CAPÍTULO: 1
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El guion corto (-) es para quien hablen los personajes, entre guion o guiones largos (– camino –) es para la acción del personaje, entre comillas ("") es el pensamiento de cada personaje.
Los personajes de Hunter x Hunter no me pertenecen, solo mis respectivos personajes me pertenecen.
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LA X VERDADERA X RAZON
Un grito resonó en uno de los pequeños departamentos de un alto edificio en la ciudad de meteoro, algunos vecinos solo cerraron más sus puertas en el miedo, no queriendo arriesgar sus propias vidas. En cambio, en ese pequeño departamento una mujer temblaba de miedo en la esquina de su destruido recibidor.
Un joven se acercó con calma a la mujer aterrorizada, sus ojos dorados la miraron con frialdad.
- ¿Vas a hablar o tendré que hacerte hablar? –cuestiono, su voz amenazante.
- ¿Cómo puedo hacerme esto a mí? –lloro la mujer, varias lagrimas cayendo de sus ojos grises – ¿¡TU MADRE!?
- ¿En dónde está? –pregunto ignorando completamente el llanto y las palabras de la mujer.
- ¡NO LO SE! –le grito a todo pulmón.
-Eso es así, bueno no importa yo la encontrare –una fría sonrisa apareció en el rostro del joven de dieciséis años.
Un nuevo grito resonó en el destruido edificio de apartamentos antes de que se quedara en completo silencio, una figura masculina comenzó a salir con clama, sus doradas cuencas se fijaron en la oscuridad de la noche.
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Una pequeña niña miraba desde la alta rama de un frondoso árbol a su padre platicando animada mente con su amante, la niña cerro sus ojos en un vago intento de proteger su visión de los rayos del sol que se filtraban atraves de las ramas.
Un suspiro broto de sus labios entreabiertos, sus cabellos rojizos meciéndose con el viento, sus ojos se abrieron mostrando dos piscinas de color dorado intenso, su vestimenta era bastante sencilla, un polo rojo escarlata, falta negra y botas hasta las rodillas.
-Hitomi, por favor sal de tu escondite –rogó la voz aguda de su padre.
Por instinto miro a su padre llamarla, mientras la mujer se le acercaba de una manera vulgar para que le hiciera caso solo a ella y olvidara que debía buscarla, negó molesta, giro su cuerpo logrando que alguna rama hiciera un pequeño ruido, pero lo ignoro.
- "No tengo que seguir su orden" pensó fríamente la pelirroja.
-Amor mejor vallamos a nuestra casa~
Hitomi se giro nuevamente haciendo el mismo ruido, pero lo volvió a ignorar, sus ojos dorados miraron a la amante de su padre, una mujer de cabello negro, ojos cafés y piel bronceada, vistiendo un vestido gris oscuro pegado al cuerpo.
-Pudiste encontrar algo mejor padre –murmuro tristemente al mirar a otro lado.
Recordaba que su padre había dejado a su verdadera madre un año después de que su hermano mayor decidiera abandonar la casa, sin embargo, su padre no tardo mucho tiempo en remplazar a su madre con su actual acompañante.
Aquella arpía solo estaba interesada en el dinero de su padre para poder conseguir varias cosas sin tener realmente que mover un dedo, como le desagradaba. Sin poder evitarlo un gruñido broto de sus labios.
-CARIÑO –grito la voz de su padre cerca de su ubicación.
Sus hermosos dorados se entrecerraron al ver unos tan parecidos, pero apocados, su padre estaba debajo del árbol mirándola con miedo, tal vez de que se fuera a lastimar, supuso, su mirada viajo a la arpía que la miraba con repulsión, odio y tal vez muchas cosas más.
-Es peligroso que estés ahí, ven te ayudo a bajar
-No necesito tu ayuda, padre –explico sin mirar a su padre, su vista estaba en la mujer que seguía mirándola con odio.
