Hola, bienvenidos a "Cabalgando"
Primero que nada quiero pedir disculpas a mis lectores… Como sabrán los que ya leyeron la historia podrán darse cuenta que cambie unas cuantas cosas en el fic ya con los capítulos subidos, pero verdaderamente en mi corazón no me sentía satisfecha con lo que había escrito y siempre que escribo algo quiero que ustedes que lo leen, que sientan aquella emoción que trato de hacerles llegar.
Como pueden ver no cambie mucho, solo fueron unas pequeñas cosas, pero aun así les recomiendo que si me tienen paciencia que lo lean, desde ya muchas gracias mis queridos lectores.
Ahora si…
-Primero que nada quiero agradecerles a todas y todos por darle una oportunidad y leer este primer capitulo.
Cualquier duda, critica o lo que quieran poner están más que bienvenidos, si quieren darme algún consejo lo tomare con mucho agradecimiento. :3
Atención:
El nombre de Rivaille será este (Levi Rivaille Rivai Ackerman) Pero pondré más Rivaille 3
¡Espero que disfruten esto como yo lo hice escribiendo!
Parejas: LevixEren (Riren) Es la pareja principal. – (Otras que todavía no se)
Advertencia: Yaoi (claramente xD) Lemon, Mpreg. (Recuerdos un poquito de Shota muy suave)
Shingeki no Kyojin no me pertenece .-. si no ya estaría con YAOI en todo el anime :3
Capitulo 1: Kensington Gardens
"¡Somos la comida o somos el cazador, somos el cazador, somos el cazador!"
"¡Somos la comida o somos el cazador, somos el cazador, somos el cazador!"
-Hoy es mi día, hoy empezare a trabajar. Hola, me llamo Eren Jaeger, muchas gracias por este trabajo, espero que pueda serle útil. –Un grito hizo que dejara de verse al espejo y suspirara, era hora. -¡Ya voy cara de caballo!
-¡Baja o te bajare yo imbecil, que vamos a llegar tarde! –Y así fue como…
"¡Somos la comida o somos el cazador, somos el cazador, somos el cazador!"
"¡Somos la comida o somos el cazador, somos el cazador, somos el cazador!".
Fuera de la ciudad, a treinta minutos en auto, estaba el tranquilo suburbio, en kensington gardens, Londres, donde ya había muy pocos edificios y muchas casas grandes, todas preciosas. En el cual tampoco tenían el imposible trafico del centro y por lo general podían estar más descansados.
Un auto gris algo despintado andaba lentamente por allí, donde dentro había cuatro muchachos. No estaban en un simple vecindario, si no en uno de los más lujosos que podía haber, donde solo había cuatro entradas para poder pasar, en el cual estaban apostados guardias y policías que por empezar les pedían documentos, credencial y llamaban a la persona a la que iban a visitar. Era todo así porque la gente que vivía allí era de mucha plata, ya con tan solo mirar aquellas casas inmensas, con patios enormes diez veces más grande que una plaza era de entender que no cualquiera podía pagarlo.
Cada vez que avanzaban las casas se iban distanciando para poder tener más lugar, para decirlo simple, para poder hacerse más y más grande, para poder expandirse y ser una obra maestra en aquel mundo que todo relucía. Cuando ya estaban llegando a donde le habían dicho, habían pasado ya casi media hora, en manejo lento y seguro, como les habían indicado los guardias, todo para los nuevos visitantes, los que no pagaban la renta millonaria, porque habían visto pasar autos lujosamente caros a una velocidad increíble.
-¿Estas seguro que es por acá? –Pregunto un muchacho de ojos verde turquesa, este estaba sentado al lado del copiloto, uno de cabellos rubios y cuerpo musculoso. –Seguro que cara de caballo se equivoco.
-¡Cállate, suicida! –Grito el que iba sentado detrás, este tenía el pelo marrón claro y ojos color miel. –Es esa casa, digo mansión… Reiner, es acá, dobla.
Reiner bajo la poca velocidad del auto mientras todos miraban embobados lo que tenían frente a ellos, no se podía ver mucho porque las murallas y el portón negro como la pequeña casa de los caseros que cuidaban tapaban una parte, pero aun así se veía claramente una gran mansión atrás, debía de tener tres pisos o más, esta tenía muchas ventanas y sus paredes estaban echas al parecer de mármol o algo por el estilo, porque brillaba suavemente. Era como un castillo.
-Dejen de babear, no venimos de vacaciones, si no a trabajar –Objeto Armin nervioso, era un muchachito de cabellos rubios y ojos celestes que parecía más mujer que hombre.
-Hola. –Hablo una voz detrás de un aparato cuando Reiner había tocado el timbre aun con el auto.
-Hola, nos llamaron para trabajar. –Hablo el rubio desconcertado.
-¿Nombres?
-Reiner Braun, Eren Jaeger, Jean Kirschtein y Armin Arlet. –Una larga pausa se hizo, luego un hombre uniformado salio de la pequeña casa que estaba casi al lado del portón y abrió una pequeña puerta para pasar.
-Disculpe, necesitamos registrarlos antes que puedan ingresar. –Dijo el joven uniformado de guardia mientras empezaba a ver todo junto con otro acompañante que había salido luego. –Listo, ahora les abriere el portón, dejen el auto en la entrada y alguien lo estacionara. Que tengan un buen día.
El camino era pequeño, pero elegante y bello, a sus costados había palmeras, árboles y muchas flores, era como un bosque encantado, cuando ya estaban dando una curva exageradamente larga se encontraron con la mansión, definitivamente era única pensaron los jóvenes mientras seguían el camino para dejar el auto en la entrada.
Allí frente al gran castillo se podía ver una fuente plateada y dorada que tiraba chorros de agua hacia arriba sin caer una sola gota fuera. A sus costados había más árboles, tapando la vista de personas curiosas, como un gran parque, aunque era tan grande el lugar que nadie podría ver nada sin meterse sin permiso.
-Buenos días, yo les llevare el auto. –Dijo un joven también uniformado, todos estaban elegantemente vestidos como peinados.
-Gracias, cuídalo, es el amor de mi vida. –Bromeo Reiner aunque parecía que iba enserio mientras bajaba del auto.
Los cuatro chicos se quedaron parados en la calle adoquinada, frente a ellos tenían unas grandes escaleras marmoleadas de un color beige claro, estas llevaban directamente al radiante palacio, mansión y castillo a la vez dejando delante una puerta de dos hojas de madera, ninguno antes había visto algo así en su vida que de cerca podía apreciarse más, todo era magnifico.
Las paredes doradas y platinadas, las largas columnas que sostenían todo el lugar dando arriba al parecer unos balcones que desde donde estaban los jóvenes no se podía ver bien, pero de lejos se encontraba exquisitamente perfecto, todo decorado a la antigua, con faroles del siglo XIX (19) donde también se daba a reconocer la forma del lugar, era entre una construcción mediterránea y medieval con una pequeña mezcla de moderno.
