Casa nueva, vida nueva.
Por las calles de Konoha, se podía ver una cabellera rosa caminando a paso lento, disfrutando de la hermosa brisa mañanera. Sakura se dirigía a su trabajo como todos los días, ella trabaja en el Hospital de la aldea, y tenía que admitir que de verdad amaba lo que hacía. Había pasado tanto tiempo entrenando con Tsunade – sama, y ahora ponía todos esos conocimientos en práctica ayudando a las personas de su querida aldea.
La joven kunoichi iba metida en sus pensamientos: tenía que comprar las cosas para su nuevo hogar, ya que a sus 18 años no podía pretender seguir viviendo con sus padres, y había decidido alquilar un departamento en una zona cercana a su trabajo. Tenía, además, que ir a entrenar con Naruto y Sasuke ya que su sensei se había ido a una misión y no sabía cuándo volvería. A las 20:00hs, iría a lo de Hinata para juntarse con las chicas ya que era Viernes y necesitaba salir y disfrutar con sus amigas! Luego de todo eso regresaría a su casa y dormiría hasta las 16:00hs del sábado y… cuando llegue el momento, vería que haría después.
Estaba tan concentrada pensando en todo el trabajo que tenía, las cuentas del depto., y sus ganas de salir con las chicas, que ni se percató del rubio que venía saludándola hacia ya como media hora.
-Sakura- chan, ¿me estás escuchando?- le preguntaba el hiperactivo ninja. - Si, Naruto, ya te escuché- Mentira, no lo había ni sentido (Ayy, Sakura) pensaba su Inner.
-Entonces, ¿qué me respondes?- Insistía su amigo y compañero. - ¿Eh? Disculpa, Naruto, ¿puedes repetirme la pregunta? – Dice cerrando sus ojos y sonriéndole de forma nerviosa.
-¿Viste que no me estabas escuchando? – Dice poniendo su típica cara de enojado. – Gomenasai, Naruto, es que… tengo muchas cosas en la cabeza- Y pone su mano en su frente.
-Mmm… te decía si después de entrenar, querías ir a comer ramen con Sasuke y conmigo- Le pregunta con una sonrisa. – Gomen, Naruto. Hoy tengo demasiadas cosas por hacer- Se disculpa. - Pero podemos ir otro día, te prometo que lo haremos-
-Ohh,¡ Sakura- chan! Siempre estas ocupada- Dice haciendo un berrinche. –Está bien, otro día será, debo irme ¡Hinata me espera! ¡Adiós, Sakura- chan!-
Y así, sin dejarla saludarlo, se fue corriendo como si su vida dependiera de ello. "Algunas cosas nunca cambian", pensó alegremente. Miró su reloj, ¡estaba llegando tarde al trabajo!. Empezó a correr lo más rápido que podía, no podía llegar tarde a trabajar, simplemente ¡NO PODÍA! En su desesperación por tratar de llegar a horario, chocó contra una persona, y estaba lista para golpearse contra el suelo pero unos fuertes brazos la sostuvieron. Abrió sus ojos verdes y pudo ver esa máscara, ese pelo y esa banda tapando su ojo izquierdo.
-Kakashi- sensei…- dijo sorprendida, no sabía que su sensei tuviera los brazos tan bien formados, o por lo menos, nunca los sintió detenidamente. –Sakura, ya no soy tu sensei, ¿recuerdas?- le preguntó el peligris.
-Si, sen… Kakashi, es la costumbre, gomen- Se disculpó- No hay problema, ¿por qué corrías, Sakura?- inquirió su ex sensei. - Es que, me encontré con Naruto y hablamos un rato y me di cuenta que estoy llegando tarde a trabajar- dice algo molesta.
-Oh, ya veo, en ese caso… ¿vamos juntos? Me dijeron que Tsunade- sama está en el Hospital. Tengo que entregarle el informe de la misión. – Sí, claro, ¡vamos!- le contesto rápidamente.
Y los dos se pusieron en marcha hacia el Hospital de Konoha, no estaba muy lejos así que ya no había necesidad de correr.
-Cómo le fue en la misión, sen… Kakashi?- preguntó la pelirosa- Ummm… bien, no fue la gran cosa- contestó despreocupadamente el shinobi – ¿Sí? ¡Pero duró 3 semanas!-
-Sakura, el tiempo que toma una misión no tiene nada que ver con la dificultad de ésta- dijo sabiamente. – Sí… supongo que tiene razón, sen… Kakashi- ¡Como odiaba amagar a decirle 'sensei'! Tenía que acostumbrara a llamarlo por su nombre.
