Saludos a todos los seres que habitan , este es mi primer intento en un crossover espero que no salga tan mal.

Como quiera que sea las series en cuestión serán Fairy Tail y Zero No Tsukaima espero que lo disfruten, aunque antes dejo el disclaimer.

Fairy Tail es propiedad de Hiro Mashima, así como Zero no Tsukaima es propiedad de Noboru Yamaguchi (R.I.P).

/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/

Capítulo 1: Regreso.

Un portal de invocación se abría en frente de Saito, esto para el chico no era nuevo, sin embargo no entendía porque había un portal frente a él, Louise la chica que lo había invocado para ser su familiar se encontraba junto a él confundida igualmente.

—Saito, esto no tiene sentido, no hay ninguna razón para que haya un portal de invocación para ti, no necesitamos volver. —decía la peli-rosa preocupada.

—Louise, en realidad no entiendo porque está pasando esto, aun así sé que hay alguna razón por la que debo ir. —Contesto el chico decidido.

—Aun así, Saito, no tenemos que regresar, aquí tenemos una buena vida.

—Lo siento Louise, pero volveré.

—¡Saito!, ¡Aunque estemos juntos aun eres mi familiar!, así que te ordeno que te quedes, no tenemos ninguna razón para regresar.

Sin escuchar las palabras de Louise, Saito atravesó el portal inmediatamente.

—¡Ah maldición ese perro! ¡Cómo se atreve a ignorar las órdenes de su ama!

Tras unos segundos y al ver que el portal parecía comenzar a cerrarse Louise fue detrás de Saito, en cuanto cruzo el portal se encontró en un lugar en el que jamás había estado, Saito se encontraba frente a ella y parecía estar bastante confundido.

—Louise, ¿tienes idea de donde nos encontramos? —Pregunto Saito mientras miraba el lugar con detenimiento.

—No, nunca había estado aquí. —Respondió la chica con confusión en su voz.— ¡Maldición Saito, viniste aquí sin pensarlo ni un momento!

—Lo siento, pero algo me dice que me necesitan aquí, que nuestros amigos están en peligro.

—Aun si es cierto, no tienes ningún arma disponible, ¿Qué harás si existe algún peligro? —Señalo la chica mientras se acercaba a donde él se encontraba.

—Aun así tenía que venir. —Respondió el sin dar mayor detalle.

—Como sea, en este momento nos vamos. —Finalizo Louise mientras comenzaba a recitar el hechizo necesario para un nuevo portal a su hogar.

Sin apenas prestar atención a Louise, Saito continuo observando su alrededor, el tiempo evidentemente había marcado su paso por aquel lugar, por lo que se podía ver ese lugar había sido un castillo en algún momento, sin embargo las paredes se notaban desgatadas, y parecía que el lugar no se mantendría en pie mucho más tiempo.

—¡Maldición! ¿Por qué no funciona? —Se preguntó Louise.

—¿Qué no funciona?

—No puedo abrir un portal de regreso.

—¿Estas segura de que lo estás haciendo correctamente?

—Claro que estoy segura.

—Bueno, en cualquier caso, no lograremos nada quedándonos aquí, vamos Louise exploremos un poco el lugar. —Sugirió Saito mientras la tomaba de la mano y comenzaba a caminar a la puerta más cercana.

Ambos jóvenes comenzaron sin más alternativa su expedición en aquel lugar, en cuanto salieron del largo pasillo donde se encontraban un amplio comedor los recibió, había platos y copas como si alguien hubiera estado ahí recientemente, sin embargo los alrededores decían lo contrario, una larga mesa al menos para 20 se encontraba cubierta de polvo, varias de las sillas se encontraban ya desechas por el paso del tiempo.

—Saito, creo que nos deberíamos ir de aquí lo más rápido posible, no me siento segura aquí. —dijo Louise mientras se acercaba más al chico.

—Creo que tienes razón, hay algo en este lugar que no se siente bien, aunque no sé qué es.

La pareja siguió su exploración por aquel lugar sin tener demasiada suerte para encontrar una salida, cada puerta que abrían los llevaba a una nueva habitación, o si tenían suerte a algún corredor nuevo, sin embargo aún no tenían muy claro en donde se encontraban en aquel momento.

