CAPITULO 0- PENELOPE
Una tarde de invierno, en uno de los muelles de carga y descarga de Bellwood, dos jóvenes esperaban impacientes la venta de su material. Era la venta más importante y la que más dinero les iba a dar. Por fin, después de mucho tiempo en el negocio, iban a ser ricos, y eso significaría que podrían salir de ese agujero de mierda y vivir como reyes.
Penny lo tenía muy claro, sabía que se iba a llevar a sus hermanos muy lejos, a una nueva ciudad donde pudiesen empezar de cero, y donde ella pudiese terminar sus estudios y hacer algo de provecho. Estaba harta de su vida, lo único que le motivaba a seguir viviendo era la venta ilegal de armas militares o eso creía ella, lo que le proporcionaba dinero para mantenerlos a todos y que no se los quitasen los servicios sociales, pero a pesar de eso aún tenía presente el lado oscuro del mercado, el que le podía llevar a la muerte si las cosas salían mal. Las horas pasaban, el frió cada vez se hacía más pesado y los compradores no aparecían. Penny cada vez empezaba a sentir más frio y sueño, a cada hora que pasaba más se cerraban sus ojos–"No, no puedo dormirme, por el bien de mis hermanos"-. De repente sintió que alguien la cogía por detrás y le tapaba la boca. Penny intento gritar, pero fue inútil, lo último que vio fue un bate de beisbol que se dirigía hacia su cabeza, después todo se volvió negro a su alrededor…
Penny abrió los ojos y de repente se encontró en una habitación totalmente inmaculada, dentro de una jaula con barrotes de hierro. -"¿Dónde estoy?, ¿y por qué me duele tanto la cabeza?"-. De repente apareció ante sus ojos el Dr Animo- Hola preciosa, te estábamos esperando-.¿Quién eres?,¿Qué hago aquí?,¿Qué quieres de mí?- preguntó Penny- Preguntas demasiado, princesa, será mejor que pasemos a la acción.- El Dr Animo salió de la habitación y unos momentos después apareció seguido de lo que parecían dos enormes loboans. Pero no eran relamente loboans, conforme se iban acercando a Penny, esta pudo observar que también tenían rasgos humanos.
Los loboans abrieron la jaula, la sacaron, y sin oponer ninguna resistencia, dejo que la llevarán como si fuera un simple saco de patatas. Conforme iban avanzando por la sala, Penny se iba fijando en las demás jaulas, y su miedo y su rabia interior iban creciendo cada vez más. Dentro de las jaulas había gente como ella, pero todos tenían una peculiaridad, no eran humanos del todo tenían rasgos extraños, algunos parecían animales y otros criaturas que no había visto en su vida.
Después de lo que pareció un largo recorrido por un sinfín de pasillos con jaulas, por fin llegaron a otra sala más grande y más ancha, igual de blanca, con una camilla y material quirúrgico a su alrededor. Los loboans la echaron en la camilla y la ataron con unas correas. El Dr Animo entró en la sala portando una enorme jeringuilla y dijo: -Estas de suerte, después de muchas pruebas, por fin he conseguido la mezcla perfecta. El Dr Animo se inclinó sobre Penny y le inyecto la enorme jeringuilla, pero Penny forcejeó lo que pudo y de ese forcejeo la jeringuilla salió disparada:-¡NO!, ¡MI CREACIÓN!, ¡MALDITA SEAS!. De repente sonaron las alarmas del laboratorio y se oyeron unas voces a lo lejos: -¡POR AQUÍ, VAMOS, LE TENEMOS RODEADO!- una tropa enorme de fontaneros irrumpió en la sala quirurjica:- ¡DR ANIMO, QUEDA DETENIDO POR EXPERIMENTACIÓN ILEGAL DE PERSONAS Y ALIENIGENAS!
