CAPITULO 1 La llegada.
Por más que ella quisiera negarlo, seguía queriendo a Ward. A pesar de que todo el asunto de Hydra y de la traición de Grant ya había sido hacía 2 años, Skye muy en el fondo sentía amor por él. Le había costado mucho aceptar que todo hubiera sido una mentira, pero la vida seguía y ella era ahora una gran agente de Shield y como tal, tenía que sobreponerse a todas las duras pruebas que se le presentaban.
Esa noche el director Coulson les tenía una noticia importante y los había citado a todos —su grupo— para revelárselas.
—¿Estamos todos? —Preguntó Skye llegando a la sala de reuniones de la base secreta que servía como hogar y centro de operaciones del equipo de Coulson.
—Sólo faltan Fitz y Simmons que… olvídalo. —Los dos chicos entraron cerrando la puerta detrás de ellos.
—Tengo un anuncio importante como ya les había comentado. —Phil Coulson, el director de Shield, parecía más cómodo que nunca con su puesto. Y la verdad era que gracias a él, la agencia había recuperado su buen nombre, su prestigio y sus privilegios.
—Te escuchamos. —May, siempre prestaba mucha atención a todo que lo que Phil dijera, incluso más de la normal.
—May, Triplett, Fitz, Simmons, Skye… Por mucho tiempo hemos tenido aliados, gente que ha llegado y luego se ha ido, pero siempre quedamos nosotros. Como director me es imposible acompañarlos en las misiones como antes así que esta noche, se nos une un nuevo agente. Él estará a cargo de Melinda y quiero que lo entrene y lo guie en todo lo que necesite, si bien no es un agente como tal, es un buen guerrero, inteligente y letal, lo que necesitamos para mantener al equipo a salvo. Muchos probablemente hayan oído de él y se sorprenderán de verlo aquí, pero les digo, es de mi total confianza así que les pido un voto de fe. Así que bueno, denle la bienvenida al Sargento Bucky Barnes.
La atmosfera de repente se cargó de una tensión que poco tenía que ver con el mal clima fuera de la base. Todos sabían que Bucky Barnes era mejor conocido como el soldado del invierno, quien había intentado matar al Capitán América y muchos años atrás, había asesinado a un montón de gente al servicio de Hydra. Claro que, no lo había hecho por voluntad propia, le habían lavado el cerebro y expuesto a toda clase de torturas para subyugarlo.
Bucky entró y ninguno de los presentes pudo evitar mirar directo hacia su brazo izquierdo, el cual era de metal y poseía sus propias habilidades. Skye lo miró con curiosidad y algo más. Por mucho tiempo se había creído que Barnes estaba muerto, incluso su nombre estaba escrito en El muro del valor, dónde podías encontrar a todos las personas que habían muerto luchando por el bien.
El soldado los miró a todos, detallándolos a cada uno y haciendo un breve juicio. Nada fuera de lo normal. Cuando el mismo Steve le dijo que si quería redimir sus culpas y hacer algo bueno, le recomendó unirse a Shield y ayudarlos, después de todo aunque ya no estaba dominado por los malos, aún tenía sus conocimientos de guerra y estrategia, y podían ser de mucha utilidad.
—Bucky, te quedas en tu casa, cualquier cosa que necesites pregúntale a Melinda, o a Skye, yo tengo que mantenerme oculto, Fury siempre lo hacía y ahora entiendo por qué. En fin, nos vemos pronto. —Dicho esto Coulson se retiró, pero eso no hizo que la tensión del momento desapareciera. Parecía que nadie quería acercarse al soldado.
—Bien, ahm, Barnes, sería bueno que conocieras toda la base, todos sus lugares y pasadizos secretos. —May salió de la sala con el castaño detrás de ella.
—¿De verdad es Bucky Barnes? Quiero decir, ¿de verdad es el soldado del invierno? Wow… —Skye no sabía si estaba más emocionada o shockeada. El soldado del invierno era una leyenda y aunque todos sabían que era real y lo había visto en fotos y en videos, nada se comparaba a verlo en persona.
—¿Vieron su brazo? ¡Es impresionante! Me pregunto qué tecnología usará… —A Fitz le brillaban los ojos de curiosidad.
—¡Fitz! —Lo regañó Simmons— ¿Sabes lo que debe haber sufrido el pobre mientras le ponían eso? No es una máquina, es un pobre hombre.
