Hola oneshot de dos partes a continuacion, no digo mas asi que solo dedíquense a leer!

ES SOLO UN BESO

(Parte uno)

—¿Lo amas?—dijo Sango después de la decimo-octava copa de licor que consumíamos en la noche en aquel bar donde se acumulaban cantidad de recuerdos que deseaba recordar y a la vez olvidar con el alcohol y una amiga.

—No hace la diferencia que lo diga, tenía que suceder y simplemente no era algo que estuviera en mis manos evitar.—dije mientras tomaba la copa con violencia y tragaba impetuosamente el liquido dorado.

Dejo a su paso el camino ardiente, igual de intoxicarte que las caricias de él.

—Pero Ahome no sabes eso, porque ni siquiera lo intentaste.

—Ya lo conoces tu, él es tan testarudo como… como tu cuando decides ir de compras.

Se rio levemente mientras tomaba la copa y bebía el liquido un poco más delicado de lo que lo había hecho yo…mi escusa es que; a ella no se le iba el amor de su vida. Tal vez se pondría peor si supiera que Miroku se iba a New York y simplemente no pude evitar preguntarle que haría ella en mi lugar.

—¿Qué harías si Miroku es el que se va?

Ella se quedo estática en el tiempo, pude notar como fruncía el ceño profundamente y levantaba la copa tomando nuevamente.

—No lo sé, pero si haría algo mejor de lo que hiciste tu.

—Hay que aclarar algo…Miroku y Sesshomaru son como el agua y el aceite, por ello no se llevaron nunca bien.

—Para serte sincera él no se lleva muy bien con nadie…salvo…

—…si—la interrumpí sabiendo la respuesta a la perfección, no era la primera vez que lo mencionaban.— salvo conmigo…lo sé, pero él es espacial.

—Especialmente gruñón y misterioso.—me rei ligeramente, pero me caye en cuanto una voz sono.

¿Gruñón?...gracias, no conocía esa terminología dijo una voz a nuestras espaldas muy conocida y altamente renuente a congelar la sangre en instantes.

Nos volteamos lentamente y creo que mi cara debió de ser la misma de Sango, de total y absoluta estupefacción.

Y allí estaba él, mirando tan serio como siempre.

—¿Shesshomaru?—finalmente hable yo y me sorprendí al notar mi voz arrastrada, él alzo una ceja mientras volvía la vista a Sango con reprobación.—¿Qué…¡hic! qué haches aquí?

No dijo nada, solo estiro su brazo capturando mi mano entre las suyas y jalándome hasta quedar parada.

La quite violentamente y fruncí el ceño mirándolo con desaprobación.

—No me jalesh ashi, no tengo manos de muñeca.

Ahome—dijo seriamente y se podrá notar en la última silaba que pronuncio que comenzaba a alterarse, pero no me sentia lo suficientemente consiente en esos momentos.

—Ahome nada…¡hic!… déjanos sholas, no que te ibas a new..New…para esa cosha que te vas.

Sango iba a replicar algo pero él inmediatamente se lo impidió lanzándole una mirada casi asesina.

Vámonos…ya es suficiente.

Gruñí y me cruce de brazos —No me quielo ir todavía.

El me jalo en ese instante y acerco su rostro a mi oreja…

No estoy pidiendo tu permiso— susurro, un escalofrió surco en mi espalda y no tuve más remedio que dejarme llevar.

—¿Y Shango?

Ya llame a Miroku, vendrá por ella.

A lo lejos se escucho la protesta de Sango.

Me monto al carro y cerro mi puerta, dio la vuelta rapidamente y note su vestimenta, debajo había una camisa color gris, y tenía puesta una chaqueta color negro.

No pude ver claramente sus pantalones, pero deben de estar perfectos.

Su cabello estaba recogido en una cola baja, aunque algunos cabellos se le deslizaban cerca del rostro, no pude evitar tener un orgasmo mental con solo verlo.

Él movía mi mundo completamente.

—No podrasss cuidarme eternamente.

No tengo ánimos de escucharte ahora. —y en ese instante el carro inicio su recorrido.

Suspire y voltee mi rostro hacia la ventana abierta mientras esta dejaba entrar aire frio que golpeaba tiernamente mi rostro.

casi como una caricia de las manos de él.

Respire hondamente tragándome el nudo y solo me deje llevar.

Freno al frente de mi casa nos quedamos un rato en silencio y por fin el lo rompió.

¿Qué intentabas hacer tomando como una desquiciada?—ya estaba enojado.

—No lo shé—dije intentando no pensar en nada.

¡¿Como que no lo sabes? ¡¿Desde cuándo haces las cosas porque si? ¡AH! Porque no entiendo nada ni quiero pensar a que querías llegar logrando hacer eso.

Lo observe casi con miedo…él nunca en todos los años que llevábamos juntos sin no me fallaba la memoria y el alcohol no entorpecía mi cuenta, eran como 8 años…y jamás había alzado la voz de esa manera, él era más del tipo inalterable.

Y verlo asi…me sorprendió.

Él noto mi miedo y volvió su rostro al frente, mientras masajeaba con sus dedos su cien.

Ahome, te llevo a tu casa.

Y en ese instante se rompió mi corazón, pero como la anterior vez, intente no mostrar lo afectaba que me encontraba.

—No te molesshhhtes, conozco el camino. —dije y Salí del auto sin esperar respuesta.

Pero en cuanto intente dar el quinto paso trastabille aunque sus manos me agarraron impidiendo que cayera al suelo.

—Grachiasss.—dije y me deje llevar hasta la puerta de mi casa.

Cuando finalmente estuvimos al frente de mi puerta y él buscaba las llaves de la casa para abrir un deseo…el ultimo se escurrió por mis labios, en ese instante sonó el repiqueo de las llaves chocando contra las otras.

¿Me…me daríass un besho?—dije sin pudor alguno, en el pasado nunca me había atrevido a pedírselo, pero esta vez había ayudado una dosis de brandy.

El introdujo las llaves en la cerradura y yo me voltee lo suficiente para que nuestros pechos se encontraran unidos.

Giro la perilla y abrió la puerta.

Ya había perdido las esperanzas…pero él hablo helándome la respiración.

— ¿Estas segura?—dijo contra mi oído.

Mi cuerpo reacciono alzando mis manos y envolviéndolos alrededor de su cuello. Suspire aliviada y sin dudarlo las palabras se deslizaron como suplica.

—Hazlo.

Y con solo mencionarlo mi cuerpo choco con violencia contra el arco de la puerta, ignore el dolor para solo concentrarme con la sensación que dejaba en mis labios.

Apreté sus labios contra mis dientes y eso fue casi un incentivo para aumentar la intensidad, acaricio mis labios con sabios movimientos, revolviendo mi mente cuando se fundían en un beso.

Pero en cuanto sentí su lengua invadiendo mi boca lo detuve en ese instante.

—Ya es shuficiente, adi…—pero me interrumpió empujándome hacia el interior de mi apartamento.

Él cerró la puerta a sus espaldas y acaricio mi rostro tiernamente.

Deberías saber que no es suficiente. —dijo mientras acercaba un mecho de mi cabello a su nariz, olfateando.

¿No esh shuficiente qué?—dije un poco confundida y a la vez embriagada con la belleza de cada movimiento.

Solo un beso.

Y volvió a apresarme sus labios.

TANTAN?

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