Mi cabeza latía fuertemente, me sentía mareada y desorientada. Todo lo que podía recordar era la sensación de caída. Y un fuerte golpe.

Mi cuerpo cayo de una gran altura. O eso parecía. Estaba entumida y mis extremidades llenas de barro y suciedad.

Mi visión comenzó a aclararse poco a poco, todo estaba oscuro, solo un par de antorchas en los alrededores iluminaban el lugar. Y yo me encontraba justo en el centro. A mi alrededor había más de veinte hombres encapuchados y con una máscara de calavera en el rostro.

Justo frente a mí se alzaba una figura imponente. Un hombre de piel pálida, calvo y aterrador. El no parecía humano o al menos su rostro. Sus ojos rojos llenos de maldad y su piel serpentina afirmaban mis sospechas.

Quien quiera que fueran estas personas me encontraba en peligro. Eso era un hecho.

"¿Qué tenemos aquí?"- siseo el hombre serpiente –"aparentemente nuestro hechizo funciono a la perfección muchachos"

¿hechizo? ¿Este hombre está hablando en serio?

"Te preguntaras que estás haciendo aquí, mujer"- se dirigió hacia mí.

Asentí, sin encontrar mi voz dentro de mi garganta seca

"te explicare, nosotros nos encontramos en un mundo muy diferente del tuyo. Fuiste convocada aquí con el único propósito de servirme para ganar esta guerra"- explico

"¿guerra?"- susurre

"si, niña. Esta guerra"- sonrio –"no espero que lo comprendas, ni mucho menos las causas tras de ella después de todo, solo eres una muggle"

¿muggle? ¿No eso era de Harry Potter? Dios, por favor, dime que no estoy siendo secuestrada por un grupo de fanáticos obsesivos con esa serie de libros

Fruncí el ceño

"no me digas"- jadié-"ahora me encuentro en gran Bretaña, en medio de una guerra, y todo se centra en intentar matar a un mocoso que logro vencer al mago mas grande de todos los tiempos"

Se escucho un jadeo colectivo. Por alguna razón sentí que mi suerte estaba cada vez mas salada.

"veo que comprendes lo que esta pasando mejor de lo que hubiera pensado"- la sonrisa que estaba en su rostro era tan macabra que no pude evitar estremecerme cuando termino la oración-"pero eso no es lo que intentamos tratar aquí"

"entonces ¿Qué es?"- cuestione

"es el hecho de que se que sabes mas de lo que esta pasando en esta lucha y mucho mas específicamente el como va a terminar"- afirmo

Oh mierda, asi que el loco genocida quiere conocimiento sobre el futuro y por eso me había traido aquí.

"solo se que no se nada"- cite

"no intentes engañarme, niña. Se que sabes quien soy y espero que estes consiente de que te pasara si no revelas la información que quiero"- hablo mientras caminaba enfrente mio

Al estar frente a mi me tiro del cabello. No pude evitar quejarme ante tal acción. Me encontraba débil y no podía luchar contra su agarre, se sentía como si estuviera intentando arrancar mi cuero cabelludo.

Me miro a los ojos. Sus grandes ojos rojos sobre los cafés míos. Espere sentir la agonía descrita en los libros, ese dolor que haría estallar mi cabeza cuando violaran mi mente.

Sin embargo no sentí nada. Solo la fría mirada a través de mi pupila, pero no había dolor.

Su rostro se contrajo en ira.

"aparentemente tienes mas secretos de los que se ven a simple vista"- concluyo el señor oscuro- "pero hay mas de una forma de obtener información de una persona"

Me lanzo al suelo. Sin poder moverme mucho espere algún otro método de tortura.

Apunto su varita hacia mi

"veremos a que mas eres inmune, mujer"- escupió- "crucio"

Cerre mis ojos con pánico. Pero nada sucedía. No estaba gritando en agonía ni mi cuerpo ardiento en dolor.

Eso pareció enfadar más al hombre

"interesante"- susurro – "llévenla a las mazmorras"

Un par de manos me tomaron de los brazos y me arrastraron al interior de la impresionante mansión a lo lejos.

Sentí un fuerte golpe en mi cabeza y todo se volvió negro.

Cuando desperté, horas mas tarde, me encontraba en el suelo. Todo estaba oscuro y apestaba a humedad. Aparentemente me habían arrojado a una espacie de sótano en el interior de la mansión.

Durante mi letargia solo pude razonar todo lo que había visto en las ultimas horas. Todo lo que podía recordar de antes era que mi nombre era Elise Jones y era una doctora. Mas específicamente psiquiatra. Trabajaba en BARTS uno de los hospitales más reconocidos a nivel mundial, realizando estudios sobre trastornos de la conducta.