Hitomi se acomodó antes de saltar lejos de la rama, su cabello rojizo moviéndose débilmente por el impulso, sus piernas temblaron imperceptiblemente al hacer contacto con el suelo, pero su rostro permaneció sin emociones, pronto se enderezo para alejarse caminando con calma.
-Hitomi espera –llamo su padre con su voz ligeramente tensa.
Sus piernas se detuvieron a unos metros de su padre, se giró para mirarlo con seriedad, esperando a que continuara lo que estaba por decirle, en cambio el señor Masaro miro a su hija, su mirada se ablando al verla, se parecía tanto a su hermano mayor.
-Eso fue muy peligroso Hitomi –regaño Masaro con severidad –tienes seis años, no deberías de hacer cosas peligrosas
-...
-Tal vez si deba de enviarte a ese internado, estarías más cuidada y no estarías haciendo cosas peligrosas –comento pensativo sin notar la mirada de su hija.
- ¿Le aras caso a esa arpía? –cuestiono en un débil susurro –claro mándame lejos, es lo único que sabes hacer, primero mi madre y ahora yo, no pudiste hacerlo con mi hermano por qué decidió irse
-Tu hermano no estaba bien de la cabeza, Hitomi, era un peligro que estuviéramos en ese lugar, ¿qué tal si regresaba?
-Mi hermano está bien, solo le gusta pelear, tú se lo prohibiste y por eso se fue, ¡QUIERO A MI HERMANO DE VUELTA! –le grito fríamente.
-BASTA –ordeno comenzando a caminar a su hija para llevarla consigo –regresaremos a casa y en cuanto lleguemos empacaras porque te mandare a ese internado
Los ojos de la pequeña se abrieron en shock antes de dar varios pasos atrás, sus ojos se llenaron de lágrimas, pero no dejo caer ninguna, no valía la pena.
-TE ODIO, PREFIERO ESTAR CON MI HERMANO –grito fríamente.
Pronto la pequeña se giró para correr lejos de su padre, Masaro miro perplejo como su hija se alejaba con rapidez de él.
-HITOMI ESPERA
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Unos ojos azules miraron todo el desarrollo desde el techo de uno de los más altos edificios de la ciudad sentada con las piernas cruzadas, su mirada viajo a su compañera, ojos azules se encontraron con ojos dorados.
-Entonces... ella es tu alumna –aseguro a pesar de no estar muy convencida.
-Si, prometedora ¿no crees?
-Tiene velocidad y resistencia, te daré eso, pero mi hermano y yo seriamos mejores estudiantes Seyra
La joven nombrada Seyra miro a la chica que miraba a su estudiante correr, como si esa simple vista le ayudara a encontrar sus puntos débiles y fuertes, negó sabiendo que eso no ayudaría, se levantó llamando la atención de su acompañante.
-Vamos, veras de lo que es capaz –aseguro.
-…
-Oh… ¿sientes que perderás la pelea antes de iniciarla? –cuestiono de manera divertida.
-Nunca –gruño al correr en dirección que la pequeña niña corrió.
-Tan predecible de tu parte, Irene
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En ningún momento miro atrás, no importa cuánto tiempo corrió, no le importo cuando dejo de escuchar las suplicas de su padre, en ningún momento se detuvo, estuvo unos minutos más hasta que estuvo completamente segura de que su padre ya no la siguiera.
Se detuvo para entrar en un callejón, ni siquiera presto atención cuando un grupo de tres hombres la miro con interés, su respiración era pausada mientras se recargaba en la pared de ladrillos, sus dorados se nublaron por segundos antes de recuperarse.
- ¿Dónde estás hermano?
-Miren que tenemos aquí, una pequeña e indefensa niña
La pequeña se tensó ante la voz desconocida, pero se relajó al girarse para encontrarse con tres hombres de veinte a treinta años, los tres mirándola con claro interés, pero su expresión solo paso a ser de desinterés.
