D.o.t.E: ¡Hello Minna-san! ¡Es aquí una historia que he querido escribir hace mucho tiempo! Aquí se explica la historia de Fudou y su hermana menor, Alice. Espero que les guste.

Antes de iniciar, esta historia tocara tema delicados como pedofilia, intento de abuso (ya que escribir un abuso sexual es algo que no puedo hacer) y otros temas. Sí a alguien le afectan estos temas, por favor retírense de este fic.

Disclaimed: Inazuma Eleven y sus Spin Off no me pertenecen. Sus dueños son Level 5.

-.-.-.-.-.-.-.-

-Sal, sal, donde quieras que estés pequeña…-

Esa tenebrosa voz resonaba por toda la habitación. Un hombre viejo de cabellos negros y traje desarreglado caminaba de manera lenta y silenciosa a través de la sala de estar, su mirada nublada por la lujuria y locura observaba cada rincón, buscando su presa. Una pequeña niña de cabellos rubios y ojos verdes miraba a través de un pequeño hoyito, escondida en el mueble que posaba al televisor. Sus ojos derramaban lágrimas y sus manitas juntas, rezando que su madre o alguien llegaran a ayudarla de aquel hombre.

Todos los días eran lo mismo. Todos los días desde que su hermano se fue de viaje a jugar contra el mundo. Pego un pequeño brinco al escuchar como aquel hombre comenzaba a botar las sillas y muebles cerca de él, quebraba las lámparas y las imágenes marcadas que tenía su familia. Rápidamente llevo sus manitas a su boca, tratando de no gritar o hacer algún ruido al notar como el hombre se acercaba más y más.

-¡Dije que salieras, mocosa malcriada!- grito con fuerza, tomando uno de los lados del televisor y tirándolo con fuerza al suelo. La pequeña niña apretó sus manitas con más fuerzas mientras más lágrimas salían de sus ojitos.

De repente, fuertes golpes en la puerta se escucharon. Ese fue el sonido más dulce que ha escuchado. -¿Hay alguien en casa?- preguntaron desde afuera con fuerza. -¿Está todo bien, Fudou-san?- pregunto. El hombre chasqueo la lengua con molestia. Tras unos minutos de silencio, el joven dijo despreocupado –Al parecer no hay nadie…-

-Te encontrare mocosa…-dijo el hombre una vez se aseguró que el joven se fuera. –Eres tú o tu madre.- y con eso se fue. Una vez que cerró la puerta de golpe, la pequeña espero. Espero y espero hasta que el segundo golpe en la puerta se escuchó. Ahora era seguro.

Con mucho cuidado y de la manera más silenciosa, la pequeña salió de su escondite, cuidando de no hacer ruido o lastimarse con los fragmentos quebrados. Su cuerpito temblaba del miedo, pero como pudo comenzó a arreglar su hogar. Día tras día era lo mismo. Cada vez que su madre salía a trabajar, ese hombre regresaba. Todo empezó cuando su hermano se fue de viaje, le dijo que regresaría siendo el mejor y que todos tendrían una gran fiesta. Cuando su hermano se fue, a la semana siguiente el hombre llegaba alado de su mamá, diciendo que era amigo de su mamá, que le daría un buen trabajo a su mamá y ya no vendrían los cobradores a su casa.

La primera vez que la toco pensó que había sido un accidente, así que no le dijo a su mamá. La segunda vez fue más notoria, ambos estaban en el sofá, ella viendo caricaturas y él le toco la pierna, pero su mamá había llegado por lo que el hombre se alejó. La tercera vez fue mientras ella se bañaba, su mamá estaba cocinando. Le dijo que era muy bonita y que le gustaba verla así. No permitió que la pequeña tomara su toalla. Le dijo que lastimaría a su mamá si le contaba. Esa noche ella no ceno y lloro hasta dormirse.

Una semana después el hombre llegaba, pero su mamá no estaba a su lado…y fue ahí cuento empezó a actuar de manera muy rara, le hablaba muy feo y su sonrisa le daba miedo. Una vez llegó y la obligo a quitarse la ropita, durante horas él la vio hasta que se fue. Después de ese día ella se esconde a no más regresa de la escuela. Tenía mucho miedo. No podía decirle a su mamá, él la lastimaría si le contaba…Quería que regresara su hermano, él las protegería…ella debía de contarle a su hermano.

Ni corta ni perezosa, la pequeña niña de cabellos rubios corrió a la habitación de su hermano y comenzó a buscar entre los cajones de ropa. Bingo. Sacó una tarjeta de debitó color azul, una tarjeta que solo podía ser utilizada para emergencias. Rápidamente encendió la computadora de su mamá y entro a una página de vuelos aéreos.

Isla Liocott – salida 5:30 pm (Fecha: Jueves, 12)

Eran las 4:53 pm. Si llamaba a un taxi podrá llegar al aeropuerto a tiempo. Sin pensarlo ni empaquetando, rápidamente compro un boleto y llamo al taxi. No se dejó de sentir asustada y nerviosa hasta que, minutos después estaba sentada dentro del avión de camino a la isla de soccer.

-.-.-.-.-.-

D.o.t.E: Sé que es algo fuerte lo que está escrito, pero he de decir con mucha lastima, que estos tipos de escenarios si han pasado y siguen pasando. Tras las investigaciones y estadísticas encontradas, encontré que muchos pedófilos y agresores usan esta táctica para someter a los pequeños niños.

A pesar de que no es mi intención hacer tocar este tipos de temas, he de admitir que quede muy asustada y horrorizada por lo que pediré a todos aquellos quienes leen y son padres que por favor, presten atención a sus hijos, cualquier cambio repentino puede ser una señal de este tipo de abusos.

Espero que me sigan a través de esta historia.

Gracias.

Matta ne!