Bella POV

Paris, Francia.

Tick…tick…ring…

En esos momentos mi celular empezó a sonar con esa melodía que yo tanto amaba pero en estos momentos francamente estaba odiando.

Asi que decidí sin darle más vueltas al asunto levantarme de una buena vez y por todas si no quería pasar todo el día durmiendo, y por ende mi agencia tendría que venir a recogerme no sin antes ganarme un muy buen regaño, pero de hecho sería capaz de aguantarme cualquier regaño y a cualquier agente colérico con tal de quedarme así sea otros 5 minutos en mi cama.

Decidí no provocar a mi agencia, yo siempre había sido una modelo ejemplar; nunca llegaba tarde a los castings, fittings, photoshoots y tampoco me comportaba como una diva con una de sus millones extravagancias ni nada por el estilo.

Siempre he sido bastante sencilla en ese aspecto aunque para muchos yo sea demasiado extravagante debido a que nunca me callo, o que vivo saltando de un lado para otro pero podríamos culpar de ello a mi hiperactividad o quizás a mi mejor amiga Marie Alice Brandon pero para efectos prácticos Alice Brando.

Alice a la cual conocía desde que empecé en mis aventuras como modelo, aunque a grandes rasgos podríamos ser bastante diferentes teníamos bastante gustos afines; durante nuestros primeros anos de modelos, nos encantaba levantarnos antes del crepúsculo para poder ver el amanecer Ally, como yo le decía de cariño, decía que era la mejor manera de empezar el día, también en nuestra adolescencia nos gustaba mucho irnos escondidas de nuestros agentes amábamos ir a montmartre y posar para los artistas que se encontraran ahí pintando gratis; la mayor parte de nuestra adolescencia la pasamos en europa especialmente en parís, nos gustaba mucho ir a los teatros a ver películas antiguas francesas esa era una de nuestras mas grandes aficiones pasar las tardes de esos calurosos veranos viendo películas de Buñuel, pues Alice y yo éramos unas fanáticas del cine, cinéfilas a morir. Y actualmente no hay premier o festival de cine al cual no vayamos, aunque claro siempre hay excepciones debido a que como trabajamos tanto a veces no tenemos tiempo de asistir a todas.

Mucha gente piensa que las modelos llevamos una vida de otro mundo, aunque a mí me parece que es un trabajo bastante normal, la única diferencia es que las personas pueden ver mi trabajo. De todos modos yo no me consideraba alguien de otro mundo ni nada por el estilo; soy como cualquier joven de mi edad, bueno a quien engaño no hago todo lo que las demás jovencitas de mi edad están haciendo, no estoy de fiesta en fiesta, de hecho prefiero quedarme en mi casa leyendo un muy buen libro, no estoy saltando de novio en novio ni ando emborrachándome todos los fines de semana, ni mucho menos ando consumiendo drogas.

Pero en mi mundo tú puedes encontrar todo esto en cualquier lado. Drogas, sexo, alcohol. En fin irse a rehabilitación aquí parece tan normal como decir que te vas a tu casa en la playa a pasar el verano.

Aunque realmente no me puedo quejar amo lo que hago, me encanta mi trabajo, los viajes, los desfiles, la posibilidad de conocer a personas realmente fascinantes, tener un poco de contacto con el arte y tampoco lo voy a negar me gustan mucho las fiestas.

Aunque también debido a mí trabajo es que podríamos decir que no llevo una vida bastante pero nada normal; viajo tanto que casi no veo a mi familia ni a mis amigos, no tengo una vida social bastante activa de hecho siempre he pensado que mi vida social es como ese icono que se encuentra en tu ordenador y que muestra que tienes conexión a internet pero por algún motivo (que tú no puedes entender), es limitada o nula y muestra un gran triangulo amarillo.

Bueno así es mi vida social limitada o nula. Yéndose más al extremo de nula cuando a chicos se refiere.

Aunque no me quejo como lo dije anteriormente, siempre he pensado que si la vida te da limones pues haz limonada. Y eso es lo que yo hago con la mía.