Estaba en mi consultorio descansando en uno de mis sillones de terapia cuando de repente estaba cayendo al vacío. Y después estaba todo lo del asunto de Harry potter.

Esto definitivamente es estar demente. Me pregunto si al fin el trabajo había agotado con mi paz mental.

Las puertas de las celdas se abrieron dejando ver al que no debe ser nombrado… ¿si era asi? Junto con un hombre de tez palida detrás de él. Su cabello largo y graciento le rozaba los hombros ligeramente. Su nariz aguileña era bastante notria y su eterno ceño fruncido me decía que no quería estar ahí. ¿y quién si?

Su postura estaba rigida, claramente en espera de algo desagradable. Si esta persona era quien creía que era entonces me encontraba frente a uno de los buenos.

"aqui esta severus"- susurro la serpiente gigante

Me sente en el suelo y solo me dedique a mirarlos

Severus snape, desde su posición dirigió su mirada hacia mi.

"no entiendo el objetivo de esto, mi señor"- hablo con una voz barítonia y solo lo suficientemente alta para ser escuchada.

"el objetivo, mi querido severus, es hacerla hablar"- siseo – "pero para eso necesitamos realizar medidas drásticas. Aparentemente la magia no le afecta a ella en ningún nivel. Solo me queda probar magia mas poderosa que la que se ha concebido actualmente"

"sigo sin comprender mi participación en esto señor"- sus ojos ahora se encontraban mirando al loco genocida

Es un poco incomodo que los dos hablaran como si no estuviera aquí. Y dicen que los modales en esta época eran mejores que los actuales.

"un contrato vinculante, severus"- explico el mago oscuro

Snape se puso rigido en cuanto las palabras salieron de los labios de su maestro. He de suponer que es algo bastante repugnante.

Dios mio, sea lo que sea me esta poniendo de nervios

"veo que ocmprendes mi punto"- rio lord valdomero, si le dire valdomero-"que grosero de mi parte, debo explicar este tipo de magia a nuestro invitado"

Se giro a verme

"a juzgar por su rostro no tiene idea de lo que es un contrato de esta índole"- me hablo –" este contrato es especial. Te obligara a responder a mi y solo a mi"

Resople

"¿Cómo puedes estar seguro que lo que digo no es mentira?"- dije altanera

"porque, mujer, el contrato vinculante te tendrá a merced de quien sea tu captor"- sonrio ladinamente- "y quien mejor para realizar esa tarea que no sea mi mejor servidor"

Dicho esto un par de cadenas salidas de la nada sujetaron mis muñecas y me elevaron al techo, con mis pies rozando ligeramente el suelo.

Dolía, todo mi peso estaba apoyado en mis muñecas y me sentía cono un trozo de carne.

"ahora será momento de realizar el ritual"- siseo

Con un movimiento de su varita desapareció mi ropa

Oh, cielo santo. Creo que ya entiendo porque snape parecía asqueado con la idea. Y no podría estar mas de acuerdo con él

"no te preocupes, solo sentirás mucho dolor"- se giro-"haz tu trabajo, severus"

Snape parecía mas pálido de lo que estaba cuando entro a la habitación. Sin embargo se dirigió atrás mio y comenzó a recitar un complicado hechizo, o eso parecía porque su frente estaba fruncida en concentración y las palabras que salían de su boca parecían un cantico antiguo.

De pronto sentí como si cortaran mi piel. Justo a lo largo de mi costilla inferior derecha. Aparentemente él estaba escribiendo algo con ayuda de su varita.

Dolía como el infierno. No pude evitar jadear en desesperación e intentar liberarme.

Una vez que el dolor se había ido, sentí mi cuerpo muchísimo mas cansado de lo que había estado. Mi mente estaba difusa y solo podía escuchar lo que estaba a mi alrededor. Mi vista se había vuelto borrosa y cansada.

Quería dormir

"no, chica, aun no es momento de perder el conocimiento"- rio valdomero

Fue lo último que recuerdo antes de caer en la inconsciencia.

Todo movimiento a mi alrededor era como una sombra negra, mi cuerpo se estaba quemando en agonía. Nada en toda mi carrera me hubiera preparado para tal tipo de sufrimiento.

Un par de manos me recorrían de arriba abajo, sin dejar ningún espacio sin palpar. No eran violentas, pero eran totalmente ajenas a mí. Mi centro jadeaba en dolor, la invasión a mi privacidad era una realidad en ese momento. Sentí un aliento en mi oreja, tibio y húmedo. Alguien jadeaba.

