''Capítulo 1: El pasado atrás, el futuro comienza''
En medio de la increíble batalla sangrienta, se encontraban 2 reinos de todo Albion, sus diferencias eran demasiadas, y el odio nunca termina entre ellos. Los pueblos se odiaban entre sí como si cada uno fuese mejor que el otro, matándose con rabia y desesperación, la sangre rondando por la cruda tierra, y los guerreros defendiendo y protegiendo a su Rey, y peleando para poder regresar sanos y salvos a casa con su familia, cada guerrero tenía algo por qué luchar... Algo que perder...
Los gritos y las armas chocando entre sí como si no hubiera un mañana, las armaduras se escuchaban con cada tintineo que tocaba la espada de su enemigo, atravesándoles su piel ahora inmóvil, sirviéndoles la victoria. Los arqueros de cada bando tiraban sus flechas montados desde sus caballos, y las guerreras no faltaban a la fiesta.
Era la guerra entre el reino de Amagan y Derracotta. El Rey de Amagan, Alvar Testarossa, tenía a una mujer de su eda hijas; su esposa era Precia Testarossa, según el Rey, era una Joya en mujeres, era apaciba y difícil de controlar, como le gustaba al Rey que las mujeres fuesen así. Y entre sus retoños tenían 2 jóvenes hijas, sus hijas Alicia y Fate Testarossa, en aquel tiempo eran muy niñas todavia, se diferenciaban por 2 años, Fate tenía a lo menos 9 años de edad, y Alicia unos 11 en aquel tiempo, sus travesuras nunca paraban en aquellos días, hasta el mismo día que la guerra comenzó.
Había incendios por doquier, cabañas a punto de derrumbarse, bebés que daban a luz en medio de la guerra, todo era un caos. La pequeña Fate corría sin parar, buscando a su hermana perdída entre la multitud, la sangre de ambos reinos la cubrían en sus ropajes, ella corría intranquila por 2 cosas: Por su hermana y por su misma vida, no solo porque la gente no se percataba de su presencia, sino tenía el presentimiento de que alguien la seguía, y no andaba en lo equivocado, alguien la seguía.
Al correr a una calle sin salida, volteó a ver a su seguidor, descubriendo que era del otro bando, su armadura era oscura y su caballo era del mismo color, la capa del caballero tenía el color diferente a su armadura, un rojo sangre la pintaba, y su armadura tenía detalles en dorado, un dorado peculiar... Pero a lo que le llamaba mucho la atención a Fate eran sus ojos llenos de maldad pura, sus ojos eran como el mismisimo vino tinto en una noche...
El caballero la veía con un detenimiento aterrador, y la pequeña aterrorizada con esa mirada profunda... El caballero desenvainó su espada dorada y la alzó frente a la pequeña, queriendo asesinar a la joven. Al momento en que bajó su espada desgarradoramente hacia la pequeña, vió como resultado a alguien más muriendo, era la madre protegiendo a su retoño del mismisimo demonio, Precia no iba a dejar que muriera su propia hija, y no en esta vida. Pero las fuerzas se le acabaron al sentir la espada dorada en su cuerpo, dejó de rodear a la pobre pequeña y murió en el suelo, con una sonrisa acompañandola...
-¡Madre!- Gritaba la pequeña al sentirse débil e inservible en esos segundos, viendo como su madre moría, agarró a su madre en su regazo y comenzó a llorar, viendo lo inútil que era ella.
El caballero de la armadura oscura vió la oportunidad y alzo su fuerte espada hacia ella, y lo único que vió Fate fue oscuridad...
-¡Ah!- Gritó Fate alarmada.
-¿Pasa algo mi señora?- Decía su mayordomo enfrente de ella.
-No Michaels... no paso nada...
-¿Acaso fue una pesadilla mi señora?- Cuestionó su dudoso mayordomo.
-Al parecer si...-
Ya habían pasado 10 años desde aquel incidente, y no fue una pesadilla, sino parte de los recuerdos de Fate, siempre tenía el mismo sueño con el caballero oscuro, siempre, y nunca pudo contarle a nadie sobre ese sueño, mas que a su hermana... En aquel entonces Fate ya tenía 19 años de edad cumplidos ese día, porque hoy era su cumpleaños... y noveno aniversario de aquella desgracia...
Las 2 jóvenes eran las princesas de ojos Borgoñas, Alicia Testarossa y Fate Testarossa, populares en todo Albión no solo por su extraño color de ojos, sino por las diferentes actitudes que tomaron, aun siendo gemelas, se puede diferenciar quien es quien, y también por las distintas vestimentas que tienen. Al pasar la muerte de su madre Precia Testarossa, su padre no pudo aguantar la desgracia, culpando a todos sus guerreros sobre su muerte, pero Fate fue la que más se sintió culpable. Tres años después de aquella desgracia, su mayordomo y consejero Sebastian Michael no dudo en aconsejarle a vuestro Rey Alvar en casarse con Lindy Harlaown, una de las mujeres que también perdió a su hombre en batalla y quedó viúda junto con su hijo, que era de la misma edad que Alicia. Conociendose un poco mejor, Alvar no dudo en casarse con aquella mujer.
