

Eran contadas, y muy pocas, las veces que mis padres visitaban a Sonomi Daidouji, muy rara vez la mencionaban, pero la primera y única vez que yo fui con ellos fue cuando mi madre tuvo las contracciones a las 7:00p.m., yo había regresado de mi primer día de escuela, empezando el 1º Grado de primaria. A Sonomi le molestó mucho saber que no podría estar con ella durante el parto, pero estaba dispuesta a cuidarme si eso aseguraba que mi madre podría ir al Hospital de Maternidad y dar a luz sin problemas, por lo que aceptó que mi padre fuera con ella, a pesar de lo mal que le caía.

Todo ocurrió tan rápido que no me dio tiempo de detallar los lujos de la mansión en la que me cuidaban, ni las palabras que Sonomi me decía, apenas recuerdo lo atentas que fueron las mucamas conmigo, y lo obediente que fui debido a lo asustado que estaba; pero lo que nunca olvidaré fue el momento en que escuché el llanto de una bebé. Fui hacia la cuna donde estaba, y allí se encontraba, con la cara sonrojada de tanto llorar, su cabello negro, su piel clara, era una criatura tan pequeña y delicada. Quise hacer algo para aliviar su pesar, su madre no podía cargarla porque estaba pendiente del teléfono por si mi papá llamaba, una de las mucamas fue a cargarla en vano, todavía lloraba.

Entonces me fijé en el piano que estaba en la sala, cerca de la habitación de la pequeña, y se me ocurrió lo único que era capaz de alegrarme el día o calmar mi tristeza: tocar una canción. Sólo me sabía dos canciones a esa edad, pero no iba a tocar la que solíamos tocar mi madre y yo, no, ésa es especial. Así que toqué la otra: Momiji. En lo que me concentraba en la melodía y ponía mis dedos sobre las teclas del piano pude aliviar mi angustia, me sentía mejor. La pequeña hacía silencio poniendo atención a la canción, la mucama no lo podía creer pero no podía enfocarme en eso, era importante para la bebé y para mí estar serenos, sólo así yo podría estar seguro de que todo estaría bien... Y sí lo estuvo.

Sonomi: (Suenan sus tacones al caminar hacia la sala) Increíble, tocas el piano; y lograste calmar el llanto de mi hija, bien hecho. Tu padre (frunce el ceño) acaba de llamar. La bebé nació luego de 3 horas de trabajo de parto (sonríe, le brillan los ojos y junta sus manos). ¡Tiene los ojos verdes y el cabello castaño, debe ser hermosa como su madre! Pero lo más importante es que ambas están bien...

Touya: (Asiente con la cabeza)

Sonomi: ... Mañana le dan de alta a tu madre y los 4 podrán irse a casa. Vas a conocer a tu hermana Sakura, y sé que la tratarás como se debe... (Carga a su bebé y la arrulla) Lo sé por cómo trataste a mi pequeña.

Touya: (Sonríe un poco)

El 2 de Abril, un día después de su nacimiento, vi a mi hermana menor por primera vez, sus enormes ojos verdes eran notables a pesar de que estaba muy bien envuelta en una manta, en brazos de mi madre. Lo que sentí cuando la vi es inexplicable, pero algo sí tuve claro ese día: que la querría por siempre; pero no tenía por qué expresarlo, era un hecho y nada más. Al salir del Hospital de Maternidad, Sonomi y yo estábamos esperando a los 3 en la limusina para ir de vuelta a casa, ellos subieron y en el camino conversaron.

Sonomi: ¡Esa bebé es tan hermosa! Más de lo que siempre pensé que sería...

Nadeshiko: (Se sonroja) Muchas gracias por cuidar a Touya, de seguro que fue muy obediente mientras estaba en tu casa.

Sonomi: Sí lo fue. (Sonríe) ¿Pero cómo no iba a serlo? Eres una madre maravillosa, y él será un hermano ejemplar para Sakura... Y toca muy bien el piano.

Fujitaka: ¿Tocó una canción estando allá?

Sonomi: (Frunce el ceño) Sí; mi bebé estaba llorando y él logró calmarla tocando Momiji, una gran canción infantil. Se nota que Sakura contará con un buen hermano... Y con una excelente madre, por supuesto (mira a Fujitaka con expresión furiosa).

Fujitaka: (Sonríe)

Sonomi: ¿Cómo puedes estar tan tranquilo, con todo lo que ha pasado éstos dos días?! (Abre más los ojos) ¡No me llamaste para cuidar de Nadeshiko cuando se acercaba la fecha probable del parto! Ese tiempo de agonía que ella pasó con las contracciones pudo ser menor.

Fujitaka: No tenía tu número de teléfono, se lo diste a Nadeshiko pero ella como es tan olvidadiza perdió el papel donde se lo anotaste... De hecho era más olvidadiza de lo común durante su embarazo...