Yo no podía moverme, no podía ver. Solo sentía dolor. Estos hombres no solo intentaban destruir mi fortaleza, estaban empeñados en llenarme de miseria y convertirme en su perra fiel.

A lo lejos solo se escuchaba la risa macabra del mago mas siniestro conocido por la humanidad, en este mundo y el mío.

Mi conciencia se estaba perdiendo cada vez más profundo. La oscuridad me consumía dejándome mareada y profundamente asqueada.

Sabía que me habían violado. Sabía que la única razón para cometer tal cosa era para obtener tan preciada información. Tan solo esperaba que quien sea que haya tenido el placer de jugar con lo último de mi orgullo no fuera alguien con el alma hecha trizas. No podría soportar que algo destinado a un infierno sin fin me tocara de esa manera.

Todo el acto termino después de lo que parecieron haber sido horas. Mis ojos estaban cerrados. No me movía. No respiraba, solo me dedicaba a flotar en los malos recuerdos.

"Bien hecho, severus"- siseo una voz a lo lejos

"gracias, mi señor"- casi gruño una voz sedosa-"supongo que esto significa que debo tomar a la chica conmigo"

Se escucharon más risas

"Exactamente, severus, considéralo tu regalo por tus años de lealtad y disfrútala todo lo que quieras"- se escuchó- "pero no olvides que en cuanto tengas acceso a su mente acudirás a mí con todo y cada uno de los detalles de información que puedas obtener"

"así lo hare mi señor. Y gracias"- concluyo snape

"una cosa más, severus, si el viejo tonto pregunta algo sobre ella. Dile que solo fue un obsequio generoso por parte mía. No le hables absolutamente nada de donde viene y sobre su extraña habilidad de resistir la magia… bueno eso es lo que la hace un regalo perfecto ¿no es así? - explico el mago oscuro

"si, mi señor"- poco a poco los pasos se fueron alejando y una puerta se cerró a lo lejos

Se escucho un suspiro

Abrí mis ojos. Solo lo suficiente para ver un par de gemas negras mirándome directamente, estaban cargadas de dolor y arrepentimiento

"lo siento"- me hablo antes de caer profundamente en los brazos de la oscuridad.

p.v severus

Despues de muchos años al servicio del señor oscuro me había dado cuanta que no podría evitar para siempre cada una de las tareas que me asignaba. Cuando realizo el hechizo que lo había vinculado a una mujer joven y perdida sabia que las cosas se estaban poniendo cada vez mas serias de lo que ya eran.

Fue el trabajo mas duro que había realizado en toda su vida. No el quitarle la vida a una persona, eso era fácil. El convertirse en un completo bastardo en solo unos minutos era una nueva sensación que lo abrumaba.

La pequeña mujer que ahora llevaba en sus brazos camino al cuartel general de la orden del fénix sin mas ropa que su capa para cubrirla y con evidente daño en las muñecas y en los genitales lo tenia perturbado y asqueado.

Sabia que nadie en la orden confiaba en él. Nunca nadie lo hizo, incluso Dumbledore era una incógnita en estos momentos.

Cuando todo mundo sepa lo que había hecho posiblemente lo matarían, o le darían una buena golpiza. Lo cual dejaría que pasara. Se lo merecía y en sus ojos estaba resignado a lo que sea que venga.

"lo siento"- habían sido sus palabras antes de que la mujer cayera inconsciente. Era la segunda vez en su vida que se había disculpado con alguien y aun mas con una mujer

Cuando llego al cuarte general, no había nadie. Solo el sonido de voces procedentes de la cocina. Muy probablemente todos los de la orden esperando por las noticias de la reunión mortifago.

Esto se convertiría en un espectáculo en cuanto hablara, lo odiaba, sin embargo la mujer necesitaba atención medica inmediata y tal vez una poción anticonceptiva.

"Poppy"- grito- "necesito tu ayuda inmediatamente"

Rápidamente los pasos de varias personas llegaron hacia el vestíbulo de la casa. Lideradas por Dumbledore y seguidas de la jefa de enfermería, minerva, el perro faldero de Black, el hombre lobo y asi sucesivamente.

Los ojos azules del director se encontraron con sus ojos negros, él le envio el recuerdo de la reunión y de lo que se había visto obligado a hacer. El director cerro los ojos y suspiro pesadamente.