Por otra parte, las princesas tomaron diferentes caminos. La mayor, tomó su lugar de princesa, como una de las próximas herederas del trono que debe tomar su deber. Era lo que una princesa debía ser, joven, educada, culta, perfecta para un hombre digno de ella. Mientras que la otra, la menor, tomó el lugar de una Caballero, como su hermano era su ejemplo a seguir, tomó ese camino. Practicando sin descansar desde que era muy pequeña, con cualquier arma que le diesen a la mano la manejaba perfectamente, desde pequeños puñales hasta alabardas pesadas. Era perfecta para los ataques a distancia y era buena en combate mano a mano, no había imperfección alguna con esta joven.
Y no cabe duda que también está su hermano Chrono Harlaown, siendo el varón de la familia, no dudó en alistarse al ejército de su padre. El era perfecto en todo, casi como su entrenador Lancelot, que también entrenaba a Fate, a ambos los entrenó durante su infancia y adolescencia.
-¿Donde esta Fate, Padre?- Preguntó el joven Chrono, vistiendo para la ocasión, ya que la celebración ''secreta'' de su hermana se preparaba incontrolablemente y necesitaban a alguien que organizara todo, su padre y el se encontraban ya listos en el salón principal del castillo, mientras que él y su padre bajaban las escaleras, sus mayordomos corrían por todos lados, al igual que los cocineros y las mucamas, incontrolables. Chrono no pudo evitar reirse de la escena.
-Está camino hacia Derracotta.- Decía su padre con un traje de gala. En ese momento su hijo dejó de reír.
-¡Padre! ¿Sabes que le podría pasar si descubren que es de Amagan?-
-Tranquilo Chrono, ella va con Michaels, él se encargara de cuidarla durante el transcurso del viaje.-
-¡Pero Padre! ¡Si se mete en un lío se perderá la diversión! Además, hay muchos guardias allá, no la dejarán pasar y harán un alboroto.-
-No hay de que preocuparse Chrono, ella sabrá que hacer en esos momentos de locura.-
-¡Cuidado cocinera!- Pero ya fue demasiado tarde, la cocinera que corría de un lado a otro resbaló incontrolablemente sobre el pisó que había sido limpiado, y se le había caido la sopa a uno de sus guardias, y eso hizo que el guardia se cayera también junto con otros de sus guardías, como un domino de guardias.
En ese instante Chrono y su padrastro Alvar no evitaron reirse a carcajadas de sus subordinados -¡Tranquilos gente, aún hay tiempo para la preparación, pero les encargo la fiesta, se los dejo en sus manos, y Chrono los ayudará a organizarlos!- Sentenció Alvar contento de que sus subordinados estuviesen preocupados por la celebración. -Bien hijo, te los encargo de que no se rompan un brazo jaja... Yo iré a ver a Alicia y a tu madre.-
-De acuerdo Padre.- Y se fue Alvar con su hija, recordando en la caminata hacia el cuarto de su hija cómo Chrono no lo quería, cómo Chrono le echaba ojos de odio y desesperación al conocerlo, pero Alvar quiso ganarse su confianza socializando con el, viendo por el y cuidandolo de todo mal, y a fin de cuentas Chrono resultó aceptandolo como un verdadero padre.
-O-
Camino hacia Derracota, andaba una Fate aburrida y medio despierta, en el transporte real, y no era un carruaje con ruedas común y corriente, como adentro para afuera estaba repleto de decoraciones muy llamativas. Con los colores principales de su bandera. La bandera era Azul rey, con un dragón posando y de color dorado. Adentro del transporte era del mismo color que afuera, azul, dorado y unos detalles de blanco. Había 2 sillones especiales y muy cómodos, y en medio de ellos, una mesa con un mapa sobre los territorios de Derracota. El transporte estaba rodeado de guerreros mandados por su padre. Fate no podía hacer nada más que discutir sobre el plan con Sebastian Michaels, uno de sus mayordomos más fieles.
-¿Cuando llegaremos Sebastian?- Decía la heredera joven, posando su codo en la mesa y su muñeca recargada en su cara, dándole un toque de desesperación.
-Cuando sea el momento indicado, mi señora.-
-¡¿Y solo me perdí mi ''Día libre'' por esta misión?!-
-No pierda la cordura, mi señora, hay que ser pacientes.-
-¡Como no voy a perder mi cordura si Chrono tiene el día libre y yo no!-
-Habrá otras oportunidades de descanzar mi señora, recuerde, la paciencia es una virtud.-
Fate no dijo palabra. Volteó la mirada y se quedó viendo la carta de su padre en la mesa, su padre le había dado una misión importante, para poder formar la paz entre su propio reino y el de Derracotta, Alvar le entregó esa carta para que se lo diese al Rey de Derracotta.
