Categoría: Anime/Full Metal Alchemist
Título: Aún queda esperanza
Género:
Rating: K+
Pairing: EdxNoa, Alx...?
Disclaimer: Los personajes de la serie Full Metal Alchemist no me pertenecen, desgraciadamente, así que se le reservan los derechos a su autora, la cual ha creado tan excelentes personajes. También se incluyen personajes reales de la historia mundial, y datos concluyentes, también recogidos de la historia o inventados por mi mismo. Y quizás algun personaje mio propio. ¡Espero que os guste!
Summary: "¿Cual es la causa de tu felicidad, hermano?" "Oh, Al... aún hay esperanza..."
NdA: Bien, este fic realmente va sobre la vida de Ed y Al en Londres, años despues de irse de Shambala. Mejor sea que no cuente la historia, para crear un misterio agradable e intenso. Si el argumento no te gusta, simplemente dale a "atrás", no hagas denuncias o críticas por el gusto propio. Así todos nos entenderemos. Finalmente, dar paso al fic, que espero que sea largo, y bueno... ¡Diviertete!
Capítulo 1: La vida sigue
En su cabeza rondaba las imagenes de aquel mundo, aquellas praderas de Rizenbul, verdes e infinitas; mientras jugaba alegremente con su hermano a cazar mariposas, seguido de su amiga de la infancia, Winry. Le estaba diciendo a su hermano que se hacía tarde, que debían de irse; pero Edward no cesaba en su juego, como si de un reto se tratara. Que hermano más cabezota... la tía Pinako nos regañaría. Aunque ha decir verdad... él había visto a la tía mirandolo orgulloso, cuando volvían a llegar tarde una vez más, y Ed bajaba la mirada con autosuficiencia, sabiendo que había cumplido su meta, y eso era lo único que le importaba. Las consecuencias importaban más bien poco, y si tenía que aguantar el enfado de tía Pinako, lo aguantaba. Realmente, admiraba a su hermano. Lo quería, lo necesitaba a su lado... Entonces, de repente, un enorme vacío comenzó a tragarse Rizenbul, a tragarse los arboles, las praderas; a tragarse la casa de los Rockbell, a Winry, incluso a su hermano... Y esa oscuridad se convirtió en luz, que provenía de una enorme puerta. Una puerta que comenzaba a cerrarse, poco a poco. Corría hacia ella. Sabía que si esa puerta se cerraba, no se volvería a abrir, no podría volver a su mundo. Entonces...
Alphonse se incorporó bruscamente de la cama. Estaba sudando, y aunque hacía bastante calor, presentía que esa no era la razón. Instintivamente, buscó con la mirada a su hermano, en la penumbra del amanecer, y lo encontró sentado en su cama, mirándolo preocupado.
-¿Ocurre algo, Al? -En el chico destelleaban unos ojos dorados, y Al se dió cuenta de que depositaba un enorme libro con delicadeza en la mesita de noche, al lado de la pequeña lámpara encendida.
-Solo es una pesadilla... -Como respuesta, obtuvo una sonrisa de su hermano; y se entretuvo en amasarse el pelo y recogerlo en una coleta, ya que lo tenía tan largo casi como Ed, cuando aún lo tenía largo. Podía sentir una pequeña resignación en la mirada y en el temple de su hermano, así que no dudo en preguntar. -¿Qué haces aún despierto?
-Bueno, estaba leyendo un poco... -Entonces vió como su hermano se tumbaba en la cama y cruzaba los brazos por detrás de su nuca, mirando el techo. Ultimamente su hermano se enfrascaba en leer multitud de libros. Nunca le había preguntado sobre qué los leía, pero suponía que serían dificiles lecturas sobre ingeniería o sobre astronomía, las dos pasiones que tenía desde que vivían en aquel lugar, juntos, hace cinco años. Edward siempre decía que estudiaba los cohetes y el espacio porque, al ser tan grande, seguro que en algun lugar se encontraba el mundo de aquellos jovenes. Y decía que, estudiando esto, se sentía más cerca a él que nunca. Aunque Al sabía que había un método con el que Ed se sentía más cerca de su mundo, pero también era consciente de que, en aquel lugar, aquel método era inasesorable. Para Ed, la alquimia lo fue todo.
Pero habían pasado cinco largos años. Y ellos habían cambiado bastante. Edward ya era un hombre de 23 años, y había crecido bastante. Sus cabellos rubios ahora se encontraban cortos, ya que Edward decidió cortarse su largo pelo juvenil hace un par de años, aunque Alphonse aún lo conservaba recogido siempre en una trenza o en una coleta. Realmente Alphonse tenía 22 años, pero por varios sucesos del destino, su cuerpo no era superior al de un joven de 18 años; así que Edward parecía bastante más mayor que él. Además, su hermano ahora se había dejado un poco de barba rubia, y escondía sus ojos dorados tras unas finas gafas. Realmente, se parecía a papá.
Cincos años sin ver a la maestra Izumi, ni a Scieszka, que había pasado los últimos años con Al en Rinzebul; cinco años sin las visitas frecuentes de los militares, como Riza y Mustang, los cuales mantenían una amistad... demasiado cercana.Cinco años sin jugar a las carreras con Den, el perro de los Rockbell; cinco años sin ver la dulce y juvenil cara de Elysia, la cual ya era totalmente encantadora; cinco años sin ver a Winry... Su amiga del alma, de su infancia, Winry...