"poppy, atiende a la chica lo mejor que puedas"- hablo con voz cansada

Poppy asistió y le hizo una seña para que la siguiera. El llevo a la pequeña mujer al segundo piso de la casa mientras el director dirigía a todos los miembros de la orden de vuelta a la cocina de la casa.

"ponla en la cama, severus"- hablo la enfermera-" ¿Qué fue lo que le paso?"

Gimio

"seguramente lo sabras en cuanto le quites la capa"- susurro

La enfermera hizo a un lado la capa en la que la mujer venia envuelta, soltando un jadeo y abriendo mucho los ojos miro al profesor de pociones

"un hechizo vinculante"- susurro horrorizada, se acerco mas a examinar a la mujer-"lo hiciste tu…"

Solo pudeo asentir antes de salir de la habitación

"curala, por favor"- una frase que nunca pensó que le diría jamas a un ser humano

Poppy asistió

Cerrando la puerta se dirigio a donde el resto de la orden estaba. Toda la habitación se encontraba en completo silencio en cuanto entro

"asi que ahora dejas ver el bastardo que en realidad eres, snivillus"- hablo black

Lo ignoro, fijo su vista en el director que no había dicho nada hasta el momento

"por favor, señor black"- hablo el director-"severus hizo lo que tenia que hacer para salvarle la vida a la señorita"

Bufo

"si, esta vida. Pero no sabemos su estado mental después de todo el ritual"- escupio

"si ella esta mal ¿de quien crees que seria la culpa? Snape"- hablo ojo loco

Le lanzo una mirada despectiva antes de sentarse justo al lado del director.

"Esta chica…"-hablo el director-"¿en verdad es inmune a la magia?"

Severus asistió

"para la mayoría de la magia, ella se encontraba inconsciente cuando le lanzaron una variedad de hechizos, desde el mas simple como enervate hasta el crucio. Nadie se atrevió a probar la maldición asesina porque es mas valiosa viva para el señor oscuro. Sin embargo la magia antigua y poderosa parece afectarle en cierta medida, no se si el hechizo de vinculación funcione a largo plazo o incluso si lo haga correctamente"- continuo explicando el maestro de pociones

Todos los presentes se quedaron en silencio ante la explicación

"interesante"- susurro el director-"¿Cómo fue que esta muchacha fue a caer en manos del señor oscuro?"

"fue invocada, un antiguo hechizo fue el que la trajo aquí, todos los mortifagos debimos ayudar. El señor tenebroso cree que ella conoce el destino final de esta guerra. Aparentemente la mujer es de un universo alterno al nuestro, sin embargo, no me explico cómo ella tendría tal conocimiento"- sigo hablando el mago oscuro

Y eso en verdad le inquietaba. La mujer parecía reconocerlo en cuanto entro en la habitación junto con el señor tenebroso. El reconocimiento en su mirada y el brillo de sus ojos le había causado cierta conmoción.

Y sin embargo él nunca la había visto en toda su vida, recordaría una mujer asi. No tan alta, cabello castaño oscuro, ojos chocolate brillantes, piel rosada y suave.

No, definitivamente recordaría una mujer como tal en su vida.

"Ya veo"- susurro el director-"A partir de este momento, ella será tu responsabilidad severus. Si es que ella sabe el resultado de esta guerra es tu deber mantenerlo en secreto. Incluso de nosotros"

Todos miraron soprendidos al director

"Pero albus, ella podría ser la clave de todo en esta guerra"- hablo ojo loco

"tienes razón, pero si usamos ese conocimeinto. No nos haría diferentes del señor tenebroso"- el director se levanto de la silla para despedir la reunión-"cuando la señorita se encuentre totalmente recuperada será enviada a Hogwarts donde se hara pasar por tu esposa, severus"

"pero albus…"- intento protestar

El director negó

"ella será tu responsabilidad y haremos las cosas de manera legal. Tendre todos los documentos legales que la identifiquen como tu esposa, muggle, por supuesto. Entonces el ministerio no se molestara en investigar mas alla de sus antecedentes"

Todo lo que severus snape pudo hacer ante el tono de director fue asistir.

"entiendo"- casi gimio la palabra

"todos los demás pueden continuar con sus actividades"- despidió el director-"severus, sígueme"

Dicho esto todos los miembros de la orden se apresuraron a dejar el cuartel para seguir con sus misiones, a excepción de Sirius black que se encontraba actualmente como un prófugo.

El profesor de pociones siguió al director en una lenta y muy larga caminata al segundo piso, mas específicamente a la habitación en la que se encontraba aquella mujer que se convertiría en la futura señora spnape.

Nunca había estado mas asustado ante algo en todo su vida.