Lo conocí hace más de cuatro años, desde que lo vi supe inmediatamente que él era mi hombre perfecto, alto, fornido pero no en exceso, cabello sexy, cobrizo y siempre desordenado y además tenía unos hermosos ojos verdes, solo conocía una palabra para describirlos, hipnotizantes, y es que cada vez que los veía me sentía así, hipnotizada.
Todo sucedió gracias a mi hermana Alice, quién se había empeñado en aprender a tocar guitarra eléctrica, según ella tenía un buen presentimiento. Desde su primera lección llego parloteando acerca de su nuevo instructor, según ella el susodicho era casi perfecto, y dijo casi porque en la misma lección conoció a Jasper, el hermano del instructor y según las palabras de mi hermana el amor de su vida.
Habían pasado tres semanas desde que mi hermana había comenzado las lecciones y una semana desde que se había hecho oficialmente novia de Jasper, pero aun así todas las tardes durante la cena Alice se la pasaba hablando de su instructor y de cómo era un excelente guitarrista, de alguna forma me hacía sentir como si todos esos comentarios fueran dirigidos específicamente a mí, yo no había tenido novio en mucho tiempo y mi hermana estaba dispuesta a conseguirme un novio lo más pronto posible, por supuesto Emmet, nuestro hermano mayor, se oponía a que yo, su hermanita bebé, empezará a salir con alguien.
Una tarde como ya era usual Jasper pasó por Alice para llevarla a su casa a tomar las dichosas lecciones de guitarra con el mejor guitarrista del mundo y Emmet había salido con una de sus tantas conquistas mientras yo me quede en casa viendo una película. Estaba realmente entretenida cuando de pronto mi celular comenzó a sonar, era mi mamá que llamaba para invitarnos a cenar a Alice y a mí, todos los meses mi madre, mi hermana y yo teníamos una cena de chicas en la que hablábamos de todo, después de colgar con mamá llame a Alice para decirle de la cena con mamá y mi hermana me pidió que pasara por ella para irnos juntas.
Después de 10 minutos d indicaciones para llegar, y otros 10 de camino por fin llegue a la casa, pero que digo casa, mansión en donde Alice tomaba sus clases, estacione mi hermoso Beattle enfrente de la entrada y avance hasta la puerta para tocar. Dos minutos después de tocar el timbre un dios griego salió a abrir la puerta.
En cuanto lo vi me quede ahí estática, sin poder siquiera hablar, y entonces por primera vez en la vida me di cuenta del poder de sus ojos, me sentía atrapada en ellos y no podía pensar coherentemente.
Hola
Ah! Hum Hola, soy…
Isabella ¿cierto?
Mm… si pero prefiero Bella, en fin vengo por
Alice
Si, por ella ¿ya esta lista?
Casi, se está despidiendo de su Jazzy y me han mandado a abrir la puerta
Ah ok, bueno entonces la esperare en el auto, gracias
No, espera, ¿por qué no entras y las esperas aquí? Sería muy descortés de mi parte dejarte afuera, así que vamos entra
Mmm… ok muchas gracias…
Edward, Edward Cullen
Oh así que tú eres el dichoso instructor alías el mejor guitarrista del mundo
Jajaja si y no se – yo me lo quede viendo con la confusión reflejada en el rostro así que él tan solo me contesto – si soy el instructor y no sé si sea el mejor guitarrista jajaja
Después de las presentaciones Edward y yo entramos a la casa y seguimos platicando mientras esperábamos a que mi hermana la pixie terminara de despedirse de su novio.
Estuvimos platicando, bueno en realidad él era quién platicaba pues yo no podía pensar y mucho menos hablar coherentemente. Edward me contó que no solo Alice y Jasper estaban saliendo juntos sino también mi hermano y su hermana, Rosalie, lo hacían. Al parecer Emmet y ella se habían conocido una tarde en la que mi hermano fue a recoger a Alice a la mansión Cullen y desde entonces él y Rosalie habían sido inseparables, de hecho la cita a la que hoy había salido Emmet era precisamente con Rosalie, era tan raro pensar que los hermanos de Edward y mis hermanos estaban saliendo juntos solo faltaba que él y yo termináramos juntos, aunque pensándolo bien a mi no me desagradaba la idea en absoluto.