-Bueno, Sakura, ya llegamos- comentó frenando la marcha. Sakura alzó la vista y, en efecto, habían llegado. – Así parece, bueno sen… Kakashi, ¡nos vemos!- Y lo saludó dándole un beso en su mejilla, aunque ésta estuviera tapada por la máscara. Este acto dejó un tanto sorprendido a nuestro jounin favorito "¿desde cuándo Sakura es tan cariñosa?" se preguntó a sí mismo, pero no iba a tener ninguna respuesta, así que emprendió la búsqueda de la irascible Hokage.
Tsunade estaba en la parte de Cuidados Intensivos, monitoreaba el progreso de unos chunnin que había vuelto de una misión de infiltración en la Aldea del Sonido. La misión había salido con éxito, pero los dos estaban muy heridos.
-Bueno, será una semana de reposo para estos dos- le dijo a Shizune que estaba a su lado. – Si, Tsunade- sama- contestó su mano derecha, amiga y compañera. Escribió los registros en las pizarras y las dejó al pie de cada una de las camas de los chunnin, y salieron.
-Tsunade –sama, mi informe de la misión- dijo Hatake dándole un sobre. –Kakashi, ¿podrías saludar al menos?- le preguntó Shizune. –Dejalo, Shizune, nunca va a cambiar- contradijo la Hokage. – Bien, Kakashi, la misión fue un éxito, no esperaba menos de ti.
-Ummm, si usted lo dice…- contestó despreocupado. – ¿Puedo retirarme ya?- preguntó. – Sí, Hatake, puedes. – Dicho esto, el ninja desapareció en su típica nube de humo.- No debería darle tanta confianza a Kakashi, se aprovecha un poco.- dijo Shizune algo molesta por el comportamiento del jounin. – Neee, Shizune, él siempre fue así y siempre lo será, no voy a tratar de cambiarlo. Vamos, estoy segura que tienes pilas de papeles que debo leer y firmar, ¿no?- preguntó la legendaria Sannin.
- Claro, Tsunade- shizuo- contestó Shizune con una sonrisa triunfal. – Pero ni creas que lo voy a hacer sin sake, así que busca unas botellitas y firmo lo que quieras.- "Já, cómo se te borró la sonrisita, chiquita", pensó la rubia de grandes atributos. – Ohh, Tsunade-sama…- iba a protestar pero la mirada peligrosa de la Hokage le dejó en claro que era mejor darle lo que quería. – Ahora vuelvo…- dijo Shizune sin ganas y fue a buscar la bebida para su amiga, ¡Kami-sama! ¡Esa mujer es de lo peor!
Ya eran cerca de las 16:30hs y Sakura terminaba su larga semana de trabajo. Estaba muy cansada, había sido una semana movidita: primero ese derrumbe que hubo el Lunes en una construcción y muchos aldeanos habían salido con heridas bastante importantes, la cantidad de ninjas heridos que tuvo el Martes, ni acordarse de la gran pelea que tuvieron Naruto y Sasuke el Miércoles, el Jueves tuvo que aguantar a Gai- sensei llorando a moco tendido, como si fuera un nene, por su versión en miniatura que se había lastimado la espalda entrenando con Neji. Y el viernes… ese día que TANTO amaba, ese día que le decía "vamos, Sakura, un último empujón y sos libre por dos días", tenía que ser ESE día el día en que todos los niños menores de 5 años tuvieran los típicos malestares de los pequeños. Y en TODO el bendito hospital se escuchaban los llantos. ¡Sabe sólo Kami- sama cómo hizo para encontrar paciencia!
Pero ya está, las horas pasaron ¡y por fin podía salir y disfrutar! Enfiló hacia la florería de Ino-cerda, no quería que ella la acompañara a comprar las cosas para su nuevo depto., pero Hinata estaba con Naruto, y Tenten debe estar "entrenando" con Neji. Así que la última opción que le quedaba era Ino. Suspiro y siguió caminando, caminó y caminó hasta que se topó con una muchedumbre que estaba agrupada en un local, "Ashhh… odio que esto pase, ¿qué será tan importante?" se preguntó, y enseguida la curiosidad la invadió. Quiso ver de qué se trataba pero las personas eran demasiadas, así que enojada retrocedió un poco y pudo observar que, curiosamente, eran todos hombres.
