Hola a todos y todas! Esta historia rondaba en mi cabeza hace bastante tiempo y ahora encontré la inspiración para irla completando. Espero que les guste y espero sus reviews!

Los personajes de Clamp no me pertenecen, la historia y los personajes nuevos son obra de mi loca imaginación.

Presentación de un sueño.

Capítulo I: Nada es lo que parece.

Sakura

Aquella noche me encontraba tan cansada que sólo quería recostarme en la almohada y dormir profundamente, había reemplazado a Rika en la cafetería, ella se encontraba enferma y me pidió que la sustituyera sólo por ese día. Nunca había pensado en lo duro que era trabajar para alimentar a alguien, Rika era una de mis amigas del Instituto y tenia una hermosa niña de alrededor de 3 años, Ayako.

Rika había tenido un amor fugaz con un profesor de nuestro salón y había quedado embarazada a los 14 años, nunca más volvimos a ver al profesor y Rika tuvo que encargarse de su hija y pelear por ella misma, el profesor Terada había dejado una huella importante en su corazón y autoestima.

Reflexionando me percaté de la hora que era… ¡Por Dios la 1:00 AM! y yo tenía clases al día siguiente, debía levantarme a las 7:00 AM y pensando en tonterías, sentí como Kero, mi gato, se acurrucó al lado y me dispuse a dormir, la luna estaba hermosa, se reflejaba en casi toda mi habitación y así me quedé profundamente dormida.

No sabía exactamente si estaba soñando pero, todo era tan real…Yo estaba parada con una música de fondo cuando papá tomó mi brazo y sonrío dulcemente, estaba entrando a una iglesia, si, una iglesia ya que las ventanas que habían solo podían ser de ese tipo de edificio, las personas me miraban de una forma muy extraña como si yo fuese… ¡no podía ser!… ¡yo era una novia! en mi caminar pude divisar a Tomoyo a Eriol e incluso a mi hermano con cara de pocos amigos, pero tragué en seco cuando vi a la persona que estaba parada en el altar, de verdad no tenía ni la más mínima idea de quién era, jamás lo había visto, no era Yukito y eso me angustió mucho, ya que era como si de verdad estuviese viviendo el sueño con plena conciencia, era un hombre muy guapo, alto y por Dios cuando sonrío parecía que iban a bajar ángeles del cielo a tocar las trompetas de la ceremonia, me tomó la mano y besó mi frente, ese beso fue tan cálido que mi cuerpo tembló suavemente, pronuncié su nombre, de pronto un extraño ruido comenzó a escucharse era como… mmm... ¿un celular tal vez? ¡Pero quien podía tener prendido un celular en una boda por favor! No, no era un teléfono, ¡era más bien un despertador! Era MI despertador ¡que molesto! ¡Apáguenlo!

Quiero seguir mirando a este extraño de ojos ámbar mas tiempo, pero no, cuando abrí los ojos estaba de cabeza en el suelo y el despertador seguía sonando como endemoniado, me dolía la cabeza por el golpe así que me sobé suavemente, seguro tendría el tremendo chichón al día siguiente, me dispuse a levantar dándome una ducha antes de ir al Instituto, cuando sentí el agua caliente caer por mi cuerpo fue lo mejor que pudo pasarme y empecé a pensar en el sueño de aquella mañana, ¿por qué estaba casándome con alguien a quien no conocía? o peor ¿por qué Yukito no estaba por ninguna parte?, ¿será que jamás me casaré con él?

Bah tonta ¡era solo un sueño! ya basta de estupideces, obvio que te casarás con Yukito y serás feliz toda la vida, aunque igual me causaba demasiada curiosidad saber quién era ese forastero que se coló en mi sueño para sacarme un suspiro, ¡que apuesto era! Y de la forma en que me miraba… ¿en qué demonios estaba pensando?, ya se me hacía tarde así que me sequé con la toalla para luego vestir la camisa del Instituto y la falda que mas o menos llegaba unos cuatro dedos sobre la rodilla, si ya sé no era yo una top model ni mucho menos, al contrario era a veces hasta desaliñada pero esta mañana algo me llevó a peinar cuidadosamente mi cabello y amarrarlo con una coleta alta para dejar unos cuantos mechones en el rostro y enroscarlos, me puse la corbata roja del Instituto Seijo y la insignia de este, luego subí las calcetas y tomé mis tenis, hoy tendría deportes (mi asignatura favorita) y no pensaba andar con otro par de zapatos, tomé mi bolso y eché un poco de brillo en mis labios, algo muy suave, casi imperceptible, cuando me di cuenta de la hora bajé corriendo, una vez más se me hacía tarde, así que le di un ligero beso en la mejilla a papá y me despedí del pesado de Toya quien gritaba: ¡apresúrate monstruo! ¡Oh, si será idiota!

