Holaaaaaaaaaaa, somos María y Viki.

No somos ni rubias, ni las segundas mujeres más ricas de Inglaterra ni tampoco tenemos tanta imaginación como J.K Rowling, pero como nos encanta Harry Potter, tomamos prestados los personajes de la saga para escribir nuestra propia historia. Un besazo a todos, y esperamos que os guste el primer capítulo de ACCIDENTALLY IN LOVE.

CAPÍTULO 1-EL COMIENZO

Se despertó poco a poco, lamentándose de no quedar dormida para siempre. Se puso las zapatillas y caminó hasta el final de su gran habitación para darle al play a su reproductor de música. Sonó 'Claro de luna' de Beethoven. Aquella melodía indundó toda la estancia. Se dirigió hacia el ventanal de ésta, y se sentó en el, apoyando su cabeza en el cristal, y acurrucándose. Odiaba aquello. Cerró los ojos y recordó lo feliz que era antes, antes de aquello... Antes de aquel maldito día, que cambió para siempre su vida. Una lágrima cruzó su rostro, para acabar en su barbilla. ''Lo daría todo por volver a sentir algo de felicidad...'' La melodía cesó al paso de unos minutos. Hermione bajó a desayunar sin ganas de cruzarse con su madre y el novio de ésta.

-Buenos dias-dijo secamente su madre, Emily. Luego, la fulminó con la mirada y se apresuró a decir-Deberías bajar algo más arreglada, no das buena imagen así vestida.

Hermione vestía una camiseta vieja y unos vaqueros desgastados.

-¿Acaso importa la imagen que doy dentro de mi propia casa?-replicó Hermione sin mirarla y con indiferencia.

El novio de su madre la ojeó de arriba a abajo, mirándola con desprecio.

-Eres igual que tu padre-refunfuñó su madre.

Al oir esas palabras, a Hermione se le cayó la leche al suelo. Y al instante, apareció Hannah, para limpiar aquello. Hermione dijo que lo limpiaría ella, pero Hannah se negó rotundamente.

-Dios Santo, Hermione, deja que lo limpie ella. Es su trabajo, no el tuyo.-dijo su madre mientras ojeaba THE TIMES.

-Pero lo he tirado yo.-dijo muy bajito, casi para sí misma, agachando la mirada.

Al momento, abandonó la cocina y escuchó el sonido de su móvil. Subió las escaleras corriendo y miró la pantalla. Enseñó media sonrisa.

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El pelirrojo puso la radio y sonrió ampliamente al escuchar la melodía de 'All star' de Smash Mouth. Qué bien hacía escuchar ese tipo de canciones por las mañanas, y más aún en esos dias que estaban siendo bastante duros, y tristes para él. Le ponían de buen humor. Despreocupado por llegar tarde al desayuno, como de costumbre, se metió a la ducha mientras canturreaba aquella canción que le había alegrado un poco el día.

-¡Ron! ¡Mamá dice que bajes YA!-gritó Ginny aporreando la puerta al cabo de unos minutos de que Ron se encontrara en el baño.

Ron tragó saliva y salió rápidamente. Su cabello anaranjado estaba mojado. Se puso unos pantalones y bajó las escaleras corriendo mientras se ponía

una camiseta.

-¡Ron Weasley!-exclamó cabreada su madre.-¡Sabes de sobra que te quiero en mi mesa puntual, siéntate ahora mismo!

Ron se sentó sin rechistar. Sus hermanos rieron un poco al ver la reacción de la madre de todos.

George hacía tonterías con la comida, como por ejemplo, dibujar caras sonrientes con huevos fritos y bacon. Percy ojeaba un libro mientras desayunaba, Ginny estaba distraída mirando por la ventana saboreando una tostada recién hecha y Ron... Ron comía todo lo que le pasara por delante.

-Eh, Percy, esa tortita...-dijo señalándola.

-Toda tuya, tengo que ir a repasar unos informes, no me da tiempo a comérmela.-dijo levantándose de la mesa con aquel libro enorme en la la cogió al instante, y en menos de cinco segundos ya la había deborado. Estaba lleno, no podía contar todo lo que había comido. Se apoyó contra el respaldo de la silla y resopló.

-¡Hermione! ¡Hoy es la graduación! ¿No tienes ganas?-dijo Ginny eufórica.

Ron la miró de reojo y vio que estaba hablando por el móvil.

