Disclaimer: los personajes y mundo le pertenece a J. K. Rowling.


De cuando James le dijo te amo y Lily Evans entendió que lo decía de verdad


La puerta de la habitación de las mujeres se abrió lo suficiente para que Lily pudiera escabullirse sin que sus compañeras de habitación se dieran cuenta; era ya pasada la medianoche y lo que menos quería la muchacha era que sus amigas se despertaran y la bombardearan a preguntas, porque no era común que ella entrara al cuarto a esas horas (aquella era la reputación de Marlene, desde que se juntó con Black).

Apoyó una mano en la puerta y con la otra se quitó los zapatos, para evitar hacer ruido en el trayecto hasta su cama, y corriendo sin hacer alboroto, se dejó caer en la cama.

Involuntariamente, una sonrisa se formó en el rostro de la pelirroja; le dieron ganas de chillar como una niña pequeña, pero las pudo contener por su integridad física y mental (parecía aquellas adolescentes de las películas que ella veía junto a su hermana cuando era pequeña, antes de entrar a Hogwarts).

Sin cambiarse la ropa, se metió dentro de la cama sin borrar la sonrisa; pero no podía dormir. Su cabeza iba a mil por hora, imposibilitando que conciliara el sueño. Aquellas palabras se repetían una y otra vez.

La cena ya había acabado y todos los estudiantes del colegio se encontraban saliendo del Gran Comedor, con dirección para cada una de las cuatro salas comunes; Lily caminaba al lado de Marlene, quienes hablaban sobre la próxima a Hogsmeade que sería dentro de una semana, organizando y viendo a donde irían a pasar la tarde.

De repente, un borrón negro pasó frente a las muchachas y tomó el brazo de una sorprendida Lily.

Hola, Marlene. Tengo que robar a tu amiga. Adiós Marlenetan rápido como llego, James llevó a través de la muchedumbre a su amada pelirroja.

Potter, suéltame y dime a donde vamosmolestia se filtraba en la voz de Lily, la cual James notó.

Mirando por sobre su hombro, pero sin interrumpir la marcha, sonrió y simplemente contestó: A la torre de astronomía.

La pelirroja frunció el ceño; se suponía que los alumnos no podían subir a aquella torre si no se encontraban en la hora de la clase de astronomía, y ahora el idiota de James pretendía ir ahí. Parecía que se había olvidado que Lily era prefecta o no le importaba ese pequeño detalle.

Cuando llegaron al lugar, James se detuvo a los pies de una estrecha escalera y se dio la vuelta; aprovechando que ya se habían detenido, Lily volvió a hablar.

Potter, ¿qué hacemos acá? Lily frunció el ceño ante la sonrisa del pelinegro. Sabes perfectamente que no podemos estar acá. Si nos encuentran…

Pero no lo haráninterrumpió a Lily tomando el rostro de la chica entre sus manos, y ahora quiero que cierres los ojos.

¿Por qué?

Sólo ciérralos, Lily.

La joven hizo un mohín, haciendo reír al chico, pero cerró los ojos como había pedido.

¿Contento?

Aprovechando que la muchacha no podía verlo, depositó un casto beso en los labios de su amada. Mucho. Ahora déjame guiarte.

Con una mano en la cintura de la chica, la otra en su hombro y alguna que otra indicación dicha en el oído de Lily (causando algún que otro escalofrío en ella), subieron por aquella escalera en la que se habían detenido.

James rezaba a todo mago, bruja y ser divino que todo saliera como había planeado o sino cierta persona lo iba a tirar desde ese mismo lugar por hacerlo pasar horas y horas en la biblioteca contra su voluntad.

Una brisa fresca chocó contra el rostro de Lily.

Abre los ojossusurró James al tiempo que la abrazaba desde atrás.

Lily siguió las indicaciones, llevándose una sorpresa.

Desde donde se encontraban se podía ver parte del castillo, así como también el lago, pero lo que más había impresionado a la joven eran las estrellas, cómo se veían desde ahí; nunca le había parecido que brillaran tanto.

James, esto es…las palabras dejaron de salir en el momento en el que una serie de estrellas fugaces cruzaron el cielo, iluminando la noche.

James agradecía a quien fuera que había escuchado sus plegarias ya que había salido como había pensado; las horas en la biblioteca habían tenido su fruto. También sabía que ese era el momento.

Lily se dio la vuelta entre los brazos del muchacho, con una sonrisa en su rostro; aquello había sido hermoso y toda una sorpresa para ella.

James, eso fue hermoso.

Lo sabía, ese era el momento; perdido en las profundidades de aquellos orbes verdes, James lo supo.

Lilyposó una mano en el rostro de ella, te amo.

En ese momento, bajo la luz de las estrellas, Lily lo supo y entendió que James lo decía de verdad y que ella sentía exactamente lo mismo por aquel revoltoso muchacho que tantos dolores de cabeza le había sacado, y ahora le sacaba esas sonrisas que James tanto amaba.

Sin borrar la sonrisa en su rostro, se acomodó en su cama, dejándose caer en los brazos de Morfeo.


Son mi debilidad, al igual que Sirius.

Espero que les haya gustado :)