Capitulo 0

Era una noche estrellada y fría en la ciudad del amor, nuestros héroes patrullaban por los techos de los edificios de parís. Se detienen para descansar.

-Quizá hoy todos hayan decidido quedarse en las camas calentitos- comenta con gracia chat noir a ladybug

-Deberíamos hacer lo mismo entonces- contesta ladybug a su compañero gatuno

-¿Es alguna clase de invitación, bichito?- pregunta con tono burlón en su voz

- Ya quisieras… y no me llames "bichito"- responde un poco malhumorada

Estaban a punto de irse cuando de repente escuchan una voz alzarse entre los edificios. Un nuevo enemigo akumatizado apareció, este tenía un aspecto peculiar, llevaba puesto un traje… ¡nada menos que como el de un carnicero! Traía puesto una camiseta, pantalón negros y holgados, y un delantal que se ataba a la cintura manchado con sangre de res; tenía cuchillos de cocina por todo el traje y dos grandes cuchillas en las manos. Ladybug y Chat noir se dispusieron a luchar contra "el carnicero". Chat noir se enfrentaba a él con su bastón para entretenerlo la mayor cantidad de tiempo posible, así su compañera pudiera localizar en donde se encontraba su akuma.

-¡Ey! ¡A que soy más rápido que tú!- le decía el felino en forma de burla para que picara el anzuelo y seguirlo a él y no a Ladybug- ¡Seguro que esos cuchillos que tienes ahí son de juguete! No puedes darme, ¡ni siquiera me roza!- se burlaba mientras esquivaba las estocadas del enemigo. Para su mala suerte el carnicero adquirió mayor velocidad, empezando a resultarle más difícil mantenerle el ritmo, al punto en que comenzaba a sufrir pequeños cortes en el cuerpo.

-Con que son de juguete, ¿no? ¡Que no te podía tocar! ¡Quieres parecer gato callejero, sin embargo no era más que un gato flojo y domestico! JAJAJA- dijo en tono de burla y enojado, riéndose con saña

-¡Oye! ¡Los chistes de gato son míos!- refunfuñó

¡Maldición! Si sigue así me matara en cualquier momento pensó el gato cabreado

Después de mucho observar, la pelinegro, fue en auxilio del felino en la lucha, ya que este estaba sufriendo muchas heridas por parte del enemigo. Lanzo su yo-yo hacia el carnicero y lo agarro desde la cintura, arrojándolo lo más lejos posible que pudo de Chat noir. Aterrada de cómo se encontraba su compañero gatuno, que se hallaba sentado y medio despatarrado, por el cansancio y las heridas que tenía, fue a su lado en la terraza de ese edificio y se coloco en cuclillas en frente a su amigo.

-Tranquila bichito… aún me quedan 8 vidas más- comentó al contemplar la reacción de Ladybug al verlo de esa forma.

-Oh dios Chat… ¿cómo te encuentras?- pregunta angustiada, y diciéndose a sí misma que era una tonta por preguntar algo tan estúpido, ya que era evidente que no podría estar bien en esas circunstancias.

-Mejor ahora que estas aquí my lady- le responde con un tono coqueto- tienes alguna idea de donde se encuentra su akuma? Porque ya no nos queda mucho tiempo para charlar- le comenta al ver que a lo lejos se visualizaba el malvado cocinero, que lo había dejado tan herido

-Aún no… me temo- dijo con pesar al ver como se encontraba su compañero en tal mal estado, culpable de no poder encontrar con más rapidez el objeto en el que se encontraba el akuma.

Ladybug se da media vuelta para localizar en donde se encontraba el enemigo; para su sorpresa y desagrado se acerco hacia ellos con gran velocidad, solo se hallaba a unos cuantos metros de ellos. Al ver la velocidad del enemigo, Ladybug sabía que no tendrían tiempo de moverse de ese lugar, ya que este sin duda los alcanzaría, pero no podía dejar a su compañero a su suerte. En una fracción de segundo supo que tenía que hace, se arrojo hacia su amigo felino corriéndolo de ese lugar lo más rápido posible, sufriendo las heridas en la espalda que iban dirigidas hacia el gato boca floja que tanto hizo enfurecer a su adversario. Esta embestida iba dirigida a acabar con su oponente, pero gracias a las acciones de Ladybug las heridas que recibió no eran tan graves como se suponía que lo fuesen, aún así eran más profundas que las de Chat noir poseía. Perplejo, el gato abre velozmente los ojos tan grandes como platos sin poder creer lo que acaba de ocurrir, al visualizar al bichito encima de él, aturdida y aún sin poder levantarse.