- ¿Que desean?
-Oh~ que no queremos de ti, pequeña Hitomi
La pequeña sonrío logrando confundir a los señores, pero esto mismo era justo lo que necesitaba, algunos ingenuos para descargar su ira, rápidamente salto a un bote de basura para saltar al pavimento y lograr una mejor distancia entre ella y sus oponentes.
-Mi única duda es ¿cómo saben mi nombre?
-Una persona nos contrató para exterminarte y si lo hacemos bien nos pagara una buena cantidad
-Por supuesto –murmuro conteniendo un gruñido –ustedes no tienen oportunidad
-Esta pequeña niña está muy confiada –gruño uno de los adultos con frialdad.
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Sus ojos dorados miraron detenidamente a la pequeña, se notaba su confianza, una mueca se posó en su rostro antes de que emitiera un gruñido de molestia, Seyra miro divertida a su acompañante. Mechones castaños y azulados se mecieron con el viento, pero a ninguna pareció disgustarle.
-De verdad no la ayudaras
-No, ella es más que capas
- ¿Cuántos años tiene? –cuestiono mirando a la pequeña detalladamente –debería de tener como cinco años.
-Tiene seis años Irene, tú tienes diez años –explico irritada.
-Cuatro años de diferencia…
Ambas se miraron velozmente para asentir y regresar su vista a la pelea.
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Hitomi sonrió mientras esquivaba de hábil manera todos los golpes que intentaban proporcionarle los adultos, una pequeña risa broto de sus labios cuando giro sobre su propio eje para después proporcionar una patada a uno de los adultos que intentaba golpearla.
Sus movimientos eran tan artísticos, tan bellos y su ágil forma de esquivar la asemejaba a un felino, los adultos claramente estaban en desventaja de velocidad.
-No te muevas mocosa –gruño
-Tal vez si estuvieran al nivel de esta mocosa sería mucho más fácil, ¿no creen? –se burló con una pequeña sonrisa.
Uno de los tres adultos gruño antes de tomar algo entre sus manos y lanzar lo con fuerza en dirección de la pequeña, los ojos de Hitomi se abrieron al saber que no podría esquivar el ataque, sus manos se levantaron un vago intento de cubrirse del ataque. Un estrepitoso ruido se hizo cargo en el callejón, Hitomi estaba en el suelo hincada, sus mechones rojos cubriendo sus ojos dorados de sus enemigos, pero era claro para cualquiera que la pequeña estaba molesta y su furia aumento cuando algunas gotas de sangre comenzaron a caer al suelo.
-Parece que la pequeña de papa va a llorar
-Desearas nunca haber querido el trabajo –gruño.
Hitomi levanto la vista para mostrar que sus cuencas doradas habían perdido todo el brillo que tenían segundos antes, los tres varones se tensaron en sobre manera al ver la mirada de odio dirigida a ellos.
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-Esto se pondrá feo –comento Seyra antes de mirar a la tensa niña a su lado – ¿uh?, ¿todo bien Irene?
-Siento como si me ahogara… ¿es el aura de la niña…? ¡¿sabe sobre nen?!
-Si, por eso acepte entrenarla, desarrollo su nen a los cinco años, muy prometedora, todavía no lo controla lo suficiente, pero será increíble cuando lo haga
- ¿Qué habilidad tiene?
-Transformación igual que su hermano mayor
- ¿Hermano mayor?
-Si, el luchador más conocido por el momento en la arena del cielo, Hisoka
-Ese demente es su hermano mayor
-Si… pero a pesar de ser un sanguinario… sus habilidades son impresionantes
- ¿Tienen la misma edad?
-¿Eh?
-Si, Hisoka y tú, ¿tienen la misma edad?
Seyra asintió débilmente, un pequeño sonrojo comenzó a esparcirse por sus mejillas pasando desapercibido por la pequeña a su lado que miraba a la pequeña pelirroja preparando se para atacar.