-¡JAMAS!- dijo el Dr Animo al tiempo que esparcía una serie de residuos de humo y desaparecía con sus ranas muantes:-¡RETIRADA, NOS VAMOS!. Los fontaneros empezaron correr y a sacar a los que estaban en las jaulas. :-ESPERA, AUN QUEDA ALGUIEN EN LA HABITACIÓN!.- el maestro petiday volvió a la ahumada sala y saco a Penny de allí…
Hola, mi nombre es Penélope, Penny para los amigos. Te preguntarás que sentido tiene una presentación así de improvisto, la verdad es que yo tampoco lo se, pero supongo que esto es cosa del subconsciente, ya que estoy dormida, o muerta,o yo que se. Mientras espero a saber si estoy dormida o no, os voy a contar una historia, vamos, la historia de cómo he llegado hasta aquí: "Érase una familia numerosa que vivía en una de las partes más pobres y peligrosas de México, la cual regentaba un humilde negocio de alpargatas. Un día, unos bandoleros aparecieron para atracar el negocio. Mi padre ese día no estaba, y mi madre les suplico que se marcharan, que se llevasen lo que quisiesen pero que nos dejasen a nosotros en paz. Los bandoleros no tuvieron piedad, y al final decidieron que por nosotros sacarían más dinero vendiéndonos que lo que podían conseguir robando la caja. Mi madre lloró y suplicó muy fuerte que solo se la llevasen a ella y nos dejasen a mis hermanos y a mí vivir.
Al final hartos de tanta suplica y lloriqueó apuntaron con sus pistolas y dispararon. Se oyó un ¡PUM!, y de repente mi madre cayó al suelo mientras salía de su cabeza un enorme chorro de sangre. Mis hermanos y yo nos quedamos en shock, y en ese mismo instante nuestro padre apareció por detrás apuntando con una escopeta. Disparó y les dio de lleno por la espalda, y los mató. A partir de aquel día mi padre no volvió a ser el mismo, y mis hermanos de repente ya no parecían tan pequeños, hasta yo sentía que no volvería a ser la misma de antes nunca más, algo en mi había cambiado ,un sentimiento de venganza y odio había surgido dentro de mí. Los días pasaban y mi padre se hundía cada vez más en la depresión, y mis hermanos y yo intentábamos sacar el negocio a flote, pero era imposible, después de la ola de terror de los bandoleros, nadie se atrevía a pisar nuestra zona. Los días pasaban y nuestra situación empeoraba cada vez más, así que hice lo impensable, cruzar la frontera de mexico con EEUU yo sola. Me iba doler a mis hermanos, pero si quería salvarnos tenía que cruzar al otro lado…"
Al otro lado de la realidad, sonaron unas voces en la lejanía, y la visión de Penny poco a poco se fue recuperando. De repente se encontró en otra sala muy disitnta. Ta,bién teanía paredes blancas, pero la camilla en la que estaba no había correa alguna. De repente alguien tocó la puerta: - TOC,TOC, ¿se puede?
-Disculpa, ¿quién eres?
-Permite que me presente, soy el Magiter Petiday. Veo que te encuentras favorablemente, así que pronto podrás incorporarte con los demás cadetes.
-¿Cadetes?,¿Dónde estoy?, ¿Esto es el ejército?, Dios, juro que…
-¿Juras qué?. Tranquila esto no es el ejército. Son las fuerza especiales de la policía intergaláctica
-¿ESTAMOS EN EL ESPACIO?- La cara de Penny era todo un poema- espera, si estamos en el espacio, ¿cómo es que podemos entendemos?.
-Esa es una buena pregunta, pero ya lo descubrirás más adelante. Ahora si fueses tana mable de seguirme a tu habitación, por favor
-Esto, antes me gustaría vestirme y eso…
-Oh sí, por supuesto, avisa cuando estés lista, te espero fuera- Penny se levantó de la cama y abrió el armario. Dentro había unas mallas negras y una camiseta de tirantes verde caqui u unas deportivas. Se vistió, y una vez terminó, salió de la habitación. Lo esperaba el magister Petiday, y lo siguió. Pasaron por un pasillo con muchas habitaciones y con mucho jaleo. Había muchos cadetes de edad similar a la de penny charlando, jugando, riendo,… aunque lo que más le sorprendió fue que tanto humanos como lo que parecían diferentes razas se llevasen tan bien. – Ya hemos llegado, esta es tu habitación-. El magister pasó la mano por la puerta y esta se abrió de forma automática mostrando el interior. La habitación consistía en dos camas plegables, un baño, un escritorio y poco más. El magster salió y Penny se quedó sola, desplegó la cama, se tiró encima de ella y se echó a llorar.
