Hola a todos! Aquí estoy con un nuevo trabajito, un proyecto que llevo posponiendo desde hace un muy buen tiempo y, como para no terminar de morir en fanfiction, lo estoy publicando ahora en agradecimiento a todas las personas que me están apoyando por aquí. No he visto tantas historias nuevas como me gustaría y de verdad me asusta que poco a poco el fandom se cierre, lo cual sería horrible, porque yo comencé como escritora y yaoista gracias a Death Note, específicamente a Matt y a Mello y no me agradaría que queden como sólo un buen recuerdo. ¡Hay que mantenerlos vivos!

Parece como si hubiese sido ayer que apenas tenía 16 y me decidí a publicar uno de mis fics y ahora, han pasado ya dos años y quiero que esa linda sensación regrese, a mí, a ustedes.

Demasiada melancolía, ahora vienen las noticias, sólo disculpen esta espantosamente larga nota de autor, necesito sacarme un par de cosas de encima.

Aviso desde ahora y como habrán notado ya, que he decidido congelar The Chocolate Bachelor por un tiempo, sólo hasta que mi cerebro responda y espero que sea muy pronto se los aseguro, lo que sí prometo, es continuarlo. Respecto a The Hunger y Let it bleed, haré lo posible por sacar un capítulo semanal así los termino de una vez, se me complica por el estudio pero haré lo posible. En lo que refiere a esta historia, intentaré ser constante cada semana o dos, tiene capítulos cortos pero ya se acostumbrarán (?)

Bien, bien, no prometo actualizaciones de ninguna clase para la lo que resta de esta semana y la otra, verán, formo parte de una banda de covers de anime como vocalista (creo que lo había mencionado, pueden encontrarnos en youtube o facebook como Friki Mode, aunque no estoy segura de querer que lo hagan) y viajaremos al Con-Comics de Argentina, así que estaré muy ocupadita xD Sin mencionar que debo terminar mi cosplay de Korra, el nuevo Avatar y espero que me quede bien

Ok, introducción a un nuevo mundo con este capítulo, NADA tiene que ver con el animé, os personajes se mezclaron de manera rara y he agregado a dos originales, ya que sin ellos no podría empezar la historia, sólo espero que les caigan bien.

Inicio de Ties señoras y señores!

Advertencia: No por ahora~ sólo posibles distracciones con la ortografía, aún después de haber leído y releído como 54354354 veces… soy un desastre XD

Disclaimer: Death Note no me pertenece y no quiero hablar al respecto! xD

Sugerencia musical: I finnaly found someone por Bryan Adams y Barbra Streisand. La oía mientras editaba el capítulo 1 y me gusto cómo quedó.

Link: www. youtube watch?v=Frzs2ELFXsg (Sin espacios, óiganla! ^^)

Ties

Chapter 1: I finally found someone

Esta era una pareja poco común, ya sea por las situaciones civiles, estado social o económico que afrontaban quienes la componían, los sucesos por lo que cada uno de ellos habían pasado, las enormes pérdidas que habían sufrido... quizá fue el destino, quizá fue coincidencia, o tal vez simplemente pasó lo que tenía que pasar.

Ella se llamaba Sarah Jeevas, era una mujer hermosa, tenía 30 años de edad, de cabellos rojizos, su tez era pálidamente blanca y sus ojos eran de un color cautivante y brillante... azul, no celestes; era un azul algo oscuro y frío, pero aún así, transparente, expresivo y dinámico.

Él era un joven de 31 años, su nombre era Ryan Keehl y era increíblemente apuesto. Sus cabellos cortos parecían nada más ni nada menos que hebras de oro y relucían con un brillo hermoso, su piel era clara y suave, y sus ojos estaban teñidos de un extraño, pero divino color verde agua, un tono esmeralda algo fuerte, pero suave a la vez, traslúcidamente expresivo y calmo.

Ambos se conocieron a bordo de un avión con destino a Inglaterra, sus asientos coincidieron uno al lado del otro. ¿Coincidencia? Más bien brujería o magia quizá…

Los dos habían sido partícipes de un curso de tres meses de bio-robótica para estudiantes con capacidades cerebrales superiormente desarrolladas. Durante aquellos tres meses, no tuvieron la oportunidad de conocerse ya que sus agendas y horarios no coincidían en ninguna materia. Aún así tarde o temprano se encontrarían, tarde o temprano sus destinos se cruzarían.