-"Es cierto, Hisoka y yo tenemos la misma edad, pero el solo quiere pelear conmigo" pensó fríamente.
-Ella podría matarlos –grito repentinamente.
Irene se preparó para saltar cuando sintió una mano en su hombro deteniendo la exitosa mente, la pequeña miro atrás para ver a Seyra negando, miro al suelo antes de apretar el puño en impotencia.
- ¿Por qué no puedo intervenir?
-Ella es peligrosa como su hermano en ese estado –aseguro.
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La pequeña tomo trozos del vidrio roto del suelo, miro a los señores con una expresión en blanco, provocando les nervios, la sangre seguía cayendo de su cabeza y goteando al suelo sin importarle. Sus ojos dorados miraron los vidrios antes de que una fría sonrisa se plantara en su cara.
-Ya no quiero jugar –aseguro.
De un movimiento rápido los vidrios fueron lanzados en dirección de los tres adultos, los fragmentos pronto se incrustaron en el corazón y garganta, dos de los tres adultos cayeron al suelo en agonía mientras el ultimo callo muerto, una mueca apareció en la niña mientras veía los cuerpos retorcerse mientras intentaban inútilmente luchar por sobrevivir.
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La pequeña de diez años tenía los ojos muy abiertos mientras miraba como los hombres caían al suelo, sabía que, aunque pelearan por sus vidas ya no tenían oportunidad, morirían hicieran lo que hicieran.
- ¿Qué acaba de hacer?
-Algo avanzado, se llama Shu, sirve para pasar energía a un objeto
-Te refieres a que ocupo Shu para mandar su aura al vidrio… al momento en que lo lanzo el vidrio era mucho más peligroso que antes
-Así es, muy prometedora ¿no?, lo aprendió hace dos semanas
-Impresionante y… ¿Cuál es su habilidad de Hatsu?
-Está en desarrollo, pero es el fuego... pero le gusta cambiarlo de color
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-Esto fue patético
La pequeña niña trono los dedos para que en segundos los cuerpos de los varones se prendieran en un fuego color negro, Hitomi suspiro exhausta.
-Es la tercera vez esta semana –murmuro cansadamente.
-Como te gusta meterte en estos líos –se rio una voz femenina bastante conocida para la pequeña
La pequeña miro arriba para que sus ojos brillaran de felicidad.
- ¡Seyra sensei!
Seyra sonrió mientras se dejaba caer, sus cabellos castaños moviéndose con el impulso, al tocar el suelo su cuerpo se estabilizo con rapidez, sus ojos azules cambiaron ligeramente a negro y varios hoyos oscuros aparecieron sobre los varones que fueron succionados por ellos con rapidez, al desaparecer no había ni siquiera un cuerpo a la vista.
-Esa habilidad es muy útil sensei
-Si
-Oye niña
Una nueva voz se logró escuchar en el callejón, Hitomi miro de tras de ella para encontrarse con una joven que parecía mayor que ella, tal vez tres o cuatro años, su cabello de diferentes tonos de azul con dos mechones que sobresalían en su cara, ojos dorados, piel cremosa, se notaba que su cuerpo estaba en desarrollo, su vestimenta era sencilla, un vestido negro, chamarra de cuero negra y botas café oscuro, pero lo que más le llamo la atención era que en su vestido había un broche, no cualquier broche uno que ella misma usaba como un dije oculto en sus ropas.
Ambos objetos eran la misma figura, una rosa completamente roja, desde el tallo hasta los pétalos, representando que estaban siendo entrenadas por la misma persona y eso provocó que la pequeña entrecerrara la mirada.
- ¿Quién eres tú? –gruño.
-Soy Irene y tengo que aclarar que me desagrada que tú seas la primera alumna de Seyra… debí ser yo
-Pues yo soy la única que verdaderamente debe de ser entrenada por Seyra san, no creo que tengas lo necesario
-Eres una engreída –gruño la joven irritada mente.
