El primer encuentro

Una mañana en chima, el castillo de la tribu león se encargaba de darles a las otras tribus su chi, el príncipe Lagravis veía como cada una de ellas recibía su propio chi para usarlo con sabiduría para bien de sus tribus, al ver a su amigo Crominus para recoger su chi Lagravis le sonrió y lo saludo por su parte Crominus hacia lo mismo ya que eran muy buenos amigos, sobre todo con Lavertus (hermano de Lagravis) quien sabía que pronto su hermano ocuparía el lugar de su padre, esa tarde en el mercado los tres amigos empezaron a platicar:

Crominus.- y dime Lagravis ¿Cuándo va ser tu coronación?

Lagravis.- dentro de dos semanas, desde que murió mi padre en ese terrible accidente tengo que hacerme cargo de mis propios deberes como futuro rey de la tribu león.

Lavertus.- si eso ya lo sabemos hermano, pero saben será muy difícil para Crunket y para mí no tenerlos con nosotros ya que van a estar muy ocupados.

Crominus.- oye pero aun así vamos a seguir siendo amigos, ya verás que voy a tratar de convivir con ustedes para que no se sientan aburridos.

Lavertus.- no digas cosas que a lo mejor no puedes cumplir mi amigo.

Lagravis.- mi hermano tiene razón Crominus.

Crominus.- bueno al menos lo intente.

En el momento en que Lagravis iba a hablar no se dio cuenta que se topó con una leona de su tribu, haciendo que esta cayera al suelo sobre un charco de lodo, Lagravis se sintió mal no la había visto y trato de disculparse, sin embargo, la leona no le hizo caso estaba tan avergonzada que corrió llorando, Lagravis les dijo a sus amigos que los veía luego y siguió a la leona tenía que disculparse con ella, cuando la encontró se acercó a ella, y puso su mano en su hombro, haciendo que ella volteara y se asustara, Lagravis empezó hablar tranquilamente para que se calmara:

Lagravis.- tranquila no voy a hacerte daño, solo vine para disculparme, perdona no te había visto, no quise tirarte en el lodo.

Leona.- no tienes que disculparte de hecho yo tengo la culpa, estaba algo distraída y me avergoncé de mi misma.

Lagravis.- tranquila tú no tienes la culpa, nadie la tiene (Lagravis toca su rostro y se queda viendo sus hermosos ojos dorados) ohh, tienes unos hermosos ojos.

Leona.- (sonrojándose) ahh, gracias su majestad.

Lagravis.- por favor llámame Lagravis, dime ¿Cuál es tu nombre?

Leona.- me llamo Leona.

Lagravis.- bueno Leona me permites levantarte de esa roca (ofreciéndole su mano para levantarla).

Leona.- (dándole su mano y parándose) gracias, Lagravis.

En el momento en que se levantó Lagravis noto que su piel era de color canela y su vestimento era un vestido color azul fuerte y llevaba un cinturón de oro en su cintura, pero aún se fijaba en sus ojos dorados los cuales lo hipnotizaban, con tan solo mirar esos ojos inocentes entendía que no quería separarse de ella, sobre todo le encanto su hermosa voz la cual hacia que él tuviera una armonía dentro de él, para Leona tener a Lagravis cerca de ella le daba más seguridad con ella misma y tampoco quería separarse de él, sus pensamientos fueron interrumpidos cuando escucharon la voz de Lavertus llamando a Lagravis, en ese momento los dos tuvieron que despedirse sabiendo que se verían de nuevo otro dia.