Me puse los patines para así llegar antes al Instituto, se suponía que Yukito estaría esperando en la esquina del parque, y considerando la hora y lo puntual que él era decidí adelantarme, seguro lo vería en el Instituto, estábamos en distintos salones pero eso no afectó para que nos conociéramos y enamoráramos porque eso sí, yo estaba profundamente enamorada de Yukito Tsukishiro el chico mas apuesto del Instituto, claro junto con Eriol, pero él era cuento aparte, él estaba enamorado de mi mejor amiga Tomoyo, la chica más dulce del mundo, decidí apurar el paso sino una vez más la detestable profesora de matemáticas iba a regañarme y castigar por llegar pasada a su clase tan interesante ¡Claro!

Ni siquiera sé ¿quién inventó esta estupidez de la matemática?, pareciera que me odia, no puedo siquiera saber de dónde sale un maldito número, recordé que había prometido no maldecir así que preferí obviarlo.

Cuando llegué al Instituto y me cambié los patines por los tenis Tomoyo me asustó y casi se me sale el corazón, ella sabía perfectamente que odiaba eso, odiaba todo lo que tenía que ver con susto, terror y sobretodo fantasmas, desde pequeña ese había sido mi trauma escolar, y claro a Tomoyo le encantaba hacer eso.

-¿Cómo está mi dulce amiga Sakura, cómo has amanecido esta mañana?

- Bueno depende de que punto de vista lo mires amiga, porque me caí de la cama y tu me has pegado un buen susto, pero dentro de todo bien.

La risita tierna de Tomoyo resonó en el pasillo…

-Y ¿por qué se ha caído de la cama esta vez la pequeña Sakura?

-Mmm... Tuve un sueño muy extraño ¿sabes?

-¿Y de qué se trataba?

En ese momento el timbre nos distrajo de nuestra "pequeña" conversación y tuvimos que apresurarnos al salón, así que cerré mi casillero y caminamos conversando otras cosas sin importancia, me extrañó no haber visto a mi novio ese día pero pensé que podría estar ocupado así que le mandaría un mensaje de texto más tarde.

Al entrar al salón comprobé lo que sospechaba, la profesora ya había entrado y solo se limitó a darnos una mirada de odio por lo que nos sentamos en silencio.

Tomoyo tenía su puesto junto al mío, detrás de ella Eriol y detrás de mí… mmm... nadie, de pronto sentí un papelito chocar directamente con mi cabeza, miré de donde provenía y era de Tomoyo ya la clase llevaba alrededor de 20 minutos.

Cuando lo abrí pude leer: ¡Dime qué soñaste por favor!

Cuando volví mi vista a ella tenía esa sonrisita burlona que ya sabía a lo que iba, así que escribí: tuve un sueño muy extraño, soñé que me estaba casando, y que estabas tú, Eriol y demás personas importantes, pero lo mas extraño era que Yukito no aparecía en el altar sino que un chico que ni siquiera conozco, aún es extraño pensar en el sueño.

Y le devolví el trozo de papel arrojándolo encima de su mesa.

Al rato volví a recibir la respuesta de Tomoyo que decía: ¿QUEEEEEEEEEEEEE? ¿Dime cómo se llamaba, cómo era, tal vez era una premonición, tal vez vas a casarte con otra persona, tal vez tendrás muchos hijos puedo ser la madrina de alguno?, de pronto sentí una gota en mi cabeza, Tomoyo era muy entusiasta o… ¿no lo notaron? Sólo atine a sonreírle y escribí: en el sueño dije su nombre pero ¡no recuerdo cuál es!

Tomoyo recibió el papel y sonrío, puso: ¡pues trata de recordarlo!

Para lanzármelo luego.

Traté de recordarlo pero por más que lo intentaba no podía, podría jurar que saldría humo de mi cabeza cuando la profesora se levantó para abrir la puerta al director yo estaba pegada en mi mundo de ensueño tratando de describir una a una las escenas de la noche anterior para poder recordar claramente el nombre del desconocido, cuando…

El director ya había dicho cual era el motivo por el cual estaba en el salón, claro el motivo era un nuevo alumno que llegaba al Instituto Seijo, era un alumno de intercambio, él venía de China y se quedaría este año, que era el último antes de ir a la Universidad, para terminar sus estudios en este país, pero como siempre yo no puse un mínimo de atención.