La joven castaña solo suspiro de manera cansada, tenía que hablar con su estudiante no que peleara con alguna interesada en convertirse en su estudiante junto con su hermano que agradecía no estuviera presente, ¿porque su vida se complicó?
-Ya basta las dos –ordeno con un gruñido de molestia la castaña.
Ambas niñas se miraron con odio antes de suspirar.
-Si sensei –dijeron a coro logrando ganarse miradas de odio de su enemiga.
Seyra suspiro irritada mente, ¿Cómo es que llegaba a meterse en estos problemas?, simplemente negó antes de hincarse frente a la pequeña pelirroja con una pequeña sonrisa.
-Has pensado en lo que te comenté
- ¿En si quiero ver a mi hermano?
La castaña asintió con una pequeña sonrisa a pesar de saber que fue hace un par de semanas que había visto a su estudiante sabía que era poco tiempo incluso se atrevería a pensar que un mes era poco tiempo para pensarlo sabiamente.
-Si quiero verlo…pero dudo que mi padre me permita ir, dice que está loco, aunque yo argumente que solo le guste pelear
-Entiendo, bueno es tu decisión y yo la respetare
- ¿Porque no le dice que va a salir a entrenar a diferentes partes del mundo, sensei?
- ¿QUÉ?
-A eso iba –murmuro seriamente mirando a la peliazul.
-Pero sensei
Seyra miro como su primera estudiante la miraba con suma preocupación, la última vez que había ido a entrenar a diferentes lugares por poco era asesinada por un miembro de la temible familia Zoldyck, un joven aparentemente un año menor que ella, aunque ella por poco lo mataba también.
-Tengo que entrenar más –admitió con una pequeña sonrisa –y dudo que tu padre te permita ir
-No te preocupes mi hermano y yo protegeremos y entrenaremos mucho con Seyra sensei
-No, iré, yo… no quiero estar más en casa, odio mi vida con esa señora que solo se preocupa por el dinero de mi padre, quieren mandarme a un internado y no lo permitiré… Seyra san llévame contigo
-Eso no vale verdad ¿Seyra sensei?
-Yo…
-Por favor Seyra sensei
-…
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-No puedo creer que le hayas dicho que SI Seyra sensei
-Sería un desperdicio si dejara de entrenar, tiene un gran potencial
-Seyra sensei –grito una voz masculina a la lejanía.
Ambas mujeres miraron a un chico corriendo en su dirección de aparentes diez años, tenía el cabello en diferentes tonos de azul con dos mechones sobresaltando en su rostro, ojos dorados, piel crema y llevaba una playera roja con una camisa negra, pantalón negro y botas cafés oscuro.
-Y ahí viene tu gemelo
-Supongo
-Si nos aceptara como sus primeros estudiantes ¿verdad?
-No puedo tomarlos como mis primeros estudiantes
La joven explico al seguir caminando dejando a ambos gemelos atrás, ambos se miraron antes de mirar el suelo en la decepción, Seyra parpadeo antes de mirarlos nuevamente para negar divertida, ¿no se daban cuenta?
-Pero voy a tomarlos como mi segundo y tercer estudiante
- ¿Eh?
-Amenos de que no quieran
- ¡POR SUPUESTO QUE QUEREMOS! –gritaron ambos con estrellas en los ojos.
-En ese caso vallan a prepararse partimos esta noche en cuanto llegue su compañera –explico al desaparecer dentro de un edificio.
Ambos gemelos se miraron velozmente antes de saltar en alegría, gritando con entusiasmo ante su logro.
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Hitomi miro a su padre dormido en el sillón, mientras que la mujer que vivía con ellos estaba de compras con el dinero de su padre, en sus manos estaba su mochila con sus pertenencias y en la otra una carta que describía que planeaba hacer al irse de lo que una vez sería su casa.