Sonomi: (Suspira) Ya veo...

Nadeshiko: (Arrulla a Sakura) Por cierto Sonomi, dijiste que tienes un hijo. ¿Qué ha ocurrido mientras no nos vimos?

Sonomi: En realidad, es niña. (Mira al suelo) No quisiera hablar de eso por ahora, te lo contaré la próxima vez que nos veamos. (Mira a Nadeshiko) Ahora debes descansar, y disfrutar del hecho de que ya tienes a la pequeña Sakura en tus manos ¿de acuerdo?

(La limusina se detiene)

Fujitaka: Vaya, estamos en casa (sonríe)

Sonomi: (Le da su número telefónico anotado en un papel) Te lo doy sólo porque no quiero que Nadeshiko lo pierda de nuevo, asegúrate de que lo tenga a la mano por si quiere llamarme. (Se dirige a Touya) Espero que cuides bien a la pequeña Sakura.

Touya: (Asiente con la cabeza) Sí...

Sonomi: (Se dirige a Nadeshiko) Cuídate mucho, fuiste muy valiente. (Aguanta las ganas de llorar) Espero volver a verte pronto, y cuando ese día llegue te contaré lo que ha ocurrido en el tiempo que no nos vimos.

Nadeshiko: No hay problema, cuídate tú también, y a tu bebé... ¿cuál es su nombre?

Sonomi: Su nombre es Tomoyo. Adiós Nadeshiko.

Nadeshiko: ¡Adiós!

La última vez que Sonomi vió a mi madre fue 3 años y 2 meses después de ese día, una semana antes de que ella falleciera, su partida fue un momento devastador para todos... Maldita enfermedad... Nadie podía entender la forma en que mi papá tomaba esa tragedia, con el tiempo supe que fue por la promesa de que él le hizo a mi madre de no llorar por ella; pero para mis parientes de la familia Amamiya era una falta de respeto a su memoria. No recuerdo los hechos durante el funeral, sólo podía percibir los sentimientos de cada uno de ellos, junto con los míos. Ira. Dolor. Tristeza. Más Dolor. Ver a Sakura llorar sin entender lo que estaba pasando me dolía en el alma, y nada podía calmarla en ese momento.

Era un pésimo momento para buscar calmarla con una canción como solía hacer años atrás con el piano, recordar la canción especial que tocaba con mi querida madre me hacía sentir peor. Pero ella aún lloraba. Y nadie hacía nada. Mi padre no lloraba pero tampoco reaccionaba ante ninguna actitud, ni a los gritos de Sonomi, ni a los comentarios de mi bisabuelo desconsolado, ni al llanto de Sakura, ni a mí.

Pero yo debía calmar su llanto, era mi deber cuidar de ella. Recordé las palabras que mi mamá me dijo sobre mi hermana, de que es una bendición en nuestras vidas, y luego las palabras de mi padre. - Una vez que Sakura llegue te encargarás, al igual que nosotros, de proteger a tu hermana como nosotros te protegemos, porque somos una familia -. Entonces se me ocurrió una idea. Llamé a Sakura, ella entre sollozos respondió apenas - ¿Hoe? -, me agaché para estar frente a ella, miré sus enormes ojos verdes y le dije, transmitiéndole la mayor seguridad posible, con toda la esperanza que había en mi corazón - No te preocupes... Todo estará bien... Pase lo que pase todo estará bien -

No sé por qué lo dije, pero me hizo sentir un poco mejor, y a ella también porque poco a poco dejó de llorar y caminó hacia mí para abrazarme. Luego sentí que alguien más nos abrazaba, y un susurro que decía - Bien hecho -. Ahora estoy seguro de que era el alma de mi madre dándonos consuelo. Estaba algo aliviado porque Sakura se sentía mejor, pero el resto de la familia no lo estaba. Sonomi se fue del funeral, no pudo soportar quedarse allí, apenas podía con el hecho de saber que no podría volver a ver a la persona que más quería. Evitó en todo ese tiempo a mi padre. No se despidió de mí, ni de Sakura, y en 7 años ninguno supo de ella, ni mucho menos de su hija, porque mi madre era la única que sabía su nombre y lo olvidó (típico de ella), tampoco supimos quién era el padre de la niña, ese tema permaneció como un misterio.

Son misteriosas las vueltas que da la vida, nunca creí que esa pequeña, Tomoyo Daidouji, conocería a Sakura y se volverían las mejores amigas. Supe que Momiji es su canción favorita y que es una gran cantante, y aunque ella no lo recuerde, yo sí conozco el origen de su vocación. Ella sin saberlo está retribuyendo lo que hice un día por ella, cuidando y queriendo a Sakura como lo hace siempre.