La puerta principal se abrió, dejando a los muchachos entre nerviosos y asombrados, frente a ellos salio una mujer con una sonrisa de oreja a oreja, esta llevaba una remera verde simple, unos pantalones anchos marrones cortos y unas zapatillas deportivas.
-¡Hola, hola, hola! –Saludo la muchacha alta, tenía el cabello marrón atado en una coleta y gafas. -¡Me llamo Hanji! Antes de empezar a hablar del trabajo les mostrare un poco la casa, ¿Quieren?
-Es un gusto, señorita Hanji. –Hablo Eren extendiéndole su mano, esta no se la acepto, si no que lo abrazo, Eren quedo estático ante aquella actitud, pero luego de unos segundos le correspondió el abrazo para luego hacer lo mismo con los demás. –Yo… ¿Es con usted con quien hablamos, verdad?
-Si, yo los contrate. Me cayeron muy bien en Internet y en las llamadas telefónicas, bueno… ¿Quieren acompañarme, caballeros?
Los cuatro jóvenes asintieron avergonzados mientras la mujer les hacia señas de seguirla, al entrar vieron que el lugar era muy luminoso, el sol entraba por todos lados dejando ver todo con claridad.
Ninguno podía creer que pudiera ser más hermoso que afuera, pero ahí estaba, dejándolos nuevamente sorprendidos. Frente a ellos se encontraba un lugar, limpio, fresco y brillante.
El lugar que al parecer era la sala de estar era amplio y ordenado, había tres sofás antiguos enfrentados y otro mirando a la gran chimenea que estaba apagada ya que estaban en verano, arriba se encontraba un hermoso cuadro de un campo en la noche. Más adelante había unas escaleras blancas con baranda de madera que pegaban al tono, estas se dividían en dos, una de cada lado, eran anchas y arriba podía verse como cualquier persona podría ver todo desde allí, estando ya en la segunda planta. Debajo unas estatuas de ángeles se apreciaban dejando una de cada lado una puerta de madera más oscura.
-¿Aquella telaraña funciona? –Pregunto Eren señalando hacia arriba, donde en el medio de la sala decoraba sin encenderse unos cristales que caían en picada, todos brillosos y glamorosos. –Parece muy antigua. ¿Es la sala de estar esto?
-Si anda y si, es la sala principal, aunque para mi tendrían que quitar esa vieja chimenea y poner un televisor con una playstation cuatro. A la derecha, esta uno de los comedores y luego en la otra habitación esta la cocina. –Hablo Hanji caminando hacia su izquierda, donde había dos puertas unidas de dos metros, al abrirla los jóvenes pudieron ver que si caminaban solos se perderían en aquel laberinto. –No les muestro el comedor porque no quiero traumatizarlos si esta Erwin comiendo semidesnudo.
Ninguno supo de quien se trataba y nadie pregunto ya que al entrar en la puerta donde Hanji les había abierto se habían quedado nuevamente asombrados al ver como la casa aun no terminaba.
Frente a ellos ahora se encontraba otra sala, pero esta tenía más de lo que a ellos le gustaba, un LCD de sesenta pulgadas, consolas de videojuegos, Home Theater, equipo de música y hasta un jacuzzi dentro del lugar.
-También hay una sala de cine, pero queda más lejos, la casa es grande, un día los invitare a ver películas. –Dijo la mujer mientras avanzaba hacia la puerta que estaba al final de la sala en la parte izquierda. –Bueno, las demás salas son todas parecidas… arriba están los dormitorios, también hay dos más sala de juegos y más habitaciones.
Hanji avanzaba mostrando otras salas, aun también impresionantes, pero parecidas a la sala principal, iban caminando hacia delante según ellos mientras veían como el lugar estaba impecable y en perfectas condiciones.
Eren no podía creer donde estaba parado, nunca había pisado una casa tan hermosa como esta, no era común de que sus amigos tuvieran algo así, tampoco le importaba, pero si le resultaba muy incomodo, no pertenecía a esto, tenía que hacerse una idea en su mente que era trabajo y solamente trabajo. Kensington Gardens era sin lugar a dudas un lugar para muy pocas personas.
-Bueno, este es el patio, hay cuatro entradas, pero esta es la más cercana a donde tienen que ir ustedes. –Había hablando Hanji mientras abría una puerta de dos hojas transparente, esta era de vidrio enmarcada con madera. –Vengan, no sean tímidos.
Al salir fuera pudieron observar lo grande que era el patio. Allí había al menos cien hectáreas o más, lo primero que se veía era la inmensa piscina que ocupaba una gran parte, a su lado había un jacuzzi por lo menos para cuatro personas, sombrillas, mesitas y sillones, como palmeras que decoraban el lugar. Más adelante se divisaban las canchas de tenis, fútbol y al parecer de algo más, pero no veían bien que podía ser.
-¿Ven esto? –Dijo la mujer señalando con su dedo, estos asintieron, había carritos de golf y cuatriciclos, como también bicicletas. –Pueden usar lo que quieran, pero con mucho cuidado.
-¿Usar? –Pregunto Jean mirando a aquella mujer. -¿A que se refiere con usar?
-Usar, andar, manejar. El camino es largo, ustedes trabajaran fuera, arreglando el pasto, cuidando a los caballos, a los animales y también limpiando. Se hospedaran en una casa que esta todo derecho, pasando las canchas, es un poco cerca del establo. –Los muchachos vieron donde ella señalaba, no se veía muy bien ya que era lejos, pero podían divisar una casa de madera de dos pisos, no se veía para nada mal.
-¿Entonces dormiremos allí? –Pregunto Jean desilusionado, ya se había echo una gran idea viviendo en aquella mansión, Hanji asintió con una sonrisa.
-La casa esta muy bien amueblada, los guardias también tienen una, pero adelante y los que limpian igual, solamente dos mayordomos y otras pocas personas duermen en la mansión. –Dijo la mujer leyendo la mente del muchacho. -¿Y sus equipajes?
-En el auto. –Dijo Reiner recordando y extrañando a su mejor amigo, amante y novia.
-Luego ordenare que se los traigan. Como ya hablamos por teléfono trabajaran ocho horas diarias y tendrán los domingo como franco. ¿Alguna pregunta?
-Por mi es perfecto, muchas gracias señorita Hanji por darnos este empleo. ¿Usted desde hace cuanto que trabaja acá? –Pregunto el muchacho de ojos verde turquesa. –Por cierto, me llamo Eren. El de mi lado es Reiner, este es Armin y aquel es Jean.