La pequeña coloco la carta en las manos de su padre antes de proceder a salir con rapidez, no quiero que la mujer con la que salía su padre la encontrara o que su padre despertara, su mano estaba alcanzando la perilla cuando comenzó esta comenzó a moverse, su respiración se quedó atrapada en su garganta. La perilla se movió emitiendo un clic, rápidamente se colocó junto a un enorme perchero que tenía innumerables abrigos que la cubrían exitosa mente de ser vista, cerro sus ojos cuando escucho los pasos, pero los abrió al reconocer no solo una persona si no a dos.
- "Debe de haber traído a alguien consigo" peso fríamente.
Los pasos se alejaron con rapidez y Hitomi no pudo estar más agradecida de que habían dejado la puerta abierta, sin ser vista la pequeña inició su huida en silencio.
-Ca-cariño despierta por favor
Se detuvo en seco al escuchar la voz temblorosa de la amante de su padre, pero rápidamente lo ignoro, pudo estar drogada o tomada para lo que le importaba, su padre siempre había sido bastante amable y relajado con lo que su amante hiciera.
- "Se feliz padre" pensado en salir sin ser vista o escuchar lo que sucedería después.
La niña se colocó su sudadera nueva que Seyra le había dado antes de que se despidieran esa misma tarde, con ella parecía un niño en el lugar de una niña, rápidamente salió del edificio de apartamentos sin darse cuenta de cómo el personal de seguridad parecía bastante nervioso o incluso cuando uno por uno comenzó a subir por las escaleras.
Al salir la pequeña tomo una bocanada de aire antes de caminar con rapidez a su nuevo destino, en ningún momento miro atrás o se arrepintió de tomar esta decisión.
-Me pregunto si de esta manera se sintió mi hermano cuando se fue de casa ...
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Seyra miro a sus tres estudiantes mientras esperaban en el aeropuerto, una fugitiva y dos gemelos que perdieron a su familia en mano de mercenarios, interiormente se río, era un grupo tan extraño, ella en si era extraña, cuando sus padres y hermana fueron asesinados frente a ella, no sintió odio, no sintió nada.
Todo su clan había perecido en una gran guerra con el clan vecino y fue por su culpa, su madre había logrado escapar junto con su amante y su hermana mayor, pero algunas personas que habían sido contratadas para matarlos a ellos los encontraron en menos de un año, no importando cuantas veces cambiaran de casa, ciudad o nombre, ya los tenían en la mira, habían sido casados como animales hasta ser exterminados.
Gracias a que no se parecía en nada a su clan que era común que tuvieran los ojos y cabello negros y piel crema, ella había tenido el cabello castaño y ojos azules, muy extraño ya que cuando ocupaba el poder de su clan que solo se otorgaba el ver a alguien morir sus ojos cambian a ese tono negro, pero su cabello seguía teniendo el mismo tono castaño de siempre.
-Sensei nuestro avión partirá pronto
-Muy bien, vayámonos
Hitomi sonrió antes de tomar a la joven de su mano, Irene pronto tomo su otra mano antes de que su hermano pudiera hacerlo, Seyra sonrió sin poder evitarlo, si definitivamente este podría ser el inicio de algo, tal vez una gran amistad o tal vez una familia, solo el tiempo lo diría.
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-Pensé que nunca más te volvería a ver, Hisoka
-Padre –saludo con una fría sonrisa –realmente no vengo a verte a ti, ¿Dónde está?
-No lo sé, tuvimos una pelea esta tarde y sé fue, no pude encontrarla
El señor se levantó para que de sus ropas callara un extraño papel doblado, lo levanto ignorando la mirada irritada en su hijo, lo desdoblo rápidamente para comenzar a leerlo.
~ Lectura ~
Querido padre, sé que no te gustara lo que escribe en esta carta, pero ya no puedo seguir con esta farsa, soy como mi hermano, me gusta pelear, sentir la adrenalina al encontrar un rival fuerte, quería decirte que lo siento mucho en persona, pero no pude, por eso te escribo.