-M-My lady… ¿estás loca? ¿Cómo te atreviste a hacer algo tan estúpido?- reprochó desesperado, rezando por que esta le contestase. Al no obtener ninguna respuesta de ella, comenzó a preocuparse aún más- My lady… ¡bichito contéstame!... ¡Ladybug, Ladybug!- dijo alzando cada vez mas la voz, por su desesperación.

-Tranquilo… gatito, sigo viva todavía-pronunció entrecortado por el dolor que tenía en la espalda. Al cabo de unos segundos se repone y mira alrededor en busca del rival- Ya se donde está el akuma- le comenta a su compañero, que poseía un rostro terrible debido a la angustia que tenia por su Lady

Mientras era atacada por el enemigo, pudo ojear claramente que su delantal es diferente al resto del atuendo. ¡Lo descifró! Ahí seguramente se localizaba el akuma.

- El akuma se encuentra en su delantal… Lucky Charm- exclama, obteniendo un alambre de acero inoxidable muy largo y muy flexible- ¿Pero qué rayos voy a hacer con esto?- se pregunto así misma con una cara que mostraba confusión. Mirando desesperada a todos lados, pensaba cómo podría formular una trampa para lograr quitarle y romper el delantal- Chat, necesito que extiendas tu bastón y lo entierres aquí- Dijo señalando un hueco en la terraza.

Paralelamente al bastón del felino se encontraba otro caño de la terraza, lo que parecía ser una antena de algo; colocó el alambre entre los postes, pasando varias veces y formando una especie de "red" prácticamente invisible ante la oscuridad de la noche. Fueron en busca del carnicero para atraerlo a la trampa.

Una vez que comenzó la persecución, se posicionaron en sus sitios. Ladybug se hallaba del otro lado de la trampa, haciendo girar su yo-yo, mientras que Chat noir se encontraba escondido listo para atacar detrás de una pared de ladrillo a un costado de la trampa, con su "cataclismo" en su mano. En cuanto apareció su enemigo dirigiéndose hacia la trampa, desde su perspectiva, hacia la chica de traje rojo y puntos negros, Chat noir atacó la pared en la que se escondía, provocando que bloqueara totalmente su camino. Pero cuando el malvado akumatizado se dio cuenta, ya había caído en la trampa y se encontraba enredado en el alambre, lo que permitió que Ladybug le quitara el delantal y lo destruyera, para así liberar la mariposa akuma de su interior y por fin purificarla

-Ladybug milagrosa- después de pronunciar estas palabras todo volvió a ser como era, excepto sus heridas. Una vez terminado esto ambos héroes suspiraron con tranquilidad

-¡Lo logramos!- dijeron al unísono mientras chocaban los puños, con miradas de cansancio y dolor

-Debemos irnos antes de que nos transformemos- le comento Ladybug a su felino compañero, mientras que sus miraculous sonaban a la par que las manchitas y huellitas desaparecían anunciando que pronto volverían a su forma original.

-¡No!- Contesta el gato mientras la sostenía de la muñeca- ¡No nos marcharemos hasta que curemos tus heridas!

-¡Pero nuestros kwamis saldrán y sabremos quienes somos!- mencionó con leve preocupación, ya que prometieron no revelar sus identidades

-Tengo una idea- expresó el gato con una leve sonrisa. Sosteniendo del brazo al bichito, la condujo dentro del edificio, desde la puerta de la terraza. El edificio era el hotel "el gran parís" que, casualmente el honorable alcalde de parís se encontraba allí caminando por los pasillos del hotel, topándose con él por accidente.

-Oh pero si es Ladybug y Chat noir- dijo con voz profunda y contento al verlos entrar.

-Señor alcalde, ¿puedo pedirle un favor?- preguntó con voz acelerada, ya que solo tenía unos minutos antes de sus transformaciones

-Por supuesto, ustedes son nuestros héroes- decía con felicidad

-Necesitamos una habitación privada, un botiquín de primeros auxilios, queso camembert…- se interrumpió para mirar a Ladybug y saber que era lo que necesitaba el kwami de ella.

