"Hey, Yuigahama, ¿cuál es tu género favorito?"

"¿Eh? ¿De qué exactamente, Hikki?"

"Música."

La pelirrosa se dio unos toques ligeros en la barbilla con su celular, pensando.

"Pues, escucho de todo un poco, supongo." Respondió, con una sonrisa tonta.

"¿Umm? Pensé que amabas el género pop, Yuigahama-san." Yukinoshita levantó la vista de su libro, interesada por su respuesta.

"¿Por qué dices eso?"

"Bueno, seguramente no es porque todas las tardes tarareas una canción así, o por tu ringtone, o porque siempre cantas eso cuando vamos al karaoke. Claro que no, ¿cómo crees?"

Hehe.

"¡Eso fue innecesariamente sarcástico, Hikki!"

"Tranquila, Yuigahama-san," Yukinoshita cerró la novela con un sonido seco, y continuó.

"Aunque lo que esa excusa de hombre dice es parcialmente cierto, realmente tengo curiosidad.

La chica en cuestión finalmente dejó de mirarme con un puchero, y volvió la vista hacia la presidenta.

"Umm, bueno…" Dijo, mientras observaba repentinamente el suelo, moviendo nerviosamente sus dedos. Hundió aun más su cabeza contra su pecho antes de responder. "Si tuviera que elegir uno, creo que sería el metal."

Miré al otro extremo de la mesa, y efectivamente, Yukinoshita tenía la misma expresión que yo.

¿Qué?

"¿Qué?" Repetí, esta vez en voz alta. ¿Le gusta el metal? ¿Desde cuándo? "¿Desde cuándo?" Oh, mira, un deja vú.

Yuigahama ahora se había encogido más, parecía un cachorro que estaba siendo regañado.

Lindo.

¡No, espera, ese no es el tema!

"Ehh, pues, desde que entré a la secundaria, creo." Respondió, con un susurro casi inaudible.

Estoy bastante seguro de que mi cara seguía con la misma expresión estúpida, pero realmente, no me podría importar menos.

"Pero, ¿cómo?" Inclinado ligeramente sobre la mesa, me acerqué inconscientemente a Yuigahama. "¿Alguien te enseñó? ¿La escuchaste por accidente y te gustó?"

"Pues, diría que lo primero." Levantó la cabeza lo suficiente para mirarme. "Bueno, fue a mitad de primer año, yo estaba conversando con mis amigas y un chico se acercó de pronto, dijo que había algo que teníamos que escuchar, y que era muy importante, así que le dijimos que dejara de jugar y nos lo mostrara."

Me acerqué más, esta vez voluntariamente. "¿Y...?"

"Pues, él puso una canción, y mis amigas y yo nos sorprendimos cuando empezó," Su mirada iba alzándose a medida que avanzaba su relato. "Ellas le dijeron que se largara y que se muriera, ya sabes, lo que dicen las chicas cuando se sienten ofendidas, pero, curiosamente, yo no. Ese tema había despertado un interés en mí, no sé, como una especie de atracción, supongo."

Escuché atentamente cada palabra que decía, perplejo. "Entonces, le preguntaste el nombre de la canción, ¿verdad?"

"Uhum, eso fue exactamente lo que hice." Su expresión alegre ahora contrastaba con el aire vergonzoso que había tenido alrededor hace unos segundos. Sus ojos ahora estaban al mismo nivel que los míos.

Ja. Son bastante lindos.

¡Maldita sea, concéntrate Hachiman!

Ejem.

"Sigue."

Ella apartó un poco la mirada y continuó. "Él estaba bastante sorprendido, obviamente. Me dijo que solo lo había hecho como una broma, y que no esperaba que alguna de nosotras mostrara interés. Le respondí que no todas las chicas son iguales. Me dio el nombre con una sonrisa divertida. Le agradecí y me fui a casa con mis amigas."

"¿Y desde ahí empezaste a escuchar más y más, ¿no?" Finalmente relajé mi postura y me recosté en el espaldar de la silla.

"Sí." Respondió, mientras levantaba su celular. "De hecho, tengo muchas canciones aquí."

"Ya veo." Dije, mientras apreciaba los detalles del aparato. No parecía algo que contuviera en su interior algo tan fuerte como el metal. Por ningún lado.

"¿Pensabas que por ser una mujer no podría gustarme algo así?" Hizo otro puchero y se dio la vuelta rápidamente, con un ligero "¡Hum!"

Me reí sardónicamente. "Por favor, ¿me ves como alguien que tiene esa clase de ideas erróneamente preconcebidas?" Junté mis manos con los entrelazados detrás de mi cabeza, para usarlas como soporte.

Yuigahama giró lentamente, riéndose con suavidad. "Tienes razón. No eres el tipo de chico que pensaría eso, Hikki." Y agregó, con un ligero tinte rojo en las mejillas. "Eso me gusta de ti."

¡Ugh! ¿Qué es esto? ¿Quién es esta adorable criatura? Lo siento, pero Totsuka es la(?) única(?) para mí.

Tosí fuertemente, para disimular mi apuro por esa última frase. "Eh, sí, uh, bueno. A mí también me gusta esa parte de mí."

Oh, por la p-

Tenías un trabajo, Hachiman.

Para mi sorpresa, escuché una risa a mi lado, que provenía de la 'metalera pelirrosa'. Heh, qué buen apodo. ¡Toma eso, Yukinoshita, los míos son mejores!

Espera, ¿Yukinoshita?

Giré la cabeza a una velocidad desconcertante, y me encontré con la misma expresión de hace 20 minutos.

¿Había permanecido así durante toda la conversación? ¿En serio le impactó tanto?

Yuigahama, al notar mi incrédula mirada, también volvió la vista hacia la izquierda, dando un sobresalto cuando finalmente posó su atención sobre la presidenta inmóvil.

"¡¿Yukinon?!" Se abalanzó frenéticamente sobre su amiga, sacudiéndola mientras la tomaba de los hombros, gritando que despertara.

Algo de lo que no me percaté es que Yukinoshita había estado repitiendo una palabra durante esos 20 minutos.

"Metal, metal, metal, metal, metal, metal…"


Bueno, volví.

Después de… más de 1 año y medio, ¿no?

Carajo, el tiempo pasa demasiado rápido. Bien, si de alguna manera, quieren una explicación de mi tan prolongada ausencia, me temo que no hay una más que: Lo olvidé.

En serio, olvidé que estaba escribiendo, y además estaba sufriendo un bloqueo grande en ese momento, por lo que dejé de escribir y, bueno, eso pasó.

De momento, no sé si continuaré o no, escribí esto porque sabía que si no lo hacía iba a morir, así que, no prometo nada.

Adiós, y me disculpo por no haber dicho algo.