Tras unos minutos más caminando sin ningún rumbo especifico se encontraron con una pesada puerta de metal, sin embargo al empujarla se abrió lo suficiente para que ambos pudieran pasar. Dentro del nuevo cuarto donde se encontraban había encendidas varias antorchas, probando que definitivamente no había pasado mucho tiempo desde que alguien había estado ahí, la única alternativa que tenían para salir de ahí era una puerta doble a la que se acercaron inmediatamente.

Cuando estaban por abrir la puerta Saito se detuvo súbitamente.

—¿Qué pasa Saito po… —Intento decir Louise antes de que Saito la callara colocando su mano sobre sus labios.

—Silencio, creo que escuche algo del otro lado de la puerta. —Explico Saito en voz baja mientras acercaba su oído a la puerta para intentar escuchar mejor.

—Así es, ya deben encontrarse aquí, no creo que tarden mucho antes de mostrarse ante nosotros.

—¿Estarán hablando de nosotros? —Se preguntó Saito mientras seguía oyendo la conversación.

—Si mi amo, sabemos en donde se encuentran los elementos necesarios, claro no lo decepcionare. —Continuo la persona desconocida.

Pocos segundos después Saito dejo de escuchar nada proveniente de aquel cuarto.

—Ya podemos continuar. —Señalo mientras alejaba su oído de la puerta.

—¿Qué fue lo que oíste? —Pregunto Louise un poco preocupada.

—Solo pude escuchar la voz de una mujer, creo que estaban hablando sobre nosotros, no lo puedo asegurar pero creo que así fue. —Contesto Saito seriamente.

—¡Maldición Saito, te dije que no teníamos motivo para regresar, y ahora no sabemos en lo que estamos metidos! —Exclamo Louise mientras golpeaba el hombro del chico en repetidas ocasiones.

—Aun así, ahora estoy más seguro que nunca de que por alguna razón teníamos que venir, estoy seguro que algo está pasando. —Finalizo Saito mientras abría la puerta frente a ellos.

Al no tener más opción Louise siguió tras de Saito, al otro lado de aquella puerta se encontraba lo que parecía haber sido la armería de aquel castillo en algún momento, sin embargo ahora mismo quedaba poco o nada del armamento que podía llegar a tener y el poco que había se encontraba en condiciones lamentables.

Saito observaba las estanterías prácticamente vacías de aquel cuarto, algunas con más armas que otras, sin embargo ninguna se encontraba en buen estado. Algunas más oxidadas que otras.

—Supongo que para como están las cosas esto es mejor que nada. —Susurro Saito resignado mientras tomaba una espada larga de una mano.— Imagino que esto servirá por ahora.

Aquella espada era simple, el mango en su tiempo había sido dorado, sin embargo ahora con el óxido se veía más bien gris, el filo del arma ahora se veía rojizo y parecía que se rompería al primer intento de usarse.

La pareja salió por una nueva puerta, finalmente salieron a lo que parecía la entrada principal de aquel lugar. Un vestíbulo típico, una puerta a cada extremo y una escalera al centro con la puerta de salida al extremo opuesto de las escaleras, la joven pareja se dirigió hacia dicha puerta deteniéndose nuevamente al escuchar la voz de aquella mujer, sin embargó esta vez Saito no pudo entender nada de lo que estaba diciendo.

—Parece que ya no está, salgamos. —Sugirió Saito mientras abría la puerta y salía.

La chica obedeció las palabras del chico sin ningún retraso, una vez estuvieron fuera se encontraron en un pueblo, dicho pueblo al igual que el castillo mostraba un evidente paso del tiempo y a su vez también se encontraba abandonado.

Mientras caminaban por las calles del pueblo abandonado Saito se limitaba a mirar decepcionado la espada que acaba de conseguir.

—No sé si está espada pueda tener alguna utilidad después de todo. —Comento Saito a modo de reclamo.

—Aun así, creo que es mejor a que andes desarmado. —Añadió Louise mientras le daba unas palmadas en el hombro intentando animarlo.— Y bueno, ¿tienes alguna idea de a dónde nos dirigimos?

—Si te dijera que si te estaría mintiendo, en realidad solo me estoy dejando llevar por mi instinto, aunque puede que no se la mejor, aun así no tenemos ninguna otra opción. —Respondió el mientras miraba su entorno detenidamente.