Decidí al fin Levantarme de mi cama simplemente por el hecho de que a pesar que llevo casi un mes sin dormir bien; viajando entre aviones, desfiles y fiestas debo ir a trabajar. Además hoy es un día bastante especial es el desfile de chanel y yo abriré y cerrare el desfile, de todos modos alguien con un poco de cordura no se perdería el desfile esto es debido no solamente por la ropa, que se sabe es y va a seguir siendo increíble si no por el hecho de que el desfile en si es impresionante, una gran puesta escénica, y tu nunca sabes que esperar.

Nadie se pierde este desfile, desde actrices, estilistas, directores de moda, directores de cine, cantantes, ex modelos, presentadores, periodistas y también actores. Aunque hay uno en especial que me encantaría que no se lo perdiera, pero de hecho ya ha dicho en varias entrevistas que este es un mundo superficial y que el ya no le quiere agregar más superficialidad a su vida con desfiles de moda.

Salgo fuera de mi cama e ingreso a bañarme, aunque con este frio asqueroso debido a que estamos en medio de este crudo invierno europeo no se me antoja de a mucho, salgo del baño temblando, como cosa rara y me dirijo hacia el closet, no sin antes encender a mi querido Ipod.

Tarareando una de mis canciones favoritas de mis amados coldplay, decido usar unos jeans grises, una blusa blanca y un blazer azul, combinado con una bufanda azul con rayas blancas.

El día estaba oscuro debido a que era invierno y apenas había amanecido, unos tenues rayos de luz se asomaban por los hermosos ventanales del hotel.

Me encontraba esperando el ascensor hacia unos 10 minutos de forma impaciente pero logre sobrevivir a la espera escuchando Green eyes de coldplay, últimamente es la canción más escuchada en mi Ipod, y esto solo es por una razón muy bizarra.

Estaba tan distraída que no me di cuenta cuando el ascensor por fin llego que unas manos, de pianista níveas habían presionado el botón del ascensor y me indicaban que entrara; esas manos las hubiera reconocido aquí y en Bora Bora.

Cuando lo mire a los ojos desee no haberlo hecho nunca; era él, sin lugar a dudas, su piel nívea, sus ojos verdes esmeraldas, tan profundos que sentían que podían taladrarte con una sola mirada, sus labios, su mandíbula cuadrada, su nariz perfecta. Era él y no había cabida a la duda.

En ese momento jure que estaba a punto de hiperventilar pero yo no quería parecer otra más de sus fanáticas, así que decidí recordar mis viejas clases de actuación en la escuela secundaria poner cara de póker y caminar hacia el interior del ascensor.

El lucia increíblemente irresistible, con tan solo unos jeans azules oscuros una camisa gris y una camisa sobrepuesta de cuadros rojos y grises combinado con su inseparable gorro de lana negro.

Creo que estuve demasiado tiempo mirándolo o perdida en mis propios pensamientos porque escuche o creo que escuche definitivamente estoy perdiendo todo rastro de cordura con solo mirarlo; esos son los efectos colaterales de su presencia.

— ¿Se va a subir? —en un francés ininteligible o era que yo y mi lenta y poca efectiva mente fue lo que alcance a entender.

Lo que pude responder fue un simple y acartonado.

—Sí.

Cuando pase delante de él, su irresistible efluvio me llego, deseaba quedarme ahí para siempre a su lado sintiendo su olor todo el tiempo. Pero como todo lo bueno tiene un fin, entramos al ascensor.

No lo quería mirar decidí que yo no me iba a comportar como esas maniáticas adolescentes que lo persiguen a cada instante y le hacen millones de preguntas, le coquetean descaradamente y simplemente le demuestran que el puede tener a todas las chicas a sus pies; pero no yo, definitivamente puede tener a todas las que él quiera pero no a mí.

¿A quien engaño? sin haberlo conocido anteriormente en persona, solo con mirar sus videos una y otra y otra vez mas, por youtube, o googlearlo un millón de veces al día, y lo peor colocar una alerta en mi correo cada vez que actualizaban con una noticia suya ya me tenía a sus pies, ahora ¿que puedo esperar que lo tengo tan cerca de mi?