Pero no habían sido cinco años inutiles. Edward había estudiando todo este tiempo sobre cohetes, y estaba trabajando en una industria de aviación como supervisor. En cambio, a Al le fascinaban los coches; y ahora trabajaba para la compañía Ford como revisor. Realmente, los dos se encontraban felices, su vida no era para nada miserable. Incluso habían comprado una casa juntos, en la cual acogieron a Noa, una simpática chica de sangre gitana conocida por Edward. Al sabía que ellos dos tenían una amistad bastante especial. Y hace un par de años también vivían con Hohenheim, su padre; pero a causa de no volver a utilizar la oscura acción que le había dado la vida durante más de cuatro siglos, murió en un cuerpo que siempre había considerado suyo; respetando la memoria de Trisha, su mujer y madre de los Elric.
Al no pudo evitar levantarse de la cama, y dejar a su hermano tumbado en la cama, pensando sobre algo que él no llegaba a adivinar. Era muy extraño. Últimamente lo veía muy ausente, muy ocupado, como si estuviera enfrascado en un largo y complicado tema de dificil solución. ¿Qué es lo que le preocupaba a su hermano? ... Así que decidió ir a por algo de comer, ya que con el estómago lleno pensaba mucho mejor. Le había cogido un gusto muy especial a la comida, y era algo bastante normal; los cuatro años que pasó convertido en armadura no probó bocado... quería recuperar el tiempo perdido (NdA: Si, he puesto al encantador de Al como un obsesionado con la comida, que pasa? ¬¬ A que lo hago bulimico? xDDDD).
Se dirigió a la cocina y, para su sorpresa, allí encontró a Noa; parecía que ya se había despertado y estaba preparando el desayuno. "Qué chica más rara, si aún quedan un par de horas para desayunar...". Pero la chica no lo había visto, y estaba felizmente cantando una canción con un ritmo flamenco que a Al le parecía exótico y atrayente; y ni qué decir de sus atrayentes curvas y de su contoneo de baile ritual. Sin duda, aquella gitana era una belleza, y aquel cuerpo moreno, característico de su raza, era totalmente deseable. Al fín y al cabo comprendía porque Edward tenía una amistad tan íntima con la chica... sus simples movimientos atraían al hombre más ignorante. Cuando la chica paro de canturrear y de bailar, Alphonse solo pudo dedicarle una sonrísa y un tímido aplauso, que sorprendió a la chica de manera alegre pero, a la vez, vergonzosa.
-¿Cuánto llevabas ahí...? -Sus mejillas estaban pasando de su color oscuro a un color magenta pálido, avergonzada de haber sido observada en uno de sus momentos íntimos por el hermano pequeño de los Elric.
-Lo suficiente como para apreciar tus dotes. -El chico rió, y la chica solo pudo contestarle con una sonrisa tímida. -No lo haces nada mal... ¿Es vuestra costumbre bailar y cantar mientras haceis el desayuno?
-Bueno, que yo sea gitana no significa que siga sus costumbres... Al fín y al cabo, ni tengo hogar ni familia. -Y, al contrario de lo que Al esperaba, la chica no sentía un ápice de tristeza, sino que parecía haberlo superado del todo e incluso haberse dado cuenta de la libertad que disfrutaba. -¿Y qué es lo que haces despierto tan temprano?
-Una pesadilla me despertó... Además, estoy algo preocupado por Edward. Se comporta de forma extraña.
-Yo también me he dado cuenta de ello. -La chica le sirvió un café al castaño, el cual se lo agradeció con un movimiento afirmativo; y se sentó junto a él. -Últimamente está muy distanciado del mundo. Me gustaría saber que es lo que ronda por su cabecita... -Alphonse notó el tono de voz seductor que había empleado al pronunciar "cabecita"... Bah, quizás fueran imaginaciones suyas.
-Sí, pero eso es imposible; más que cabecita, es cabezota. -Los dos rieron a costas de su hermano, porque sabían que, en el fondo, Al tenía toda la razón. -Está demasiado obsesionado con sus libros, nunca lo había visto de esa manera.
-Supongo que tendré que ocuparme de él, no me gusta que me haga tan poco caso... -La mirada de aquellos ojos negros profundos se dirigió hacia un punto del aire indefinible, como si estuviera observando con toda decisión algún objeto que, aparentemente, no se encontraba allí. Alphonse entendió en este gesto que la muchacha estaba pensando profundamente. Era otro gesto curioso, como el tono de voz anterior, y lo interpretó. Quizás se estuviera equivocando, pero... lo interpretó.
-Bueno, tienes que ayudarme con él. Algo me dice que quizás tu puedas atraer más su atención que yo... -Y Al sentenció la conversación poniendo un tono de voz misterioso y íntimo. La chica se sorprendió por ese gesto tan curioso en Al, pero no le dió importancia; y mientras el castaño se levantaba de la mesa, la chica recogió el vaso de café, ya vacío.
El chico salió a dar una vuelta en su coche. Era lo único que conseguía relajarlo y despejarlo. Y mientras paseaba por los tortuosos caminos de piedra de la ciudad de Londres con su 30 CV, pensaba en su hermano Ed, en su padre, en Noa, en su trabajo, su casa, su vida, Londres... Y en la puerta. Y en Rizenbul, y en winry... Pero, al fín y al cabo... La vida sigue.
Bueno, aquí termina el primer capítulo... es corto pero es que es solo una introducción... espero que os guste! .