Habían pasado 5 minutos desde que habíamos entrado a la casa y Alice aun seguía con Jasper, después de un rato yo ya me había recuperado de la impresión de tener a semejante dios griego frente a mí y ya podía hablar. Mientras seguíamos esperando a mi hermana hablamos de nosotros, Edward me contó que era tres años mayor que yo, que llevaba dos años en la universidad y que estaba estudiando medicina, también me dijo que planeaba especializarse en pediatría, yo por mi lado le conté que apenas había terminado la preparatoria y que quería estudiar periodismo, estaba empezando a sentirme realmente a gusto con él, era maduro, inteligente, sabía lo que quería de la vida y por si eso fuera poco era increíblemente guapo, de pronto y cuando estábamos llegando a conocernos mejor Alice salió y prácticamente me saco a rastras de la casa, solo alcance a despedirme de Edward y enseguida partimos rumbo al restaurante donde habíamos quedado con mamá.
Desde aquel día Edward Cullen se convirtió en mi obsesión, no podía dejar de pensar en lo perfecto que era y quería volver a verlo así que aprovechando que Jasper había conseguido un trabajo por las tardes y no podía seguir regresando a mi hermana a la casa yo me ofrecí como su chofer para ir por ella todas las tardes, todo con tal de intercambiar unas cuantas palabras con él.
Con el tiempo Edward y yo comenzamos a pasar más tiempo juntos, a veces salíamos en grupo con nuestros hermanos y otras salíamos él y yo solos en plan de amigos. Los seis, Alice, Jasper, Emmet, Rose, Edward y yo nos habíamos convertido en muy buenos amigos además Emmet confiaba plenamente en Edward y me dejaba salir con él a donde fuera. Poco a poco y sin darme cuenta Edward había pasado de ser una simple obsesión a ser mi mejor amigo y luego a ser el hombre del que me había enamorado, soñaba con é todas las noches, lo extrañaba cuando no lo veía e incluso sentía mariposas en el estómago cada vez que nos veíamos, no había duda me había enamorado del cuñado de mis hermanos y mi amigo, el único problema era que él no me veía como otra cosa que no fuera como la hermana de sus amigos y su mejor amiga.
Pronto y sin darnos cuenta había pasado un año desde que nos conocimos y con ello llegó el verano. Mientras los Cullen se quedarían en Forks mi familia y yo viajaríamos a Florida para visitar a unos parientes que teníamos allá. Todo el verano me la pase pensando en Edward y después de que Rose y Alice se enterarán de mis sentimientos hacia él me habían convencido de hablar con él así que en cuanto regresáramos a Forks yo hablaría con Edward y le diría todo solo esperaba que él no me rechazara ni se alejara de mi, pero yo no sabía que el destino iba a actuar en mi contra.
El día que regresamos a Forks lo primero que hice en cuanto llegamos a casa fue llamar a Edward y le pedí que nos viéramos en el parque de siempre, Edward me dijo que si, y también me dijo que me tenía una sorpresa. Emocionada por mi sorpresa y con un nudo en el estómago por lo que estaba a punto de hacer salí de mi casa para encontrarme con Edward. Al llegar al parque él ya me estaba esperando, y su sorpresa no era más que malas noticias para mí.
Conforme me acercaba pude observar mejor la escena, Edward estaba parado pero abrazaba a una mujer que por lo que podía ver era alta, delgada con el cabello de un tono rojizo pero no podía apreciar muy bien su rostro, y entonces paso aquello que termino de romperme el corazón, él la beso. Estaba a punto de salir corriendo pero entonces ellos voltearon hacia donde yo estaba y Edward soltó a la mujer a su lado y camino hacia mí, cuando llego me levanto del suelo y comenzó a girar conmigo – Belly Bells, que bueno que has regresado ven te quiero presentar a Tanya, mi novia – y esa fue la puñalada final, si antes no lo había confirmado ahora no había marcha atrás aquella mujer que ahora podía apreciar mejor, con ojos azules y del color del océano, nariz pequeña y labios carnosos, aquella modelo era su novia.