-Alguna galleta- contestó apresuradamente

- Todo lo que necesiten- respondió asombrado y felizmente- Pueden usar esta habitación, en seguida llega alguien con lo que pidieron.

Mmm… creo que esa suite era la de lunamieleros. Oh bueno, creo que no va haber problemas… divagó el alcalde.

Fueron a la habitación que les facilito el alcalde. En cuanto cerraron la puerta alguien tocó, resultó ser un mucamo con las cosas que pidieron.

-Iré al baño- dijo Ladybug con urgencia llevándose las galletas

-bien, yo me quedare del otro lado del cuarto- comentó mientras se apoyaba en un pilar

Una vez solos, cada uno en un lugar diferente, las transformaciones de ambos desaparecieron. Dieron de comer a sus kwamis, unas criaturitas pequeñas y cabezonas, una roja con puntos negros de ojos celestes que pertenecía a Ladybug, y el otro completamente negro de ojos verdes muy parecido a un gato, perteneciente a Chat noir; ambos estaban agotados por todo el ajetreo de lo que había ocurrido en la noche. En cuanto sus kwamis terminaron de comer, volvieron a transformarse.

-Estoy listo… cuando quieras puedes salir-habló Chat noir

-Bien, ya salgo en seguida- respondió la de sus escondites para atenderse mutuamente sus heridas.

-Tu primero my lady… eres la que peor esta- dijo con la cabeza gacha y con tristeza en su voz- Todo por mi culpa… si no me hubiese burlado de él, no estarías así

-Nada de eso gatito- comentó con un poco de enojo, mientras se sentaba en una silla usando el respaldo para apoyar sus brazos cruzados- Fue mi culpa por no encontrar rápidamente el akuma… más siendo tan evidente donde se localizaba. En fin, no debemos preocuparnos ahora por eso, necesitaras quitarme la ropa para poder atenderme las heridas-dijo con leve sonrojo es sus mejillas- Se abre desde la nuca… me duele mover los brazos de esa forma, así que…

- Mmm estas muy traviesa my lady- manifestó con una sonrisa pícara y con media cara sonrojada- Bien, lo haré por ti- habló mientras encontraba el cierre de la nuca, e iba deslizándolo a lo largo de la espalda hasta la cintura baja del atuendo. No podía dejar de pensar en lo hermosa que era, a pesar de sus heridas. Comenzaba a sentir como su cara se ponía cada vez más roja y caliente ante la situación. Ladybug quitó los brazos del traje y acomodo una toalla de las que había en la mesa sobre sus senos para tapar su desnudes, mientras que sus ropas se posaban de manera sensual sobre sus caderas, dejando expuestas las heridas que tenía; si bien sus heridas no era tan graves, eran profundas y se localizaban mayormente sobre la cintura y por la zona de los omoplatos.

¡Oh por todos los… gatos! Si no me controló me dejaré llevar por su silueta y podría… ¡No, no! No pienses en eso Se decía a sí mismo al contemplar el contorno de su cuerpo, ver las exquisitas curvas que iban desde su cadera pasando por la cintura hasta sus hombros, deteniendo la mirada en la figura que se encontraba delante de la espalda y que no podía apreciar bien, pero eso no evitaba que pudiera ver esa figura que formaban los senos a los lados de su espalda.

Tratando de quitar esos pensamientos de su mente sacudiendo la cabeza, Chat noir comenzó a desinfectar las heridas con extremo cuidado para que no le ardiera.

-My lady, son muy grandes tus cortes debo suturarlas- comentó con nerviosismo

-B-bien, hazlo lo más rápido que puedas… por favor- respondió con voz temblorosa y entrecortada

- Tanquila My Lady, te tratare con cuidado- declaró para calmar a la inquita mujer- al concluir la frase comenzó a cocerla con delicadeza, de no lastimarla.