-Eso ya lo se, estuve mirando sus currículum muy enserio, es un gusto, yo no trabajo acá, vivo acá, podríamos decirse que soy una de las dueñas de este lugar. –Los muchachos se sorprendieron al escuchar eso, definitivamente no parecía una mujer millonaria. -Somos tres los dueños de la casa, Erwin Smith, es muy amable y luego esta el enanin, digo… Levi Rivaille Ackerman, este si que si se lo cruzan den media vuelta, es bueno, pero si lo agarran en un mal día… Por eso necesite buscar nuevos empleados…
Los cuatro jóvenes tragaron saliva, siempre estaba la oveja negra en algún lado, ahora les había tocado como jefe, pero intentarían hacer todo lo mejor posible y no encontrarse con aquel hombre.
-¿A quien le dices enanin, cuatro ojos? –Pregunto una voz fría detrás de ellos, todos se dieron vuelta.
Frente a ellos había un hombre de estatura pequeña, cuerpo delgado y mirada tenebrosa. Llevaba el cabello negro corto dividido a la mitad con sus sienes rapadas, su mirada era entre aburrida y serie, pero una gran sombra en su rostro mostraba otra cosa.
Este estaba muy bien vestido, llevaba una camisa blanca algo suelta con un traje de vestir negro, pantalones del mismo color y zapatos de cuero.
-¡Enanin, te presento a los nuevos empleados! –Hanji fue dando saltitos hacia el, este la ignoro completamente mientras miraba a los jóvenes que parecían pequeños gatitos asustados. -¡Quita esa mirada que asusta a los chicos!
-Silencio loca. –Dijo Rivaille pasando su vista entre los nuevos empleados, sus ojos se detuvieron en los de Eren y el muchacho había pensado por un par de segundos que su mirada se había vuelto sorpresiva y luego calida, pero seguramente lo había creído, porque este llevaba la misma expresión que antes. -¿Ahora te gustan los mocosos?
-Todos tienen veintiuno… ¿Me estas llamando vieja? –Pregunto algo triste Hanji para luego sonreír nuevamente. –El es el gran y temible Levi Rivaille Ackerman del que les había hablado.
-Es un gran honor trabajar para usted. –Hablo Jean avanzando para tomarle la mano, este nunca se la acepto, si no que seguía mirando a Eren. –Mis amigos…
-¿Nombres? –Pregunto seriamente Rivaille sin verlo a Jean, este confuso no entendió la pregunta, Rivaille gruño preguntando nuevamente. –Los nombres de tus compañeros.
-Ah, yo me llamo Jean Kirschtein, el que esta ahí es Reiner Braun, el otro es Eren Jaeger y Armin Alert. –Jean se fue alejando poco a poco de aquel hombre que tanto miedo le estaba provocando.
-Ya veo. –Dijo mientras dejaba de mirar a Eren y se iba dentro de la mansión. –El que venga a limpiar mi establo que verdaderamente tenga coraje, si lo hace mal lo echare.
Todos se quedaron estupefactos al ver aquella actitud, pero nadie dijo nada, no querían que los echaran antes de empezar a trabajar. Eren que había estado todo el momento manteniendo la mirada con su jefe suspiro aliviado, su cuerpo había empezado a temblar ligeramente mientras que se sentía más cansado y sudoroso que antes, ¿Por qué lo había estado mirando solo a el? Esperaba que sus amigos no se dieran cuenta.
-Bueno, acá les dejo la llave, descubran por si mismos la casa, seguro les encantara. ¡Es genial descubrir cosas! –Dijo Hanji mientras le indicaba bien el camino.
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-¿Qué dicen del lugar? –Pregunto Jean mientras tomaba una de sus mochilas y agarraba su celular para ver la hora, habían ido a la pequeña casa que había detrás de todo el patio, detrás de las canchas.
La casa estaba perfecta para ellos, no era ni muy grande ni muy chica, tenía seis habitaciones en la planta alta, dos baños, una cocina comedor y un living en la primera planta. Además que la construcción y decoración no estaba nada mal, era moderna y elegante a la vez. Para muchos era mejor que sus propias casas.
-Yo digo que me va a encantar este trabajo, además me agrado Hanji. –Dijo Reiner mientras separaba su ropa para llevarla a su cuarto. –Solo no la caguen, si el jefe Rivaille les dice algo se la guardan…
-Tú y tú enamorada Hanji. –Dijo Jean mientras empezaba a cantar una canción romántica y hacia que bailaba con alguien. –Entonces, ¿Qué día te dejamos la casa sola?
Cuando se dio vuelta dejando de bailar se dio cuenta que ya no había nadie en la sala, sus amigos lo habían dejado solo mientras iban a ordenar su ropa, ignorándolo completamente.
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Eren se sentó en su nueva cama mientras miraba detalladamente toda su habitación, tenía un armario marrón de dos puertas, un escritorio, una ventana donde daba directamente con la gran figura de la mansión que se podía apreciar de tan lejos y una cama de una plaza, definitivamente el lugar era mejor de donde vivía ya que acá tenía todo pintado perfectamente, sin paredes rotas o olor a humedad.
Se sentó en la cama mientras tomaba su celular, si todo iba bien podría trabajar perfectamente en este lugar, pero su mente aunque estuviera contenta por todo esto, le estaba jugando una muy mala pasada con su jefe, Rivaille Ackerman. ¿Por qué tenía que tener el mismo apellido que su hermana? ¿Por qué lo había tenido que mirar de aquella manera hoy? ¿Y por qué había pensado que había tenido una mirada dulce un par de segundos? Su hermana si se hubiese dado cuenta ya le hubiera golpeado la cara un par de veces…
Se mordió el labio, Mikasa no era su hermana de sangre, pero aun así la quería como una. Sus padres la habían adoptado cuando el tenía siete años y desde aquel entonces fueron inseparables. ¿Y ahora? Eren cerro sus ojos, el la había dejado.
Flash Back:
Eren miraba detenidamente a su hermana, esta tenía la vista triste y perdida, sus ojos grises oscuros estaban opacos y miraba el suelo casi sin respirar. Eren se aproximo lentamente hacia ella, no podía dejarla en aquel momento. ¿Acaso tendría que suspender todo? ¿Ella no entendía que era importante para el?
-Mika… -Y su cuerpo se detuvo por completo, su hermana lo estaba abrazando fuertemente, sus brazos cruzaban el cuello de este mientras ella se largaba a llorar, nunca la había visto así salvo de pequeña, no era de derramar lagrimas, ella era fuerte.
