Era temprano aún, no dormí como debía, me la pase pensando desde que llegue a esta ciudad, desde que vi a mi tía cuando me busco en el aeropuerto, desde ahí, pensé demasiado tiempo, mi vieja ciudad, mis padres, mis amistades…Estaba sola de nuevo.
Quite el cubrecama de encima mío, me senté en la cama absorta de pensamientos, cuando reaccione me pare y fui al escritorio, abrí la computadora, no había nada que me entretenga, solo quedaba escuchar música. Una mirada fugaz al reloj, eran las seis en punto y el instituto abre a las nueve.
No tenía ganas de hacer nada, solo quería quedarme en casa, el hambre llamó y desganada baje las escaleras de casa, en el medio descanso de estas estaba mi gato, me lo dejaron traer en el avión conmigo…Si, un gato en un avión en brazos de su ama, lo más hermoso que pude imaginar en esos momentos; El gato seguía durmiendo mientras lo acariciaba, me quede en blanco pensando de nuevo, era muy temprano pero no tenía sueño, deje tranquilo al minino luego de un par de minutos de rascarle suavemente las orejas.
Con más desgano y arrastrando los pies me desplazaba por el living hasta la cocina, mirando el suelo con una laguna de pensamientos a punto de estallar, rápidamente una voz me despertó de todo tipo de trance, era mi tía, siempre tan dulce, tan amable…Parecía un hada de cuento.
Guíe la mirada a la mesa, estaba repleto de cosas dulces, una tarta de chocolate como me encanta, unas galletas con chispas de chocolate, un té, leche en su porta-liquido, tostadas con gran variedad de dulces.
-Buenos días mi amor, ¿Cómo dormiste?.-Su tono tan cantor, tan dulce, tenía un delantal que decía "Best aunt, forever" parecía que había dormido un invierno para tan buen humor-
-Buenos días tía...He de dormir bien, gracias… ¿y tú? –Me hizo sonreír, me senté sin más rodeos, mirando que era lo próximo a atacar en la mesa; Claramente era la tarta de chocolate, le había echado el ojo en el umbral de la puerta-
-Yo dormí bien desde que llegaste a casa mi pequeña Maverick…-Confeso luego de tirarme las mejillas y dejarme un beso en la cabeza- Anda, come y puedes volver a dormir antes de las nueve, ¿si?
-Negué con la cabeza, sonriendo luego de dejar de servirme un poco de leche en el té- No tengo sueño, Tía…Lo perdí hace un rato largo.
-Oh vale mi dulce niña…Pero arréglate los cabellos…-Me toco un mechón despeinado que descansaba sobre mi hombro- te creció bastante la verdad…Me gusta el mechón blanco, me recuerdas a una de x-men…
-Me lo dicen todo el tiempo…Podría hacer cosplay con tranquilidad…-Reí al imaginarme haciendo ese tipo de cosas- Pero es verdad, el pelo me llega hasta la cintura y no quiero cortarlo.
-Mejor así, pero cuida las puntas…En el baño te deje un acondicionador que repara las puntas abiertas.
-¿En serio? ¡Gracias tía! –Me levante de mi silla y la abrace sorpresivamente, no dudo y correspondió mi abrazo, parecía conmovida-
-De nada, dulzura…-se separó- anda, come un poquito más… ¿Si? Si quieres bañarte puedes hacerlo, si no te diste cuenta hay un baño en tu cuarto.
-Si tía, me di cuenta que hay un baño en el cuarto…Lo inauguré a las cuatro de la madrugada.
-Tu siempre tan independiente…Recuerdo cuando me pedias que te acompañe…
Puso una mano en su mejilla y se quedó pensando un largo rato, yo la miraba por el rabillo del ojo y no evitaba lanzar una sonrisa cuando la veía, era bastante extravagante al igual que yo, ya veo de donde viene la cosa, simplemente no queda más que quererla como es…
-Bueno… -Me levante una vez había de devorar todo a mi alcance, mirándola dulcemente como recogía las cosas, ayude un poco, guardando todo en su lugar, mire la hora y seguía siendo temprano, cerré la nevera y me gire completamente cambiada de humor- ¡Sera mejor que me bañe!