Desde aquel día todo cambió, él y yo seguimos siendo amigos y por supuesto yo guarde mis sentimientos y no le dije nada, ahora ya no salíamos como antes y todo su tiempo libre se lo dedicaba a su novia, la cual sin razón alguna me odiaba y siempre que me veía me hacia algún desplante y no dejaba de tratarme como una niña chiquita. Una tarde no soporte más y decidí que no podía vivir así y tenía que olvidarme de Edward así que empecé a salir con un amigo de La Push, Jacob, había sido mi amigo cuando éramos pequeños y hace unos meses no habíamos vuelto a encontrar y desde entonces él había demostrado tener interés en mí así que decidí darme una oportunidad con él.
Cuando Edward se enteró que Jacob y yo estábamos saliendo en un plan que no era de amigos se enojó conmigo y tuvimos una discusión como nunca la habíamos tenido.
Bella, es que de verdad no entiendo ¿qué haces con el perro ese? Él no es bueno para ti –
Edward no te metas, tú no puedes saber si es o no bueno para mí y si él no lo es entonces según tú quien sí lo es –
Cuando aparezca el correcto yo mismo te lo presentare pero por lo mientras se que Jacob no te merece, deberías alejarte de él –
Bueno ya basta ¿no? Yo no te digo con quién debes salir o no y tampoco te hablo mal de Tanya así que deja de hablar mal de Jacob –
Tú no puedes hablar mal de Tanya porque ella si es buena para mí, me ama y yo la amo mientras que Jacob es tan solo un mocoso idiota que no sabe cómo tratar a una niña tan linda como tú – y eso fue demasiado para mí, una cosa era que saliera con ella como distracción y otra muy diferente que él estuviera enamorado de ella
Bueno ¡ya basta Edward! Deja de hablar así de él te recuerdo que es mi novio y no voy a dejar que ni tu ni nadie hablen mal de él, si lo que quieres es que lo deje te aviso que no lo voy a hacer solo porque a ti no te da la gana que salga con él, además te recuerdo que no soy una niñita a la que puedes decirle que hacer y qué no y si Tanya es tan buena para ti y la amas tanto entonces vete con ella y a mi déjame en paz. ¡ADIOS! – y después de decir esto último salí corriendo de su casa y en cuanto llegue a la mía me solté llorando como magdalena.
Desde aquella pelea las cosas entre Edward y yo cambiaron por un buen rato, él se alejo de mi y dejamos de hablarnos por casi medio año. Yo deje a Jacob un mes después de mi pelea con Edward, después de todo él tenía razón y Jacob no era una buena persona, me había engañado, pero aun así yo tenía mi orgullo y no planeaba regresar a disculparme con Edward, además él seguía con Tanya y seguramente seguían enamoradísimos. La hermana de Edward me decía que él no era feliz y que me extrañaba, además me decía que entre él y Tanya las cosas no iban bien y que se la pasaban peleando, pero yo no quería creerle así que simplemente la hacía cambiar de tema.
El tiempo pasaba y pasaba y Edward y yo seguíamos distanciados, un día por medio de Alice me enteré que la relación entre Edward y Tanya había terminado, debo confesar que la noticia me dio mucho gusto pero me rompía el corazón saber que Edward y yo seguíamos distanciados. Esa tarde decidí salir a caminar a nuestro parque, estaba sentada en una banca pensando en que tal vez debía ser yo quién venciera su orgullo y debía ir a hablar con él, estaba tan perdida en mis pensamientos que no me di cuenta cuando alguien se sentó a mi lado hasta que me hablo. Ese alguien era Edward y esa tarde me había ido a buscar a mi casa para que habláramos pero cundo no me encontró decidió ir al parque, nos pasamos toda la tarde hablando, nos pedimos disculpas y volvimos a ser los mismos de siempre.
Yo me sentía mejor que nunca, había recuperado a mi amigo. Mi hermana y Rosalie seguían intentando convencerme para que le confesara mis sentimientos, según Rose él también estaba enamorado de mi pero aun no se había dado cuenta, yo sabía que eso era mentira y que Edward no podía enamorarse de mí, él solo me veía como su amiga y era momento de que yo aceptara que él no me vería como otra cosa.