La dejo estar, dejo que se descargara y sacara todas sus penas ya que eran lo único que se tenían, solo ellos dos. Eran su única familia ya que los padres de Mikasa estaban muertos y los de Eren se habían muerto, primero su madre hacia ya seis años y ahora hacia poco su padre… Aunque no le importaba el, gracias a este necesitaba el dinero, pero ¿Por qué Mikasa no podía ir? A el también le dolía, pero seguramente estaría mejor en su casa, estudiando y pudiendo ser alguien mejor, el tenía que trabajar, no iba a dejar que su hermana pasara por esto, ya mucho había sacrificado Mikasa.
-No… no te vallas Eren. Te descubrirán. Yo tengo que protegerte. –Susurro con la voz entrecortada, todavía lloraba en su hombro. –Se lo prometí a tu madre.
-Mikasa, siempre me has cuidado, es hora que yo haga lo mismo. Tienes que quedarte acá, terminar el colegio y poder hacer la carrera que siempre quisiste hacer. –La voz de Eren se quebró, era difícil separarse de ella, pero iba a ser lo mejor. –No tienes que siempre seguirme, cuando todo esto pase estaré contigo.
-¡No! Yo te voy a seguir, si tu quieres hacer algo yo estaré contigo, si quieres mudarte yo me mudare, si quieres… -Y no pudo continuar porque Eren la había alejado mientras golpeaba su cabeza contra la de ella, siempre lo hacia cuando se comportaba tan protectora con el. –Eren…
-Mikasa, soy grande. No tienes que perseguirme siempre, tienes que dejar de cuidarme. Ahora acepta el dinero que te daré cada mes y por favor… no empieces.
Eren se había separado mientras se daba vuelta y empezaba a caminar hacia su habitación buscando su equipaje, por una parte la iba a extrañar y por otra estaba más tranquilo que su hermana guardaespaldas y protectora no iba a estar detrás de el viendo que hacia y que no. Mikasa tenía que madurar en eso y el… tenía que hacerlo aun más.
Fin Flash Back.
Eren cerro los ojos, si todo salía bien podría quedarse bastante tiempo en este lugar para poder mantener a su hermana y a el, solo tenía que esperar que los documentos falsos no fueran descubiertos, porque el no tenía veintiún años como decía, si no que solo llegaba a los quince años como todos sus amigos, menos Reiner que faltaba poco para que cumpliera los dieciocho.
-¡Ya mismo sal de aquí! –Grito alguien abriendo la puerta violentamente, Eren sobresaltado cayo de la cama, lo habían descubierto, su plan se iba desbordando lentamente de su cerebro y su vida. -¿Qué haces? Pareces un gatito mojado.
El corazón de Eren lentamente fue volviendo a la realidad cuando vio que el que abría la puerta era su amigo Jean, quien lo miraba divertido al ver como se había asustado, nadie lo había descubierto, el intento de humano de Jean lo había asustado, solamente eso, pensó Eren mientras se levantaba con una cosa en mente, matarlo.
-¿¡Qué -Qué haces!? –Pregunto Jean al ver que Eren lo tomaba de la camisa y lo aprisionaba contra la pared mientras levantaba su puño, no era agresivo, pero cuando lo sacaban encontraban su peor parte y ahora que aparte estaba nervioso sabía que no podía detener su puño que iba directamente hacia la cara de su amigo.
-¡Eren! ¡Hey, detente! –Grito Reiner tomándolo de los brazos, este había ido corriendo al escuchar gritos. –Se que es un idiota, pero déjalo.
-¿¡Como que un idiota!? ¡Solo quería preguntarle a Eren de porque eligió esta habitación! Al igual que ustedes… ¿¡Quien mierda son para poder quedarse con las mejores habitaciones!? –Jean ya había recuperado su coraje perdido al ver como sacaban a Eren de encima suyo. –Hagamos piedra, papel y tijeras.
-Ni en tus sueños Kirschetein, eso te pasa por bailar en la sala con tu novia imaginaria. Ahora antes de armar otro escándalo y que nos echen ordenen sus cosas y luego vamos abajo a la cocina. Niños… -Bufo Reiner alejándose en grandes zancadas, Jean a veces o casi todas las veces podía ser muy competitivo.
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Luego de unas horas Hanji había tocado la puerta de la casa para poder entrar y entregarles un papel, todos se habían sentado en el sofá de la pequeña sala de estar para poder hablar mientras tomaban un te que le había regalado Hanji, ya luego de hablar un par de cosas pudieron ver bien como iba todo.
-Bueno, primero que nada tienen que repartirse las tareas, háganlo como les guste. Acá les dejo la lista, por esta semana será esta. Ah, me olvide de decirles, cada día a las ocho de la mañana pasa una camioneta con las compras, pidan lo que quieran para que se los traiga, en el contrato que estoy haciendo para ustedes esta ya pagada la comida. Por hoy hagan todo tranquilo, ósea que hagan las tareas de la hoja, pero antes que nada hablen con los encargados del lugar para que les expliquen como hacer todo. Bueno, nos vemos. –Hanji salio casi corriendo mientras daba saltitos de alegría, los jóvenes la acompañaron afuera, donde vieron que esta se subía a una moto Harley.
-No se como te gusta… -Murmuro Jean mirándola como un bicho raro.
-No me gusta, eso lo pensaste tú. Lo que si esta muy buena es la moto, debe salir una fortuna. –Dijo Reiner leyendo la hoja que le había dado.
-Es buena persona, eso es lo que cuenta. –Eren se había puesto al lado de su amigo para ver que cosas estaban escritas. –Demasiado buena persona para un lugar de ricos.
-Como si conocieras gente rica, no creo que todos sean agrandados, como ese tal Rivaille… Debe haber personas humildes, divertidas y… -Estaba diciendo Reiner mientras sus amigos se le pegaban más para poder leer. –Veamos…
Tareas de estasemanita por Hanji x3 x3 x3
-Cortar césped (Toda la zona norte) Les recomiendo que empiecen por partes. Hablen con el jardinero que esta en la zona este en la tercera casa para poder ver el funcionamiento del cortacésped.
-Barrer frente a la mansión y detrás, luego baldear y pasar la maquina secadora. (Hablen con el encargado de la limpieza, vive en la primera casa que esta al lado de la cancha de tenis. (Tranquilos mis niños, luego recordaran donde vive quien, es cuestión de tiempo)
-Ir a los establos y limpiar todo, si TODO. Luego al atardecer meter a los caballos en los establos. Si alguno se escapa o le pasa algo el señor Rivaille los matara, hablo enserio, son todos de el. =(
-Ir al pequeño bosquecito que esta en la entrada y juntar todas las hojas que estén tiradas, como las que están en el camino.
Eso es todo, luego si me acuerdo algo más les haré saber. Cualquier duda pregunten a alguien chicos, besos.
Hanji :O
Todos se quedaron viendo como escribía aquella mujer adulta, parecía más una adolescente que cualquier otra cosa. Aun así su letra era muy bella y amable. Eren tomo la carta que su amigo Reiner sostenía mientras volvía a leerla, iba a ver otra pelea por obtener las mejores y más fáciles tareas, aunque todas tenían su grado de dificultad.