Sólo con minutos de vuelo, entablaron una cálida conversación, un simple comentario sobre el cielo fue la base, seguido de diferentes comentarios divertidos que de a poco se convertían en preguntas sutiles sobre ocupación e intereses. Mataban el tiempo, compartían, se conocían. Al parecer, tenían mucho en común, se fascinaron tanto mutuamente, que intercambiaron números telefónicos con la esperanza de reencontrarse... y así fue.

Por fortuna vivían relativamente cerca y a base de citas convirtieron su, hasta ese momento amistad, en un hermoso romance y una duradera relación. Como es de saberse, lo primero en una relación es la confianza, y luego de llevar un mes juntos, decidieron sincerarse con respecto a pequeños secretos que, no intencionalmente, ocultaban. Por miedo a la pérdida, por tomar más confianza, por tener más seguridad, ambos habían mantenido una vida secreta a expensas del otro.

Para sincerarse, habían organizado una cena en un elegante restaurante... pero ninguno de los dos se esperaba oír lo que oyeron aquella noche, ninguno sabía que los dos escondían cosas.

- Te noto algo inquieto Ryan... ¿Qué sucede?- preguntó Sarah con cierto tono de preocupación al notar en su novio el ligero nerviosismo que su persona denotaba.

- Yo... Sarah... no olvidemos el verdadero motivo de esta cena... ambos teníamos algo que confesar... y creo que empezaré antes de que muera de nervios.- rompió el pequeño silencio que se había formulado antes de buscar las palabras correctas para responder a la incógnita de la chica.

- Puedes decirme lo que desees Ryan... no hace falta que te sientas nervioso, sea lo que sea, lo afrontaremos juntos.- intentó calmarlo desconcertada, pero segura, pues ella era quien tenía planeado decirle algo primero, después de todo.

- Verás, sé que debí habértelo mencionado antes, pero no encontré la oportunidad correcta para hacerlo... por eso, antes que nada te pido disculpas... yo nunca quise traicionar tu confianza, pero tenía miedo, miedo de perderte. Yo tengo hijos, Sarah... su madre murió desgraciadamente durante el parto... son gemelos.- pronunció cabizbajo, se sentía peor de lo que había imaginado, ya que el silencio de su novia lo intranquilizaba aún más. Pero aquel colapso se fue desvaneciendo al momento en que Sarah se ponía de pie para abrazarlo.

- Si eso era lo que tenías que decirme, temo que mi secreto será demasiado sorprendente para ti...- sonrió dulcemente y sacó una fotografía de su cartera, no podía evitar sentirse en shock pero al menos sabía con certeza que él no la juzgaría mal.-Él es Mail Jeevas, tiene siete años y es... mi hijo... su padre también falleció hace años en servicio militar.-

Brujería dirán...

Tal como dedujo la mujer, la sorpresa de Ryan era colosal, pero además, se podía notar el creciente alivio que su faz mostraba.

- ¡¿Y esperaste hasta este momento para decírmelo?!- dijo sonriendo y abrazando a Sarah, para después darle un dulce beso en la frente.

- Vamos... muéstrame a tus niños.- dijo al parecer deduciendo que él también tendría una fotografía. El hombre hundió una de sus manos en el bolsillo de su camisa y extrajo el trozo de papel con algo de lentitud y aún latente nerviosismo.

- Son ellos... tienen seis años, y sus nombres son Misa y Mihael Keehl...- ambas fotografías reposaron en la mesa del restaurante una al lado de la otra. Las tiernas y nítidas imágenes sonriendo congeladas en un momento feliz y ameno frente a sus padres.

- Vaya... es bastante apuesto, tal como lo eres tú Ryan... y la niña, simplemente es hermosa, son completamente idénticos.- observó Sarah en el retrato de Mihael y Misa.

- Veo que heredó el color de tu cabello.- sonrió señalando el de Mail y sonriendo cálidamente...

