Como todo cuento de hadas una historia debería de empezar con un ¿Había una vez? Eso es solo para los niños. Sería mejor comenzar por algo que sea menos de fantasía como ¿Un día? Quizás, debería probarse algo como eso.
¿Quién soy?
¿Alguien con vida?
¿O solo un alma en pena?
Quién sabe.
¿Debería de llamarme "humano"?
Ni yo lo sé.
Todos viven.
Todos mueren.
Algunos mueren sin haber cumplido sus metas, otros sí.
Algunos viven por deseos de formar una familia, otros no.
Algunos mueren de manera estúpida, siendo drogadictos y llevando sus pobres almas en pena a la muerte, otros fuman pudriendo sus pulmones y otros órganos vitales solo porque es una adicción que la mayoría no puede superar.
Todo esto es un ciclo de la vida, ¿O tan solo una maldición?
¿Toda nuestra vida es un sueño del cual nadie despierta hasta morir?
Si, si lo es JAJAJAJA – Dijo una voz tenebrosa y luego riendo a carcajadas.
En una calurosa mañana de verano, en donde todas las personas deberían estar disfrutándola, yendo a la playa o quizás visitar a sus amigos y familiares, un joven de unos 21 años aproximadamente, estaba a un solo paso de graduarse en una prodigiosa universidad de Japón, sin duda era la mejor de todo el mundo, estiro su mano para alcanzar el honorable diploma que durante 5 años había esperado con ansias.
Al momento de agarrar y levantar su diploma para que todos lo reconocieran, entran apresuradamente unas personas encapuchadas, con ropa negra de cuero y con armas en sus manos. Se escucharon disparos, gritos y golpes por todo el salón, el joven se agacho y empezó a gatear hasta encontrar la salida sin que nadie lo hubiera visto. Al momento de correr hacia la salida, aparece un chico de ojos azules, un poco bronceado, alto, cabello castaño oscuro y una chaqueta de cuero blanca.
Ahora, ¿Qué hago? – Pensó Yami al ver al chico entrando y viendo que habían puesto a 5 hombres a cuidar la salida.
El chico que había entrado al salón no tenia arma y tampoco guardaespaldas, eso le daba una ventaja a Yami para poder atacarlo por detrás, de todas maneras aprender taekwondo cuando apenas tenía 5 años, no le había hecho nada mal y no se arrepentía de ello, en varias oportunidades el taekwondo lo había ayudado a defenderse de los brabucones del colegio y universidad.
Pero, ¿Qué tenemos aquí? – Dijo el ojiazul atrás de Yami.
Pero, ¿Qué? – Dijo Yami volteando sorprendido de haber visto aquel chico detrás de él.
Te sorprendí, ¿Verdad? – Dijo el ojiazul agarrando el rostro de Yami con rudeza.
¿Quién eres? – Dijo Yami un poco nervioso.
Tu peor pesadilla – Respondió el ojiazul con una notable sonrisa en su rostro apuntando su arma a el hombro de Yami.
El ojiazul acerca su rostro al de Yami y le dispara en el hombro haciendo que este gritara por el profundo dolor que sentía, luego el ojiazul se acerca y lo besa en los labios. Un beso sin sabor. Sin sentimientos. Un beso salvaje y posesivo. Yami se queda sorprendido "¿Qué le pasa a este tipo? ¿Por qué me está besando?
Qué asco de beso – Dijo el ojiazul frotando su mano derecha con sus labios.
¿Cómo te llamas? ¿Qué quieres de mí? ¿Por qué me besaste? – Dijo Yami confundido por todo lo que había pasado hasta ahora.
Mi nombre es Seto, Seto Kaiba. Pues solo quiero destruirte por lo que me hiciste en el pasado y te bese para que no gritaras tanto – Dijo Seto dirigiéndole una mirada fulminante a Yami – Ahora, prepárate.