—Un pobre hombre que ha matado a demasiadas personas. Tal vez ya no esté controlado por Hydra, pero igual es mejor irse con cuidado con él. —Skye sentía demasiada curiosidad por ver al soldado más de cerca. No todos los días podía conocer a una leyenda, pero ya se las arreglaría luego para poder verlo.
Cada quien retomó lo que estaba haciendo antes de la reunión y Skye regresó al lugar dónde entrenaban. May siempre le dejaba varias rutinas. Hizo unas 2 horas de ejercicios y luego se retiró a descansar. Por los momentos estaban esperando respuesta de un desconocido que les había pedido ayuda pero que les había dicho que esperaran más información antes de actuar. Eso ya había sido 2 días atrás, y ya la verdad dudaban de que fueran a oír de nuevo del desconocido hombre. Aunque tal vez todo hubiera sido falso o un intento fallido de engañarlos. Como fuera, seguían a la expectativa.
A Skye le costaba dormir por las noches, siempre Ward volvía a su mente, atormentándola. Siempre terminaba llorando hasta dormirse. Nunca aceptaría haber sido tan estúpida como para caer en las mentiras de Grant Ward. Pensó en el soldado. A Ward nadie le había lavado el cerebro, él actuó porque quiso y eso sólo lo hacía más despreciable. Como todas las noches lloró hasta dormirse, sólo que esa noche, no soñó con Ward sino con un extraño que le hablaba y le ofrecía una mano… pero ella nunca le vio la cara.
Temprano en la mañana Skye se despertó, se aseó y fue directo a entrenar. Ese día se había despertado un poco más temprano de lo normal por lo que pensaba que todos los demás seguían durmiendo aún. Pero pronto descubrió que estaba equivocada. Al entrar al gimnasio se encontró con el soldado del invierno, vestido únicamente con un mono y descalzo, entrenando maravillosamente y moviéndose casi como un animal. Skye intentó no hacer ruido, Barnes se veía muy concentrado y así ella pudo aprovechar para observarlo y detallarlo como tanto le apetecía.
James Buchanan Barnes era un guerrero formidable, ágil y rápido como nadie y experto en el combate cuerpo a cuerpo. Además era un excelente francotirador. Y claro, también era bueno asesinando gente. "Tal vez no debería pensar eso" se dijo Skye. La chica dio unos pasos hacia atrás, procurando no hacer ruido y así no llamar la atención del soldado, pero tropezó con algo que estaba tirado en el piso. Volteó para ver que carajos era y cuando levantó la vista de nuevo, Barnes ya no estaba.
—¿Qué diablos…? —Skye caminó hasta casi llegar al sitio donde había estado Bucky completamente desconcertada, luego se dio media vuelta pero tropezó con un cuerpo alto y fuerte.
—¿Buscas a alguien? —El soldado la miraba con sus ojos fríos.
—No... Sólo venía a… entrenar, como todas las mañanas. —El corazón de Skye latía muy rápido por el miedo. Barnes la miró de arriba abajo.
—Eres algo, pequeña, para ser una agente de campo de Shield, ¿no crees? —Eso le molestó a la chica.
—Vaya, no sabía que el famoso soldado del invierno era machista. —El castaño soltó una carcajada que sonó fría y extraña, como si tuviera mucho tiempo sin reír.
—No fue mi intención ofenderte…
—Skye.
—…Skye, es sólo que me pareces algo bajita para el combate.
Skye se mordió los labios para no insultar a Bucky, si bien en un principio ella no era tan buena, Ward y May la habían entrenado y ahora era mucho mejor. Ward… mejor no seguir por ahí.
—Cuando quieras, soldadito, te puedo demostrar lo que hace una chica como yo. —Los ojos del soldado brillaron repentinamente, pero el brillo desapareció tan rápido como llegó.
—¿Qué tal ahora?
—¿Ahora? —La voz de la chica tembló un poco.
—¿Miedo? —Preguntó Barnes con diversión.
—Ya dijiste soldado, vamos. —Skye no estaba muy segura de enfrentarse a Barnes, pero jamás le había dicho que no a un reto— Tú te lo buscaste.
Bucky resopló irónico pero no dijo nada.
—El primero que tumbe al otro, gana.
—Ok. Las damas primero.
Dicho esto ambos se colocaron en posición de ataque, James se fue encima de Skye pero ella lo esquivó haciendo que casi cayera, la chica quiso aprovechar de agarrar al soldado pero él fue más rápido y regresó a su posición de defensa. Estuvieron así un rato, los dos eran muy buenos aunque Skye sentía que Barnes estaba siendo blando con ella.