-¡Ay! – grito al sentir la aguja pasar

-Lo siento bichito, tendre más cuidado

-N-No es nada, es la primera vez que me tienen que cocer- dijo con una sonrisa intranquila

-Pues… esta es la primera vez que hago algo como esto- contestó con tono y cara graciosas; pero al ver la cara de nerviosismo que puso Ladybug, su rostro cambio- Era broma, era broma… solo quería romper la tensión, jajaja- respondió con voz y risitas incomodas. Aunque en realidad nunca he hecho esto, sólo lo he visto en programas de la tv pensó.

-¿Será que le temes a las agujas, My Lady?- preguntó pícaramente

-¿C-Cómo se te ocurre semejante tontería? Soy un superhéroe… n-no le temo a algo tan trivial como una aguja- balbuceó con voz temblorosa

-No está mal tener miedos… para eso estoy aquí, para protegerte de todos ellos- expresó con orgullo y sensibilidad. Al terminar con las suturaciones, limpió su espalda de la sangre que quedo de sus heridas.

-Listo My lady… pasaste de ser un bichito a uno matmbrado, jajaja- dijo en tono de burla, intentando hacerla reír.

-¿QUÉ?- respondió levantándose velozmente de la silla, sosteniendo muy bien la toalla en su pecho, dirigiéndose hacia un espejo que se encontraba en la sala, y mirándose como tenía cocida perfectamente las heridas- ¡Ey! No me hagas asustarme de esa forma, que no tengo nueve vidas como tú. Mmm… para no haberlo hecho antes, te quedo muy bien- manifestó contenta y sorprendida, por supuesto muy agradecida.

-Te dije que era una broma. Aunque para serte sincero, nunca lo he hecho jajajaja… ¡por favor no me mates!- expresó con las manos juntas, levemente inclinado hacia delante y con los ojos cerrados y apretados.

-Ok gatito, me vestiré nuevamente y tratare tus herdas- mencionó con una ceja levantada y ansias de venganza por lo ocurrido.

Al notar la expresión de sed de venganza que poseía en el rostro la muchacha, comenzó a intranquilizarse.

-No serás muy ruda conmigo… ¿no My Lady?- susurró nerviosamente.

Sin respuesta alguna de Ladybug, se dedicó a contemplarla. Notó que se estaba por vestir con su atuendo roto y ajustado.

-My lady no puedes vestirte con eso, el traje es muy apretado y debe circular bien la sangre- comentó el felino preocupado y expresión pícara, al darse cuenta de lo que dijo.

-¡Entonces qué demonios me voy a poner! Aquí no hay nada que pueda usar- dijo enfurruñada

- A mi no me molesta que estés al natural my Lady- expresó ofreciéndole un guiño y sonrojado con una sonrisa traviesa.

-Iré a ver si hay alguna bata que pueda utilizar- declaró esquivando la mirada de Chat noir.

En cuanto hallo una bata, se vistió con ella y observo que le llegaba hasta por arriba de las rodillas; quitándose la vestimenta destruida de Ladybug que llevaba en las piernas, se dio cuenta que la bata era ligeramente transparente por encima de la cintura; ¡era como no tener prácticamente nada! Podía ver con claridad sus pezones a través de la prenda.

¿Qué clase de bata es esta? ¡Ni que estuviésemos en un hotel del amor! pensó desesperada. No tuvo otra opción más que usarla de todos modos. No volveré a transformarme en Ladybug estando en pijama se reprocho a si misma.

Al salir del baño sentía su rostro caliente... En llamas para ser preciso.

-Mmm ya estoy lista... pero hazme el favor de no voltear a mirarme- comentó avergonzada cubriendo con sus brazos la zona del pecho, dirigiéndose hacia donde se encontraba el gato a tratar.

-No prometo nada My Lady, pero daré lo mejor de mi- expresó, ruborizado de pies a cabeza al divisar la silueta de su bichito en una bata semitransparente.

-¡Te dije que no miraras gato fisgón!- gritó por la vergüenza.

-Lo siento… ya sabes lo que dicen la curiosidad… mmm atrae al gato- anunció en lo que observaba la figura de su amada.

-¡Mata al gato! ¡La curiosidad mata al gato!... y yo te matare si me sigues viendo de esa forma- contestó fastidiada de la mirada del gato y la vergüenza que seguía incrementándose en ella.
- Como sea, quítate la chaqueta Chat- anunció más seria, pero aún colorada, sosteniendo los brazos sobre su pecho bloqueando la mirada del gato sobre ella.

