Ser padre
— ¿Qué se supone que debo hacer? —Se pregunto mientras miraba al niño que tenía en frente.
Lloraba, lloraba y lloraba, era desesperante, podía manejar misiones Rango S, podía manejar todo lo que le trajera una misión ANBU ¡Diablos! Incluso había sobrevivido al año y medio de misión que le había asignado el Hokage, él no estaba hecho para situaciones como estas situaciones, pero supuso que tendría que tendría que acostumbrarse, después de todo era su hijo.
— ¿Qué pa…? —La mujer dejó de lado su pregunta al ver que el Uchiha sostenía al pequeño de cabeza — ¡Oh, por Dios, Sasuke! —corrió hacia ellos y le quitó al infante de entre las manos, Sasuke la miró con el seño fruncido ¿Cómo fue que llegó a tener sexo con ella?
— ¿No puedes tener más cuidado? Se supone que tú eres la madre
—Habló el que tenia al niño de cabeza ¡Se supone que eres un genio! Pero sin embargo pareces que no sabes diferenciar la cabeza de los pies
—Estábamos jugando, pero empezó a llorar
—Lo tenias de cabeza idiota
— ¡Controla tu boca mujer, estas en mi casa!
—No, tu estas en MI casa —le dijo en tono burlón, el Uchiha miró alrededor y era cierto, no se encontraba en su casa si no en la de ella, recordó que Naruto le había convencido de ir, le dio todo un sermón sobre que tenía que tomar la responsabilidad que le correspondía como padre y blah blah blah
Blanco y negro se encontraron.
—Es cierto, mi gusto decorativo no es tan horrible como el tuyo —se sintió orgulloso al ver que su intento de molestarla había tenido resultado y que ella le daba la espalda.
—Puedes irte, nadie te obliga a quedarte
El Uchiha sonrió aún más, le gustaba ese tono de enfado que estaba utilizando.
—Hyuga —ella no respondió ni nada, él sabía porque —Hinata —la llamó de nuevo, esta vez recibiendo una pequeña mirada de ella.
— ¿Qué? —Preguntó en un murmullo.
—Múdate conmigo —y esa propuesta lo tomó a él mismo por desapercibido, no era lo tenía planeado decir.
Ella por su parte sonrió, sin que él la viera, claro.
—Lo pensaré
Y él se acercó a ella, tomándola por la cintura y besándola en el proceso.
Eso mismo hizo cuando llegó esa mañana a su casa.
No es que fuera culpa de él, extrañaba sus labios, después de todo estuvo casi dos años sin ellos.
Pero un olor desagradable rompió el momento.
—Creo que se ensució —Dijo ella, pero antes de terminar la oración él ya había desaparecido —Te odio Uchiha —Pero no era cierto.
Definitivamente él no estaba listo para ser padre, pero eso no significaba que no se comportaría como uno.
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Regalo para Srta. Medusa, espero que te guste.