-Pues la verdad es que no muchas, Ginny...-dijo la castaña.

-¡Jo, Hermione! No digas tonterías, nos lo vamos a pasar genial, ¿luego vendrás de fiesta, no?

-No tengo muchas ganas de fiesta...

La pelirroja suspiró por el otro lado del teléfono.

-Tú nunca tienes ganas de fiesta. Está bien, mira, sólo salimos a tomar algo. Nada de fiesta, ¿vale? Prométemelo.

Pasaron unos instantes en silencio. Hermione no estaba muy convencida.

-¡Dios! Apenas sales, tienes que superarlo ya... Sabes que el tiempo no va a retroceder y cambiar las cosas. Tienes que afrontar la realidad, Hermione...

La castaña le respondió con voz apagada.

-Ginny, no puedo más...-y comenzó a llorar.

A Ginny le cambió la cara al oir la reacción de su amiga y se sentó en el sofá. Ron se percató de que su hermana había cambiado su expresión y se se sentó al lado de ésta, intentado disimular con el

mando a distancia, pero muy atento a las palabras que salían de la boca de la pelirroja.

-Escúchame bien, Hermione. Eres una chica fuerte, siempre lo has sido. Saldrás adelante. ¿Sabes por qué eres mi amiga? Porque desde el primer momento supe que eras increíble. Vale sí, tal vez empollona, testaruda, torpe... Pero increíble. Y puede que creas que estás pasando por esto sola. Pues no, tienes a gente que te quiere a tu lado. Y todos queremos que dejes de mirar atrás, y que salgas adelante.

Hermione, sonrió y se secó las lágrimas.

-Gracias, Ginny. Tienes razón, salir a tomar algo no estaría mal.

-¡Genial! Oye, hablamos dentro de un rato, que me voy a ir a la ducha. Ánimo.

-Vale, adiós.

Ésta se levantó del sofá después de haber colgado.

-Ron, si alguien quiere meterse en la ducha di que estoy yo.-le dijo, todavía preocupada por su amiga.

Ron asintió con la cabeza haciéndose el distraído mirando la tele. Cambiaba de canal sin parar, no le interesaba nada. En realidad, no era la televisión lo que ocupaba sus pensamientos, sino, aquella conversación que había tenido Ginny con esa tal Hermione. La verdad era, que había oído hablar muchas veces de ella. Sabía que era muy inteligente, y de clase social alta. Era amiga de su hermana desde ese último año, pero él nunca la había visto. Ginny solía decir que Hermione se pasaba el día estudiando, y que gracias a eso, aquella chica era la única que tenía una media de diez en Howarts, el mejor colegio de Londres, al que ambas acudían, aunque su hermana entró gracias a una beca. El pelirrojo perdió el interés en la castaña la primera vez que oyó hablar de ella. ¡Qué chica más aburrida!

Y esque, a parte de empollona, estaba podrida de dinero, del cual seguro que fardaba a todas horas. Ya había conocido a gente así, y esa clase de personas no le gustaban nada. ¿Qué le pasaría a la rica? ¿Se le habría roto una uña? ¿O tal vez no encontraba vestido para la graduación? Resopló resignado. Entonces, se dio cuenta de que le estaba dando demasiadas vueltas al tema y decidió centrarse en el televisor, que había dejado de funcionar unos instantes atrás. Lo arregló con un par de golpes, y se acomodó en el sofá para ver el canal 'Sports'

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Hermione se sentó en la cama y sacudió la cabeza 'Ginny tiene razón, tengo que salir adelante como sea. No puedo seguir estancada toda mi vida.' Derrepente, alguien tocó a la puerta. Dió tres toques. Era Hannah. Ésta, abrió la puesta justo en acabar de dar el tercer toque.

-¡¿Cómo se te ocurre intentar recoger la leche? Mira que eres cabezota, eh...-dijo sentándose al lado de la castaña y soltando una leve risita al final de la frase.-Tengo que limpiar tu cuarto ahora mismo, así que despega tu culo de la cama que no se va a hacer sola-dijo con una sonrisa traviesa.

Hermione rió. La quería mucho. Hannah era su único apoyo dentro de su casa. Para la castaña, Hannah era como la hermana que nunca tuvo.

-Hannah, da igual, luego lo hago yo.-hizo una pausa y prosiguió-Mira, esque... necesito hablar.

Hannah la miró fijamente y tomó asiento.

