Prólogo

Camara Secreta, Hogwarts

Ron observaba antentamente a las dos figuras delante de él, uno era la persona en la que más confiaba y el otro, irónicamente, en la que menos pero allí estaban los dos, unidos pidiendole la misma cosa.

Proteger a Harry Potter ayudandolos en su busca con los Horrocruxes.

Todavía no entendía muy bien de que iba todo aquello pero había captado lo esencial, que los horrocruxes eran partes del alma de Voldemort que debían ser eliminadas y la unica manera de encontrarlos era cogiendo los libros sagrados que estaban guardados en las escuelas de Beauxbaton y Drumstrang.

Bajo una increible protección, por supuesto.

-¿Lo harás, Weasley?-pregunto uno de los hombres.

El otro hombre lo miro como si la pregunta fuera algo absurda pues los tres allí sabían que Ron haría cualquier cosa por Harry más si implicaba sacar a Hermione del peligro también.

-No voy a negarme, creo que los dos sabeis eso.-dijo Ron algo incomodo bajo la mirada de los dos hombres.-...pero antes quiero saber porque yo.

El hombre viejo lo miro con una de aquellas amables sonrisas que siempre le daban calor a su corazón mientras colocaba una mano en su hombro izquierdo y le señalaba con su varita en el pecho.

-Ronald, hay muchas razones por la que no queríamos elegirte y ninguna tiene que ver con tu intelecto a pesar de los varios comentarios mi joven amigo Snape al respecto...-dijo el hombre con un suspiro.-...esta misión no es como otra cualquiera, requiere de pasos calculados, de aldelantarse al enemigo y de una gran fuerza interior para superar obstaculos.

-Cosas que aunque Dumbeldore aqui presente dice que tienes, yo todavía lo dudo.-murmuro Snape.

-No amigo.-murmuro Dumbeldore volviendo su mirada otra vez en a de Ron.-...tienes la habilidad de adelantarte y calcular tus pasos de tus años de ajedrez y la fuerza interior...-dijo con una risa.-...esta en ti, Ron, siempre esta en ti.

Ron no pudo decir nada abrumado por las palabras de animo de su profesor y algo molesto por las desalentadoras palabras de Snape, que aunque no creía en él, le estaba dando un voto de confianza para salvar a Harry.

Sigue siendo un estupido, pero por lo menos ahora se de que va todo esto...

-Y...supongo que me han traido a este sitio.-dijo mirando las paredes enfermo.-...para que no le diga a nadie nada, ¿cierto?

-Eso es, Weasley.-dijo Snape.-...nadie debe saber a donde vas y mucho menos Potter o Granger.

Ron podía entenderlo, si ellos supieran lo que iba a hacer querrían ir con él lo que los pondría en un peligro del que él trataba con todas sus fuerzas de sacarlos y que era la principal razón por la que intentaba enteder todo aquel problema.

-Entiendo...-dijo Ron.-...¿cuando debo irme?

Dumbeldore asintió mientras Snape se lo tomaba con sorpresa, como si no esperara que el joven aceptara la misión y se marchara de allí corriendo asustando gritando a su cuarto.

Quizá no fue tan mala idea cogerlo a él...

-Deberás marcharte en la boda de tu hermano y Fleur Delacour, que esta planeada para dentro de dos meses.-dijo Dumbeldore.

-¿Solo dos meses?-murmuro Ron.

Snape alejó su mirada de Ron alejandose también de sus sentimientos, podía entender al joven y se dolía por él, pero no había otra manera de hacer lo que se debía hacer para vencer a Lord Voldemort y acabar con aquella pesadilla.

Vengar a Lily...

-Siento que tenga que ser así, hijo.-dijo Dumbeldore.-...pero no puede evitarse.

-Lo se, profesor.-dijo Ron.

El viejo director asintió alejandose un poco de Ron para que esta vez fuera Snape quien se pusiera delante de él para decirle algo que estaba seguro no le haría nada de gracia al joven de los Weasley.

-Ronald, sabes que nadie puede saber esto y tendremos que sacarte de la recepción de la boda de tu hermano, ¿verdad?-pregunto Snape.

-Si...-murmuro Ron.-...¿como lo hareis?

Los dos profesores se miraron algo incomodos mientras Ron lentamente se levantaba de su silla con la expresión confundida y el miedo escrito en su cara.

-Los mortifagos atacaran la boda de tu hermano y te llevaré conmigo.-murmuro Snape.-...luego te haremos pasar por muerto.

-¿¡Que!?-grito Ron.-...¡no! ¡Jamás permitiré que ataqueis la boda de mi hermano!

Saco su varita poniendola en el pecho de Snape sin el más minimo miedo mientras miraba suplicante a Dumbeldore que no pudo hacer otra cosa que negar con su cabeza mientras a Ron se le saltaban las lágrimas.

-No podeis ponerlos en peligro.-dijo Ron.-...no os dejare.

Y fue entonces cuando Snape sintió la misma determinación que le había hecho coger su misión como espía para Dumbeldore, vio la fuerza de aquel joven dura e implacable para proteger a su familia y a la gente que amaba.

Un reflejo de lo que me habría gustado ser a mi...

-Ronald Weasley.-dijo Snape lentamente.-...te juro por mi vida, que jamás dejaré que le pase nada a tu familia, a Hermione Granger, a tus amigos o a Potter, solo haré hacer ver que te he matado y nos iremos...te lo juro.

Ron mantuvo su varita sobre su pecho unos segundos más mirandolo a los ojos sin ningún miedo y, finalmente guardando su arma dentro de su túnica aceptando así las palabras de su profesor más odiado.

-Tengo tu palabra, Snape.-dijo Ron.-...tu vida...

-La tienes.-dijo Snape.

Dumbeldore aprovechó para toser entonces rompiendo el pacto de protección entre los dos y dejandose ver de nuevo con una sonrisa complacida.

-Ahora que ya esta todo dicho será mejor que te marches a descansar Ronald, no te espera un viaje fácil.-dijo Dumbeldore.

-Si profesor.-dijo Ron.-...hasta luego.

Los dos vieron al joven marchar fuera de la camara mientras ellos se quedaban un poco más, tranquilos de haberlo convencido y a la vez algo incomodos por hacerlo.

-¿Que me dices, Severus?-pregunto Dumbeldore.

-Puede hacerlo.-dijo Snape.

Puede y lo hará...