-Piedra, papel y tijera. –Ofreció Jean, era una idea idiota, pero era mejor si no querían matarse. Todos aceptaron. –Muy bien, pongan su mano detrás y cuando diga ya la sacan.
-Espera, entre cuatro es muy complicado, vamos en una competencia de a dos. El que gane va con el que gano del otro grupo y el que gane de ellos elige primero, luego el que perdió segundo y quedan dos tareas más que se decidirán. –Reiner sabía manejarlos muy bien, ya sea porque era más adulto o porque era serio, pero si no estuviera se armaría una pequeña guerra entre ellos donde la única regla sería que el que quedara en pie podría elegir que cosas hacer.
Los ganadores fueron así, primero Reiner, luego Armin, después Jean y por ultimo Eren. Había durado todo diez minutos, entre disputas y enojos, pero así había sido la regla, por orden de ganador iban a elegir que tareas podían hacer.
-Yo… -Estaba diciendo Reiner mientras leía detenidamente la hoja, debía de elegir bien, al establo ni muerto iba, si llegaba a pasarle algo a los caballos del jefe Rivaille seguramente lo echarían luego de matarlo, pero el no era el que más necesitaba el trabajo… –Como soy el ganador te dejo elegir a ti Eren.
-¡Eso es trampa! ¡Eres un vil traidor Reiner! –Grito Jean alzando sus brazos. -¡Si haces eso elegiré yo primero!
Eren suspiro, Reiner siempre se había preocupado por sus amigos, pero con Eren era mucho más, siempre lo ayudaba, estaba para el y se preocupaba diez veces más, solo esperaba que no fuera la encarnación de Mikasa.
-Vamos, no hagas eso. Elige, toque lo que me toque lo aceptare. –Dijo Eren haciendo callar a Jean con su mano en su boca. –Trabajo es trabajo.
-Eren… tu eres quien más necesita el empleo, seguro estos lacras te harán trabajar en el establo. –Objeto Reiner fulminando con la mirada a Jean y Armin. –Entonces tendré que elegir el establo…
Eren se palmeo la cara ya bastante cansado, si seguían así estarían toda la poca mañana que le quedaban y la tarde y ahí si los echarían a patadas. Si le tocaba el establo haría aquel trabajo perfectamente, le gustaban los animales y mucho más los caballos, si era por su jefe trabajaría el doble para que no le pudiera decir nada, además tenía que ver nuevamente con sus propios ojos que su mente le había jugado una muy mala pasada.
-Tampoco vale, no te preocupes, si me toca el establo trabajare perfectamente. Confía en mí o ¿Acaso eres Mikasa disfrazado de Reiner? –Pregunto elevando sus cejas gruesas, sus amigos se rieron.
-Muy bien, entonces elijo cortar el césped. –Reiner miraba el piso mientras le pasaba la hoja a Jean.
-Yo… iré al bosquecito y juntare hojas. –Dijo algo nervioso esperando que nadie se quejara, ninguno lo hizo, sabían que Armin era muy frágil, pero cuando se lo proponía podía ser mejores que ellos. -¿Jean?
-Yo claramente tendré que ir a barrer… ¿Y tu Eren? Ah, claro ir a limpiar los establos. Hazlo bien o te echaran. –Bromeo su amigo mientras le daba unas palmadas en la espalda a Eren que lo fulminaba con la mirada. – ¡Bueno, a empezar!
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Eren se quedo en la mitad de la calle adoquinada mientras veía como empezaba a aparecer el establo*, este estaba manejando un cuatriciclo mientras iba llegando al lugar, el sol le pegaba fuertemente mientras empezaba a sentir como empezaba a transpirar, hacia mucho calor. El lugar era como un pequeño campo, con vallas grandes de madera a sus dos costados, dentro de estas crecía un hermoso pasto verde y más adelante se veía un poco más pisoteado, seguramente sería donde iban los caballos a trotar o comer.
Estaciono el cuatriciclo en un pequeño garaje que había al costado mientras veía como una parte del establo se dividía y a unos metros de su derecha aparecía otro establo más, igual de grande que el otro, Eren entro al primero, la luz que entraba del lugar era poca, Eren agudizo su vista.
-Tú debes de ser el nuevo. Me llamo Auruo Bossard, soy el que cuida de este lugar. –El hombre le extendió la mano, tenía la piel cetrina, ojos pequeños y algunas arrugas. Su cabello era rubio oscuro y rapado en sus costados y detrás de un color avellana. Su mirada mostraba superioridad, este lo examinaba de pies a cabeza. -¿Qué pasa niño, no saludaras?
-Lo siento, señor. Me llamo Eren Jaeger. –Dijo este extendiéndole su mano, el hombre tenía cara de superior, ¿Acaso era uno de sus jefes? Sus ojos se fueron aclarando de a poco.- ¿Usted me explicara que debo hacer?
-Claro, sígueme. Como puedes ver, el lugar esta en perfecto orden. –Dijo Empezando a recorrer el establo donde había unas pocas vacas, al parecer todas estaban pastando afuera. Estaba todo muy limpio, sin olor que le resultaba bastante raro. –Aquí es donde ponemos a las vacas a que nos den leche.
-¿Es de eso de lo que trabajan los dueños del lugar? –Pregunto Eren impresionado por ver aquellas maquinas que usaban para sacarle leche a la vaca, Auruo se empezó a reír.
-Si que eres metiche niño… Los jefes trabajan en empresas, pero les gusta tener esto. Igual no es como en otros lados, como ya te habrás dado cuenta acá no hay olor, es porque limpiamos siempre. Ahora vamos al otro establo. –Auruo había empezado a hablar sobre lo que debía hacer Eren, pero se había ido por las ramas diciendo que el era el mejor que podía cuidar a los animales, aparte que siempre sus jefes lo felicitaban. –Y así es como yo estoy ya hace seis años acá, soy el mejor en todo.
Auruo mientras caminaba unos pasos para abrir la puerta corrediza del segundo establo se había tropezado con una piedra y se había mordido su lengua fuertemente al estar hablando, un chorro de sangre salto al aire mientras el hombre se callaba e ignoraba eso para abrir la dichosa puerta.
Eren no dijo nada al ver al hombre así, era un presumido, pero al parecer lo iba a tener que aguantar ya que tendría que obedecer sus ordenes, aun así parecía buena persona o eso esperaba.
Al entrar vio nuevamente que tenía que acostumbrar su vista ya que tampoco en este lugar entraba mucho sol, pero podía ver que allí había dos caballos guardados, uno era todo blanco y el otro, que llamaba diez veces más la atención tenía un pelaje al parecer aterciopelado y de un color dorado champaña, era esbelto y elegante. Fue directamente hacia el, como si el caballo lo estuviera llamando, al verlo frente a el se dio cuenta que era aun más bello, estiro su mano para acariciarlo y sintió como otra mano en su hombro lo hacia caer al suelo.