-Dime que no has hecho ninguna tontería con alg...

-¡No! ¡No! Claro que no...-soltó una risita nerviosa.-Verás, hoy es mi graduación.-La expresión de Hannah se relajó-Y... bueno, se lo dije a mi madre hace dos semanas. Pero ella no me dijo que iría, ni siquiera mostró ningún ánimo ¿Crees...? Bueno, ¿crees que debería recordárselo?

La chica del delantal reflexionó unos instantes.

-¿Tú quieres que vaya?-le preguntó.

Hermione agachó la mirada.

-Yo quiero que venga él...

Hannah se levantó y le dio un abrazo. Para Hermione éste, fue muy reconfortante. Se dio cuenta de que eso era lo que necesitaba. Un simple abrazo.

-Díselo. Ya verás como va, estoy segura. Es tu madre. Sé que vuestra relación no es muy buena, pero sigue siendo tu familia. ¿Qué madre se perdería la graduación de su hija?-dijo con una amplia sonrisa.

-Sí. Se lo diré.-susurró.

Insistió en ayudarle a arreglar su habitación. Mientras recogían la ropa sucia, se oyó un portazo que venía del piso de abajo.

Hermione, esperó a que su madre llegara de dondequiera que se hubiera ido. Pero no había señal de ella por la casa. Hannah ya se había ido y ahora estaba sola. Cogió su móvil y marcó.

-¿Sí?

-Mamá, soy yo.-dijo-Quería recordarte que hoy es mi graduación. ¿Lo sabías, no? Te lo dije hace unas semanas...

Hubo unos instantes de silencio al otro lado de la línea.

-¡Oh, claro que me acordaba!-mintió-Pues no voy a poder ir, estoy muy liada. Pero puedes ir tu sola.-se oyó la voz de su novio diciéndole algo. Hermione sintió una punzada de dolor. No estaba realmente ocupada. Simplemente no quería ir.

-Vale. Iré sola.-dijo con un tono solemne, para autoconvencerse a sí misma de aquellas palabras.

Se cortó la línea.

Buscó en su armario lo que se pondría Y se empeñó en no pensar en las palabras que le había dirigido su madre. Un vestido azul marino, liso, por encima de las rodillas, pero sin escote. Discreto y no llamaba la atención. A ella le gustaba.

Se acercaba la hora de llegar al instituto, ya estaba lista. No le importaba ir menos pintada que las demás. Ni menos escotada, ni menos corta. A ella eso no le importaba en absoluto. Andaba por aquella enorme casa distraída, buscando el número para pedir un taxi, y que pasara a recogerla, pero entonces, sonó el teléfono que sujetaba su mano izquierda.

-¿Hermione?-dijo una voz masculina. Ésta, se desilusionó. Por un momento, creyó que era su madre, para decirle que iría.

-Sí. Soy yo.

-Soy Draco. ¿Quieres que pase a por ti?

-No hace falta, voy a coger un taxi. Pero gracias...

-¿Un taxi?-la interrumpió. Parecía que había pronunciado las anteriores palabras con desprecio-Tonterías. Iremos en mi ferrari. En cinco minutos estaré allí.

Hermione puso los ojos en blanco y resopló. Qué pesado era aquel chico y su familia. Siempre intentando juntarlos, y todo, por el dinero. Draco Malfoy, era asquerosamente rico. Al igual que Hermione.

La familia Malfoy, era muy amiga de su madre y el sueño de todos era que Draco y Hermione formaran una pareja, para unir ambas fortunas. Pero la castaña era dura de roer, y no se dejaba conquistar por el rubio, aunque éste parecía no rendirse. Una vez en el ferrari, se sintió muy incómoda. Tenía ganas de bajar de allí.

-Y dime, ¿vendrá tu madre?-preguntó Lucius Malfoy, el padre de Draco, que se encontraba en el asiento del copiloto, al lado de Draco, que ocupaba el sitio del volante.

-No, estaba ocupada.-dijo tajantemente.

Draco le lanzó una mirada por el espejo retrovisor.

Narcisa Malfoy, que estaba sentada al lado de Hermione, cotilleaba animadamente con una amiga sobre una familia que se había mudado al lado de ésta.

