Lo se, soy el colmo. Tengo como chorromil actualizaciones pendientes y empiezo una nueva historia...

Jeje, ¡es que simplemente me ataco la inspiración!

Esta es la continuación de mi fic "Bouken Wedding" , pero no es obligatorio que lo lean antes. Sería un buen complemento, pero ya ustedes verán.

Los capítulos de esta historia, (a excepción del 1 y 2) marcaran diferencias de 1 año. Es decir, será cada cumpleaños de él/la protagonista, de quien no diré mucho porque es sorpresa jeje.

Así que...

Start Up!

~ 15 de Abril del 20XX, Museo de la SGS ~

Ambas chicas Boukenger se encontraban sentadas en el exterior del edificio, tomando el sol y relajándose con la brisa de la mañana. Era uno de esos pocos días en los que casi no había que hacer, lo cual no las afectaba tanto ya que los chicos habían dicho que se harían cargo de todo.

-¡Ah!- suspiró Natsuki. -¡Pero que día tan hermoso! ¿No crees, Sakura-san?

Su compañera la miró con una sonrisa soñadora y asintió, para luego volver a mirar hacía el cielo.

-Demasiado- dijo en un tono perdido. Cerró los ojos mientras dejaba que el viento golpeará su rostro.

Natsuki la miró y dejo escapar una enorme sonrisa.

-¿Cuánto sientes que falta?- preguntó.

De forma instintiva, Sakura se llevó una mano a su vientre, acariciándolo tiernamente. Ya era cuestión de días para que tuviese en sus brazos a ese pequeño bebé; un tesoro de carne y hueso que solo sería de Satoru y ella. De solo pensar en ello, aún sentía que un escalofrió de alegría le recorría la espalda y aceleraba su corazón.

-No mucho- respondió Sakura. -Ya pronto estará entre mis brazos- sonrió con ternura.

-¿Qué creen que sea?- preguntó su compañera con su entusiasmo característico.

Sakura no pudo evitar reírse ante esa pregunta.

-No logramos estar de acuerdo- dijo mirándola directamente. -Él quiere que sea una pequeña. Y esta tan entusiasmado por esa idea que ya compro cientos de juguetes y más cosas

Natsuki asintió con una sonrisa.

-¡Si, lo he visto! Souta-san dice que si sigue así, viviremos asfixiados por tantos juguetes.

-¡Lo mismo le he dicho!

-¡Pero es compresible!- Natsuki soltó una risita. -Masumi se comportaba así, y se volvió incontrolable cuando supo que sería un niño.

-Por cierto, ¿y el pequeño Akira?- preguntó.

-Duerme. Además, Eiji-san prometió hacerse cargo esta vez. ¡Es lo justo!

Sakura asintió, sonriendo divertida. Miró de nuevo hacía el horizonte, perdiéndose en sus pensamientos.

-¿Y tú?- habló de repente Natsuki. -¿Qué quieres que sea?

-Supongo que por eso elegí saberlo hasta el día en que nazca- sonrió. -Además, eso es lo de menos. Lo o la amare con todo mi corazón.

Natsuki asintió y la abrazó con una sonrisa, gesto que ella no tardo en corresponder.

De repente, el sonido del Acellular de Natsuki llamó la atención de ambas.

-¿Si?- contestó ella.

-¡Acaba de despertar!- dijo un estresado Eiji al otro lado de la linea. -¡Y no logro calmarlo!

-Trata de arrullarlo- dijo Natsuki. -Voy para allá.

Sakura miró a su compañera, asombrada por el cambio que veía en ella. Todavía seguía teniendo ese carácter alegre y algunas veces infantil, pero desde que ella y Masumi habían tenido a su pequeño Akira, lograba percibir una nueva forma de ser, una más madura y maternal.

Pensar en ello le hacía recordar uno de sus tantos miedo: ¿Y si no era una buena madre? ¿Qué tal si se volvía tan estricta y seria como la suya había sido con ella? ¿Qué tal si terminaba haciendo de su bebé alguien tan serio y con tantas dificultades para expresarse? Eso era lo que más la asustaba, pero nunca se lo había comentado a nadie.

La voz de Natsuki la regresó a la realidad:

-¿Esta todo bien?

Ella asintió y comenzó a seguirla.

Llegaron hasta la sala de reunión principal de los Boukenger, donde su compañero plateado trataba con gran esfuerzo que el pequeño castaño de ya 10 meses dejase de llorar. Lo arrullaba con un brazo, mientras que con la mano libre agitaba un juguete frente a él.

-¡Ya, ya!- decía. -¡Deja de llorar! Mamá ya viene.

-¡Aquí estoy!- exclamó Natsuki, ganándose una mirada de agradecimiento por parte de Eiji.