-Señor Auruo, eso dolió. –Dijo Eren aun todavía en el piso, por suerte estaba todo totalmente limpio, cuando se levanto se dio cuenta que no había sido Auruo quien lo había tirado, si no Rivaille Ackerman.
Este tenía una mirada tenebrosa, como también aburrida y aséptica bajo una suave sombra. Sus labios finos al igual que sus cejas, una nariz pequeña, cabello lacio y dividido a la mitad, estaba cruzado de brazos, Eren al ver como lo seguía mirando bajo la vista, lo iba a echar, si no… ¿Por qué lo hubiese tirado al piso?
Eren trago saliva, no podía ser el… Capaz se había equivocado… Lo miro nuevamente, llevaba un traje negro abierto mostrando una camisa blanca. Pantalones de vestir y zapatos negros, igual que hacia unas horas, definitivamente si era el.
-Disculpe señor, yo… -Eren no sabía que decir, tampoco entendía bien porque lo había arrojado al suelo. Se levanto torpemente mientras sentía la mirada de aquel hombre en el, un escalofrío le paso por el cuerpo. –Me llamo Eren Jaeger, nos vimos antes, ¿Se acuerda?
El hombre arqueo una ceja y nuevamente Eren pensó que por unos segundos su jefe había suavizado su mirada, pero seguía allí aquella expresión de antes, fría, tranquila y perturbarte, Eren se puso más nervioso, hacia calor y su cuerpo había empezado a transpirar más por aquella escena.
-Auruo, ¿No explicaste las reglas a este mocoso? –Pregunto el joven hombre mientras seguía mirando a Eren quien en su cara se notaba lo confundido que estaba. –Se ve que no. Escucha atentamente mis palabras, no puedes tocar a este caballo, ni verlo, ni nada. Tampoco puedes ensuciar nada en este lugar y haz tu maldito trabajo en vez de querer tocar algo. Ese caballo es un autentico Akhal Teke, son uno de los caballos más codiciados y por lo tanto, caros.
-Disculpe jefe, no le dije nada porque recién entramos y me mordí la lengua y… -Estaba hablando bastante frustrado el hombre, pero fue interrumpido.
-Me importa una mierda, una más y los echare a los dos de acá. –Hablo el escéptico Levi Rivaille Ackerman todavía con su vista fija en la del joven, estaba furioso. –Fuera mocoso.
No tuvo que decir nada más para que Eren y Auruo caminaran deprisa hacia la luz del sol, Eren estaba perturbado, su primer día y se había encontrado con quien Hanji le había advertido ya dos veces, además que su mirada le daba terror y lo ponía nervioso, en ningún momento le había quitado la vista de encima y el tampoco como antes, no era de aquellos que le gustara mirar fijamente a alguien, pero con aquel hombre había sido todo lo opuesto, su mirada, sus ojos grises, todo le había dado fuerzas para mantenerlo con la vista. Suspiro, por suerte no lo había echado.
-Eren, ¿Me escuchas? Tienes que limpiar acá, primero usa una pala y una bolsa para juntar todo esto. Cuando termines ven al primer establo y por nada del mundo vallas al otro, no quiero que me despidan. –Dicho eso el hombre se fue dejando al muchacho solo.
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Le había costado nada más que dos horas limpiar una parte fuera del establo, ya que en ella había heno ya sucio, yuyos malos que había tenido que arrancar y barro suelto que seguro era por los caballos. Miro frente a el, era muy largo y grande el lugar, a lo lejos se podía divisar unos caballos que corrían en trote, más alejados a la izquierda unas vacas pastando y más cerca unas pequeñas ovejas, pero Eren no quería acercarse ni tocar nada nunca más, no iba a permitir que aquel hombre lo tirara nuevamente al piso.
-Señor ya termine lo que me ordeno. ¿Qué más debo hacer? –Pregunto Eren entrando en el segundo establo, tenía su cabello despeinado y sus mejillas rojas por tanto esfuerzo.
-¿Tanto tardaste mocoso? –Pregunto Rivaille que estaba al lado de Auruo, estaban viendo una montura para caballo, Eren trago saliva, si contestaba iba a ser peor, solo espero en silencio. –Ven, lleva con Auruo esta montura al otro establo.
Eren obedeció mientras tomaba una parte de la silla de montar y la cargaba con el otro hombre, no era muy pesada, pero si lo alzaba uno solo podría rayarla o estropearla, pensó Eren mientras iba de espaldas, esperando que su compañero lo dirigiera bien. En todo el trayecto sintió la mirada de su jefe clavada detrás de él.
-Déjenla aquí. –Ordeno Rivaille mientras señalaba un lugar para apoyar. –Con cuidado.
-¡Hola a todos! ¡Oh, una silla nueva! ¿¡De quién es!? ¿¡Eh!? –Hanji había entrado corriendo mientras se dirigía a verla, siempre tenía energía para todo, pero Rivaille le había cerrado el paso. -¡Hey!
-Tks… Cuatro ojos, no te acerques más, puedes contaminarla con tus sucias manos. ¿Para quién va a ser la silla? Es mía. La última la tocaste y la tuve que tirar. Así que sal. –Gruño Levi Rivaille Ackerman fulminándola con la mirada.
-Solo quiero tocarla un poquito… -Dijo triste mientras intentaba evadir a Rivaille, pero este era muy rápido. –Vamos, enanin, déjame.
Eren intento no reírse por aquella escena, luego se lo contaría a los chicos si salía vivo de esta. Vio como Rivaille empezaba nuevamente a gruñir, al parecer no le gustaban estos juegos.
-¿Cuándo fue la ultima vez que te lavaste las manos? –Pregunto ya el hombre frustrado mientras se masajeaba las sienes. -¿Y? ¿Qué haces con los dedos?
-Estaba contando… ¡Hace tres días que no me baño! –Dijo feliz, como si algo así fuera para celebrar, Rivaille se alejo unos pasos como si aquella mujer tuviera la peste, al parecer Hanji había ganado. –Déjame tocar la silla o te tocare a… ¡Ti!
Hanji había alargado sus manos para tocar a Rivaille, pero este la había esquivado elegantemente mientras su mirada escéptica cambiaba apenas a un seño fruncido con una sombra en la mirada, un escalofrío le paso por el cuerpo a Eren.
-Tú ganas maldita desquiciada cuatro ojos, tócala. Auruo luego quémala o haz lo que quieras y encarga otra más. Tu mocoso, ¿Qué haces mirando? Ve a limpiar, pero largo. No quiero verte la cara. –Levi Rivaille ya estaba enojado.