Cuando bajaron del coche, la castaña se disculpó y se alejó de la familia Malfoy con la excusa de ir al aseo. Draco accedió a regañadientes. La chica se alejó rápidamente y se dirigió hacia dentro del colegio. Todo el mundo parecía ir ajetreado, muchos profesores corrían por los pasillos cargados de cosas que usarían en el evento, alumnos se despedían de otros, padres que charlaban con otros. Parecía que nadie se daba cuenta de su presencia, y eso no le molestaba en absoluto. Al fin tranquila. Sólo tendría que esperar a que acabara la graduación, forzar un par de sonrisas, posar en alguna que otra foto con sus compañeros, y enseguida se iría a casa, con sus libros, con ella misma. Sola, como había estado los últimos meses, y como se había acostumbrado a estar. O al menos eso creía. Pero claro, antes tendría que hablar con Ginny para decirle que no saldría por la noche... Resopló y se dirigió a una máquina de café situada al final de un pasillo que daba al Gran Comedor de Howarts.

Metió el dinero y pulsó el botón que le daría segundos después un capuccino. Algo le llamo la atención en la pared.

SE OFRECEN CLASES DE TEATRO EN VERANO, TOTALMENTE GRATUITAS, PARA LOS ALUMNOS DEL COLEGIO HOWARTS QUE VAYAN A INGRESAR EN LA UNIVERSIDAD, LAS CLASES COMIENZAN EL 1 DE JULIO Y TERMINARÁN EL 15 DE SEPTIEMPRE. LOS ALUMNOS QUE SE APUNTEN A LAS CLASES SALDRÁN BIEN CUALIFICADOS PARA EMPEZAR ARTE DRAMÁTICO, YA QUE OS SERÁ OTORGADO UN TÍTULO CUANDO ACABEIS EL CURSO. Cortesía del Ministerio.

(Se puede llevar a dos acompañantes por alumno, como máximo)

Hermione alzó una ceja.-¿Arte dramático?-pensó-Antes me suicido.

Se dirigió a coger su café y vio que éste no estaba. Extrañada, le dió una patada a la máquina y escuchó una carcajada detrás suya.

Un chico pelirrojo, alto y de ojos cristalinos la miraba mientras reía, con su café en la mano.

-¡Eh, ese café es mío!-exclamó ella.

-¿Ah, si? Perdona.-la sonrisa desapareció de su rostro, parecía que lo decía enserio-De verdad, como te he visto mirando el cartel ese de ahí-dijo señalándolo-creía que alguien lo había dejado aquí y...-se rascó la cabeza y sonrió en forma de disculpa.

Hermione también sonrió. Qué chico tan atractivo, encima le iba a devolver su café.

-No te preocupes...

-Bueno... toma, aquí tienes tu cafe-dijo el chico del cabello rojizo y se lo tendió, acto seguidó hizo ademán de alejarse de ella.

El vaso no pesaba.

-¡Te lo has bebido!-dijo parándolo.

El chico soltó otra gran carcajada. Se había reído de ella. Las mejillas de la castaña se sonrojaron y frunció el entrecejo.

-¡Págame otro ahora mismo!

El chico alzó una ceja y mostró sus dentadura perfecta sonriendo irónicamente.

-La próxima vez estate más atenta a tu café si tanto lo quieres. La verdad es que tienes buen gusto, estaba bueno-dijo relamiéndose los labios.

La castaña enfureció y dio unos pasos hacia él.

-Me gustaría saber dónde te han educado...-dijo con un tremendo desprecio, que hasta sorprendió al chico- Me da exactamente igual lo que me digas... Quiero mi...

-¡Srta. Granger! ¿Qué hace aquí? La graduación va a comenzar enseguida, diríjase al Gran Comedor.-la profesora McGonagall miró por un momento la escena que estaban teniendo los jóvenes y acto seguido, su mirada se dirigió a Hermione-AHORA.

Y se alejó rápidamente.

-¿Eres alumna?-dijo el pelirrojo asombrado mirándola de arriba a abajo-Bonito vestido para el día de tu graduación.-dijo fríamente y se dio la vuelta.

Hermione se quedó con la boca abierta, no le dio tiempo a reaccionar. Aquel chico se había vuelto a reir de ella. Sintió una profunda vergüenza y se dio la vuelta, mirando al Gran Comedor. En aquel instante se sintió tan ridícula... Entonces, sus ojos se llenaron de lágrimas provocadas por la vergüenza y se miró el vestido. Su orgullo estaba herido. El poco maquillaje que llevaba se fué al secarse los ojos, levantó la cabeza y se dirigió a aquella sala enorme, sin rumbo, sin saber donde sentarse, y sin ni siquiera importarle. Vio una mano y una cara pecosa asomarse desde una de las mesas repletas de gente, en el lado de los alumnos. Era Ginny. Sin ganas, se dirigió hacia allí. La pelirroja le hizo un hueco al lado suya y le dio un fuerte abrazo. Aquello reconfortó algo a la castaña y le sacó media sonrisa.