-Sebastian, ¿Crees que...- Subió la mirada hacia su joven mayordomo.- Con esto... se acabe la guerra?-
-Creí que a usted no le importaba la guerra entre Derracotta y vuestro Reino.-
-No realmente. Es decir… me gustaría pelear por nuestro reino, pero Derracotta siempre fue duro con nosotros. Creen que somos unos avariciosos con eso del poder y el dinero.-
-En eso tiene razón mi señora, pero nosotros nos quejamos de ellos por lo mismo, almenos yo no pienso así.-
-Entonces... Debemos entregar este mensaje de mi padre- agarró con seguridad la carta -Y regresar bien ¿Que te parece?-
-Todo en lo que usted esté de acuerdo, la apoyaré.-
-Gracias Michaels…- La joven no volvió a ver a su mayordomo a la cara, tenía algo en la mente que no la dejaba pensar con claridad. Volteó hacia la ventana cerca de ella, renaciendo un recuerdo encerrado en ella desde hace muchos años…
-Flashback-
El cuarto del Rey Alvar estaba vacío siempre que iba de viaje hacia alguna misión, pero esta vez Alvar no tomo alguna misión, y no había nadie ahí. Fate comenzó a abrir poco a poco la puerta del inmenso cuarto, siendo curiosa, silenciosa y traviesa hacía lo nuevo, caminó en cunclillas hasta tropezar con una espada, era la de su padre. La agarró con cuidado y empezó a acariciarla suavemente, dejando su rostro asombrado, la espada era sumamente inigualable. Sonrió con calidez y alzó la espada.
Y en el momento inoportuno, su padre entró al cuarto, viendo a su hija alzar su espada. La pequeña volteó al oír los pasos de su padre.
-¡Mira padre! ¡Puedo alzar tu espada!-
-Cuidado hija mía, es demasiado pesada.-
La joven asintió con muchos ánimos. Agarró la espada con seguridad y comenzó a practicar con ella, pero el peso de la espada ganó y cayó rendida.
-¡Ouch!- Aclamó la joven.
-Te lo advertí hija mía. Deja te enseño.-
Y desde ese momento, su padre supo que ella sería buena guerrera, aprendía muy rápido. Le enseñó las tácticas más sencillas de combate, tiempo después le pidió a Lancelot que también entrenase a su hija. A los 15 años su padre forjó y le regaló una espada muy hermosa, una joya dorada en el pomo de la espada, y su hoja estaba inscrita con una frase: 'Pelear por la justicia, pelear hasta vencer, pelear hasta morir.' La joven todavía recordaba la sorpresa que le dio su padre, y recordó su propia sonrisa.
-Fin del Flashback-
-Padre…- Pensó la joven guerrera. Rezaba que su padre estuviese calmado y no armando un escandalo con otro Reino, que lo viese sin heridas, rezaba para que lo viese vivo por cualquier cosa, rezaba por ella misma de que pudiese alcanzarlo a ver hasta su llegada. Rezó muchas veces hasta que una voz la despertó de su trance.
-Mi señora, llegamos a Derracotta.-
-¿Enserio? ¿Tan rápido llegamos?-
-Recuerde señora que duramos 2 lunas en llegar.-
-¿Y cuando pasaron las 2 lunas?- Preguntó la rubia todavía en duda.
-Hahahaha… Vaya mi señora, ha estado muy ausente durante el viaje.-
-Lo siento Sebastian, he tenido muchas cosas en que pensar…-
-Después de arreglar los cargos, ¿No quisiera tomar un descanso?-
-Me sentaría bien un descanso, gracias.-
-¡Alto ahí!- Se oía una voz desde lo lejos. -¡Guardias de Derracotta! ¡Paren su transporte!- Dijo un guardia Real en la entrada del Reino de Derracotta.
-Deja yo me encargo Fate.- Le dijo su mayordomo, dejó a Fate dentro del transporte y salió del mismo.
Fate esperó minutos sentada, no llegaba Michaels, y antes de levantarse, entró Michaels feliz.
-¿Y esa sonrisa Michaels?- Preguntó la princesa.
-¡Oh! Lo que pasa es que los guardías me dieron una gran impresión sobre su caballerismo, mi señora.- Pero lo que no sabía Fate era que Michaels trató de hablar con claridad con los guardías, y al ser su intento un desperdicio, agarró al primero que vió y causó un arguende ente ellos, dejandolo a el como el ganador de la pelea. -Próxima parada, al castillo de Derracotta.-
-¡Si!- Asintió la joven con una cara emocionada, queriendo ver el Derracotta que le esperaba.
Nota del Autor:
Bueno, aquí empezando este nuevo fic inventado por mi jaja, espero que su progreso vaya bien con el paso del tiempo, y gracias a todos por darme la oportunidad de seguir con otro fic, ya que Anataga Goshujin-Sama pronto dará su fin, y quisiera que terminara bien mi primer fic, asi que espero que lo terminen conmigo n.n/ y Gracias Azuma Hatsuki por haberme dado el suficiente apoyo (que hasta me ahogaste de ideas XD) y la consideración, gracias de verdad n.n este fic es dedicado a ti :D y a toda la gente que me ha estado leyendo durante este 2012 n.n/ vayamos por mas! Hasta el fin del mundo! :D