-¿Mmh?...-Se giró y sonrió, asintiendo con la cabeza- Vale linda, yo limpio todo, no te preocupes ¿sí?
-Gracias Tía…-Volví a abrazarla fugazmente, pero para ella pareció duradero dicha demostración de afecto-
-No hay de que mi pequeña…-Sobo mi espalda sin decir nada, podría jurar que casi se le quebró la voz-
Salí del lugar antes de darme cuenta de que casi la hacía llorar, subí corriendo las escaleras, evitando pisar el gato, que para envidia mía, seguía durmiendo.
Me adentre en mi cuarto cerrando la puerta detrás de mí, despidiendo de mi cuerpo cada prenda, tirándola toda sobre mi cama, desnuda recorría mi habitación, llegue hasta el escritorio donde tenía mi reproductor, puse un disco que había comprado últimamente.
"Regálame tu corazón y déjame entrar
a ese lugar, donde nacen las flores
donde nace el amor".
Sonaba en toda mi habitación, me deje llevar hasta el baño, abrí las canillas de agua fría y caliente a la vez, para tener una hermosa combinación de agua tibia.
"entrégame tus labios rotos lo quiero besar,
los quiero curar, los voy a cuidar
con todo mi amor…"
Lentamente iba entrando al agua, era tan relajante que disfrute cada segundo, cerré las canillas después de tener más o menos llena la tina, me deje concentrar en la letra de aquella canción, la banda es muy buena la verdad, lance un suspiro al entender el deseo del protagonista. "Amor absurdo" pensé al instante.
"Es raro el amor aaah es raro el amor aaah
que se te aparece cuando menos piensas".
Abrí los ojos cuando escuche esa estrofa, mis cabellos se revolvían con mis leves movimientos en el agua, esas dos oraciones vacilaron en mí ser, tenían razón, el amor es raro…
"Es raro el amor aaah es raro el amor aaah
¡no importa la distancia, ni el tiempo ni la edad!"
Sin darme cuenta ya estaba analizando la canción, en parte tenían razón…Quien sabe…El amor es un arma de doble filo…No me gusta.
"Moja el desierto de mi alma con tu mirar,
con tu tierna voz, con tu mano en mi mano
por la eternidad..."
"-Parece un enamorado total"…Atine a decir antes de relajarme por completo hundiéndome en el agua, no era el momento pero tenía sueño, pasaron los minutos y me levante desesperada pensando que me había quedado dormida, pero solo pasaron cinco minutos, cinco jodidos minutos, me lave el cabello rápidamente, al igual que el cuerpo.
Media hora más tarde salí de la ducha, lista, tenía tiempo de sobra como para secarme el cabello, a veces odiaba que fuera tan largo, fui a enchufar la secadora para secarme el pelo de una vez, aborrecía tardar tanto.
Media hora más tarde ya estaba lista, tenía puesto unos jeans y una sudadera, todavía no tenía ganas de ponerme las zapatillas, realmente me había quedado sin ganas, mire por el ventanal de mi alcoba, se podía abrir, a un lado teníamos un árbol, bastante cerca de la ventana, estaría bueno poder escapar por ahí algún día, cuando me aburra.
Mire el reloj, eran las ocho y media, vivía cerca por lo tanto fui a mi escritorio, busque en uno de los cajones una cajita rosada, ahí ocultaba una cajilla de cigarros, saque uno y me volví a ir a la ventana, lo prendí y me dedique a fumar mirando la nueva ciudad, mi nueva vida.