Meses después de nuestra reconciliación Edward se graduó de la escuela de medicina, ahora era oficialmente el Dr. Edward Cullen y por supuesto todos estábamos orgullosos de él. En cuanto recibió su diploma se puso a buscar algún lugar en donde podría hacer su especialidad, yo estaba segura que se quedaría cerca de Forks y haría la especialidad en Seattle, pero como siempre termine equivocándome. Una tarde Edward llego a mi casa y lucia radiante de felicidad, me invito a salir a dar un paseo a nuestro parque y estando ahí me contó la razón de su felicidad, había conseguido una beca para hacer su especialidad en pediatría en un hospital ¡en Londres!, lo suficientemente lejos de casa, se iría por un año y si todo salía bien lo más probable era que se quedara a trabajar allá, además de todo partía en dos semanas, solo dos semanas, eso era todo, solo tenía dos semanas a su lado y después de eso no lo volvería a ver en quien sabe cuánto tiempo, la sola idea de dejar de verlo hacia que mi corazón se rompiera pero por supuesto como su mejor amiga no me quedo de otra más que abrazarlo, felicitarlo y poner la mejor cara de felicidad que tenía en ese momento, después cuando regrese a mi casa me derrumbe pensando en que no lo vería en demasiado tiempo, pero lo que más dolía era la distancia y la posibilidad el olvido, yo nunca lo olvidaría pero no sabía si podía esperar lo mismo de él.
Había pasado semana y media desde que recibí la noticia de la partida de Edward, él había decidido hacer una fiesta de despedida para decirles adiós a todos sus amigos. Yo era una de las invitadas principales pero no estaba segura de ir, después de todo no es nada fácil despedirte del amor de tu vida por tiempo indefinido, pero por supuesto mi hermana y Rose me habían convencido para ir y ahí estaba yo en el mejor club de la ciudad, rodeada de amigos y gente que no conocía, con el corazón rompiéndoseme poco a poco y aun así con una sonrisa en el rostro.
Pasamos toda la noche bailando, Edward tomaba como si no hubiera mañana y brindaba conmigo cada dos segundos, me regañaba por fumar pues decía que me hacía daño, lo que él no sabía es que el mayor daño me lo estaba provocando él mismo al irse. La noche estaba terminando y yo aun no podía hacerme a la idea de que esa sería la última fiesta que pasaría al lado de Edward y que en dos días más él estaría al otro lado del mundo comenzando una vida lejos de mí, estaba a punto de ponerme a llorar así que mientras Edward estaba distraído cuidando a Jessica, una de sus tantas admiradoras y quién estaba perdida de borracha, yo aproveche y me escabullí fuera del lugar para esperar un taxi.
Estaba parada en la banqueta perdida en mis pensamientos y esperando por un taxi que se viera seguro, cuando de pronto escuche que alguien me gritaba.
¡Bella! – esa era la inconfundible voz de Edward, quien mientras gritaba se acercaba corriendo a mi lado- ¿a donde crees q vas enana? ¿acaso piensas irte sin despedirte de mí? –
Lo siento Ed, pero no puedo, no quiero despedirme de ti – y en ese momento me fue imposible retener las lágrimas y me solté a llorar
Bells, no llores, por favor no llores además no tienes nada de qué preocuparte tu y yo siempre seremos amigos – y esa fue la gota que derramo el vaso ¿amigos? después de todo esto tiempo él seguía viéndome como su amiga, nunca me iba a ver como nada más y ya estaba harta de eso.
¡cállate Edward! ¿Qué no te das cuenta? Ya no lo soporto más, ya no quiero ser solo tu amiga, hasta cuando me vas s seguir viendo como la hermanita de tus amigos, como tu amiguita, ¿hasta cuándo? – y después de decir esto me abalance sobre él y estampe mis labios sobre los suyos. Edward estaba perdido de borracho y pensé que podría usar eso a mi favor, pero no fue así, él no reacciono. Me separe de él y con lágrimas en los ojos me dispuse a caminar, necesitaba alejarme de él y estar sola con mi mente y mis pensamientos, había avanzado unos cuantos pasos cuando unos brazos me detuvieron.
¡espera! ¿qué fue eso? –
Eso, fui yo diciéndote que ¡TE AMO!, pero no te preocupes, no tienes que contestarme nada, yo se que tú no te sientes igual y tan solo me ves como tu amiga. Que tengas buen viaje Edward – y después de decir eso pare al primer taxi que paso y me subí.