Luego de pronunciar esas palabras, el salón se lleno de esqueletos andantes, el piso se convirtió en un rio de sangre del cual surgieron esqueletos. Almas en pena. Sin nada en este mundo. Dicen que cuando uno muere lo único que le queda es la esperanza pero al pasar el tiempo se pierde por completo. Los esqueletos agarran a Yami y lo arrastran a los adentros de el poso de sangra.
¡Ah! – Grito Yami dando un salto de su cama – Una pesadilla. ¿Quién era ese chico? ¿Seto Kaiba? ¿Y por que apareció en mi graduación?
Señor Yami, ¿Está bien? – Dijo una joven entrando de golpe a la habitación al escuchar los gritos de Yami.
No se preocupe, estoy solo ha sido una pesadilla – Dijo Yami sonriéndole en el acto.
Me alegra escuchar eso señor – Dijo la joven – Hoy tiene un caso nuevo en el centro psicólogo.
¿De quién se trata Tea? – Dijo Yami parándose de la cama para dirigirse hacia el closet y agarrar una camisa para luego ponérsela.
Se llama Seto Kaiba, según dicen es un chico muy inteligente y al momento de estar en su graduación un grupo de terroristas invadieron ese salón e hicieron cosas horribles, tengo unas imágenes de los acontecimientos, tome – Dijo Tea dándole varios documentos y un sobre con las imágenes.
Yami tomo el sobre, saco las imágenes y empezó a mirarlas. La verdad es que si son muy comprometedoras. Se observaban cuerpos que estaban hechos pedazos, alguna que otra cabeza rodando por el piso, las extremidades de varios cuerpos estaban despegadas de los cuerpos, varios cuerpos estaban por la mitad con las tripas afuera. Tan solo ver esas imágenes deban nauseas.
Oh por dios, ¿Quién pudo haber hecho eso? – Dijo Yami mirando sorprendido las imágenes.
Quien quiera que allá hecho eso, es un ser despreciable – Dijo Tea bajando la mirada para no ver las imágenes – También dicen que el mato a varios compañeros de su clase y a sus amigos más cercanos.
¿Qué? – Dijo Yami sorprendido, ¿De verdad habrá hecho eso? - ¿Cómo era el nombre del chico?
Seto Kaiba, señor – Dijo Tea.
¿Seto Kaiba? – Dijo Yami viendo una imágenes del chico en su expediente – Pero ¿Qué? Es el mismo chico de mis sueños. ¿Qué significa esto? – Pensó Yami algo confundido y un poco aterrado. No sabía por qué lo estaba.
Señor, ¿Está bien? – Dijo Tea un poco preocupada.
¿Eh? Ah sí, estoy bien no te preocupes. Ya me voy, adiós – Dijo Yami caminando hacia el estacionamiento donde estaba esperando un Mercedes Benz último modelo de color negro.
Que le vaya bien señor, tenga cuidado – Dijo Tea sonriente.
Está bien, muchas gracias – Dijo Yami con una sonrisa.
Yami se dirigió al centro de psicología o también llamado por algunas "manicomio", aunque en sí debería llamar así, le haría honor a su nombre. Es que en verdad entrar allí era una locura total, si no sabes controlar tus sentimientos y tu sentido de cordura, estás perdido. Yami llego después de unos 25 minutos aproximadamente, estaciono el carro y camino hacia los adentros de aquel enorme edificio.
Buenos días señor Yami – Dijo una joven.
Buenos días doctor Yami - Dijeron varios hombres y mujeres que eran mucho mayores que el.
Yami contesto todos esos buenos días con una sonrisa e inclinaciones que demostraban que él era una persona muy educada y pulcra. Educada ¿Eh?, Yami se dirigió hacia la oficina del director, que para su mala suerte estaba como a unos 10 minutos de donde él estaba actualmente. ¿Por qué tiene que estar tan lejos? ¿No puede estar a tan solo unos cuantos pasos de la entrada? Creo que lo pusieron alejada de la entrada para no tener que soportar las quejas de las personas, doctores y hasta pacientes que estaban "curados". Creo que eso, pensó Yami con una cara de resignación. Al llegar a la puerta del director, entro sin avisar como de costumbre.
