Sentimientos de un egoísta/posesivo

De Alexander para Malene

Quería contarte una historia, pero no sabía cual. Pensé en una de terror, para que me abrazases si tenías miedo. Pensé en un cuento de hadas, para que sonrieras de esa manera tan cálida. Pensé en una de aventuras, para transportarte a otra realidad. Al final, se me ocurrió una de amor, pero se me da mal inventarlas.

Pase de una historia a una canción, pero no estaba inspirado para escribir versos, y quería que lo que te diera fuera totalmente mío. Mi familia me aconsejo hacerte un dibujo, pero ellos no entienden como me siento. Siempre que le doy vueltas al asunto la respuesta es la misma: Tú eres la única persona que conoce mis sentimientos, aunque a veces lo ocultes. A veces me duele saber que no me dices la verdad por miedo, pero más me duele el miedo que siento yo.

Cuando termine de pensar en eso decidí que tipo de historia escribiría, aun con miedo de que te disgustara. En la historia tú serias la protagonista, yo quería mostrarte lo importante que eras así. Pero mi egoísmo es demasiado, y no pude evitar unirme en mi propio relato, seria tu amante incluso allí. Creí que sería suficiente solo con nosotros dos, ya que el resto de los personajes no me agradaban.

Comencé a escribir sobre tu sonrisa, lo mucho que me gusta, la forma en la que me esfuerzo para hacerla florecer. También mencione tus ojos, la manera en que me pierdo por tus orbes color verde, la manera en que me miras.

Intente ser sincero, pero me falto mencionar que amo esas lágrimas que se escurren de tus parpados cuando te abrazo y te digo lo mucho que te amo, aunque aún no se si es que te lastima que lo haga.

¿Aún recuerdas esa rosa que te regale hace mucho tiempo? No era muy bella, pero la incluí en la historia, porque recuerdo como te pinchaste con sus espinas y lloraste silenciosamente mientras yo tomaba tu mano y me la llevaba a los labios. No quería que te asustaras, pero fue un impulso incontrolable. Esa vez te quedaste mirándome y no hiciste nada, solo te apartaste para dejarme pasar. Pusiste la roza en un florero que ya contenía varias flores, pero la mía era la menos reluciente. Por algún motivo eso me alegro, nadie se daría cuenta, quería que solo fuera algo entre nosotros.

Hubo otros momentos hermosos, como la vez que en invierno fuimos a esquiar. Tu no sabias hacerlo, pero yo si, así que me ofrecí para ser tu instructor. Ahora esquías bastante bien, aunque sigo siendo mejor. Estabas feliz porque era la primera vez que veías nevar, yo estaba feliz de tener tu sonrisa para mi solo. Después me dijiste que me querías, yo te abrase diciendo que te amaba, sin evitar soltar algunas lágrimas de felicidad.

Ahora también estoy feliz, porque siempre estas a mi lado, siempre correspondes mis abrazos y siempre sonríes para mi. Y aún sabiendo lo egoísta y posesivo que soy, juras que nunca te iras sin mí. Es triste pensar que aún así no aguanto tenerte a más de cinco pasos de distancia, pero es algo que simplemente no puedo evitar. Pero ver tus lágrimas cada vez que te abrazo me preocupa. Tu te secas las lágrimas, me miras sonriendo y simplemente dices: "No pasa nada, todo esta bien". Si soy sincero, ya no creo esa mentira, pero voy a seguir fingiendo un tiempo más, hasta que consideres que puedes confiar en mi, en el chico que se convirtió en tu amante…