—¡Estamos aquí por tu culpa, así que es tu obligación encontrar la salida! —Exclamo Louise bastante molesta.

—¿Por mi culpa? ¡Y quien te pidió que me siguieras! ¡Tú estás aquí porque quieres!

—¡Como te atreves a contestarle a tu ama de esa manera! —Grito Louise mientras sacaba un látigo de alguna parte.

—¡NO! ¡Espera Louise! ¡No es buen momento para esto! ¡Ten piedad de mí!

Sin hacer mayor caso a las palabras del chico Louise le propino varios latigazos dejándolo cerca de la inconciencia, y sin esperar nada la peli-rosa comenzó a caminar por su cuenta.

—Lo seguí porque me preocupo por él y esto es lo que obtengo a cambio, ese perro nunca va a cambiar. —Se dijo Louise a si misma mientras continuaba caminando por el pueblo.

—Espera Louise es peligroso que te vayas tu sola. —Señalo Saito mientras con dificultad intentaba ponerse de pie.

—No quiero que me sigas, después de todo querías estar solo, ¿no es así? —Finalizo la peli-rosa mientras se alejaba dando pasos bastante largos.

A los pocos segundos Louise estaba fuera del rango visual de Saito quien aún no lograba ponerse de pie después de la golpiza que acaba de recibir.

Su cuerpo se encontraba lleno de golpes y moretones por cualquier parte, con esfuerzo Saito ahora se encontraba de pie y comenzó a caminar tratando de alcanzarla, sin embargo las heridas por todo su cuerpo le dificultaban esa tarea bastante.

Y sin siquiera darse cuenta ella misma Louise ahora se encontraba muy lejos de Saito, sin la menor idea de hacia dónde dirigirse, No era la primera vez que algo como eso ocurría, generalmente con su temperamento Louise terminaba haciendo la cosas por mero impulso apenas pensándolas por unos pocos segundos, para poco después arrepentirse, en ocasiones anteriores había dejado seriamente lastimado a Saito por malentendidos sin darle la oportunidad al chico de poder decir nada en su defensa.

—Quisiera saber en dónde me encuentro, ¿habrá sido mala idea alejarme de Saito? —Se preguntó Louise tras darse cuenta que el chico no la había seguido.

Aun sin pensar las cosas la peli-rosa continuo caminando sin ningún rumbo en específico, camino por varios minutos, sin embargo los alredores no cambiaban lo único que veía eran casas por doquier, ni una sola seña que la pudiera orientar.

—Seguro ese perro solo regreso porque extraña ver a las demás chicas, aun no entiendo esa fijación por los pechos grandes. —Se decía Louise a si misma mientras tocaba su pecho.— No es como que sean tan importantes, hay cosas más importantes en un chica que el tamaño de sus pechos.

Por su parte Saito se encontraba buscando a la chica desesperadamente, había pasado cerca de una hora de que lo había dejado atrás y no encontraba señales de la maga por ninguna parte. El joven Hiraga caminaba con dificultad usando las paredes de las casas como apoyo para no caer al suelo nuevamente.

—¡¿Louise maldita sea donde te metiste!? —Exclamo Saito frustrado.

Louise por su parte se comenzaba a asustar, tenía ya bastante tiempo que se había separado de Saito.

—Tranquilízate Louise, solo tienes que abrir un portal y reunirte con Saito, si, calma es una solución simple. —Se decía la chica para intentar tranquilizarse. ¡Ah olvide que no puedo abrir portales en este momento!

Sin mayor opción la chica continuo su caminata, frustrada, asustada, molesta y pero por encima de todo asustada, por alguna razón ese lugar le daba una sensación extraña, todo ese lugar estaba vacío, y aun así Louise sentía que algo o alguien la estaba vigilando.

—Ahora sí que estoy segura de que no fue buena idea alejarme de Saito, ¿Dónde estás Saito?

El entorno no cambiaba, solo casas y más casas, aun así parecía que todo estaba cada vez más oscuro, la ansiedad que Louise sentía no hacía más que aumentar ahora sentía una fuerte presión en el pecho, y esta a su vez aumentaba a cada segundo.

—Solo relájate Louise, quédate en un lugar y seguro Saito te encontrara, no tienes que preocuparte de nada. —Insistía Louise intentando calmarse.

