Las nubes cubrían toda la extensión de cielo por encima del pequeño poblado de Forks, las personas que vivían allí estaban habituadas al particular climas más bella, la cual ahora estaba en un auto junto con su padre camino a la casa de su infancia no. Ella no era particularmente fanática de la humedad, por lo que sumado al hecho de que no podía siquiera ver el sol, lentamente sentía como su humor decaía.

Lo cierto es que había extrañado mucho a su padre, luego de que se separara de su madre lo había visitado muchos veranos, mas desde hacía cerca de seis años que no lo hacía, no porque no quisiera sino porque sinceramente se le había hecho imposible entre todas las cosas nuevas que había descubierto de sí misma.

Su madre había sido su soporte, la persona más adorada de su mundo y que sin importar que la había ayudado a superar cualquier problema que se le presentara, incluso cuando ella misma no estaba segura de cual fuera el resultado.

Apenas estacionaron enfrente de la antigua casa los recuerdos invadieron su mente en cascada, los veranos corriendo por los bosques, las noches en las que habían hecho fogatas y los viajes a la reserva; recordaba también a los amigos que había tenido aquí, particularmente a Jacob, el hijo del más antiguo amigo de Charlie; Billy.

Todos parecían tan lejanos e inconexos con el presente que vivía, que daban la impresión de ser solo sueños que nunca vieron la realidad.

Su padre fue quien primero bajo de la patrulla y tomo sus bolsos del asiento de atrás, bella se tomó su tiempo para procesar las cosas, se sentía particularmente tímida, era cierto que su padre había estado complacido con la idea de tenerla nuevamente con él, mas sentía sin lugar a dudas que estaba nervioso, eran los mismos pero cambiados. Ambos estaban diferentes a los ojos del otro.

Cuando logro juntar las fuerzas para bajar un golpe de sensaciones fue lo que la recibió, cada recuerdo era más vivido ahora, cada aroma traía consigo alguna anécdota del pasado, ese sentimiento de pertenencia que hacía mucho no experimentaba gracias a los viajes de su madre.

La casa estaba un poco diferente a como la recordaba, más vieja, más profunda, mas compenetrada con el bosque, los arboles estaban más altos y daban la sensación de que habían llegado a un acuerdo con la casa para coexistir ambos. Lentamente llego, luego de cruzar la sala y cocina al que nuevamente seria su cuarto, su padre sin duda había reformado algunas cosas de cuando tenía diez años, pero la esencia seguía igual.

Con la simple frase "te dejare instalarte" su padre se retiró de la escena, no era que quería que se quedara desesperadamente, después de todo aún no estaba segura de cómo hablarle, el aire a su alrededor estaba tenso y esperaba que tan solo fuera cuestión de tiempo para que fueran más relajados.

Bella se tomó su tiempo para inspeccionar los objetos que habían quedado en su cuarto, muchas de las cosas que había pensaba descartarlas o guardarla en el ático, por suerte su padre había vaciado el armario y cómoda para que pudiera guardar su ropa. Además de las dos maletas tenía el baúl donde guardaba los indispensables para su adaptación, claro que luego tendría que conseguir más cosas ya que pensaba quedarse en Forks por un tiempo indeterminado.

Cerca de las ocho de la noche bajo para comenzar a preparar la cena, aunque ella gustaba mucho de cocinar con especias su padre claramente no tenía ninguna por lo que simplemente hiso un pasta. Su padre quedo impresionado al encontrársela en la cocina poniendo hábilmente la mesa.

Para alivio de ellos, la comida resulto aliviar la tensión que había entre ellos por lo que una tranquila conversación acerca de la escuela tomo completamente la atención, bella no estaba particularmente emocionada con asistir al instituto más de no hacerlo llamaría la atención. Además los adolescentes siempre eran una buena fuente de entretenimiento.

Al terminar su padre le dijo que se encargaría de lavar por lo que se fuera a acostar ya que mañana debía levantarse temprano. Luego de preparar las cosas para el día siguiente y darse un relajante baño se fue a acostar.

No se sentía tranquila en la habitación mas eso lo arreglaría mañana cuando tuviera tiempo.

Para frustración de bella la noche paso rápidamente y mucho antes de lo que quisiera sonó el despertador, claramente esto del instituto estaba resultando ser una mala idea. Sin animo se vistió como normalmente, unos pantalones ajustados negros con una remera blanca de tirantes y una campera camuflada.

Al bajar hasta la cocina encontró una nota de su padre que decía que había salido temprano para la jefatura y que le deseaba un buen primer día. Sin más salió, en la entrada la esperaba su amada motocicleta, negra con detalles cromados, un regalo de su madre al completar sus estudios. Con su pequeña mochila al hombro se subió y se dirigió al instituto rápidamente, Forks no había cambiado nada aunque eso mucho no importaba, era por esa misma razón que había regresado.

Aparco en uno de los lugares vacíos ocupando todo el espacio, después de todo su moto era bastante grande, sabía que atraía la mirada de los estudiantes los cuales considerando el tamaño del pueblo y la densidad de población ya sabían quién era; después de todo Forks solo tenía un jefe de policías. Como aún quedaba tiempo se apoyó en el asiento y hecho una mirada tanto al edificio como a los que estudiaban allí, nada que resaltar, nada fuera de lo común, claro hasta que llegaron dos vehículos muy llamativos. Uno de ellos un Volvo perfectamente pulido y el otro una gran Hummer; de ellos se bajaron cinco individuos perfectos estéticamente los cuales acapararon la atención y una oleada de emociones particulares; estos no parecieron notarla, no al menos tres de ellos, había dos que se habían perturbado al bajar más bella no estaba completamente segura.

Antes de que pudieran continuar su recorrido por el aparcamiento ella se incorporó y camino hasta la entrada, después de todo parecía que Forks era más interesante de lo que ella recordaba.