Padre, encuentra una mujer más linda, que de verdad te quiera a ti y por lo que eres, no por tu dinero, me voy a entrenar con mi maestra, cuando tenga la edad requerida presentare el examen de cazador, buscare a mi hermano y me quedare con él cuando lo encuentre, no sé si volveré a verte, así que te quiero mucho y siempre te querré.
Con amor Hitomi
~ Fin Lectura ~
Varias lagrimas fluían libremente por el rostro del adulto al terminar de leer la carta, sin tener mucho cuidado le lanzo la carta a su hijo, el cual la atrapo con bastante facilidad, sus ojos dorados escanearon con rapidez la carta para que una sonrisa se plantara en su expresión.
-Bueno eso cambia mucho mis planes
-Hisoka no te atrevas a acercarte a ella –advirtió su padre con severidad.
- ¿Por qué piensas que te haré caso?, no eres nada, eres débil
Sin cuidado alguno el joven arrojo el cuerpo inconsciente de la mujer a su padre antes de salir, ni siquiera valía la pena matarlos como lo había hecho días antes con su madre, además ya sabía quién era esta supuesta maestra con quien se iría su hermana, era inconfundible. Sus ojos viajaron a la carta de su hermana para ver la rosa completamente roja junto al nombre de su hermana, solo conocía a una persona que ocupara esa rosa como firma, la maestra de piso en el coliseo del cielo. Una joven de belleza increíble y habilidades impresionantes, su sonrisa se agrandó cuando recordó su primer encuentro con aquella bella adolescente.
~ Flash Back~
Había terminado su lucha hace poco recibiendo un pequeño papel para ir directamente al piso ciento cincuenta, eso le irrito bastante, era un buen luchador, ¡Todo el mundo podía verlo!, ¿Por qué no lo mandaron directamente al piso doscientos?, era inaudito.
Tan perdido en sus pensamientos que no se dio cuenta que estaba caminando directamente a una joven chica que de igual forma parecía perdida en sus pensamientos, ambos cuerpos chocaron, pero Hisoka rápidamente se compuso logrando permanecer en pie, desafortunada mente la chica no había tenido la misma suerte.
Sus dorados se enfocaron en la joven tirada en el suelo, dorados se enfrentaron a azules tormentosos, pero poco a poco esos tormentosos parecieron cambiar a un zafiro brillante. Algunos susurros se hicieron presentes y Hisoka se dio cuenta de que la mayoría lo miraba y pocos se atrevían a señalarlo, ¿acaso tenía algo en la cara?, una risita llamo su atención, sus ojos dorados miraron los hipnotizan-tes azules que le devolvieron la mirada.
-Ignóralos –sugirió al levantarse con facilidad, sus manos limpiando la suciedad invisible de su ropa –una disculpa por tropezarme contigo, estaba perdida en mis pensamientos, por cierto, me llamo Seyra un gusto...
-Hisoka –informo con una pequeña sonrisa divertida en su expresión.
-Hisoka –murmuro suavemente, probando el nombre para no equivocarse.
Por un momento Hisoka sintió algo al escuchar el suave murmuro de su nombre por la joven frente a él, pero lo ignoro, Seyra sonrió mirando al joven frente a ella, analizando lo, el nombre le quedaba, había logrado ver algunas batallas y no sabía por qué aun no llegaba al piso doscientos.
-Bueno Hisoka, espero encontrarte en algún momento en la cancha, eso sí logras llegar al piso doscientos y obtener diez victorias
Seyra sonrió juguetona mente al alejarse con un movimiento de su mano en despedida, algunos varones pronto comenzaron a seguirla a pesar de que la joven claramente no les prestaba atención, Hisoka miro Seyra alejarse con gran clama a pesar de sus seguidores, por un momento se preguntó si era una gran peleadora ya que no era muy frecuente encontrar a una chica en el coliseo del cielo.