—Así que en realidad vinieron, bienvenida de nuevo usuaria del vacío. —Dijo una mujer desde el tejado de una de las casas.

—¿Tú quién eres? —Pregunto Louise tomando una posición defensiva.

—¿Yo? Tan solo una simple admiradora, señorita Valliere. —Contesto ella con tono sarcástico para poco después saltar y encontrarse al mismo nivel que Louise.

—¡No te me acerques! —Ordeno Louise mientras alzaba su varita y la apuntaba directamente hacia la mujer desconocida.

—Tranquila no tengo intención de hacerte daño. O eso quisiera decirte. —Comento ella mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro. —Señorita Valliere podemos hacer esto por las buenas o por las malas, es su elección.

—¿Qué es lo que quieres de mí? —Pregunto la peli-rosa aun sin bajar la varita.

—¿Querer? Yo tan solo quiero conocerte un poco mejor. —Ahora, ¿nos vamos señorita Valliere? Estaría complacida si cooperara.

Cuando la mujer avanzo hacia el frente finalmente Louise pudo ver con detalles su atuendo, una simple capa café que le cubría hasta el rostro, además de llevar sandalias.

—No te acerques más, no quiero tener que lastimarte. —Amenazo Louise sin soltar la varita.

Aun antes de que Louise se pudiera dar cuenta la mujer se encontraba frente a ella y ágilmente había desarmado a la peli-rosa, en apenas unos cuantos segundos.

—¿Lastimarme? No veo como podrías hacerlo, te agradecería que reconsideraras tu situación. —Pidió la desconocida al tiempo que tomaba a Louise de la muñeca.

—¡Y yo te agradecería que soltaras a Louise en este momento!

—¡Saito! ¡Saito sabía que vendrías a salvarme. —Exclamo Louise.

Sin dar mayor oportunidad Saito se lanzó hacia aquella mujer con su arma desenfundada atacando con rápidas estocadas que a su vez eran ágilmente esquivadas por la mujer.

—Así que Gandalfr está aquí, el joven de otro mundo Hiraga Saito; lo siento pero no puedo quedarme a jugar. —Musito la mujer mientras retrocedía un poco.

—Si te vas ahora mismo no te hare daño, es tu ultima oportunidad.

—Eres tan divertido como la señorita Valliere, pero como te dije no tengo tiempo para juegos así que terminare con esto rápido. —Anuncio la desconocida mientras se movía directamente hacia el frente de manera muy rápida.

Al ver los movimientos de su oponente Saito intento atacar de frente lanzado varias estocadas sin lograr acertar en ninguna oportunidad aun así dejando un pequeño rasguño en la mejilla de la mujer.

—Veo que hablabas en serio, aun así te falta bastante habilidad para poder compararte conmigo, vaya en realidad estoy decepcionada esperaba más de ti Hiraga Saito. Como sea es hora de que le ponga fin a esto.

En cuanto termino de hablar y antes de que Saito pudiera darse cuenta la mujer se encontraba frente a él y sin perder tiempo le propino un codazo en el plexo solar que lo dejo de rodillas al instante.

—Si te alejas ahora mismo desistiré de hacerte daño, aunque si insistes en enfrentarme no me quedara más remedio que matarte, la elección es tuya. —dijo la mujer de manera calmada.

Sin hacer caso a las palabras de su oponente Saito se puso de pie nuevamente y alzo su espada en dirección a ella con un poco de dificultad.

—No te preocupes cuidare muy bien de la señorita Valliere. —Continúo la mujer con el mismo tono calmado.

—Aun si sé que no tengo oportunidad de vencer, aun si sé que voy a morir. ¡No dejare que pongas una mano sobre mi Louise! —Declaro Saito sin dudar.

—Sí que eres interesante, Hiraga Saito. Entonces te destruiré si eso es necesario para tomar lo que quiero.

Sin más la mujer comenzó a avanzar hacia el chico, Saito mantenía su espada en alto aunque mantenerse en pie parecía ser algo complicado para él.

—Saito detente, ella es más fuerte que tú. —Pedía la peli-rosa mientras se abrazaba al chico.

Con dos pasos largos la mujer se encontraba frente a Saito, y sin darle mayor oportunidad con una patada lo mando de lleno al suelo.

Una vez más Saito se levantó lentamente usando esta vez la espada como una especie de bastón.