—No necesito que me hagas favores, soldado, dame todo lo que tengas.
Al decir esto Bucky tumbó al suelo a Skye usando su brazo biónico. La sonrisa que se dibujó en el rostro masculino era de completa arrogancia.
—Eso no es justo.
—No me pediste justicia. —El soldado le ofreció su mano a la chica para que se incorporara. Skye la tomó y él jaló para levantarla pero fue tan fuerte que ambos quedaron muy cerca el uno del otro. Skye no pudo evitar mirar fijamente los ojos azul grisáceo que tenía tan cerca de ella. James la miraba fijamente igual, pero con cierta frialdad en sus ojos.
—La verdad no eres tan mala, digo, para ser una chica. —El castaño sonrió de medio lado arrogantemente. Skye se enfureció.
—Eres un imbécil. Claro, la próxima vez podemos probar sin ese cacharro que tienes en el brazo y tal vez sea una situación más justa. —Barnes parecía divertido de nuevo.
A Skye se le olvidó que aún le quedaban horas por entrenar, pero en esos momentos lo que menos quería era estar en el mismo lugar que el soldado. Empezó a caminar hacia la salida mientras James retomaba lo que estaba haciendo antes de ser interrumpido.
—La próxima vez que quieras espiarme, hazlo silenciosamente y tal vez, salgas airosa. —Skye apretó los dientes y caminó más deprisa. Sentía ganas de golpear algo, o alguien más bien.
Toda la curiosidad que Skye sentía por el soldado se había convertido en rabia, lo que tenía de fascinante lo tenía de arrogante. Si pudiera regresaría al gimnasio y lo sacaría a patadas. Necesitaba entrenar, descargarse. Pero Barnes era muy bueno, eso debía aceptarlo. Aunque él tuviera la ventaja de su brazo de metal, seguramente también tendría una debilidad y eso era lo que ella tenía que encontrar.
Sin saber qué hacer o a dónde ir, Skye buscó su laptop y se fue a la sala de reuniones. Un poco de soledad le caería bien.
Llevaba un rato enfrascada en unos archivos que estaba revisando que no oyó cuando la puerta se abrió.
—¡Skye! El hombre apareció tenemos que salir ya a buscarlo. —May entró apresurada llevando un papel en la mano.
—¿El hombre? ¿El que nos pidió ayuda? ¿Ya sabemos dónde está?
—Aquí tengo sus coordenadas. Parece que le costó mucho enviarlas, mejor nos movemos rápido. —Skye cerró su laptop y la dejó en la mesa.
—Bien, dame 2 minutos, me cambio y busco mi arma, te veo afuera.
Una vez afuera Skye y May se montaron en la camioneta y estaba a punto de salir cuando alguien se les atravesó y tuvieron que detenerse. Era el soldado.
—¿Qué pasa Barnes? Tenemos una misión, debemos irnos ya.
—Ustedes no van a ningún lado, iré yo. Bájense.
—A ver si lo entiendes Barnes, tú, eres nuevo, aquí no das órdenes. —Skye estaba harta de la actitud de Bucky.
—A ver, niña, sé que Melinda es una excelente guerrera, pero tú no. Además estuve viendo los archivos de esa misión y hay ciertas cosas que no me gustan, mejor voy yo y ustedes se quedan aquí. Bájense. No lo diré de nuevo.
May y Skye se miraron sin saber qué hacer.
—Coulson dijo que le hiciéramos caso, creo que debemos dejarlo ir. —Dijo May.
—¿Cuándo dijo eso?
—Ahm, me lo dijo a mí… —Skye frunció el ceño.
—Hagan lo que quieran, me voy de aquí. —Ambas mujeres se bajaron de la camioneta creyendo que el soldado se subiría, pero él optó por una moto que estaba al lado.
—Aquí están las coordenadas del lugar, no sabemos el nombre del infiltrado pero en los archivos está su foto. —May le entregó el papel a Bucky. Este se subió a la moto y la encendió.
—Haznos un favor soldado, asegúrate de que te disparen en la misión. Preferiblemente de muerte… —Soltó Skye con rabia. La chica miró a Barnes y hubiera jurado que lo vio sonreír. Sin decir nada más se fue del lugar dejando un rastro de humo.
—¿Te cae mal el soldado?
—Qué perceptiva eres Melinda.
—¿Realmente te gustaría que lo mataran?
—Créeme May, era mejor cuando lo creían muerto, debió haberse quedado así.
