Atrapando a un Youkai

Autora: YukaKyo
Serie: Inuyasha

Parejas: Sesshoumaru x Inuyasha, Naraku x Miroku y la novedad de SangoxKagome
Categoría: Yaoi, Yuri, Romance, Comedia. ¬¬ si les gusta que bueno, si no, se joden -o-

Beta-reading Oficial: Pily-chan, aunque para este hubo ayuda de Carol. Domo Arigato!

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Revisado, corregido: 01/07/07

Capitulo 1— El Regalo

— ¿Y esto Kagome?— murmuro el hanyou mirando curioso el pequeño pero pesado envoltorio de papel que la joven de cabellos negros le había colocado entre sus manos.

—Es tu regalo de cumpleaños. Ábrelo, algo me dice que te gustara— dijo emocionada la miko juntando sus manos frente a su rostro como en una plegaria mientras de sus ojos ligeras estrellitas de inquietud brillaban en espera de la cara que pondría aquel joven al ver lo que dentro tenia.

Inuyasha arqueo una ceja dudoso y confundido, mas no dijo nada, solamente se giro caminado despacio alejándose de ella, sin agradecerle en lo absoluto por el gesto.

Detrás de los altos y frondosos arbustos salio una sombra que se acerco sigilosa y muda hasta Kagome colocando sus brazos alrededor del cuello de la miko atrayéndola a ella mientras su aliento hacia cosquillas en la oreja de la miko. Kagome suprimió una ligera risilla que quiso soltar cuando aquellos labios juguetearon con el lóbulo de su sensible oreja.

— ¿Ya se lo has dado?—pregunto una melosa voz al tiempo que aquella boca mordió despacio el lóbulo haciéndolo enrojecer. Para después resbalar con sus labios hasta la blanca mejilla depositando un dulce beso sobre la misma.

—Sí, pero no quiso abrirlo frente a mí. Es demasiado desconfiado Sango— susurro Kagome haciendo un leve puchero enfadada como una pequeña niña, mas un ligero temblor la recorrió cuando la exterminadora volvió a besar su mejilla, logrando que esta soltara un suave pero audible suspiro.

—Roguemos por que ese desconsiderado no lo tire en cuanto lo vea— siseo la joven de cabellos castaños viendo como la miko se giraba abrazándola de igual manera, pero sonrojándose cuando vio como Kagome buscaba un contacto mas directo atrapando sus labios con los de ella.

Kagome se separo despacio, ruborizándose de igual manera mientras recostaba su cabeza sobre el hombro de la chica. La exterminadora recorrió con sus dedos las suaves mejillas enrojecidas de la miko mientras sonreía.

—No lo creo, si mis sospechas son ciertas, no lo tirara— susurro Kagome levantando su vista viendo directamente a los ojos de la exterminadora—Pero si lo hace. Te juro que me las pagará. Nos costo tanto hacer ese y el otro también— Los chocolatazos ojos de Sango brillaron afirmando aquellas palabras dichas por la joven.

— ¿Crees que Lin podrá hacerlo?— Kagome no negó o afirmo alguna respuesta, solamente se abrazo a la joven mientras esta se recostaba sobre el nacimiento del cuello de la miko.

—Ya veras que algo se le ocurrirá también. Además no creo que Sesshoumaru rechace algo que le de la niña— La exterminadora correspondió al abrazo con fuerza e iba a besarla cuando el ruido de una rama crujiendo la alerto.

Se separo de la miko tomando una de las pequeñas piedras entre sus dedos, para lanzarla. El auch que se escucho fue acompañado por unos rápidos movimientos de alguien alejándose.

Sango se enfado tomado con fuerza le hiraikotsu que llevaba en su espalda preparándose para lanzarlo, pero aquella mano tan calida la detuvo.

—Déjalo, estoy segura que, aun le sorprende vernos… juntas— murmuro Kagome con la vista baja pero visiblemente sonrojada, tan roja como un tomate.

—No lo creo. Ese maldito monje no hace más que pensar puras cosas pervertidas. Me las pagara toda esta vez. Malintencionado hentai— gruño la exterminadora sacándose del agarre de la miko, corriendo detrás de donde el monje había escapado.

Kagome dejo escapar un suspiro resignado y echo a correr tras de ella. Si no lo impedía aquella joven era capaz de matarlo y debía impedirlo. Aunque se lo mereciera.

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Inuyasha se detuvo cuando creyó estar lo suficientemente alejado de todos sus conocidos y que ninguno de ellos lo había seguido. Se sentó despacio, mirando hacia el frente mas nada en particular veía, aunque daba la impresión de estar demasiado concentrado en algo.

Lentamente sus ojos fueron bajando hasta posarse ahí, en medio de sus piernas. Ahí donde el regalo que aquella joven le había dado descansaba. Coloco una de sus manos sobre el ligero amarre que tenia.

Que el supiera nadie nunca le había regalado nada en su cumpleaños

Y aquel presente era de Kagome

Y estaba seguro que la joven por él ya no sentía nada

Ahora ella estaba feliz al lado de la exterminadora

Y él jamás la había querido a ella, ni a ninguna otra mujer, él solo amaba

Solo a amaba a

Nah

Abriría el dichoso regalo de todas formas.

Los pliegues de papel cedieron con los rápidos y desesperados movimientos del hanyou. Un violento sonrojo se apodero de sus mejillas al mismo tiempo que abría sus ojos desmesuradamente mientras miraba el suave y pequeño regalo que tenia entre sus manos.

—No puede ser— apenas y pudo balbucearlo Inuyasha mientras sus dedos recorrían al igual que su mirada al muy bien hecho muñeco, casi idéntico al original modelo.

El cabello celeste, las ropas confeccionadas a mano y tan parecidas incluso las florecillas rojas habían sido bordadas con sumo cuidado. La pequeña armadura de metal, las estilizadas espadas y aquella suave estola sobre uno de los pequeños hombros. La luna en la frente, las marcas rojas de las mejillas. Pero aquel fino rostro era tan diferente.

No mostraba la indiferencia y frialdad de siempre, sino solo calidez, enmarcada en una gran sonrisa

—Sess… Sesshoumaru— murmuro el hanyou reconociéndolo, sintiendo bajo la yema de sus dedos aquel fino rostro que ahora acariciaba con delicadeza. El corazón de Inuyasha salto de alegría cuando volvió a mirar la dulce sonrisa que el pequeño peluche le regalaba.

Mas su rostro se ensombreció con angustia

¿Cómo diablos Kagome sabia lo que el sentía por su hermano?

Acaso ¿Era tan evidente?

No, tal vez y se tratara de alguna broma de la chica

Inconscientemente el hanyou comenzó a jugar con el muñeco hasta dejarlo frente a su rostro.

—Broma o no chibi también tú te has robado mi corazón—le susurro al muñeco juntando su nariz con la suya. Una mueca de desagrado se dibujo en su rostro cuando percibió aquellos dos conocidos aromas.

—No, no, no. No debes oler así. Antes que nada iremos a quitarte ese aroma. No quiero que huelas a alguien mas que a mí— murmuro posesivo el hanyou mientras abrazaba al muñeco y se levantaba con el dirigiéndose al río.

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