Doctor Yami, le he dicho que toque la puerta – Dijo el director molesto.
Ni que estuviera teniendo sexo con alguien, Salomón – Dijo Yami con un notable sarcasmo – Y si fuera así no es de mi incumbencia.
No te despido por qué… - Fue interrumpido.
Porque soy el hijo del fundador y presidente de este hospital, lo sé. Historia repetida – Dijo Yami con una voz gruesa – Bueno no he venido a molestarlo, me informaron que tengo un paciente nuevo cuyo nombre es Seto Kaiba.
Si, aquí esta su informe médico y psicológico – Dijo Salomón entregándole a Yami montañas de papel.
¿Por qué tantos papeles? – Dijo Yami impresionado.
Bueno ha sido un paciente muy duro de tratar. Allí están todos los informes de todos los doctores que ha tenido hasta ahora y todas las cosas que les ha hecho – Dijo Salomón muy serio.
¿Qué les ha hecho a los doctores anteriores? – Dijo Yami con cierta curiosidad.
Bueno, hasta ahora ha tenido alrededor de 23 doctores en 1 año que ha estado aquí. 3 doctores se han vuelto locos e incluso están internados aquí aunque no lo creas, 6 doctores fueron atacados por el, 1 doctor perdió la oreja, otro casi pierde el dedo y los demás que faltan han renunciado – Dijo Salomón posando su cara en sus dos manos mirando serio a Yami.
Vaya, me agradara trabajar en este caso – Dijo Yami sonriendo – Déjemelo a mi viejo – Dijo saliendo de la oficina.
Jaa… ¿Qué hare con ese jovencito? – Dijo Salomón llevando su puño a su frente.
Mai ¿Puedes llevarme donde Seto Kaiba, por favor? – Dijo Yami entusiasmado.
¿Cómo sabes que está aquí? – Dijo Mai sorprendida, ya que él era el único que no se había enterado sobre aquel chico.
El es mi paciente, pero no sé dónde queda su habitación – Dijo Yami sonriente.
Ok, sígueme – Dijo Mai saliendo de su oficina.
Al pasar varios minutos, que fueron horas para Yami ya que estaba impaciente por conocer a ese misterioso chico, la verdad no sabía porque estaba tan contento. Realmente debe de preocuparle, corría un gran peligro estando al lado de ese chico, pero por alguna razón estaba contento de poder resolver un caso que mucho doctores de su rango o incluso mayor no han podido.
Ya llegamos – Dijo Mai señalándole la puerta.
¡Al fin! Pensé que nunca llegaríamos, ¿Por qué tiene que ser tan grande este hospital? – Dijo Yami quejándose como un niño.
Pareces un niño, compórtate – Dijo Mai cortante.
Está bien lo siento es que me emocione – Dijo Yami volviendo a su faceta seria.
Por favor, abran la puerta – Dijo Mai diciéndole a varios guardias que estaban presentes.
Al abrirse las puertas, Yami entra y ve una habitación acolchada completamente blanca. "Que insípido color" pensó, mientras se adentraba a la habitación, al llegar al centro de esta un joven de cabellos castaños estaba sentando mirando la pared de espaldas a la puerta. Yami se acerca más a él y le toca el hombro con suavidad, se agacha y empieza a examinarlo.
Me llamo Yami Motou, un placer Seto Kaiba – Dijo Yami mirando la cara del joven esperando a que hiciera alguna mueca o algún gesto pero no se movió – Seré tu nuevo doctor, espero seas bueno conmigo.
¿Crees que me agradaras siendo un poco "amable" conmigo? – Dijo Seto haciendo énfasis en la palabra amable.
Veo que al fin hablas – Dijo Yami sonriendo.
¿Quién eres tú para tratarme como si ya me hubieras conocido? – Dijo Seto con frialdad.
Bueno como te dije, soy tu doctor – Dijo Yami sentándose al lado de él cruzándose de brazos.