-Herms, ¡esto se acaba! En cuatro meses vamos a la universidad...

-Lo sé...

-¡Eh, Herms!-dijo Neville dándole un abrazo como saludo.

Enseguida, sus dos amigos y ella entablaron una conversacion, pero poco a poco la castaña se fue distanciando de ésta, no le apetecía hablar. Al paso de unos minutos, el director de la escuela, Dumbeldore, comenzó a nombrar alumnos, los cuales iban a despedirse de cada profesor y a los que les era entregado un diploma, acompañados del aplauso de todos los alumnos y padres que ocupaban la sala. Lo que Hermione no se esperaba era que los padres del alumno fueran a esperar a su hijo para darle un abrazo y su enhorabuena delante de todo el colegio. Aquello la descolocó. Su madre no había ido a la graduación, y su padre estaba...

-Draco Malfoy-dijo la voz de Dumbledore.

El rubio se despidió elegantemente de todos sus profesores estrechándole la mano a cada uno de ellos, con esos aires tan típicos de él de superioridad. Le fue entregado el diploma y se dirigió hacia sus padres. Su madre le dio un estrecho abrazo y su padre sacó media sonrisa (algo muy extraño en él), que demostraba el orgullo que sentía hacia su hijo, mientras le posaba una mano en el hombro.

Todos aplaudieron.

Hermione se dio cuenta de que a cada alumno le esperaba alguien al serle entregado el diploma. No siempre eran ambos padres, por ejemplo, a Luna Lovegood le esperó sólo su padre, y fue recibida con un extraño saludo que ambos tenían, y a Neville le esperaba su abuela, que lo abrazó orgullosa. Eran momentos muy emotivos y por eso todos aplaudían. La castaña sintió miedo por escuchar su nombre. ¿A ella también le aplaudirían aunque no le esperara nadie? Sintió un leve mareo al escuchar a todos aplaudir de nuevo y una profunda ansia de salir de ese lugar. Seguía escuchando la voz de Dumbledore nombre tras nombre, desde la pasarela echa específicamente para el evento, y entonces, al paso de unos minutos...

-Hermione Granger.

La castaña tenía el culo pegado al asiento, aunque había oído perfectamente su nombre. Miraba fijamente a la mesa. Ginny le dio un codazo y le sonrió con dulzura. Vio como los alumnos la buscaban con la mirada, hasta que la encontraban y esperaban impacientes a que se levantara, sin resultado.

-Hermione Granger.-repitió la voz del anciano buscándola ahora él también.

Respiró profundamente y se levantó del asiento, dirigiéndose hacia la pasarela. La gente susurraba a su alrededor. Ella, con la cabeza bien alta hizo caso omiso a aquello. Sabía a que se debía. Nadie la acompañaba por la pasarela, no estaban allí ni sus padres, ni algún familiar cercano para demostrar delante de todo el colegio lo orgullosos que se sentían de ella. Los susurros seguían y notaba la mirada de todo el mundo fija en ella. Estaba segura de que aquello daría para hablar en Howarts. En aquel colegio cualquier cosa que se saliera de lugar era el tema de conversación de la mayoría de alumnos. Todo era correcto en Howarts, y ella en ese momento estaba dando la nota. Escuchó un comentario de Lavender Brown 'Dios Santo, qué pintas lleva' y luego oyó un par de risitas. Dumbeldore le lanzó una mirada que la calmó al instante. Quería mucho al director de su escuela. Se despidió de todos sus profesores y muchos le dieron la enhorabuena por sus notas. Le entregaron el diploma y se dio la vuelta para dirigirse de nuevo a la pasarela, saltándose 'el abrazo paternal'. Quería que aquello acabara ya. Y cuando alzó la mirada algo la paralizó. Un pelirrojo alto y de ojos cristalinos la esperaba, el mismo que se había bebido su café. Como ella no supo como reaccionar, él se acercó a ella y la abrazó dándole una vuelta por el aire. Sintió sus fuertes brazos rodeándola y su mirada fija en los ojos de ésta. La castaña abrió mucho los ojos incrédula a lo que estaba pasando y el pelirrojo le soltó una sonrisa maliciosa. La chica sintió unas tremendas ganas de darle una bofetada. ¿Qué se creía aquel chaval? La dejaba en ridículo, hería su orgullo y así, sin más, la abraza delante de todo el colegio, como si fuera su ser más querido. Si le había molestado lo del café, aquello le había molestado todavía más.

