Lux in tenebris.

Resumen: Él era un sacerdote, "ella" una monja... Era común verlos juntos luchando contra los demonios pero ¿Que relación tenían? Habían sido destinados el uno para el otro desde que nacieron, sus destinos habían sido unidos ¿y sus sentimientos? IchiKara / KaraIchi [AU]

—Au Karamatsu Padre, Ichimatsu monja (aun siendo hombre)

—Ichi x Kara y Kara X Ichi (versatilidad(?)

—Cosas raras...

—Emm... no se que más poner.


Lux In Tenebris.

I. -Vesta y Fontus.

Tus temblorosos dedos pasaron por el rostro del sacerdote. Sus ojos estaban cerrados y su respiración era débil. Trataste de no entrar en pánico, pero era bastante difícil considerando la situación actual. La iglesia había sido reducida a cenizas, el portal al infierno se había agrietado y los demonios revolotean sobre tu cabeza como murciélagos. Aunque, más que murciélagos te recordaban a los buitres carroñeros que habías visto en los antiguos libros, esperando a que su presa se debilitara para atacar. Con tus piernas lastimadas y con el sacerdote herido ustedes eran presa fácil.

Con tanto bullicio al rededor tuviste que poner tu oreja en el pecho de tu Vesta para asegurarse de que aun estaba vivo. Lo estaba, a penas. Hasta tus oídos llego un débil sonido de un palpitar, tu cuerpo entero tembló al sentir algo cálido en tus piernas... era sangre. La sangre de Karamatsu.

Mierda. No entres en pánico... No entres en pánico. Quizá si te lo repetías podías conseguirlo.

Te mordiste el labio con fuerza antes de estampar tu boca contra los labios del sacerdote. "¡No te mueras, no te atrevas a morirte.! ¡Idiota!" Suplicabas internamente. No estaba funcionando así que le tomaste el rostro y lo besaste con más fuerza hasta sentirte mareado.

—"Toma mi fuerza..." —Fue lo único que pudiste susurrar mientras levantabas la mirada hacia el que había atacado a tu compañero. Allí, de pie frente a ustedes estaba un hombre enfundado en un traje negro. Alto, delgado, de cabello negro azabache, podría pasar por un hombre común excepto por sus ojos rojos que brillaban con intensidad como el fuego infernal, los cuernos que adornaban su cabeza, una cola larga y delgada que terminaba en punta y esas alas negras que extendía provocando remolinos entre las cenizas de lo que alguna vez fue el monasterio.

—Es casi una lastima, Ichimatsu...al fin después de tanto tiempo estamos en el mismo lugar. —La intensa mirada escarlata del demonio mayor analizaba cada uno de tus movimientos.

Arma, necesitabas una arma... Pero no tenias fuerza para invocar nada poderoso. Solo quedaba tu ultimo recurso. Utilizaste lo ultimo que te quedaba de energía para invocar tu hoz a espaldas de el demonio. ¡Un ataque sorpresa! Sin embargo quien quedo sorprendido fuiste tú al ver la facilidad con la que el demonio detuvo el filo de tu arma con un dedo.

—No trates de usar mis armas contra mi, mocoso. -gruño desapareciendo tu arma con un movimiento de dedos. —Me gustaría dejarlos vivir ¿sabes? Pero me han dado demasiados problemas así que... -embozo una sonrisa mostrando sus afilados dientes. —Mueran...


.

.


[Meses antes]

Hace muchos años la humanidad cayo presa de la avaricia, los grandes gobiernos se destruyeron unos a otros en un intento de dominar. Miles de personas quedaron a la deriva, las religiones se volvieron como sectas negando la salvación a los que no creían convenientes o no se doblegaban ante la autoridad mayor. Los desesperados y atormentados recurrieron a otras fuentes para obtener la paz personal, muchos empezaron a hacer pactos con demonios para conseguir cosas que no eran importantes.

Dinero, poder y cosas banales.

Es aquí donde nació una creencia.

"O todos hijos de Dios o todos hijos del diablo."

Los demonios se apoderaron de la mente de las personas y atacaron a los que aun rezaban al antiguo dios. Las religiones y creencias desaparecieron...

Pero entonces una deidad se levanto contra el ejercito de los demonios mandando a su amo y señor Osomatsu directo al infierno de donde había provenido. Aunque la guerra no fue fácil la deidad tuvo la ayuda de algunas familias devotas que le ayudaron a derrocar a los demonios de vuelta al infamando.

Estas familias se volvieron "exorcistas", humanos capaces de enfrentarse a los demonios. Las familias mas importantes fueron las familias hermanas llamadas Matsuno. La deidad le concedió especialmente a estas familias una habilidad especial para pelear contra los demonios.

En la familia principal cada hijo primerizo nacería con la marca de "Vesta", mientras que la familia secundaria de los Matsuno su segundo(a) hijo (a) nacería con la marca de "Fontus". El destino de los Fontus y Vesta estarían unidos desde su nacimiento hasta su muerte y juntos serian capaces de regresar a Osomatsu al mismo infierno.