La noche transcurrió con serenidad y tranquilidad, ambos compartiendo pequeños detalles acerca de sus niños, cenando, bebiendo algo de buen vino. Pero había algo más que debía hacerse para que aquella sea la velada perfecta.

- Sarah... debo decirte algo más...- musitó Ryan poniéndose de pie.

- ¿Qué es?- dijo con ansias ella, cruzando sus piernas graciosamente y con una tímida y dulce sonrisa curvando sus finos labios color carmín.

- Debemos permanecer juntos, no hay nada que deseara más... por eso... deseo que seas mi esposa... Sarah Jeevas ¿Te casarías conmigo?- ni siquiera tuvo tiempo para notar que Ryan ya se encontraba de rodillas frente a ella, por lo que sólo le respondió con un beso, aceptando el anillo con un enorme diamante que le colocó su novio, con lágrimas de emoción escapándosele de los ojos.

No, quizá era la más pura magia...


::==::Flash back::==::

Un pequeño de seis años con cabellos dorados se encontraba sentado en un escritorio frente a una ventana con expresión pensativa... realizaba ecuaciones con velocidad extraordinaria, sus largas pestañas revoloteaban con cada abrir y cerrar de ojos mientras el grafito de su lápiz resbalaba sobre la hoja terminando otra resolución. Su nombre era Mihael Keehl y se alojaba en un internado inglés para niños con capacidades mentales superiores, el cual era completamente confidencial. El niño debía esperar a su padre, quien se encontraba de viaje en un trimestre de estudio de bio-robótica en Italia. La institución donde por el momento Mihael vivía era llamada Wammy's House, allí vivían también muchos otros niños con capacidades similares, pero su caso era el más desarrollado. A la corta edad de seis años el infante hablaba fluidamente ocho idiomas y realizaba estudios avanzados en biología y criminalística. La facilidad que poseía se debía a su memoria fotográfica, de esa forma cualquier libro que el niño leyera se quedaba en su mente aprovechando los conocimientos para continuar con sus estudios.

Por un momento se sintió observado en medio de sus ejercicios, pero en el momento en que decidió voltear para tener una idea de quién era quien lo vigilaba, un par de pequeños brazos se cerró alrededor de su cuello en forma de un cálido abrazo, cosa que lo sorprendió, pero contentó a la vez. Un pequeño pelirrojo lo invitaba a jugar como todos los días para que así pudiera distenderse de todo el trabajo duro y el estudio. Tomó su mano y se dirigieron al jardín. Quien lo había distraído era nada más y nada menos que otro de los "casos especiales" del internado. Respondía al nombre de Mail Jeevas y tenía siete años, al igual que el niño rubio, él tenía que esperar por su madre, quien realizaba estudios también. Mail tenía una capacidad similar a la de Mihael, la memoria fotográfica, pero su coeficiente era ínfimamente menor al del niño rubio y su interés se basaba en la tecnología y la informática.

Gracias a poseer dones casi idénticos, los asignaron a la misma habitación, y poco tiempo después se convirtieron en muy buenos amigos.

Una de las reglas del internado era mantener en secreto cualquier dato personal, por lo que se manejaban con alias; el de Mihael era Mello y el de Mail era Matt, aunque ellos a escondidas se confesaron sus verdaderos nombres de todas formas. El lazo que unía a los dos infantes era demasiado fuerte como para considerarse una amistad, más bien, si no fuera por las características físicas y la diferencia de edades, se podría jurar que eran gemelos idénticos, por el hecho de que jamás se separaban, compartían varios pensamientos simultáneamente y se necesitaban mutua e incondicionalmente.

Pero por desgracia, sus padres regresaron por ellos ya que el plazo de tres meses se había cumplido y la separación era inminente.

Por supuesto las lágrimas fueron inevitables, junto a las promesas de que volverían a verse algún día... lo que no tuvieron en cuenta era la cercanía de sus hogares y los eventos que ocurrirían.

El destino puede separar y unir a su antojo, y esa no era una excepción.

::==::Flash Back End::==::


¿Valió la pena leer? Háganmelo saber por favor. Los amoro~~

Kisses MXM's Holic