Todos aplaudían.

-Encantado, Hermione-dijo el chico, nadie los escuchaba mientras pasaban por la pasarela-No había tenido la oportunidad de presentarme. Soy Ron.

Ella le fulminó con la mirada, pero la sonrisa maliciosa del chico no se borraba de su rostro. Al final de la pasarela cada uno se fue a su respectivo asiento. Hasta entonces no se había percatado, pero todos la miraban con tremenda curiosidad. Pero las miradas de curiosidad no se podían igualar a la de una pecosa de ojos marrones que la miraba con una mezcla de rabia, curiosidad y ganas de matar a alguien.

-¿POR QUÉ NO ME HABÍAS DICHO QUE CONOCÍAS A MI HERMANO?-dijo Ginny furiosa.

La castaña la miró perpleja.

-¿Ese es...?

-Ron, mi hermano. ¡Te he hablado mil veces de él! ¿No sabías que era...-dijo más tranquila.

-No.-la interrumpió su amiga-No tenía ni idea. Me quitó mi café, es de lo único que lo conozco. Y ahora... Derrepente, me recibe después de que me den el diploma...

Ginny rió al ver la reacción de Hermione.

-Él es así. Siempre te sorprenderá, por mucho que lo conozcas, siempre lo hace...

La voz de Dumbeldore resonó en la sala de nuevo.

-Ginny Weasley.

La castaña le envió una sonrisa brillante, y la pelirroja le guiñó un ojo, mientras se dirigía triunfante a la pasarela. La mayoría de los chicos la miraban con los ojos abiertos, y algunos, no babeaban sólo por suerte. Vestía un vestido rosa palo, vaporoso. Su melena rojiza, tan brillante como siempre, caía en forma de cascada por su espalda y ella miraba directamente al frente, sonriendo ampliamente a los profesores. Siempre tan simpática. Y entonces, se unieron a ella sus padres y hermanos. Todos pelirrojos. Algunos padres los miraban con desprecio. Se notaba que no encajaban en Howarts, echo para gente de clase alta. Y ellos, no lo eran. Recordó que Ginny entró en el colegio gracias a una de las becas que Dumbeldore ofrecía. Al director nunca le pareció bien eso de que fuera un colegio sólo para ricos. La castaña opinaba igual que él.

Hermione no pudo evitar sonreir cuando Ron cogió a su hermana de la mano, al igual que Arthur, el padre de ambos, hizo con la otra mano libre. Molly, su madre lloraba en el hombro de Percy, emocionada, mientras éste, con el semblante muy firme, seguía a su hermana. Charlie y Bill, los hermanos mayores, ambos robustos y con fuertes brazos, caminaban sonriendo orgullosos detrás de su madre y Percy. Y por último, estaba George. Que iba repartiendo su número de teléfono a todas las chicas que veía por la sala y estaban a su alcance.

-¡Y si tienes una prima, también puedes dárselo!

Hermione soltó una risotada al escuchar aquel comentario y siguió viendo a aquella familia tan numerosa pasar por la pasarela (la más numerosa que había pasado por ella). Dumbeldore los recibió con una gran sonrisa. Cuando Ginny recogió su diploma, enseguida corrió hacia Ron y éste le dio un fuerte abrazo. Era su hermano favorito, se lo había comentado muchas veces. Y enseguida, toda la familia se unió al abrazo. Hermione sintió una gran nostalgia al ver aquella escena. Se le había olvidado lo que era el amor de una familia. Aplaudieron, pero la castaña sabía que algunos sólo lo hacían por pura cortesía. Ella aplaudió fuerte, y observó que Dumbeldore también lo hacía.

Se fijó por un momento en el pelirrojo del café de nuevo. Alto y robusto. Tremendamente atractivo, con la percha perfecta. Ojos cristalinos, nariz recta y algo alargada, y sonrisa brillante. Frunció el entrecejo al darse cuenta de que se estaba fijando mucho en él e intentó quitárselo de la cabeza.