-¿Qué es tan importante para armar tanto quilombo?- dijo en un tono común, era escuchado, pero tampoco era un grito ni un susurro. – El nuevo tomo del Icha Icha Paradise- dice una voz muy familiar. Levanta la miraba y ahí estaba él, leyendo su nuevo librito anaranjado. – Hola, Sakura- saluda con su tono de voz calmo y su único ojo visible arqueado, señal de que estaba sonriendo bajo su máscara.
-Ho- hola sen… Kakashi-kun- le responde algo sorprendida. –Veo que ya estás devorándote tu nueva adquisición- comenta un poco en broma. – Sí, Sakura, la verdad que hace mucho lo esperaba- dice rascándose la nuca y su ojito arqueado.
-¿Y tú qué haces aquí, Sakura? No me digas qué tú también eres seguidora del Icha Icha- pregunta, más en broca que otra cosa. – No, Kakashi-kun, iba a buscarla a Ino y me encontré con una maraña de gente y quise saber de qué se trataba, mira que voy a estar interesada en esos cuentitos pervertidos- le contestó al peligris, cosa que no le cayó muy bien.
- Que no te gusten, no es razón para que los desvalores.- le dijo en un tono serio que a Sakura le provocó un cosquilleo por todo su cuerpo. – Gomen, tenés razón.- contestó algo apenada.
-No importa, Sakura- dijo con su ojito arqueado otra vez. Este hombre sí que la confundía, en un segundo estaba serio, casi enojado diría ella, y al otro estaba tranquilo y sonriendo como si nada. – ¿Y por qué ibas a buscar a Ino? Claro, si se puede saber- le preguntó mientras se ponía a caminar.
Al darse cuenta de esto, lo siguió y le respondió – La iba a buscar para que me ayudara a comprar las cosas para mi nueva casa - dijo para nada entusiasmada. – ¿Y por qué lo dices así?- se había percatado de su desgana.
-Bueno… es que… - suspiro- No tengo muchas ganas de que Ino me acompañe- dijo bajando la cabeza y con cansancio en su tono. – Ummm… ¿y por qué?- él seguía leyendo su preciado libro, pero igual la escuchaba. – Ella es muy molesta, digo, es mi amiga y la quiero pero… seguro va a querer comprar todo lo que a ella le gusta.- contestó lamentándose, imaginando su casa decorada como un circo. – Ummm… ¿y por qué no le pides ayuda a otra amiga?-
-Hinata está con Naruto, y Tenten con Neji… Ino es mi última opción- dijo mirando al frente.- Ummm… es una lástima.- comentó Kakashi. – Sí, aunque…- se le vino una idea a la cabeza, una extra, muy extraña y loca idea. –¿Aunque qué?- preguntó su ex maestro sin dejar de leer.
-Kakashi-kun...- dijo con una voz muy suave y agarrándolo de la muñeca para que parara de caminar. El peligris sintió el agarre y se paró en frente de ella. – ¿Qué pasa, Sakura?- desvió su vista y atención del libro, para posarlas en la pelirosa que aún sostenía el agarre. – Kakashi-kun… ¿no podrías acompañarme a comprar las cosas? Digo, si no tienes nada más importante que hacer…- preguntó mirándolo al ojo y con el mismo tono de voz, pero algo apenada.
- Ummm…- dijo mirándola- ¿Ino no se va a enojar de que la dejas plantada?- cuestionó. –No, ella no sabe que yo la voy a ir a buscar. Como te dije, era mi última opción.- dijo riendo levemente. –Ummm…- volvió a pensar- Pero si no quieres o no puedes, yo lo entiendo Kakashi-kun…- dijo la kunoichi algo cabizbaja.
-Neee, Sakura, no tengo nada importante que hacer. Así que vamos- dijo cerrando el libro y arqueando su ojo. – ¿En serio, Kakashi-kun?- preguntó incrédula. –Sí, Sakura. Tómalo como un premio por dejar de decirme 'sensei'- le dijo con su tono calmado. – ¡Oh, es verdad!- contestó emocionada. –¡Gracias, Kakashi!- y se tiró a abrazarlo. Sin duda la había salvado de Ino, y de una casa-circo.
Él no podía creer que ella lo abrazó con tanto cariño. ¿Desde cuándo su ex alumna era tan cariñosa con él? "Bueno, debe ser así con todos". – No tienes por qué agradecer, Sakura- contestó mientras le devolvía el abrazo con unas palmadas en la espalda. –Vamos, Kakashi-kun- lo tomó de la muñeca y casi que lo arrastró al lugar donde pretendía llegar, no eran más de unas cuantas cuadras.