—Hiraga Saito, veo que dependes exclusivamente del poder de tus runas, pero lamentablemente no tendrás oportunidad para corregir este error. —Declaro la mujer mientras lo señalaba con el dedo.

Sin más la mujer levanto la mano y en un instante se cubrió en llamas.

—Hasta nunca Hiraga Saito. —Y con estas palabras la mujer lanzo el torrente de llamas hacia Saito.

Antes de que las llamas pudieran alcanzarlo un hombre apareció frente a él absorbiendo completamente las flamas que fácilmente hubieran acabado con el peli-negro.

—Vaya este fuego sí que sabía asqueroso. —Declaro el chico de cabello color rosa.

—El… El… El acaba de comerse el fuego. —Musito Louise incrédula.

—No entiendo muy bien qué problema haya entre ustedes, aun así yo te detendré. —Expreso el peli-rosa mientras apuntaba a la mujer con el dedo.

—Un estorbo más, tan solo retrasan lo inevitable, si no quieres problemas harías bien en retirarte ahora mismo. —Agrego la mujer con desidia.

—Creo que no me escuchaste acabo de decir que te detendré, creo que sería mejor que tú te fueras. —Respondió el sin dar ni un paso atrás.

—¡No estorbes! —Exclamo ella lanzándose hacia él y acertando una patada en el estómago, haciendo retroceder al joven un poco.

—Ahora estoy encendido. —Fueron las palabras del peli-rosado antes de envolver sus puños en llamas y atacar a la mujer propinándole un par de puñetazos que la hicieron retroceder varios metros.

En cuanto la mujer tuvo distancia comenzó a lanzar llamaradas hacia el chico, quien se limitaba a esquivarlas con facilidad o a comerlas ante la incrédula mirada de Saito y Louise.

—Creo que ya va siendo hora de terminar con esto. —Declaro el chico peli-rosa.

La mujer se colocó en una posición defensiva preparándose para recibir cualquier ataque de su oponente.

¡KARYUU NO HOKOU! —Exclamo el peli-rosa mientras un torrente de llamas salía disparado de su boca hacia la mujer desconocida.

Saito y Louise no podían hacer nada más que observar, horrorizados esperando ver el cadáver calcinado de aquella mujer, sin embargo cuando las llamas se disiparon no había nada frente ellos y este chico que acaba de aparecer para ser su salvador.

—Esta chica solo era charla, pensé que sería un reto un poco mayor. —Comento el peli-rosa evidentemente decepcionado.— Como sea me alegra ver que ustedes se encuentran bien.

Tanto Louise como Saito seguían incrédulos ante lo que acaban de ver, esta mujer con la que no hubieran tenido oportunidad fue forzada a escapar fácilmente por este chico, sin duda es por el que Saito seguía con vida y Louise no había sido secuestrada, aun sabiendo esto no podían evitar pensar en el como un monstruo.

—Me llamo Natsu Dragneel, encantado de conocerlos. —Hablo el peli-rosa mientras sonreía de oreja a oreja y extendía su mano hacia Saito.

—Natsu creo que te excediste un poco si tu rugido hubiera acertado, sin ninguna duda hubieras matado a aquella mujer. —Exclamo un gato azul que llegaba volando, para contribuir aún más la incredulidad de Louise y Saito.

—El gato hablo. —dijo Saito mientras observaba a la curiosa pareja.

—Él es Happy, ha sido mi compañero desde la infancia. —Respondió Natsu sin darle mayor importancia.

—Yo soy Saito, Hiraga Saito. —Se presentó el peli-negro aun sorprendido.

—Louise de La Valliere. —Dijo la peli-rosa de la misma manera que Saito.— Gracias por salvarnos.

—No fue nada. —Contesto Natsu aun con su sonrisa.

/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/

Bueno gente hasta aquí llega el primer capítulo de este fic que ciertamente no debería estar haciendo para darle prioridad a otros que tengo pausados por tanto tiempo que ya parece que son el manga de HunterxHunter, como sea una vez que una idea llega a mi cabeza la única manera en que puedo sacarla es escribiéndola y de ninguna otra forma.

En fin después de una larga pausa sin escribir fics aquí está un nuevo intento, y espero ir retomando mi habilidad (si es que alguna vez existió) conforme escriba más.

Como sea, un saludo y disfruten su fin de semana.