Hisoka noto cuando la joven entro en el elevador del que llego, sus ojos se volvieron a encontrar, pero esta vez en lugar de encontrarse con los zafiros que esperaba fue recibido por unos oscuros como la misma oscuridad.
Un aura comenzó a cepillar contra su piel, cubriéndolo por completo, su cuerpo se relajó notablemente ante el aura cálida que lo envolvía hasta que de un momento a otro se detuvo, sus ojos se abrieron sorprendidos al notar que se habían cerrado y su cuerpo se quedó con ganas de seguir sintiendo esa calidez. Los ojos negros de Seyra regresaron a la normalidad segundos antes de que las puertas se cerraran por completo.
Negó molesto antes esa sensación para continuar su camino a recepción, pero se detuvo en seco, como si sus pies hubieran sido clavados en el suelo, miro a una de las tantas pantallas, sus piernas parecían llevarlo sin su consentimiento, algunas de las pocas personas mirando la pantalla al notarlo se alejaron reconociendo lo,
Sus ojos brillaron intensamente al ver unos zafiros en la pantalla frente a él.
~ TV~
-Esta es otra victoria más para nuestra más joven maestra de piso de la historia, Seyra, señorita Seyra que se siente volver a ganar por su titulo
-Estoy realmente agotada
- ¿La pelea fue más de lo que se esperaba ?, ¿su contrincante le dio pelea esta vez?
-Todo lo contrario, fue muy aburrido, estoy agotada de tener rivales supuesta mente fuertes, espero que llegue el día que alguien me rete y gane para que pueda recuperar mi motivación en fortalecer mi fuerza y regresar para recuperar mi título, si diera el caso, bueno si eso es todo me retiro
- ¡Espere!
Seyra ignoro el grito del reportero para continuar con su camino, realmente no queriendo estar más tiempo en compañía de nadie, sus pasos la llevaron a la salida más cercana que estaba rodeada de varios varones que eran contenidos por guardias de seguridad, sus piernas continuaron su camino, su mirada fija al frente ignorando a cualquiera que intentara llamar su atención.
Algunos de los varones lograron burlar la seguridad para seguir ciegamente a la joven chica, mientras los guardias perseguían a los admiradores para que no molestaran a la maestra de piso, se notaba que a la mayoría no le interesaba que fueran ignorados por su interés.
-Bueno es todo por el momento, acompáñenos la próxima vez que nuestra campeona vuelva a ser desafiada, aquí en el coliseo del cielo.
~ Fin TV~
Hisoka estaba aturdido, la misma chica con la que había cruzado camino resultaba ser una maestra de piso, no lo podía creer, su vista regreso por donde la joven se había ido para después sonreír fríamente al recordar las palabras de la joven.
Espero encontrarte en algún momento en la cancha, eso sí logras llegar al piso doscientos y obtener diez victorias
Pronto el joven siguió su camino, la fría sonrisa todavía presente en su rostro, una idea en mente.
-Claro que nos veremos en la cancha y cuando te gane, ganare más que un simple título
~Fin Flash Back~
-La vida es cada vez más interesante –sonrió al sacar su celular con rapidez, no espero mucho para que le contestaran –hola~ ¿cuento tiempo de no hablarnos?
- ¿Que deseas?
-Necesito un favor, podemos vernos
- Mañana en el lugar de siempre
Eso basto eso para que la llamada terminara, Hisoka se río entre dientes al continuar su camino, era bueno tener conexiones en el bajo mundo, aunque tenía que asegurarse de que su ´amigo´ no iniciara una pelea con su interés personal, haya sido un accidente o no la última vez casi se matan mutuamente.
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Bueno hasta aquí el primer capítulo, mis historias normalmente se publican en Wattpat y Quotev, sin mas que decir nos veremos en el próximo capítulo.