-Tranquilo enanin, no te la agarres con el pobre Erencito. Es muy buen chico, también es muy lindo. ¿No crees? Mira sus ojos, son verde… turquesa. ¡Son hermosos, nunca vi unos ojos tan bellos! ¿Quieres darme un pelo tuyo? Aunque unas gotas de sangre serían mejor… -Hanji había sacado una pequeña bolsita transparente mientras se acercaba a este. –Bueno, por ahora me conformo con tu cabello, dame.
-¿Qué…? Señorita Hanji, yo… -Eren estaba retrocediendo mientras la mujer lo acorralaba más y más, le estaba empezando a dar un poco de miedo, su mirada desesperada y ansiosa, eso era nuevo. -¿Para que quiere un cabello mió?
-Tks… Esto ya me esta cansando. Si quieres disecarlo hazlo, pero en tu laboratorio. Si ensucias algo te pateare el trasero cuatro ojos. –Rivaille se había apoyado en la pared de madera mientras se cruzaba de brazos y miraba su montura perdida, luego al ver que aquel circo seguía salio del lugar sin decir nada.
-Soy científica, me gusta investigar todo, desde los cuerpos humanos hasta los de los animales, tranquilo Erencito, no les hago nada malo. Solo extraigo sangre y veo que pasaría si hiciera unas cosas, pero nada del otro mundo… Bueno, tal vez un poco, pero… ¿Me darías un pelito tuyo? –Pregunto haciendo una cara tierna, sus mejillas apenas sonrojadas y ojos brillosos, Eren no tuvo opción, era su jefa y se arranco un pelo, Hanji lo metió en su bolsita. -¡Si! ¡Gracias!
-Bueno Eren seguirás con tu trabajo, quiero que vallas a darle de comer a los animales. –Auruo tomo unas bolsas grandes que estaban guardadas en una cajonera inmensa mientras se la lanzaba al pecho a Eren. –Los animales están en el medio entre los dos estamos, seguramente ya los habrás visto. Son unas pocas ovejas y cabras.
-S-Si señor. –Dijo Eren apretando el paquete con sus dos manos esperando a que el hombre le dijera algo más.
-Ya esta, es eso nada más, se la tiras donde están los barriles… te darás cuenta, solo no te equivoques con la que tiene agua. Ve. –Y Auruo fue hacia donde estaba la silla de montar mirándola tristemente.
Los animales que estaban afuera en un corral empezaron a moverse inquietos al ver como Eren llevaba la bolsa hacia ellos, al parecer sabían cuando le iban a dar comida. Había ovejas grandes y pequeñas, unos terneros y cabras con unos cuernos que daban algo de miedo.
-Hola pequeñines… acá les traigo su comida. –Eren abrió la bolsa mientras volcaba su contenido donde le habían dicho, los animales se apretujaron para poder comer mientras que unos se peleaban.
Eren al ver como a una oveja pequeña no la dejaban comer porque las más grandes la empujaban entro en el corral con la bolsa todavía con comida y fue hacia ella para darle de comer, pero lo que paso fue otra cosa, no solo la oveja fue, si no que todos los animales estaban allí.
La cabra lo había empujado para empezar a comer de la bolsa mientras que Eren caía al suelo, este si con tierra y se ensuciaba sus pantalones marrones claros. Los animales de corral se habían apretujado en el lugar mientras Eren intentaba alejarlos, pero había sido peor, una cabra al parecer macho lo había enfrentado mostrando sus cuernos y dándole estocadas en la pierna del muchacho.
-¡Ah! ¡Quieto! –Grito Eren cayendo al piso nuevamente y la cabra iba directo hacia su cara, Eren se protegió con sus manos, pero el golpe nunca paso, abrió rápidamente sus ojos, Rivaille estaba tomando a la cabra por los cuernos mientras esta yacía tirada en el suelo quejándose. –Señor…
-Sal de aquí mocoso. –Ordeno este mientras Eren le hacia caso y Rivaille soltaba a la cara enfurecida, pero ni un humano ni animal se animaría a enfrentarse al gran Levi Rivaille Ackerman y esta humillada y temerosa se fue hacia el grupo mientras el hombre sacaba el saco de comida y cerraba la puerta del corral. –Tu.
Eren trago saliva, ahora si que lo echaría a patadas, perdería su trabajo y tendría que enfrentarse a sus amigos tristes y furiosos que le dirían un "te lo dije". La única persona que se pondría contenta sería Mikasa, pero eso no le ayudaba mucho ahora, así nunca podría tener el dinero suficiente para ayudarla aunque ella no quisiera. Vio como su jefe esperaba una explicación, Eren se mordió el labio sintiendo dolor en sus piernas donde la cabra lo había golpeado.
-Yo lo siento señor, yo solo vi a la oveja que no la dejaban comer y… -Eren estaba desesperado, sentía que Rivaille le pegaría porque este caminaba hacia el con pasos lentos y decididos, con una mirada fría y siniestra.
-Cállate maldito mocoso. –Su jefe lo había tomado detrás de la nuca entrelazando suavemente sus dedos en el cabello de Eren y de forma brusca aproximaba su cara a la de este, Eren enrojeció fuertemente dejando sus ojos bien abiertos, sentía la respiración y el aliento de Rivaille, olía a menta. Eren pudo darse cuenta que los ojos de su jefe no eran solo grises, si no de un gris azulado. -Si no fuera por mí esa cabra te hubiera desfigurado la cara. Me importa una mierda si querías ser justo, son animales y tienen sus propias reglas, como nosotros, así que deja de meterte, luego comerá. Si vuelves a hacer una idiotez así te prometo que te echare de aquí y juro que no conseguirás trabajo en ningún otro lado. ¿Entendiste? –Eren intento asentir, pero la presión que tenía Rivaille en su nuca era bastante fuerte, sus ojos estaban totalmente abiertos y húmedos mirando a los ojos del hombre. No sabía si era porque lo estaba retando, levantado la voz o porque estaba muy cerca de este, pero ya no quería verlo, no quería tenerlo tan cerca, ¿Por qué le daba miedo? -¿No dirás nada?
Levi lo soltó alejándose apenas, Eren abrió y cerro su boca, no sabía que decir, luego recordó lo que le había dicho, no podía estar hablando enserio. ¿Ese hombre era tan importante para hacer que no consiguiera nunca más un trabajo? Eren se mordió el labio inferior, de su cuerpo caían pequeñas gotas de sudor, estaba totalmente.
-Yo lo siento mucho señor, no volverá a pasar. Se lo prometo. –Dijo Eren con un rubor en sus mejillas, estaba nervioso e intentaba no llorar, no iba a hacerlo, el era fuerte, miro al piso esperando que su jefe no le dijera nada.
