Moana no sabe que es el amor. Para ella el océano era su primer y único amor.

Atrayente e intrigante.

Un recorrido inacabable, tempestuoso, sereno y sumamente volátil. Cada vez que sentía el agua recorrer entre sus dedos, haciéndole cosquillas desde la orilla.

Sabia que lo amaba y deseaba explorarlo.

Siempre fue así y pensó que seguiría haciéndolo.

Como su abuela, se había tatuado una mantarraya, ella creyó que iba a seguir ese camino. Sin embargo, desde que conoció a Maui, desde que empezó a tener la posibilidad de recorrer el océano.

Su mirada se posaba en el cielo. El lugar donde volaba Maui, transformado en halcón; El aire azotaba su cabello y aunque no se comparaba a ser empapado por el agua.

Era refrescante. Estiro sus dos brazos y cerró los ojos.

Sentía las olas chocar contra la proa del barco, pero también el silbido del viento atravesar sus oídos.

Volar ¿Como seria?

Se preguntó en esa posición, sentía sus cabellos volar por la brisa y...

(¿Unas manos en su cintura?)

-Linda vista.

Reconocería esa voz en cualquier parte.

-¿¡Maui!?-exclamó. La soltó, ella se dio la vuelta.

-¿Que tal todo?

-Bien, bien ¿Que haces aquí?

-Iba pasando y te note... ¿Que con eso? -cuestionó imitando su anterior posición, brazos levantados a los lados de su cintura.

-Estoy estirando -mintió no sabia lo que le diría si confesaba que le atraía el cielo.

Luego de alegar que el océano la había elegido sentía que era como un ofensa.

-Pensé que querías volar.

-¿Quien querría volar?

-¿Yo? -sugirió-Es maravilloso.

Y ella no lo dudaba, algunas veces se preguntaba como se sentiría ser una gaviota o un... halcón.

-El océano es maravilloso-refutó.

-No, no lo es.

En eso una ola lo empapa a Maui.

-Aun sigo diciendo que no.

Otra vez fue mojado.

-No te metas-replico al agua.

Al segundo vio como mini Maui se acercaba a mini Moana y... su boca...

¡Agh! Desde que no la podía sacar a Moana de la cabeza, su tatuaje no paraba de molestarlo.

-¡Tampoco tu! -refutó ocultando esa demostración que lo avergonzó al extremo.

Moana lo miró curioso.

-¿Quieres volar? -ofreció.

-¿umm?

Ella se sorprendió.

-¿Que?

-Volar-repitió-súbete a mi espalda. Para demostrarte lo increíble que es el cielo.

Ella se sonrojo. Al tener que subir a su espalda para averiguarlo.

-¿Piensas volar llevándome en tu espalda?

-Si -asintió-vamos.

Lo hizo y cuando ella estaba en su espalda salto del barco. Uso su anzuelo y se transformó en halcón.

Los ojos de Moana se expandieron de maravilla mientras sentía el viento golpear sus coloreadas mejillas.

-¿Y que piensas?

Ella levanto sus manos y emitió un grito de completo jubilo.

-Estoy volando -inició- ¡estoy volando!-emocionada. Maui ya no pudo estar estable mientras trataba de mantener su peso- ¡Estoy cayendo! ¡cayendooooo! -gritó al ver como bajaba en picada y Maui se destransformaba, lo que ocasionaba que lo abrazara con fuerza.

Splash

Cuando pudo recomponerse sintió una mano en su cintura mientras sus manos tocaban piel. La piel de Maui.

Moana utilizó una mano para acomodarse su pelo que había cubierto su cara, aunque pudiera ver su sonrojo inundar sus mejillas.

Intentaron separarse pero el océano no los dejaba.

Las olas empujaron a los dos individuos, los centímetros que faltaban.

Para que sus bocas se unieran, compartiendo un beso que ninguno quiso terminar, hasta transmitir que lo deseaban. Cuando se separaron y Moana miro sus ojos, su sonrisa.

Sabia que su corazón prefirió el cielo. Porque amaba al semidiós, los latidos en frenesí, lo confirmaban.

La sonrisa de Maui se hizo mas grande.

-Al parecer el océano no es tan malo después de todo.

Y de nuevo, sus labios se unieron. Porque él así lo quiso.