De pronto, como un haz de luz recibí en mi cabeza el nombre del desconocido de mi sueño, el que sería mi esposo, el que me miraba con esos ojos, el que me besó la frente y me paré rápidamente y grité con todas mis fuerzas su nombre… era una ganadora, había podido recordarlo ¡Sí!

El único problema fue que grité tan fuerte que todo el salón me miraba con cara de que estaba completamente loca, algunos de mis compañeros reían suavemente y la profesora tenía una cara de enojo que si hubiese podido me parte en dos en ese mismo instante, cuando caí en el escándalo que estaba haciendo, mi rostro se puso como un tomate y mi corazón latía a mil por hora, había echo el ridículo mas grande de toda la historia, pero lo que mas me desconcertó fue cuando la profesora dijo cruzándose de brazos.

- ¡Vaya señorita Kinomoto no sabía que usted y el Señor Li se conocían!

- ¿Có Cómo?

- Eso, que no sabía que usted y el joven Li se conociesen.

Cuando me di cuenta de qué hablaba atiné a mirar a su costado y fue cuando mi corazón se detuvo y solo quería que me tragara la tierra, era ÉL, el chico de mi sueño con su mismo cabello chocolate desordenado y sus ojos grandes, ámbares que me miraban extrañados y una ceja alzada, cruzado de brazos.

- ¿Me creerá que yo tampoco lo sabía profesora?

- ¿Cómo? ¿Entonces cómo es que la señorita Kinomoto sabe su nombre?

-Pues me encantaría saberlo.

Terminé de caer en la silla ya que el me miró con una sonrisa burlona, ¡Dios! tenía que salir de ahí.

- Sakura ¿te encuentras bien? Estás pálida.

Con la cabeza gacha le pregunté a la profesora si me dejaría ir al baño por un poco de agua a lo que ella contestó que si lentamente con la cabeza, miraba a mis compañeros y todos estaban mirándome y susurrando que era lo que me pasaba.

Parecía que la puerta se hubiese corrido de lugar ya que me costó cincuenta mil pasos más llegar, la abrí rápidamente y salí corriendo al baño, no podía ser, ÉL era el chico de mi sueño, era el mismo, aún no me explicaba que estaba pasando así que decidí calmarme, estar así de alterada lo único que conseguiría era matarme de un ataque un día de estos, me mojé la cara con bastante agua y tomé a paso firme camino hacia el salón nuevamente.

Al llegar alcancé a escuchar una conversación nada grata.

- Akiho ¿ya viste lo apuesto que es el chico nuevo?

- Claro que lo vi no estoy ciega, Asuka.

-¿Y qué piensas hacer? Conozco esa sonrisa.

-Él no lo sabe pero va a ser mi novio.

- ¡Lo sabía! Eres terrible…

- Cuando Akiho se propone algo ¿lo cumple o no?

Asuka y Akiho hicieron un gesto con sus dedos meñiques y sonrieron.

¡No puede ser, lo que me faltaba!

Shaoran

Una chica con cara de coqueta miró hacia atrás y al verme sonrío, a lo cual no tomé mucha importancia, no venía a ponerme de novio ni nada por el estilo sólo venía a pasarlo bien, vivir solo y hacer lo que yo quisiese, después de todo estaba obligado en Japón pero eso no significaba que no me divirtiera.

Me encontraba cruzado de brazos en el asiento detrás al de Kinomoto ya que era el único disponible y sólo me preguntaba por qué esa chica sabía de mí, había llegado solo el día anterior, de pronto la puerta se abrió y ahí estaba, la extraña muchacha que había gritado mi nombre antes de que la profesora lo escribiera en el pizarrón, me sentía con la necesidad de preguntarle, así que la miré detenidamente, percatándome de que en ningún momento Kinomoto me dirigió la mirada sólo se limitó a sentarse delante y tenía toda la cara roja, pensé que era muy extraña.

-Psss..., psss... oye

Ella sólo se tensó ante mi voz y pareciera como si los pelos se le hubiesen puesto de punta inmediatamente, mas no contestó nada y seguía mirando hacia adelante como una estatua de mármol.