- Como desees My Lady- respondió contento y alegre, entre tanto abría el cierre del cuello que estaba escondido por el cascabel que llevaba. Se quitó la chaqueta y la dejó a un lado, dejando al descubierto el pequeño pero bien marcado torso que se hallaba cubierto de pequeñas cortadas.

Ladybug contempló asombrada del pecho musculoso que poseía, aunque no fuese un adonis, pero no podía quitar los ojos de encima de cuerpo de él, sobre todo al bello que brotaba desde el ombligo y bajaba hasta su… "masculinidad", era una línea perfecta y rubia que a ella tanto le gustaba; quitando la vista de allí, antes de que se volviera loca, posó sus ojos sobre los brazos, que a pesar de no ser muy gruesos eran fuertes y que innumerables veces fue salvada y cargada por ellos. No podía quitar los ojos sobre su compañero semidesnudo.

¿Pero en que estoy pensando? ¡Yo estoy enamorada de Adrien! Jamás pensé que podría llegar a tener pensamientos tan…lujuriosos hacia Chat noir. Aunque… casi nunca veo a Adrien, desde que terminamos la escuela y comenzamos a trabajar, con suerte puedo verlo de vez en cuando pensó triste durante la desinfección de las heridas del gatito.

-Sabes…- pronunció casi como un susurro el minino- Ya han pasado casi 6 años desde que comenzamos a salvar parís.

-Es cierto… y nunca pensamos en hacer un curso de primeros auxilios, después de esto creo que tomaré uno con urgencia- expuso con tono de gracia y leve preocupación, en tanto cubría las lesiones del pecho, haciéndole un gesto para que se volteara.

-Antes no necesitábamos esos conocimientos… después de todos no eran tan agresivos las marionetas de Papillion- Masculló al sentir el ardor en las heridas y con un leve gesto de molestia.

-L-lo siento, tendré cuidado- Mencionó al verle la cara.

-Se que hicimos la promesa de no saber nuestras identidades… pero ¿no te da curiosidad? Ya nos conocemos hace varios años ¿y nunca se te cruzo por la mente quienes podríamos llegar a ser?- declaró con entusiasmo, levantándose de la silla.

Ladybug apoyó sus manos en los hombros del insensato felino y lo volvió a sentar de un golpe- Creía que ya habíamos discutido esto- farfulló en lo que colocaba el algodón empapado de alcohol en una de sus cortadas de forma violenta. Esto hizo que el gato péguese un pequeño salto de la silla.

-¡Oye! ¡No era para que te pongas violenta!-Rezongó con leve tonalidad juguetona y una media sonrisa asomándose por un lado de su cara.

-Tómalo como una pequeña venganza por lo de antes- comentó seria.

-Creía que los rencorosos eran los gatos- susurró el felino.

El silencio reino en la habitación, unos cuantos minutos. En tanto el bichito concluía con la curación del minino. Por último busco una venda para cubrir la cintura de Chat noir, donde se encontraban las heridas más grandes, pero superficiales.

El gato se exaltaba al sentir las manos de su amada tocar su cuerpo semidesnudo, con tanta delicadeza que no podía evitar pensar que por fin se encontraban solos en una suite sin ningún enemigo al asecho, ¡por dios, era demasiado bueno para ser cierto!

Cálmate, cálmate… serás muy evidente si sigues así. Pero ya me canse de esperar, debería hacer algo en este momento… ¡hacerla mía! No, pero ¿¡en que estoy pensado!? Me odiara si hago algo como eso debatía internamente que poseía su ser.

-Bien, esta listo. Estas como nuevo… casi jajaja-habló satisfecha de su trabajo de enfermera, y alegre de que esa tortura mental que tenía en su interior fuera a parar cuando se vistiera y por fin se separan.

- Creo que debemos irnos- pronunció en lo que se alejaba de él. Pero fue detenida por el mismo Chat noir, que aún tenía el torso al descubierto. Le sostuvo de la muñeca sin producirle algún daño, pero lo suficientemente fuerte para que no se pudiese zafar fácilmente, además contemplada el hecho de que por sus lesiones no podía mover con tanta facilidad los brazos.