-No lo entiendo, Herms. ¿Por qué es él el que te ha recibido después de que te hayan dado el diploma?-preguntó derrepente Neville.

Hermione lo miró y negó con la cabeza.

-No sé. Lo que sí sé es que es un imbécil.

Neville zanjó el tema y siguió charlando con Luna Lovegood sobre algo que parecía que al chico le interesaba bastante. Plantas, seguramente.

Cuando la gente empezo a abandonar la sala, Hermione se escapó de Ginny, mientras un chaval intentaba entablar conversación con ella. No iba a dejar que se la llevara de fiesta. No tenía ganas de fiesta.

-¡Aparta! He perdido a mi amiga-escuchó decir la castaña. Se puso alerta, y cuando iba a acelerar el paso, una mano la cogió por el brazo.

-¿Te creías que te ibas a escaquear de mi, eh?-dijo la pelirroja, radiante, como siempre.

Soltó una risita nerviosa.

-Bueno... Esque no me apetece mucho salir de fiesta y...

-¡Ni hablar! Me lo prometiste-la miró muy seria.-Y a ti te vendría bien, estoy segura. Nos vamos ahora mismo. Voy a avisar a Luna y Neville.

Hermione resopló.

Una vez en el pub, charlaron un largo rato, y luego se fueron separando. Había ido bastante gente del colegio. Pero ella preferia estar sola. Se acordó de que llevaba un libro pequeño en el bolso. Se sentó en la barra e intentó empezar a leer. Las luces del pub eran rojas y azules y había veces que no alumbraban, pues daban vueltas. La castaña cerró el libro de golpe y puso los ojos en blanco. La música le retumbaba en los oídos. Sujetó con ambas manos su cabeza y se quedó mirando unos instantes la barra de aquel pub. 'Qué gran noche'-pensó.

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Ron no paraba de poner copas. Iba muy ajetreado. Y entonces, mientras se secaba el sudor de la frente e intentaba recordar lo que le habían pedido, la vio. ¿Era ella? Sí, si que lo era. Aquella melena castaña, larga y enmarañada. Los mismos ojos almendrados y grandes, la misma piel reluciente. Parecía aburrida. Cerró el libro que intentaba leer con un aire de indignación. El pelirrojo no pudo evitar soltar una carcajada que quedó ahogada por la música. Vio como se le acercaba un chaval que la miraba ya desde lejos. Frunció el entrecejo y se dispuso a escuchar mientras preparaba un mojito que le habían pedido. Aguzó el oído.

-Hola, preciosa.-dijo el rubio. Ron no pudo evitar arrugar la nariz al escuchar aquello. ¿Preciosa? ¿Quien era aquel? ¿Su novio?

No escuchó respuesta de la castaña.

-¿Qué te parece si...? Bueno, tengo aquí el ferrari.-hizo una pausa. Se giró y pudo ver como Draco Malfoy acercaba su nariz afilada a la mejilla de la chica. Poco a poco, se acercó a su oreja. Ella tenía la vista fija en la barra, y el pelirrojo le vio coger la copa de la chica que tenía al lado. El rubio le susurró algo.

Al instante toda la bebida de la chica que estaba al lado de Hermione acabo por el rostro del chaval. Ron sonrió abiertamente.

-La próxima vez, pensarás si pedirme sexo es buena idea.-dijo advirtiéndole.

El tal Draco parecía furioso, pero no se desahogó con ella. El pelirrojo se acercó hacia ambos con una copa.

-Toma, ¿puedes repetirlo?-le dijo a la castaña tendiéndole la copa-Ha sido genial.-dijo sonriendo.

Hermione enfureció derrepente.

-¿Tú otra vez? ¡Dios que alguien me saque de aquí!-dijo mirando al techo.

Draco se dirigió hacia Ron.

-Tú eres el que la ha recibido en la graduación. Weasley, ¿cierto?-pronunció la palabra 'Weasley' con desprecio.

-Sí, y orgulloso de serlo.-le dijo desafiante.

-Orgulloso de ser pobre, entonces.

Cerró los puños con fuerza. Vio de reojo la mirada de Hermione, preocupada.

-Orgulloso de no ser Malfoy. Y orgulloso de que a las chicas ni se les pase por la cabeza rechazarme.