En cuanto llegue a mi casa me solté llorando toda la noche, por fin me había armado de valor y le había confesado a Edward mis sentimientos y todo para que, para que finalmente me rechazara y me confirmara lo mismo que yo ya sabía, ¡NO ME AMABA!
Paso una semana desde esa noche y desde entonces no había vuelto a saber nada de Edward, nunca volvió a llamarme ni siquiera para despedirse y tampoco contesto ninguna de mis llamadas. Eso había sido todo, por estúpida al besarlo y confesarle mis sentimientos había perdido no solo al amor de mi vida sino también a mi mejor amigo.
Un mes paso desde la partida de Edward y por supuesto se había comunicado con todos menos conmigo, nadie de mi familia o amigos sabía lo que pasó entre Edward y yo la noche de su despedida y tampoco quería que se enteraran, el hecho de que yo no fuera nada en su vida y no le importara no quería decir que mis hermanos tampoco le importaran, además mientras siguiera manteniendo comunicación con mis hermanos yo seguiría teniendo noticias suyas, y es que aunque suene masoquista no soportaba la idea de no volver a saber nada de él pues a pesar de estar enojada con Edward también seguía enamorada de él, era horrible el sentimiento de amar a la persona que mas quisieras odiar y olvidar.
Los días pasaban cada vez más rápido y con ellos yo me sentía cada vez mejor, nunca he sido el tipo de persona que se tira a llorar y menos cuando la razón de las lágrimas era alguien para quien no significabas nada así que esta vez no sería la excepción, estaba segura de que siempre iba a amara a Edward pero si él no me correspondía entonces solo me quedaba enterrar este sentimiento y no encontraba otra forma de hacerlo más que alejarme de todo aquello que me lo recordara.
Un día la oportunidad que esperaba llego sin buscarla, un profesor en la universidad me convenció para ir a hacer mis prácticas profesionales a Francia, por supuesto no tuve que pensar la respuesta dos veces y acepte de inmediato, por supuesto a mi familia le tomo de sorpresa la decisión tan repentina de alejarme aunque Alice sospechaba que Edward tenía mucho que ver en ella, por lo que me ofreció su apoyo incondicional. Una semana y mucho papeleo después estaba subiéndome a un avión con destino a Francia, me iba por un año completo, lejos de mi familia y amigos, a comenzar a valerme por mi misma y con una sola misión, enterrar a Edward Cullen en lo más hondo de mi corazón.
Un año en Francia cambio muchas cosas en mí, por un lado aprendí a vivir sola, a estar sola y disfrutar de mi soledad, aprendí a cocinar, aprendí a dejar de tener miedo a situaciones nuevas y también me di cuenta de muchas otras cosas, deje de ser tan inocente y crédula, madure y crecí como persona, me di cuenta que las acciones significan mucho más que las palabras y si bien no logre enterrar el recuerdo de Edward si logre algo mejor, lo perdone, acepte que no me amara, acepte su rechazo y a pesar de seguir amándolo ahora esa herida no dolía, estaba cerrada y por fin hoy con tantas cosas aprendidas estaba lista para regresar a Forks.
Un día anterior a mi regreso había hablado con mi hermana y Rose y ellas habían intentado decirme algo acerca de Edward pero yo simplemente no las deje hablar y las hice prometerme que al día siguiente estarían listas en el aeropuerto esperándome y después iríamos a fiestear ah porque por si lo había olvidado otra de las cosas que había aprendido en Francia fue a divertirme y disfrutar de las fiestas, si antes no me gustaban ahora no podía encontrar nada mejor que hacer.
Y después de todas esas cosas estoy aquí de regreso a casa, pensando en todas las cosas que han pasado en estos cuatro años y en como Edward Cullen entro y salió de mi vida, ahora solo me queda volver a enfrentar todos aquellos recuerdos y ver si en realidad él ya era un tema superado, el avión estaba aterrizando en Seattle y a cada segundo sentía que mi corazón se apretaba, estaba emocionada por volver a casa pero también tenía un presentimiento y no sabía que podía esperar.
Baje del avión y fui a recoger mis maletas, a cada paso que daba la opresión en el pecho a causa de este extraño presentimiento se hacía cada vez mayor. Por fin llegue a la sala de espera y me puse a buscar a mi hermana y a mi mejor amiga pero en vez de verlas a ellas me encontré con otra persona a quien definitivamente no esperaba volver a ver en mucho tiempo.