Él le entregó a su pequeño hijo y éste, en cuanto estuvo en brazos de su madre, comenzó a detener su llanto poco a poco.

-¡No entiendo como lo haces!- exclamó Eiji asombrado.

-Es un don- sonrió ella. -Simplemente me reconoce y sabe que estará a salvo conmigo.

Eiji, agotado, se dejo caer pesadamente en el único sillón. Saco de uno de los bolsillos de su chamarra un pedazo de apio y le dio una mordida.

-Créeme, es cosa de madres- dijo Sakura.

Eiji la miró y sonrió.

-Solo espero que Akashi aguante- dijo.

Ninguna de sus 2 compañeras pudo evitar dejar escapar una sonrisa al ver sus cansadas facciones.

-Sakura-san, ¿podrías pasarme la mamila que deje en su habitación?- pidió Natsuki.

Ella asintió y fue a buscarla a pasos lentos.

Cuando venía de regreso por el pasillo comenzó a sentirse un poco mareada, por lo que tuvo que detenerse por unos segundos. Y siendo como era, no dejo que eso la detuviera y siguió su camino hasta llegar a la sala.

-Arigatou- dijo Natsuki, recibiéndola. La abrió, puso un poco en su mano para verificar si era la temperatura y luego se la dio al pequeño Akira.

De repente, Sakura comenzó a sentir un agudo dolor en su vientre y no pudo evitar dejar escapar un pequeño quejido.

-¿Qué sucede?- preguntó Eiji, poniéndose de pie de inmediato y aproximándose a ella.

Cuando estaba apuntó de decirle que todo se encontraba bien, otro dolo, ahora más fuerte, se lo impidió.

Natsuki captó de inmediato.

-Busca a Makino-san- le ordenó a su compañero. -Debemos ir al hospital, ¡ahora!


Satoru, Masumi y Souta se encontraban en una misión al otro lado de la ciudad. Debían verificar la autenticidad de un supuesto Precious que tenía cualidades curativas.

Efectivamente, resulto ser autentico, pero se encontraron con dificultades cuando la dueña de este no quería entregarlo a la custodia de la SGS. Fue hasta Kaze no Shizuka trato de robarlo cuando accedió a que con la organización estaría en mejores manos.

-Gracias por la confianza, Kasehaya-sama- dijo Souta, haciendo una reverencia. -Le prometemos que el Ojo Sagrado estará a salvo.

Satoru y Masumi se inclinaron igualmente, éste ultimo sosteniendo la caja donde llevaban el Precious.

-No confió en la SGS- dijo la mujer -,pero confió en ustedes. Y eso me es suficiente. Son unos jóvenes muy valientes- les dedico una sonrisa.

Los 3 agradecieron el elogió y se retiraron, dispuestos a volver al cuartel de inmediato. Especialmente Satoru, quien se había vuelto un tanto paranoico respecto a dejar a Sakura sola.

Notando la razón de su angustia, Souta puso una mano en su hombro, llamando su atención.

-Estará bien- dijo, tratando de tranquilizarlo.

-Es verdad- secundó Masumi. -Sakura-neesan nunca ha sido alguien indefenso.

-¡Exacto! Además, Eiji, Natsuki y Makino-sensei la están cuidando.

Satoru torció el gesto, seguramente pensando en miles de cosas que podrían pasarle a ella mientras no estaba cerca.

Masumi no pudo hacer nada más que reírse.

Souta, sabiendo que era inútil seguir tratando de tranquilizarlo, decidió mejor llamar a la SGS para reportarles que iban en camino y que la misión había sido exitosa.

-¿Todo en orden?- dijo la voz de Makino-sensei.

-Vamos para allá- aseguró el chico.

-Muy bien. Aunque... creo que es mejor que se den prisa y vengan al hospital

Esas palabras alertaron a Satoru, quien sacó igualmente su Acellular.

-¿Por qué? ¿Qué ha sucedido?

-Nada grave- Makino-sensei trato de tranquilizarlo -, solo es que...

-¡Deja de hacer preguntas y date prisa!- intervino la voz de Eiji. -Tu esposa esta teniendo a tu bebé ahora mismo, ¡así que será mejor que corras!

-¿Ya esta naciendo?- preguntó Masumi con sorpresa.

Pero ni siquiera había terminado de formular la pregunta cuando Satoru pasó junto a él, corriendo con todas sus fuerzas.

Souta y Masumi intercambiaron miradas, pero de inmediato lo siguieron a toda velocidad.

Un buen inicio, ¿no creen?

¿Ustedes que dicen? ¿Será niño o niña?

Bueno, déjenme sus opiniones y comentarios y los leemos en el próximo capítulo. :D