Tire la colilla por la ventana, corrí a lavarme los dientes antes de bajar, tome mis cosas ante todo mis cascos y mi reproductor, baje las escaleras con cuidado de no pisar el gato, casi siempre el pobre terminaba con la cola pisada, aun no sé cómo me aguanta, fui a darle la despedida a mi tía hoy iba a ser un día demasiado largo, empezar todo de nuevo no me traía esperanzas, era completamente agotador, sinceramente mandaría todo al carajo de una buena vez.
Salí a la calle, por la cera, tenía mi bolsa en la espalda y mi reproductor en manos, los cascos puestos, era una buena forma de empezar todo, cada paso era acorde a la música, como si me adentrara en un tipo de video, pase a un lado de las tiendas, las mire sin importancia esas cosas no me llaman la atención, mirada sin expresión al frente, solo con una cosa en mente: Música y más Música.
Solo por un momento me distraje cuando mis ojos café vieron una sombra roja cruzarse en mi camino sin importarle si me caía o no, encarne una ceja cuando me golpeo con su guitarra enfundada, maldecí por lo bajo y seguí con mi camino, me logro quitar el mínimo de esperanza.
Solo seguí aunque deseara volver a casa y decirle a la tía que me sentía mal, pero no podía…No podía hacerlo.
Sin darme cuenta me encontré con un edificio bastante grande, que tuve que tirar la cabeza hacia atrás para poder contemplarlo en su totalidad, pero de nuevo ese joven pelirrojo estaba ahí, estaba a punto de ir a reclamarle que tenga cuidado hasta que un rubio me golpeo el hombro con el cuerpo, como si no estuviera ahí, a comparación del otro este solo se detuvo a decirme un lo lamento, estaba rojo, se le cayeron las hojas, ayude a levantárselas, me miro, me di cuenta que sus ojos se clavaron en mi mechón blanco, los míos se clavaron en su cara.
-¿Sucede algo? –Pregunte casi sonando molesta, intente ocultarlo pero no se pudo.
-N-no, pero me recuerdas una tira de comic…-Él clavo sus ojos en mí, y me sonrió amablemente
-A Rouge, lo sé…
-¿Acaso está mal?-No entendía porque sonara como si me molestara.
-Cansa que te digan que te pareces a un comic, o que saliste de uno…Pero que más da…Es el precio de intentar ser...-No encontraba palabras.
-¿Original?
No nos paramos, estábamos de cuclillas ambos, hablando de una manera demasiada extraña, se levantó y me tendió la mano, la acepte, me incorpore sin problemas, le pase las hojas que tenía en mi poder.
-Creo que eso era…
-¿Qué buscas?
-Al delegado o la directora, es que soy nueva en este lugar…
-Tienes suerte, aquí está el delegado…
-¿Dónde?
Él solo sonrió y se auto-señaló mirándome a los ojos, yo solo me reí, era un buen tío al menos, no habían antipáticos por el momento…Era bueno.
~Castiel Voice~
Eran las ocho y media, yo seguía medio dormido como un completo estúpido, hoy tenía ensayo con Lysandro, y si llegaba tarde me cortaba el miembro…¡La mierda!.
Tome mis cosas, me había bañado anoche porque sabía que me quedaría dormido de nuevo, tengo que comprarme un maldito reloj…
Tome mi guitarra lo más rápido que pude, baje las escaleras de un salto casi, Demonio se sobresaltó, abrí la nevera…Tenía que ir al súper últimamente, cacé un pan unos fiambres y queso, algo de beber, me seque los labios y fui a peinarme, sí, soy un refinado total.
Llegue al baño, me lave la cara y los dientes.
Salí corriendo de casa, si no llegaba a tiempo le iba a fallar, no podría soportar fallarle a una persona que considero como un hermano, cruce la calle, casi volando a la velocidad necesaria para llegar, y entonces ella, esa idiota se me cruzo, claro iba mirando enfrente y con los cascos puestos, Castaña pelilarga, parecía una vieja con esa cosa blanca en el pelo, ver su ceja encarnarse me causo gracia pero no podía detenerme a jugar con una tabla de planchar que se me cruza una vez en la vida…En el instituto está lleno de esas tías.
llegue y él estaba en la puerta escribiendo en su libreta, lo salude, me conto que con Iris podríamos tocar en el Catarsis, solo queda saber cuándo será la fecha y que un amigo podría tocar la batería, un alivio saber eso, la primera vez en mi vida que llego temprano para saber cosas que realmente son importantes.