El Vesta debía convertirse en sacerdote desde temprana edad, mientras que la Fontus tendría que ser su perfecta...

—Puta mierda... —su voz hizo que bajaras la mirada de el libro que estabas leyendo, lo viste fijamente, su habito completamente arrugado por estar jugando todo el día con ese gato amarillo. Su expresión despreocupada mientras balanceaba los pies dentro de la fuente.

—¡Ichimatsu, tienes que poner atención! —Lo regañaste y él se giro dándote la espalda. —¡No me ignores! —No pudiste evitar gruñir, apretando un poco los dientes.

—No necesito que me leas todo eso... ya lo sé. —Respondió sin verte, parecía ocupado viendo dentro de la fuerte.

—¿En serio lo entiendes? —preguntaste frotándote la adolorida mejilla, más temprano Ichimatsu te había golpeado por estar demasiado cerca de él.

—Tú eres un Vesta, significa que puedes recibir energía de todo, energía que necesitas para contener demonios e invocar armas espirituales. Sin embargo con el tiempo te vuelves un idiota debilucho y necesitas de mi. —arrugaste las cejas, en parte tenia razón. —Yo soy tu Fontus, en otras palabras "tu fuente" de energía, con mi poder puedes convertir todo en energía de manera mas eficiente. —recito en forma monótona.

—¡Así es! Y gracias a que me das energía puedo contener a los demonios y mandarlos de regreso al inframundo. Veo que recuerdas todo eso. Entonces... ¿Porque sigues golpeándome cada vez que intento acercarme a ti? —te cruzaste de brazos, llevabas años viviendo con Ichimatsu y aun no lo comprendías del todo.

—Porque eres molesto. Y te odio. —respondió sin dudarlo. —Sé que mis funciones son ser tu fuente y dotarte de energía ilimitada, en otra palabras dejarme follar por ti para que obtengas mi poder.

—¡Es un intercambio! —dijiste de inmediato tratando de ocultar tu sonrojo. —Totalmente diferente a lo que haces... —aun no estabas acostumbrado a eso y evitabas a toda costa tocar a Ichimatsu a menos de que fuera necesario. Por su parte él...

Ichimatsu dejo de acariciar al gato, su mirada paso de la fuente hasta ti. "ugh" quisiste retroceder pero no te moviste ni un centímetro. No podías ver nada mas que sus ojos color violeta mientras se acercaba hasta ti, sus dedos pasando por el cabello de tu nuca.

—Si tienes quejas entonces ven y follame de una vez. Si no yo seguiré doblegándote a ti. —Ah, aun te dolía la espalda baja con lo que hizo así que preferías que no lo hiciera de nuevo. —Seguro que si yo fuera Ichiko no me dejarías salir de la cama. —susurro alejando su mirada de ti.

—Ichimatsu yo... —no pudiste decir nada más porque Ichimatsu acabo con el espacio entre ambos y te beso. Fue un beso corto y superficial pero te hacia sentir un poco mejor. O usualmente así eran, pero cuando mencionaba a Ichiko sus besos se volvían rudos, su lengua forzaba su entrada a tu boca y se desencadenaba una lucha por alejarlo que te dejaba sin respiración y un poco mareado.

—Date por servido hoy. —dijo dándote un golpe en la mejilla. —Iré a mi habitación.

Te le quedaste viendo hasta que desapareció de tu vista, tus rodillas temblaron antes de que cayeras al suelo, más que darte energía parecía que te la quitaba con esos besos.

Ichiko era la hermana mayor de Ichimatsu, quien originalmente debería haber estado vistiendo los hábitos de monja y ocupando su lugar a tu lado como tu Fontus. Pero por alguna razón Ichiko nació primero y la marca siempre se heredaba al segundo hijo de la familia Matsuno.

Por esa razón aun a pesar de ser hombre Ichimatsu llevaba los hábitos de monja. Desde siempre pareció en desacuerdo por su destino, aun si ese rol lo hacia mas importante en la familia. Él parecía sentirse inferior a su hermana y siempre te dejaba ver que creía que estarías mejor con Ichiko, pero desde hace un tiempo tú habías aceptado que no podía haber nada mejor que ser elegido para Ichimatsu.

Estabas loco por él...

El único problema era que él no se dejaba dominar. Y las veces que habías intentado algo Ichimatsu había terminado doblegándote a ti. Cuando se suponía que era la fuente de tu energía. ¿Que podías hacer cuando él mismo era quien drenaba esa energía?

Todo estaría bien si no tenias que enfrentarte a demonios poderosos.

Y como si la mala suerte estuviera de tu lado, ese mismo día que te sentías tan débil tu amado Fontus te informo que tenían una misión y que debían buscar una nueva iglesia para exorcizar.

Les esperaba una gran batalla.

Esperabas no morir.


¿Que tal? XD

De seguro es muy rara. Si les gusta la continuo.

Saludos!