Hola gente bonita :) Espero que estén muy bien, hoy vengo a dejarles este fic muy especial, petición de mi amiga Menma Uzumaki n_n espero que te guste y que lo disfrutes mucho, y lo más importante, que cumpla tus espectativas, y que sea tan rozón y kawaioso como lo pediste n_n
Lamento la tardanza, pero ¡final de cuatri ya empezó! Y me va pésimamente mal en estadística, y el trabajo final es en grupo y si yo no muevo al grupo nadie hace nada. Así que como líder de grupo me tocó delegar y sentarme a trabajar también DX
¡Los personajes de Naruto no me pertenecen! :(
Desde aquel primer beso, él lo supo, ya no quería estar lejos de ella; esa era la mujer que amaba y amaría por el resto de sus días.
No permitiría que Toneri ni ningún otro chico se interpusiera en su camino; finalmente había conseguido alguien que lo hacía realmente feliz.
Su vida había sido una completa tragedia desde su nacimiento, hasta el final de la guerra. Sin embargo, desde hacía un año exactamente había conseguido algo que siempre había querido, pero nunca había pensado que tendría alguna vez, y mucho menos pensó que lo había tenido desde hacia ya tanto tiempo, el amor de una persona.
Después de tanto rechazo, tristeza, soledad, la aparición del Akatsuki, la guerra; después de ver a varios de sus colegas ninja muriendo frente a sus ojos. Finalmente podía ver la luz al final del túnel, y aquella luz tenía un nombre y un apellido: Hinata Hyuuga.
Ella había sido aquella persona que siempre había estado a su lado, siguiéndolo en silencio. La que siempre lo había admirado, y de las únicas que siempre se preocupó por él en todo momento, y la única chica que se sonrojaba cada vez que él tan sólo la miraba, y cuando él le hablaba, era únicamente la que perdía el conocimiento.
Cuando finalmente él descubrió aquellos sentimientos, y por fin reconoció que amaba a la ojiperla, esta decidió seguir a Toneri para rescatar a su hermana. Durante un momento, su corazón se destrozó al pensar que había desperdiciado tanto tiempo siendo tan despistado, o creyendo en un amor de niño superficial, que había perdido a la única persona que realmente amaba.
Nunca había experimentado tantos sentimientos juntos desde que descubrió sus sentimientos por la peliazul. En sólo minutos había experimentado una mezcla extraña de sentimientos desde preocupación y nerviosismo, hasta celos. Para él, tan nuevo en el tema del amor, no había sido fácil lidiar con tantos sentimientos a la vez, y una vez que los celos hicieron su trabajo, nació por un instante el deseo de rendirse. Sin embargo, las palabras dichas por Sakura habían surtido efecto en él, y ciertamente no se había equivocado, los sentimientos de una chica no se cambian de la noche a la mañana.
Derrotar a Toneri no fue sencillo; sin embargo, trabajando juntos, Naruto y Hinata finalmente lo lograron.
Saliendo de aquel castillo, con sólo la luna de testigo, se dieron aquel beso, uno lleno de amor y ternura. Aquel beso que ella había estado esperando durante años, y por su parte, él había estado deseoso de darle desde poco antes de declararle su amor.
Con sólo un beso él descubrió que esa mujer había sido elegida por el destino sólo para él, y que regresando a casa le pediría a Hiashi Hyuuga su mano.
No quería dejar pasar más tiempo, él no se arrepentiría jamás de su decisión, quería a esa mujer a su lado el resto de sus días. Quería ver su sonrisa cada día, y verla despertar a su lado cada día.
No fue fácil convencer a Hiashi para que le diera la mano de Hinata, este insistía que sus hijas debían casarse con alguien perteneciente al clan Hyuuga. Sin embargo, después de muchos ruegos y de que Naruto acosara día y noche al padre de su novia, este accedió después de mes y medio de negativas. Después de todo, su familia también le debía mucho al joven rubio como para negarse…
Así fue como llegó el día más feliz de toda su vida; jamás se pudo haber imaginado una felicidad tan grande como la que vivió aquel día.
Rodeado por sus amigos y conocidos, dentro del templo de la familia Hyuuga, se dio la ceremonia más esperada por el rubio, el día de su propia boda.
