LOS MATRIMONIOS NO SIEMPRE TERMINAN EN FINALES PERFECTOS
1. TU SUBCONSCIENTE TE DELATA
−Mamá −La nombró Ran cuando llegó a la oficina.
−Hola Ran −respondió a apenas volteando a verla. Ella estaba escribiendo unas cosas con el teclado de su computadora.
−Hoy vamos a ir a comer, ¿verdad? −cuestionó mientras se acercaba más a su escritorio,
−Si. Espero que no hayas invitado al del bigote −dijo volteando a verla fijamente.
−Pero mamá… −Empezarían las típicas discusiones provocados por el intento de la menor de juntar a sus padres.
−Nada de peros Ran, no pienso perdonar a tu padre,
−Mamá, −había dejado atrás es tono de berrinche y la miraba fijamente−, ¿por qué no perdonas a papá?
−Ran, ya no somos unos niños. Los dos debemos madurar y evitar ese tipo de comportamientos en especial los de tu padre, cuando estoy a punto de perdonarlo hace algo que me molesta y una relación así no se soporta. Debe entender que él debe mejorar su actitud si quiere que volvamos a estar juntos.
−Pero tú todavía lo amas, ¿no? −preguntó dudosa, no quería escuchar una respuesta negativa de su madre.
−Sí todavía lo hago. Por eso todavía utilizo la alianza de matrimonio −respondió mientras miraba fijamente el anillo y durante unos pequeños instantes recordó momentos felices a lado de él y la pequeña familia que había formado.
−¿Entonces por qué no…
−Porque es un cretino −gritó mientras golpeaba su escritorio−. Así que si no piensas salir nada más tú y yo voy a cancelar los planes para hoy. −Recuperó su compostura y nuevamente regresó a su trabajo.
−Hoy no tenía ningún plan de reunirnos con papá, de hecho ni traje a Conan kun porque pensaba que sería una tarde de chicas −explicó cuáles eran sus verdaderos planes.
−Oh ya veo. −Apenas notó la ausencia del pequeño que siempre acompañaba a su hija.
−Tal vez pensabas en verte con papá −dijo emocionada mientras se recargaba en el escritorio de su madre y le dedicaba una sonrisa.
−No −respondió tajante−. Ya terminé este escrito. Salgamos. −Apagó su computadora y se levantó para tomar su bolso.
−¡Tarde de chicas! −gritó animada Ran mientras tomaba del brazo a su progenitora y alzaba el otro en señal de victoria.
−Tarde de chicas −repitió con una sonrisa, si de algo nunca se iba arrepentir es haber tenido esa niña con el que todavía es su esposo.