-Tks. Si algo así vuelve a repetirse te arrepentirás de haber nacido. –Y dicho eso un furioso Ackerman se fue caminando del lugar dejando a un Eren totalmente triste y asustado.
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-¡Salud! –Grito Jean alzando su copa, una sonrisa típica de caballo salto en su cara. -¡Por el mejor trabajo del mundo!
-¡Lo mismo digo! –Dijo Armin radiante de felicidad, sus ojos celestes brillaban.
Reiner y Eren se miraban entre ellos cómplices y no tan felices, ya todos sabían que su amigo se había encontrado con Rivaille y no había sido para nada grato. Casi lo había echado, aparte que el hombre se había enfurecido y gritado al pobre Eren.
-Seguramente mañana haré las cosas mejor y no pasara nada, no te preocupes. –Le había dicho a Reiner que ya parecía Mikasa. -¿A ti como te fue? ¿Te encontraste al que corta el césped?
-Si, me explico todo detalladamente, hasta me acompaño para enseñarme a podar bien. Fue fácil. –Dijo su amigo mientras se servia en una vaso la botella de champaña que le había dado de bienvenido Hanji, era simplemente exquisita. –Aunque estamos todos muy cansados por lo que veo…
-Es nuestro primer día, en una semana ya estaremos acostumbrados. –Explico Armin como un científico, este no tomaba alcohol, su vaso estaba lleno de coca cola, Eren tomaba muy poco, pero no podía decirle que no a algo tan caro y delicioso que les había regalado la señorita Hanji. –Chicos, no se pondrán borrachos con esto… ¿No?
-¡Armin, amigo mió! ¡Nunca podríamos ponernos en pedo con tan solo esto! –Dijo Jean mientras se largaba a una larga carcajada. -¿Recuerdas Reiner cuando fuimos a bailar? Nos tomamos la vida… Y el marica de Eren había tomando poquito y ya estaba borracho… flancito.
-¡Cara de caballo! –Eren se había levantado mientras encaraba a su amigo cara a cara.
-Ya, ya chicos… no dije eso para pelear. Bueno, ¿Vamos a dormir? Yo estoy que me muero de sueño… -Hablo Armin tomado a Eren por el hombro mientras lo alejaba de Jean.
-Claro, pero ojo con Jaeger, no valla a ser que termine en la cama de alguno, la ultima vez que dormimos todos juntos me termino abrazando de la nada… -Eren bufo mientras lo fulminaba con la mirada a su amigo, eso había sido todo al revés.
-Si no recuerdas tu fuiste el que me abrazo y yo el que te dio una patada en los… ahí… ¡Para que te alejaras! –Sentencio un Eren ruborizado mientras subía las escaleras y se encerraba en su cuarto, Jean era su amigo, pero a veces era muy pesado.
Tomo su celular Motorola mientras veía que tenía diez llamadas perdidas de Mikasa, Eren se rasco la nuca, el le había explicado en varias oportunidades que seguramente no podría usar mucho su celular en su trabajo, al parecer ella no lo había entendido.
Toco la aplicación de whatsapp y busco el nombre de Mikasa donde ya tenía varios mensajes de ella.
Mikasa – 10:30 – Eren, ¿llegaste bien?
Mikasa – 10:45 – Te llame, pero se ve que estas ocupado…
Mikasa – 11:00 – ¿Acaso ya empezaron a trabajar tan temprano? -.-u
Mikasa – 13:00 – Bueno, espero que puedas llamarme… si no lo haces iré a verte.
Mikasa – 17:50 – Ya regrese del colegio, me fue bien. ¿Cómo estas?
Mikasa – 19:24 – Eren… estoy preocupada, si no me llamas para la noche iré si o si. Esperare hasta las diez. ¬¬
Eren ahogo un gritito al ver que faltaban cinco minutos para las diez, rápidamente empezó a escribir en su celular tecleando como nunca antes lo había echo. No podía dejar que sus jefes se enteraran que no era mayor de edad, tampoco podían enterarse que el había mentido, que se había ido del colegio y que tenía documentos falsos hechos por Jean.
-Mikasa, ESTOY BIEN.
-¡No vengas! ¡No vengas o lo estropearas todo! ¡Si se llegan a enterar que soy menor de edad nunca te lo perdonare!
Dejo el celular en su cama mientras se recostaba en ella tapando con su brazo sus ojos de la lámpara que había allí, era muy fuerte esa luz y una música empezó a sonar en su celular con una seguida voz que cantaba a todo pulmón.
¡Amigos míos ha llegado al fin la primer victoria que toda nuestra gente, este feliz y que vuelva a luchar!
Eren sabía que era su ringtone para cuando lo estaba llamando alguien, tomo su celular aun acostado y vio que en este había una foto de Mikasa y con la opción de deslizar el dedo para contestar o cortar. Opto por atenderla.
-Mikasa… -Susurro Eren suavemente.
-¡Eren! ¿Cómo te fue? –Pregunto su hermana con una voz entre preocupada y contenta.
-Pues… -Se mordió el labio. –Bien.
No iba a decirle que había sido uno de sus peores días, ni que casi lo habían echado, no podía… ella iría directamente a buscarlo no importándole arruinar su trabajo, si Rivaille se enterara que el había mentido con su edad y que no estaba yendo a la escuela lo echaría y su promesa de no conseguir ningún trabajo quedaría en pie para toda su vida.
-¿Seguro? Te noto tenso. Si quieres volver a casa hazlo, no tienes que preocuparte por el dinero, buscaremos otra forma de solucionarlo. Yo puedo trabajar de medio tiempo, hasta podrías pedirle a Christa algún trabajo… –Su hermana estaba aforrándose todo lo que podía, tenía unas grandes esperanzas que Eren le hiciera caso, pero el no iba a ceder.
-Estoy bien, solamente cansado. Con todo lo del viaje y demás ahora estoy que me muero de sueño. Mañana te llamare, me iré a dormir. Y cuídate, no quiero enterarme que has venido acá porque…
-Bien, pero si me entero que algo te sucedió iré y te llevare a casa nuevamente. Descansa Eren… -Susurro las ultimas dos palabras dulcemente y colgó.
Bueno acá termina el primer capitulo, espero que les haya gustado.
Voy a intentar con TODA mi alma subir un capitulo cada dos días, como mucho cuatro días. (Se lo horrible que es leer un fic, que te guste y que nunca lo actualicen) T_T
¡Bueno, que tengan una hermosa semana!
Reviews (? si no, no escribo (? jaja naaa mentira D= (Fue Hanji quien escribio eso) (? jaja besos 3
¡Proximo capitulo en 2 días!
(Capitulo re subido) Será que se dice así (? xD (Arriba de todo explique) e.e no me hagan ponerlo dos veces (? :P