Su corazón latió más rápido que nunca con sólo verla entrar por las puertas del templo; lucía realmente preciosa, no había otra palabra para describirla. Nunca la había visto de esa manera, tan sonriente, tan radiante como aquel día.
Ni siquiera había puesto mucha atención a la ceremonia, y varias veces tuvieron que llamar su atención para que respondiera al sacerdote del templo. Sin embargo, todo había salido bastante bien, la pareja se veía más feliz que nunca.
Para él todo aquello parecía un sueño, el mejor que había tenido en toda su vida, y si era un sueño, no quería despertar nunca, pero el momento final de la ceremonia había llegado finalmente, el beso que los uniría para toda la vida como marido y mujer. Fue un beso un tanto largo, el cual todos los presentes aplaudieron.
Ese había sido el primer día de su nueva vida, una vida en la cual por fin sería feliz y estaría tranquilo junto a la persona que amaba sin que nada le preocupara. Esa vida que siempre había soñado, pero nunca creyó conseguir.
(…)
Aquel era un día muy especial, tanto para Hinata como para Naruto, ya que celebrarían su primer aniversario, y como era su costumbre desde que la convirtió en su esposa, el ojiazul estaba listo para sorprender a su esposa.
Ya tenía todo fríamente calculado, había planeado todo dos meses antes para no olvidarse de ningún detalle. Incluso había ahorrado dinero casi todo el año para poder darle una gran sorpresa de aniversario.
No quería que algo tan importante se estropeara por algún detalle que faltara… Quería demostrarle a su esposa lo importante que era para él y lo feliz que lo había hecho durante el año que habían estado casados.
Tenía pensado llevarla a aquel lugar que sólo él conocía, el cual había descubierto mientras entrenaba con Ero-sennin.
La llevaría a acampar a aquel lugar tan especial, estaba seguro que a ella le encantaría, bien la conocía ya, con ella no hacían falta los lugares más lujosos, ni la comida más cara, con ella a veces los más pequeños detalles eran los mejores.
Le había insistido a Hinata que se despertaran temprano, ya que tenían que recorrer un camino un tanto largo para poder llegar al lugar al que quería llevarla…
Tardaron unas seis horas y media en llegar, pero tantas horas de viaje habían valido la pena, por fin habían llegado.
El resto del día lo habían pasado armando su tienda de campaña, descansando, charlando y riendo sobre cosas que habían ocurrido en la aldea mientras él estaba en una misión, poco antes de su aniversario.
La noche no tardó en llegar, y Naruto guió a Hinata al interior del bosque, vestida únicamente con su ropa íntima y una pequeña bata color naranja de seda que apenas lograba tapar lo necesario.
Afortunamente el lugar donde quería llevarla estaba a unos cuantos pasos de su campameto, y al apartar un poco del largo pasto que había, pudieron divisar el pequeño río, con aquellas luciérnagas danzantes que alumbraban mágicamente el lugar.
Naruto fue el primero en sentarse y meter sus pies en el agua, sientiendo el agua fresca, y una gran sensación de felicidad y tranquilidad.
Él tomó su mano, y la atrajo para sentarla sobre sus piernas, mientras ella besaba tiernamente sus labios con ternura. Al separarse de aquel, se quedaron un gran minuto abrazados disfrutando solamente de la compañía del otro.
Sus frentes estaban una sobre la otra, y una sonrisa sincera estaba presente en los labios de la pareja.
No importaba si llevaban un año de casados, sus corazones latían ttanto como el primer día, y aunque ahora la joven no fuera tan inocente ni tan tímida, eso no la hacia perder aquella ternura que siempre era visible en ella. Por su parte, él había aprendido a dar rienda suelta a esos sentimientos que nacieron en él hacia un año, cuando descubrió que realmente la amaba.
Se besaron nuevamente, esta vez, era un beso un poco más apasionado que el anterior. Sus lenguas jugaban la una con la otra, sin perder aquella ternura que los caracterizaba a ambos a la hora de estar juntos.
Ella jugaba con el cabello de su esposo, mientras él acariciaba su espalda sobre aquel tapado color naranja que la cubría en ese momento.