No voy a dejar que se me escape, tiene que comprender la intensidad de mis sentimientos por ella

-Quedémonos esta noche juntos… por favor-expresó casi suplicante, pero firme como hombre.

Había visto a Ladybug de tal forma que ella no se podía resistir. ¿Porque tenía que tener esos hermosos ojos? No dejaban de mirarla tan apasionadamente, era imposible negarse.

-P-Pero…- susurró, no podía formar bien una oración de los nervios y la batalla mental que estaba teniendo. ¿Cómo va a decir algo así?... ¡le diré que no! Además yo amo a Adrien, es como si lo estuviera traicionando… ¿cierto? No obstante, se ven tan… tan tentador que… pero ¿qué rayos estoy pensando? ¿Qué va a ser de nuestra relación como héroes? ¿Y si algo falla? ¡No quiero perder su amistad!.. Oh dios ya estoy afirmando que quiero que pase algo entre nosotros… ¿Qué me está pasando? discutía en su mente sin llegar a una respuesta lógica.

-Las transformaciones se desvanecerán con el tiempo… y nuestras identidades- fue lo único que logro formular, con algo de pesar.

Chat noir la atrajo hasta su cuerpo y la abrazó de la manera más tierna, para transmitirle todo su amor. De pronto el gato astuto tuvo una idea. Se separó del abrazo que le propinó a Ladybug, para explicarle su idea.

-Qué tal si nuestros kwamis cuando salgan busquen algo para obstruir nuestra visión. Y al que despierte primero será guiado por su kwami al baño y volveremos a nuestras identidades- comentó ansioso y feliz al tener tan brillante plan.

Pero que plan más tonto pensó la señorita con cara de esperar que sea una broma lo que acaba de decir. Al no recibir respuesta ante su gesto, comenzó a pensar que no era una broma.

-¿Estas chiflado? ¡Eso jamás va a funcionar!- contestó casi gritando por la tontería que había escuchado.

-¡Claro que va a funcionar! Después de todo ellos nos están escuchando y saben lo que tienen que hacer-expresó con extrema alegría.

-¡Es muy arriesgado!

-¡Ey! Ya tenemos 20 años. Es hora de tomar algunos riesgos, ¿no te parece bichito?- anunció con una sonrisa de oreja a oreja muy picarona- Vamos di que si my Lady- declaró con una mano extendida hacia ella.

Con muchas dudas y temor miro a su gatito con sus locuras de pasar la noche juntos. Realmente quería pasar la noche con él, sin embargo no tenía la seguridad para hacerlo. Al verlo ahí con su mano extendida hacia ella no tuvo más dudas, y la tomo. Ya no le importaba si sus identidades eran descubiertas, solo quería pasar la noche con él.

Nuevamente fue atraída hacia él, mas no para abrazarla, si no para darle un pequeño beso, casi un roce, en los labios. Se apartó apenas a unos escasos centímetros de su boca; esperaba que su beso fuese rechazo por ella. No obstante para su competa sorpresa, ella colocó una mano sobre un lado de su cara y con extrema ternura y delicadeza, beso con la pasión que mantenía escondida hacia su gatito, el cual fue devuelto con el ardor de mil soles que carcomía todo su ser. Se dirigieron de la mano, como si fueran una pareja de recién casados, hacia la enorme cama de la suite para estar más cómodos; olvidándose completamente de lo que les rodeaba, el felino tomo la delantera esta vez, se acerco lo mas que pudo a su boca y comenzó a rosar sus labios con los de ella, la impaciencia del bichito llego a su límite.

Con que piensa que solo él puede provocar meditó al respecto, para así contraatacar a sus artimañas. Emprendió su estrategia, inició acariciando con la punta de la lengua sus pequeños y apetecibles labios. El minino no se lo podía creer, su Lady elaborando tal artimaña; con la emoción por los cielos comenzaron a besarse tan apasionadamente como si no hubiera un mañana.

Ladybug estaba atónita de lo embriagante que eran sus besos, se perdía cada vez más en ellos, la conducían a una extrema lujuria. Con cada beso que intercambiaban, ella se aferraba cada vez al cuerpo de su "amante" felino; aún tenía la conciencia suficiente para tener cuidado con las heridas, eso le hizo pensar que ya no sentía prácticamente dolor de las suyas, a pesar de no haber tomado ningún calmante para el dolor.