Vete al infierno – Murmuro Seto.
¿Qué? No te oí – Dijo Yami siguiendo con su cruel juego.
De verdad que eres un ser despreciable – Dijo Seto levantando la cabeza e inclinando hacia atrás para mirar a Yami a la cara.
Yami se sorprendió por la belleza del joven y se ruborizo al instante, ¿Como podía alguien tener esos hipnotizantes ojos y ese rostro tan seductivo? Pensó Yami intentando ocultar su sonrojo. Esos ojos azules entrecerrados, esos labios gruesos y delicados sonriendo vilmente y esa fina cara pálida.
Parece que al fin muestras el rostro Seto Kaiba – Dijo Yami sonriendo con un poco de malicia.
Yo muestro mi rostro cuando me da la gana – Dijo Seto – Al parecer tu quieres perder algún miembro o simplemente volverte loco.
Créeme yo ya estoy loco – Dijo Yami retándolo.
Me gustan las personas como tú aunque algunas veces no son de mi agrado – Dijo Seto poniéndose de frente a Yami.
Bueno al parecer se llevan bien, los dejare para que hablen. Yami si necesitas ayuda solo grita y los guardias te ayudaran, en esta habitación no hay cámaras ya que los guardias están siempre aquí – Dijo Mai retirándose de la habitación.
Créeme que no lo necesitare Mai – Dijo Yami confiado.
Eso espero – Dijo Mai cerrando la puerta.
¿Qué harás? – Dijo Seto observando todos los movimientos de Yami.
¿Qué quieres que haga? – Dijo Yami con una mirada un poco picara.
Que te vayas – Dijo Seto frunciendo el ceño.
Lástima, porque no lo hare – Dijo Yami cruzándose de brazos.
Seto frunció mas el ceño, se levanto y camino hacia el otro lado de la pared y se sentó apoyando la espalda en la pared, alzando la mirada y mirando a la puerta, Yami se le quedo viendo fijamente a Seto contemplando la belleza del chico que quizás tenía unos 18 o 19 años. Seto miro de reojo a Yami, se dio cuenta de algo. De sus ojos. Los ojos de Yami eran de color magenta oscuro, eran potentes, simplemente hermosos. Seto se dirigió a Yami gateando, se puso al frente del, acaricio su rostro, sonrió con un poco de malicia acercando su rostro al de Yami para poder unir sus labios con los suyos.
¿Me besaras? – Dijo Yami levantando una ceja.
No, solo estoy viendo tus ojos – Dijo Seto todavía cerca de su rostro sintiendo la respiración de este sobre sus labios.
Son raros, ¿Verdad? – Dijo Yami mirando fijamente los ojos de Seto. Los azules ojos de Seto.
Si, eres la primera persona que veo con unos ojos así – Dijo Seto entrecerrando los ojos un poco haciendo que se viera más hermoso.
Bueno ya déjate de juegos – Dijo Yami apartando a Seto y poniéndose de pie.
¿Te irás? – Dijo Seto parándose del piso también.
¿Por qué? ¿Quieres que me quede? – Dijo Yami agarrando el rostro de Seto con delicadeza.
Eso no me alegraría mas – Dijo Seto quitándose la mano de Yami de su rostro.
Está bien – Dijo Yami – Hasta mañana entonces.
Seto lo mira con una sonrisa un poco malvada y loca. Pasaría momentos geniales haciendo que Yami se volviera loco, por culpa de la mente retorcida de Seto.
Me divertiré mucho – Dijo Seto mostrando una sonrisa loca y macabra.
Fin.
Aloqua: Bueno aquí estoy yo con una nueva historia, esta vez una en un hospital psiquiátrico o como muchos los llaman (incluso yo) el querido y amado "manicomio" donde la locura esta en cada rincón, esquina y redoma.
Ishizu14: Esta historia ella la hizo inspirándose en su propia locura *Golpe en la cabeza*
Aloqua: Cállate. Bueno aquí les dejo este capítulo, espero que les haya gustado. Adios.