Poco a poco, entre beso y beso, Naruto fue deslizando el tapado que llevaba la ojiperla, dándole pequeños besos por donde iba bajando la delgada tela hasta que esta finalmente quedó fuera de su cuerpo.
Un sutil gemido salió de la boca de la ojiperla, cuando sintió los besos y diminutas lamidas que le propiciaba el rubio en el cuello.
El joven rubio subió de nuevo sus labios hacia la boca de la peliazul, besándola con una pasión desenfrenada, mientras sus manos subían y bajaban a lo largo de su espalda. Podía haber recorrido el cuerpo de su mujer miles de veces; sin embargo, no había forma de aburrirse de cada rincón por más pequeño que fuese de aquel cuerpo de piel tan fina y suave.
Detuvo sus manos en el pequeño cierre, liberando sus pechos de aquella prenda que a su opinión ya comenzaba a estorbar.
Lentamente la arrecostó sobre el césped para tener mayor alcance sobre aquel cuerpo de Diosa que tenía frente a sus ojos.
Los pequeños gemidos de la oijiperla no se hicieron esperar, al sentir como el rubio apretaba sus pechos suavemente.
Sus gemidos y suspiros se intensificaron al sentir como él dejaba sus labios, para bajar en medio de lamidas, besos y mordidas por su cuello, dejando un gran rastro de saliva a su paso, hasta el nacimiento de sus pechos.
Apartó una de sus manos, y le dio una pequeña mordida en el pezón, mientras su otra mano pellizcaba y jalaba el otro, provocando que su mujer gritara de placer.
Entre lamidas, mordiscos, pellizcos y jalones. Los gritos, gemidos y suspiros habían despertado al ojiazul.
Entre besos y caricias decendió lentamente hasta la última prenda que tapaba el cuerpo de Hinata. Con descaro arrancó esa última prenda destrozándola por completo.
Bajó su lengua hacia la cavidad de su la ojiperla, quien arqueó la espalda y dio un fuerte gemido.
Él estaba extaciado, aquellos gemidos eran la melodía más hermosa que él hubiera escuchado jamás. No existía para él nada más hermoso que escuchar aquellos sonidos de exitación que salían de la boca de la peliazul.
Se apartó un poco para quitar la poca ropa que llevaba consigo, que consistía en una vermuda color naranja y un boxer color negro, los cuales su mujer le ayudó a sacar.
Hinata se hincó frente a él, y tomó su miembro con sus manos y lo masajeó, primero lentamente, y luego aumentando gradualmente la velocidad, haciendo que a su esposo se le saliera un pequeño suspiro.
Sus manos fueron remplazadas por su lengua, que lamía el miembro de su esposo de arriba a abajo, y haciendo pequeños círculos sobre su punta.
La joven finalmente metió el miembro del rubio en su boca, apretándolo un poco con sus labios para causarle más placer.
Naruto estaba seguro, pronto se correría, así que recostó nuevamente a Hinata sobre la hierba, abriéndole bien las piernas, y metiendo su miembro con una sola estocada.
Ambos comenzaron una danza lenta y exitante, llena de gemidos y suspiros, pero sobre todo, llena de amor.
Las embestidas y movimientos eran cada vez más rápidos, y sus besos cada vez más desenfrenados.
Ambos gritaron el nombre del otro al llegar al climax. Él salió de ella muy depacio y la arrecostó sobre su pecho; por el resto de la noche la dejaría descansar, ese día había sido bastante cansado; sin embargo, el día siguiente sería completamente para los dos, prometiendo ser uno de los más exitantes que hayan tenido antes.
Cubiertos sólo por el manto de la negra noche, él la miró descansar en sus brazos, ella era realmente hermosa; con ella quería formar pronto una familia, y en su corazón, esperaba pronto la feliz noticia de que sería padre por primera vez.
Sabía que junto a su ahora esposa, había vuelto a nacer, había tenido un nuevo comienzo en donde finalmente había logrado ser feliz.
Con ella tenía lo que siempre había soñado, con ella tenía no sólo una perosna con quien compartir su vida, sino también un lugar al que podía regresar y podía llamar hogar.
Eso fue todo n_n ¿Qué tal quedó? Espero que les haya gustado y que dejen sus reviews, comentarios, etc.
Nos leemos pronto n_n
Iseki n_n