En la sala de espera y al pie de las escaleras se encontraba Edward, él me estaba esperando y yo no sabía si esto era un sueño o si realmente estaba pasando, con pasos dudosos me acerque a las escaleras para bajar y llegar a su lado. Cuando por fin estuve frente a él no supe cómo reaccionar y simplemente lo abrace, escondí mi cabeza en su pecho y me puse a llorar, después de unos minutos de estar llorando me aleje de él y comencé a golpearlo en el pecho, me di cuenta que aunque yo creía haberlo perdonado aun seguía realmente enojada con él y necesitaba descargar todo ese sentimiento.
Eres un idiota Edward Cullen, te odio, te odio, te odio – le decía mientras seguía golpeándolo
Y yo te amo tanto – dijo mientras me abrazaba fuertemente y enterraba su rostro en mi cabello
Espera – sus palabras me habían hecho reaccionar y olvidar mi berrinche – ¿q… que h… has dicho?
Que te amo Bella, solo quiero pedirte perdón… y… yo sé que me equivoque y no supe reaccionar hace un año pero estaba confundido habíamos sido amigos por tanto tiempo y siempre estuviste ahí para mi, incondicionalmente, y no sabía lo que era perderte hasta que estuve lejos de ti. Por favor Bella perdóname, he sido un necio y por más que he intentado ocultar y olvidar este sentimiento no he podido, te amo, más que a mi vida y ya no puedo seguir sin ti, perdóname por ser un tonto y déjame estar a tu lado, déjame demostrarte que lo que te digo es verdad –
P… pero tú te fuiste, me olvidaste, no te despediste, no me querías, no volviste a hablarme ¿por qué?
Porque fui un tonto, no me había dado cuenta de mis sentimientos por ti y pensé que si seguía buscándote solo te haría más daño y después fue por necio, no quería aceptar lo mucho que te amaba y pensé que alejándome me probaba a mi mismo que no te amaba, pero me equivoque y de verdad ya no aguanto más, perdóname Bella por favor -
Pellízcame –
¿perdón? Te estoy diciendo que te amo y me dices que te pellizque, Bells eres realmente un caso –
¿Eso quiere decir que esto no es un sueño? ¿de verdad me amas? ¿de verdad estas aquí?–
Claro que si tontita, te adoro, quiero estar siempre contigo, claro si me dejas –
Si, si te dejo, por supuesto que te dejo pero con una sola condición –
¿Cuál? –
Que todos los días me digas lo mucho que me amas, que nunca dejes de hacerlo y que no te vuelvas a alejar de mí porque me matarías –
Acepto tus condiciones y nunca me volveré a alejar de ti porque moriría – y después de decir eso nos fundimos en un beso apasionado.
Desde aquel día Edward y yo hemos sido inseparables, cuando mi hermana se entero casi se pone a saltar por toda la casa y Rose tan solo le dio un zape a su hermano y lo regaño por tardarse tanto en darse cuenta de que me ama. No sé que vaya a pasar en el futuro, después de todo no soy ninguna vidente pero de lo que si estoy 100% segura es de que Edward y yo estaremos juntos para siempre.
Bella Swan ha estado enamorada de Edward durante mucho tiempo, ¿el problema? él solo la ve como una amiga. Peleas, fiestas, novias entrometidas, viajes, celos, intercambios y muchas cosas psaran entre ellos hasta que Bella decida olvidarlo, ¿dejara Edward que Bella lo olvide o se dara cuanta de algo antes?.
Por fa entran y lean es mi primer One-Shot
Hola a todas, si han leido mi otra historia el principe azul no existe, disculpen por no actualizar es que no he estado kuy inspirada y esto, bueno era algo que necesitaba sacar para desahogarme. leanlo y diganme que les parece
Y... diganme que les parecio. de verdad esta pequeña historia me sirvio para desahogarme y sacar tantas cosas que llevaba dentro, solo quisiera haber sido tan lanzada como Bella y haberme arriesgado un poco más y tambien que mi Edward regresara desde el otro lado del oceáno y me dijera que me ama... pero bueno la vida no se planea... diganme les gusto? estuvo muy chafa?... quisiera leer su opinión.