Desvié la mirada cuando ese rubio idiota se chocaba con una chica…Un momento, esa chica es… ¿La de esta mañana?...No podía creerlo, claro…La cosa blanca en su cabeza, como no reconocerla.
-JAJAJAJAJAJA Delegado idiota- Se le cayeron las hojas, y no pude evitar lanzarme a reír como un loco, me dolía el estómago, hasta que ella se agacho a ayudarlo-… ¿Quién podría ayudar a un imbécil como él?
-Una joven amable, Castiel, no todos odian al Delegado…-Suspiro, parecía que no le importaba.
-Siempre calmado…
-Siempre temperamental, Castiel.
-¿Están hablando en cuclillas? ¿Acaso son estúpidos? –Volví a mirarlos
-Y la está ayudando a levantarse…-Cuando no Lysandro echando leña al fuego.
-¿Qué? –Lo taladre con la mirada
-¿Estas molesto por alguien que ni conoces?-Me pregunto tan directo
-No, ¿Qué películas te estas montando? Tú mismo lo dijiste, no la conozco.
-Vale tengo que irme, después te explico bien en el sótano, junto con Iris, para arreglar todo para el Catarsis.
Ni siquiera me entiendo, ¿Cómo?... ¿Cómo me molestaría eso? Ni que fuéramos pareja, ni la conozco, me estoy volviendo una mujer…Con tantas preguntas.
Practique mí solo en paz, tranquilo, una y otra vez, hasta que tuve que salir al receso, me dolía la mano de tanto tocar…La guitarra.
Cuando Salí me cruce con ella en las escaleras, venia bajando, por lo que veo conoció a Rosalya, ella me saludo al menos, aquella castaña solo frunció el ceño
-¿Acaso no dormiste bien?...Tabla de planchar.-La provoque con una sonrisa burlona en mi rostro.
-¿Acaso no te enseñaron a decir "lo siento" cada vez que golpeas a alguien con tu guitarra en medio de la vereda?-Fruncío el ceño a una radiante molestia.
Sin que Rosa pudiera intervenir, me la lleve al sótano, me tenía harto su mal humor sin importar cuanto intentara zafar de mi agarre, su mirada, la que clavaba en mi era llamativa, y yo no sabía que demonios estaba haciendo en este momento, la tenia contra la puerta del sotano, espere a que Rosa dejara de golpear la puerta entonces la mire a la cara.
-Mira, solo no jodas, fue sin querer…Además estaba apurado.
-Sueltame…-Forcejeo entre mis manos- un simple "lo siento" en el momento y ya bastaba para mi.
-Te conformas muy fácil castaña, que este yo aquí en este momento, reteniéndote debe ser el mejor dia de tu vida.
-Todo lo contrario, pelirrojo, no es mi mejor dia, en este instituto
-Venga… ¿Y los días anteriores?
-Los días anteriores estaba en mi ciudad, no aquí…Soy nueva.
-¿Y qué? -La solte, cruzandome de brazos
-¿Siempre eres tan amable? -Levanto una ceja, era curiosa.
-Especialmente con los nuevos, soy Castiel. -Sonreí burlonamente con sus gestos
-Soy Maverick. -Me sonrió
-Eres de pocas palabras, ¿eh?
-Digamos que es complicado entablar una conversación normal en un sótano, casi secuestrada y que me dolieran los brazos. –Me miro nuevamente a los ojos, los tenía café, eran fríos, pero tenía pinta de que son cálidos.
Gracias por leer~
como voy a entrar a vacaciones podre actualizar seguido
Nos vemos.