Yo seguía tratando de que ella me escuchara así que insistí, era muy obstinado no me daría por vencido, era obvio que ella me estaba ignorando y eso no se lo permitía a nadie. Esta vez la llame suavemente psss... Kinomoto.

Kinomoto se sobresaltó y miró lentamente hacia atrás, cuando sus ojos se encontraron con los míos, nos miraros en un tiempo que para mi fue eterno, nuestros ojos no se despegaban, incluso se me había olvidado preguntar lo de mi nombre, ella tenía los ojos mas hermosos que jamás hubiese visto, eran de un color esmeralda intenso y el perfume que desprendió cuando se dio vuelta me dejó levemente hipnotizado, me decidí a abrir la boca luego de un rato y pregunté.

-¿Cómo es que sabías mi nombre?

En ese momento la profesora hizo su idiota aparición:

- Señor Li, señorita Kinomoto ¿algo que compartir con la clase?

Ambos nos sobresaltamos y miramos de reojo a la profesora, Kinomoto en menos de un segundo tomó su libro y lo puso entre su cara y la mesa, mientras que yo me crucé los brazos y seguí la lectura de la profesora.

Al sonar el timbre disponía a ponerme de pie para comer algo cuando un brazo me detuvo.

-Buenos días Li, soy Akiho, la capitana de las porristas y presidenta de curso, sin contar que soy la chica más popular del salón y del Instituto, mucho gusto.

- ¿Ah sí? que bueno y me dispuse a dar media vuelta cuando la tal Akiho se puso delante- ¿Te inscribirás en alguna actividad después de las clases?

-Mmm... Creo que si, me gusta el fútbol, en ese momento un chico de ojos azules, anteojos y pelo oscuro se dirigió a mí.

-Que bien Li necesitamos un capitán, sería muy entretenido que formaras parte del equipo.

Me crucé de brazos y suspiré, quería salir y tomar aire fresco, cuando Kinomoto pasó por mi lado y le habló a una chica de ojos amatistas y pelo negro como el azabache.

-Tomoyo ¿vamos al patio trasero?

-Vaya (dejando atrás a Akiho, casi sin tomarla en cuenta) pensé que eras muda, como cuando te pregunté ni siquiera me contestaste.

Kinomoto me miró casi con terror y se limitó a salir corriendo del salón.

- ¿Y a esta qué le pasa?

-Es que Li, la has dejado sorprendida, soy Tomoyo Daidoji, mucho gusto.

Levanté el entrecejo extrañado, que acaso en este Instituto ¿estaban todos locos? La de ojos amatistas era extraña y sonreía por todo, la loca de patio muda que pronunció mi nombre, había salido corriendo, el de anteojos se metía en conversaciones ajenas y la de pelo claro estaba completamente zafada y no solo de la cabeza, era obvio que ya estaba coqueteándome, pero si no llevaba mas de 30 minutos en el salón, además de todas las otras que me miraban con cara de querer comerme como a un dulce de caramelo.

Sakura

Había salido corriendo velozmente como si quisiese ganar la maratón escolar, ya que apenas escuché la voz del chico nuevo que preguntaba como sabía su nombre me puse tan nerviosa que conté hasta los microsegundos para salir del salón sin que él pudiese siquiera hablarme, escuché todo lo que Akiho había hablado.

No puedo creer que sea tan zorra, ósea él lleva solamente una hora en el Instituto y ya le tira todo, es insólito, no me cae en la cabeza, además todos quieren tener algo con ella, ¿por qué?

¡Definitivamente no entiendo a los hombres!

Había entrado para arreglarme un poco el uniforme, poner maquillaje a mis pálidas mejillas, ya que en cuanto lo vi en el salón parecía que había visto al mismísimo demonio del exorcista.

Me disponía a salir del baño cuando Tomoyo me detuvo.

-Sakura se puede saber ¿por qué saliste del salón como un alma que lleva el diablo?, ¡Mujer me preocupaste demasiado!

Pensé que te había dado un pre infarto o algo así, no entiendo nada, así que ¡señorita… su mejor amiga merece una explicación y espero que sea buena! -dijo señalándome con el dedo de forma acusatoria.

-Está bien Tomoyo pero vamos a un lugar más tranquilo no me siento bien con ese chico dando vueltas por aquí.

Y la tomé del brazo para conducirla a un lado mas tranquilo del Instituto, es obvio todos sabían que ese lugar era el sitio abandonado que hace años sufrió un siniestro y en el que habían perecido tres alumnos, Tomoyo sabia que yo odiaba ese sector así que lo que estaba pasando realmente debía ser grave.