El rubio entornó la mirada y lo miró de arriba a abajo.

-No pronuncies con tu sucia boca mi apellido, si no quieres tener problemas.

-No pronuncies tú el mio, si no quieres acabar muerto.-lo dijo lentamente.

Draco se lanzó hacia él, con ganas de pelea. Ron parecía que también tenía ganas, pero Hermione cogió como pudo al rubio y le hizo parar.

-¡Draco, no! ¡Basta!-empezó a decir. El rubio al escuchar a la castaña paró y se alejó del pelirrojo.

-Me voy de aquí.-dijo mirándola fijamente.-Ven conmigo.-casi se lo ordenó.

-No-dijo la castaña.

El rubio prefirió no insistir, volvió a mirar con repugnancia al chico del cabello rojizo y se marchó.

Hermione resopló aliviada. No le gustaban las peleas. Cuando alzó la vista, unos ojos azules le miraban. Ella respondió con una mirada fulminante.

-Ya veo con qué clase de chicos sales. Tenía un poco de esperanza en ti, al ser amiga de mi hermana, pero ya la he perdido toda.

La chica enrojeció de ira.

-¿De verdad? Yo perdí contigo toda la que tenía nada más verte.

Aquello pareció molestarle. La castaña se alegró.

-¿Por qué no te has ido con ese Malfoy? Seguro que te lo pasarías en grande en su ferrari.

Hermione se puso colorada, sabía a lo que se refería.

-Eres otra estirada más. Te crees que eres la dueña del mundo porque podrías bañarte en dinero, ¿verdad?-siguió el pelirrojo, furioso-Deberías irte ya con ese rubio, te estará esperando afuera para contar juntitos todo el dinero que teneis.-dijo tajantemente.

-¡No tienes derecho a pensar así de mí! ¡Ni siquiera me conoces!-respondió indignada.

Algunas personas comenzaban a mirar entretenidos la escena.

-Conozco lo suficiente a los de tu 'clase' como para opinar de vosotros lo que me venga en gana. ¡Mi familia ha trabajado durante años para los Malfoy! Ya has visto como tratan a los Weasley o a todo lo que no tenga dinero. Como basura.-soltó una amarga risotada-Lo que no sabeis es que la verdadera basura sois vosotros.

-¡Yo no soy una Malf...-Hermione estaba dispuesta a seguir discutiendo pero él la interrumpió.

-Lo sé, eres Granger.-la castaña se impresionó al darse cuenta de que se acordaba de su apellido-¿Qué hay de distinto en eso?

La castaña frunció de nuevo el entrecejo.

-¡¿Si tan despreciable te parezco, por qué me recogiste en la graduación?-parecía histérica.

Ambos se quedaron unos segundos en silencio, mirándose, desafiantes. Todo el pub escuchaba la escena, incluida Ginny, que pensó en saltar en cualquier momento pero decidió no meterse.

-Porque me dabas pena.-dijo con la mirada más fría que Hermione había visto en su vida.

Vio como los ojos de la castaña se llenaban de lágrimas, y bastó un instante para que se diera cuenta de que la había herido de verdad. Sintió algo parecido al arrepentimiento cuando la vio alejarse, rápida y torpemente, entre la gente, que le hacía paso para dejarla salir. 'Es una de ellos, Ron. No es hora de arrepentirse, se lo merecía tanto como Malfoy'-pensó. Vio que todos lo miraban, curiosos. Muchos cuchicheaban. Aquello le volvió a sacar de sus casillas.

-¡¿Qué estais mirando?-dijo amenazadamente.

Todos volvieron a bailar y alejaron sus miradas del pelirrojo al instante. Escondió su rostro entre sus brazos, apoyado en la barra y respiró profundamente. '¿Estaría él, orgulloso de lo que he echo?'-pensó. Seguramente no. Sacudió la cabeza y alejó sus remordimientos con cada leve sacudida.

¿Qué os ha parecido? Ron... tan tozudo como siempre, ehhh.. Y Hermione tan sensible... nunca cambiará jajajaja. Pero en ésta historia todo tiene su por qué, y si os interesa, seguid leyendo los próximos capítulos, porque la cosa se pondrá interesante entre nuestro pelirrojo y la castaña! Lo sentimos, pero tardaremos en subir el siguiente capítulo, pues tenemos la semana que viene de recuperaciones y hay que estudiar! Esperamos que os haya gustado, UN BESAZO.