Estabas viendo fotos de aquel baúl tan preciado que mantenías secretamente guardado en un azulejo flojo de tu closet. En esas fotos unas más amarillentas que otras, sonreías con una sonrisa un tanto amarga.

-Reborn…-susurraste para ti misma.

Y es que a pesar de no ser la primera vez que se separaban por alguna misión del hitman, mas sin embargo era la más larga desde que estaban juntos amabas a ese idiota que a pesar de que ni el mismo Fuuta pudo hacer ver los errores de Reborn, tu si lo hacías.

Como por ejemplo aquella vez en la que te había invitado a por un helado habían estado dando vueltas por un pequeño parque, y recordabas perfectamente el perro peludo y grande que venía al asecho por ustedes, Reborn había pisado la correa del perro provocando que callera, pero se agarró de "algo" o más bien de alguien. Cuando tu apartaste tus manos de la cara y lo viste, una mujer en sostén y con la blusa hasta los pies, un Reborn en el piso con un gran perro encima lamiendo el helado que para ese entonces se encontraba en el sombrero de Reborn y claro un niño tratando de jalar al perro . y como desaprovechar la oportunidad!, era obvio que debías atesorar ese momento y lo hiciste tomando un hermosa foto que estaba en tu baúl y claro ahora te encuentras observándola.

Reíste con ganas al recordarlo pero aun así fue rápidamente cambiando por una histérica lágrima que hace algunos segundos luchaba por salir. Observas el teléfono y cierras los ojos para contener las ganas de llamarle, tomas tu vaso de whiskey y le das un sorbo, lo vuelvas a observar y esta vez te lo acabas de un solo trago, volviste a servir para un nuevo trago volteas a ver la hora una y cuarto.

-una y cuarto- lanzas un suspiro- y yo completamente sola- miras detenidamente la puerta como si esperaras a que él estuviera ahí majestuosamente y con esa sonrisa torcida que solo te la dedica a ti, con ese sensual porte Italiano y que de sus perfectos labios salga lo que más te gusta oír de el "amore della mía vita", miras las gotas de lluvia resbalar por tu ventana y tu tratas de contener tus lagrimas.

-amore della mía vita, no llores estoy aquí- oíste desde la puerta que hace unos minutos veías. Abriste los ojos como plato y te giraste encontrándote así con una mala jugada de tu misma mente.

Recogiste todas las fotos que habías visto y las volviste a guardar; ya no tenias ganas de nada ni siquiera de recordar los momentos más hermosos que viviste con Reborn, así que solo te recostaste en la cama a esperar un nuevo y temible día sin que el ser que amas este.