Al llegar me senté en el patio de afuera, ya que era una casona muy grande pero tenía un lugar con césped y hasta una fuente de agua que con los años y el abandono estaba muy descuidada.

- Bueno Sakura supongo que ahora me explicaras bien ¿qué rayos está pasando verdad?

- Si bueno Tomoyo, verás.

En ese momento, cuando me disponía a contar el sueño y porque estaba tan extraña, se escucharon unos ruidos dentro del edificio, y abrí los ojos como platos, y mi cara palideció al instante, Tomoyo me abrazó y trató de calmarme cuando mis ojos se llenaban de miedosas lágrimas.

Si yo soy Sakura Kinomoto y ¡SI, ODIO A LOS FANTASMAS!

Me causan un terror inimaginable, igual que en las noches de inviernos de las pijamadas donde Naoko contaba historias de terror con la linterna puesta en el rostro, sabía que me asustaban.

- Tomoyo… por favor ¡no quiero que se aparezca un fantasma!

Tomoyo escuchó mejor los sonidos y se percató que eso no parecían precisamente fantasmas, claro ella tenía novio y podía llegar a imaginarse lo que era, pero yo tan inocente, era una niña y no pensaba jamás en cosas como esas, debía decirlo.

- Sakura creo que esos no son precisamente ruidos de fantasmas, más bien creo que es una pareja, seguramente se vinieron a esconder acá porque nadie pasea por estos lados, ni siquiera el director, de echo nos costó llegar porque la cerca está un poco alta ¿recuerdas?

-Tienes razón amiga pero ¿quién podría ser?, ya está bien estamos en el descanso pero no creo que en tan poco tiempo se pueda… Mmm… un tono rojo subió a mis mejillas, hacer cosas, tú sabes.

- Si yo también lo creo Sakura pero uno nunca sabe, las parejas de hoy en día son otra cosa.

- ¿Como tú y Eriol?… la miré con tono burlesco y haciéndole jugueteos con el dedo índice.

El color de Tomoyo no era rojo sino que morado, me tomó la mano y caminamos cuidadosamente para no interrumpir a la escandalosa pareja.

- Mejor veamos quién es.

- Tomoyo no me parece buena idea, mejor vámonos.

- ¡Ay Saku no seas tan tímida! veamos quiénes son los polluelos que se divierten tan temprano jijij una risita escapó de sus labios y fue rápidamente tapada por su boca ya que no queríamos ser escuchadas, y por lo que se notaba la pareja seguía en lo suyo, y aumentando en velocidad y sonidos.

La pareja se encontraba a la vuelta de la pared en que yo y Tomoyo estábamos tomadas de la mano y por eso nos acercamos muy despacio y tratando de no hacer ruido alguno.

Shaoran

Necesitaba salir de la duda, esa chica me había dejado muy intrigado, pero pensándolo bien.

¿Por qué me importa? Jamás me ha importado ninguna mujer, y aunque reconocía que esta tenía los ojos mas hermosos que hubiese visto en mi vida eso no significaba nada, menos para mí.

Pero necesitaba salir de la duda, ¿Cómo era que ella conocía mi nombre? Y decidido a averiguarlo salté la cerca y las seguí por donde se habían ido.

Así, a lo mejor, conseguiría una respuesta a mi pregunta, sólo esperaba que la curiosidad no matara al gato, porque en este caso, yo era el gato…

Los sonidos de la pareja aumentaban desde que me había escondido detrás de una pared para observar a Kinomoto y a su amiga.

Pensaba que no eran muy ubicadas, no me gustaría que me estuvieran observando en una situación así, bueno, también ellos tenían la culpa quien los mandaba a ponerse a hacer cosas así a esta hora. ¡Búsquense un motel!

De pronto no se oyó nada.

Me extrañó, por lo que asomé un poco la cabeza para tener mejor visión, la cara de Kinomoto era terrible, de un dolor indescifrable, jamás se la había visto a nadie, y la de la amiga era de sorpresa, con decir que parecía que la boca le llegaba al suelo y los ojos los tenía como platos, pensé por un momento en ¿qué demonios estaba pasando ahí? ya que nadie decía nada… pero de pronto los ojos de Kinomoto comenzaron a llenarse de lágrimas y gritó.

-Yukito

¿Quién diablos era Yukito? Ni idea…