Será por la adrenalina o por exci… ah es por eso… meditó.

Chat noir se encontraba tan extasiado de que por fin tuviera en su poder a su muy amada Ladybug, finalmente podría demostrarle todo el amor que venía conteniendo durante años. Sin dejar de besarla, le quitó la bata, dejando al descubierto casi todo el cuerpo desnudo del bichito.

Si no fuera por ese culote, podría contemplar por completo su belleza… oh bueno ya llegara el momento reflexionó, la recostó con cuidado sobre la cama, tomándose unos minutos para apreciar lo hermosa que era.

-¡Chat! Deja de mirarme así… ¡me pones nerviosa!- expresó con la cara totalmente roja.

-No puedo My Lady… es que simplemente ¡eres perfecta!- comentó el minino con satisfacción en el rostro, ojos provocadores y traviesos. Colocó su mano sobre el vientre de la mujer y fue subiendo lo más lento posible, saboreando el momento, hasta rozar levemente debajo de los senos.

¡Demonios! Me odiare por esto por la mañana y quizá el resto de mi vida. Pero es lo correcto recapacitó Chat noir en lo que veía a su hermosa amada, con ojos que reflejaban sus ansias de tenerla, sin embargo también mostraban que no la obligaría a arrepentirse de lo que harían demostrando así todo el amor que le tiene a la joven de traje rojo y pontos negros. Propinándole un último y más que apasionado beso, luciendo sus destrezas con la lengua, obteniendo una respuesta igual de apasionada por su contraria, que sin duda entendió la mirada del hombre que era su compañero. Al terminar el beso, Chat noir se levanto de la cama busco unas sabanas y tapo la desnudes de Ladybug que se hallaba sentada nuevamente; soltó su cabello y lo acaricio junto con su mejilla, otorgándole un gesto de ternura y un pequeño beso en la frente.

-Te amo bichito… pero sé que no me amas. Estas enamorada de alguien más, y no seré quien te haga algo como esto. Este es el gran amor que siento por ti, sin duda de esta manera lo comprenderás. Será mejor que me valla- Pronunció levemente en lo que se calzaba la chaqueta de cuero y se dirigía a la ventana- Je t'aime. Hare vous tombez en amour avec moi un jour, Mademoiselle- (ó en español: Te amo. Haré que te enamores de mi algún día, señorita) anunció orgulloso y esperanzado. Le regaló un guiño y una sonrisa pícara para retirarse de ahí extendiendo su bastón y desapareciendo en la oscuridad del amanecer que se aproximaba.

Ladybug sorprendida por la situación y agradecida a Chat noir por ser tan noble al respecto, agarró las sabanas que la cubrían y se acercó hacia la ventana por la que había salido su gato caballeroso, observando su espalda al desaparecer en la noche y contemplar los primeros rayos del amanecer.

-Ahhh…- suspiró profundamente, felizmente confundida ante las circunstancias ocurridas esa noche, meditando todo lo acontecido sólo logró articular unas palabras- Gato ladrón…

Quitándose las sábanas del cuerpo deshizo su transformación apareciendo las ropas de Marinette, que velozmente sin ser vista por nadie subió hasta la terraza y bajo por las escaleras de emergencias para que nadie la viera ni sospechara.

Una vez en su casa, se tiró de boca a la cama, sintiendo un leve dolor al recordar las heridas que tenía, buscó un calmante para poder dormir de una buena vez; cuando se en encontraba lista para dormir su cabeza no dejaba de mostrarle imágenes de Chat noir, seis años de imágenes en la mente. Sacudiendo la cabeza intentando sacarlas de su cabeza, lo único que logró fue revivir una y otra vez su ultimo recuerdo del gato: "-Te amo. Haré que te enamores de mi algún día, señorita". Giró la cabeza hacia donde se encontraba Tikki, su kwami, que se encontraba dormida por todo el trabajo que tuvieron por la noche, y con una mirada de confusión le dijo:

-Tikki… creo que me estoy enamorando de ese gato- cerró los ojos y se sumergió en un profundo sueño.

Este es mi primer fic, aunque aca lo publique como el segundo, pero bueno me recomendaron que lo subiese

En wattpad ya esta subido, y ya esta terminado, asi que espero que les guste y comenten