Un retillo que cogí de Mendigas dejado por Riens =D Lo entregó a tiempo, para variar xD.


Su reto en foro Proyecto 1-8 fue el siguiente:

Sora se ha quedado dormida en clase y Taichi ha decidido jugar un nuevo juego: ¿cuántos objetos puede poner en su cabeza antes de que despierte? Yamato (que le tiene un poco más de respeto a su carácter) trata de decirle que no lo haga pero Taichi es Taichi, y no hace caso. Sin embargo, es muy posible que él termine también involucrado.


Datos del fic:

Título: Florero de lápices.

Pareja: Taiorato.

Género: Friendship/ humor.

Ranking: K.

Advertencias: OOC, IC, humor aburrido.

Disclaimer: Digimon no me pertenece.


ºFlorero de lápicesº

Nunca molestes a una mujer.

Pero...

Nunca.


Era la última hora. Aburrida como la que más. De esas que decides poner un libro delante de ti, cruzar los brazos y quedarte dormido. Y justamente, eso es lo que, para sorpresa de muchos, Sora Takenouchi estaba haciendo.

Todo iría bien. Eran compañeros de pupitre. El profesor, pese a haberse dado cuenta, estaba más enfrascado en explicarles un teorema que no usarían en toda su dichosa vida, que en una alumna durmiendo. El hombre era de los que creía que cada quien se forjaba su destino y si Sora prefería dormir en clase en vez de prestar atención, que su destino decidiera.

Con eso también podía lidiar. Pero con lo que no podía, era con el tercer ocupante del escritorio.

Taichi reía de una forma que le recordaba al perro de los Autos locos, mientras llevaba las manos hasta su estuche. Empezó a sacar lapiceros, reglas y gomas de borrar. Incluso las cajitas de los porta minas.

Yamato rodó los ojos al verle. Empezaba a ver sus intenciones. Distribuir todo por la mesa para distraerse, seguro.

Sin embargo, para llevarle la contraria, Taichi puso el primer lápiz sobre la cabeza de Sora. Le miró, la miró a ella y esperó. Nada sucedió. Sora no se inmutó. Yamato le negó con la cabeza.

Te va a matar, susurró.

Taichi lo ignoró y continuó poniendo lápices encima. Cada vez más. Luego las gomas y empezó a crear un puzle.

Yamato pensó que cuando la chica despertara, sería la cuarta guerra mundial.

Cuando sus ojos volvieron a encontrarse, Yamato empezaba a impacientarse. Su amigo alargó una mano y le puso una goma en la mano.

No seas cobarde, susurró.

Y como si Yamato fuera el mismo Marty Mcfly de la película, se picó como si le hubieran llamado gallina. Cogió la goma de borrar y empezó a colocarla. Al ver su obra, no pudo más que pedir más. Ambos se pusieron manos a la obra y al cabeza de Sora iba cada vez pareciendo más una torre de pisa que otra cosa.

Pese a que Yamato pensaba que Sora iba a matarlos y tenía mucho respeto a sus enfados, la emoción del momento le pudo. Fue tal el punto, que la hora se les pasó y Sora parecía tener un florero de lápices y gomas.

Ambos se miraron con espanto. Recogieron sus cosas y salieron corriendo. No habían llegado a la puerta de salida cuando se escuchó sus nombres en un grito tremendo. Tragaron y temiendo la terrible furia, echaron a correr bien juntos.

Sora estuvo un mes sin hablarles.

Cuando lo hizo, por algún motivo que desconocían, sus pantalones de gimnasia estaban llenos de polvos pica pica.


Notas de autora:

Me quedó esta cosa tan corta D: No di para más me da D: Y encima no sé ni si te gustará Riens. Pero esta era la idea que me hice más que nada. Sé que pusiste romance entre los géneros, pero en la broma no vi donde meterlo más xD.

¡Gracias por leer!

03 de Marzo del 2016.