Tanto los personajes como la idea de Zero no Tsukaima no son de mi propiedad, sino del autor de dicha obra, Yamaguchi Noboru (Que en paz descanse)


— Ah... esto es demasiado tedioso.

Mi escritorio estaba lleno de papeles arrugados, pequeños frascos de tinta y una cantidad desmesurada de libros. En ese momento, me encontraba en la aburrida tarea de escribir runas en varios papeles. Cabe mencionar que a lo anterior se sumaba la molestia de tener que desechar un papel si cometía tan sólo un pequeño error en la escritura de la runa.

Debí hacer esto en la mañana…

Incluso con la cantidad de años que llevaba escribiendo runas, no podía acostumbrarme. Siempre que pasaba una hora, me terminaba aburriendo de hacer tan laboriosa tarea. Además, el dejar dicho deber para última hora no ayudaba a disminuir mi estrés.

Quizás pueda ir mañana con lo que tengo. Todavía tengo un margen decente entre victorias y derrotas, así que no es la gran cosa… Sí, como si pudiera hacer eso. A trabajar.

Tenía un duelo al día siguiente, uno los dos que tenía cada semana. Si fuera un simple duelo, entonces no tendría problema en resignarme e ir con lo que tenía preparado. No obstante, el enfrentamiento tenía importancia.

El ranking estudiantil estaba basado según los resultados de los duelos. En dichas peleas, uno debía colocar diez papeles rúnicos en el suelo y activarlos según la situación. La suerte, la estrategia y, en ocasiones, el engaño eran algo que influenciaba mucho en el resultado. Finalmente, el lugar que uno poseía en el ranking otorgaba beneficios según la posición.

Mi situación era aceptable. Tenía setenta y seis victorias. Por otro lado, mi número derrotas era de cuarenta y cinco. Se podía decir que estaba por encima del promedio, pero a una buena distancia de los primeros lugares.

Bien, el conjuro Parálisis está terminado. Pensé a la vez que guardé el papel rúnico en mi zurrón.

El oponente al que debía enfrentarme mañana era conocido por preferir el enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Es por eso que planeaba provocarlo de alguna manera y hacer que se acercara a mí.

Ahora bien, ¿qué otro hechizo debería preparar?

El aburrimiento puede hacer muchas cosas, una de ellas es hacer parecer divertido el simple acto de balancearse sobre las patas traseras de una silla, cosa que comencé a hacer en ese preciso instante. Llamarlo destino o mala suerte no importa, pues al final el resultado de lo que pasaría a continuación no cambiaría. Mientras me balanceaba en la silla, apoyé mi cabeza en la parte posterior de esta y me di cuenta como de la nada, una especie de espejo apareció detrás de mí. La sorpresa me hizo perder el equilibrio.

Cuando vi que estaba por chocar contra el espejo, cerré mis ojos en un acto reflejo.

...

— ¿Quién eres tú? — Preguntó una persona frente a mí.

La persona que me había hecho esa pregunta era una pequeña chica de cabello rosa. La blusa blanca que llevaba, acompañada de una capa negra y una falda del mismo color me hizo deducir que estaba usando un uniforme escolar.

¿Una capa? ¿En verdad existe gente que las usa?

Aunque haya pensado eso, mi palabra no era mucho de fiar. En realidad yo no conocía muchas escuelas de magia además de la mía. Fue entonces que me di cuenta de algo que había pasado por alto.

Un momento, ¿no era de noche hace tan sólo unos instantes? Pensé a la vez que miraba totalmente extrañado al cielo.

— Te hice una pregunta, ¿Me estás escuchando?

La chica parecía estar perdiendo la paciencia.

— Aztor Mithin. — Respondí.

Algo de molestia se pudo apreciar en mi voz. Era algo normal, pues había aparecido de la nada en un lugar completamente desconocido, para que después una chica que no conocía me exigiera mi nombre.

— ¿De dónde eres, plebeyo?

¿Plebeyo?

— Supongo que deberías estar feliz, Louise. Lograste invocar algo, aunque sea una plebeyo — Comentó alguien a lo lejos.

Al voltear para ver a la persona que había hablado, noté a un grupo de jóvenes que aparentaban tener un par de años menos que yo. Cada uno de ellos llevaba el mismo uniforme que la chica. Además, algunos estaban sosteniendo una varita. Eso último fue algo que llamó mi atención.

¿Una varita? ¿Desde cuando hay personas que las usan?

No pude completar mi pensamiento, pues ciertas palabras terminaron de procesarse en mi cerebro.

¿Acaso dijo invocar? ¿Esta chica me invocó aquí? ¿Ese espejo era un portal? Nunca escuché de un hechizo así. Aunque, si en verdad fui invocado, eso explicaría el porqué no es de noche. Estoy... en otra parte del planeta seguramente. Es curioso que hablemos el mismo idioma.

— Cállate, esto fue un simple error, nada más.

— ¿Un error? Obviamente, la Zero no puede aspirar a invocar nada mejor que un plebeyo.

— ¡Señor Colbert, por favor déjeme intentar hacer el hechizo de invocación una vez más!

— La invocación es un ritual sagrado, no puedes cambiar al familiar que invocaste. Te guste o no, debes quedarte con él.

— ¡Pero jamás oí alguna vez de un plebeyo que sea un familiar!

— Es una tradición, señorita Valliere, no hay excepciones. Ahora, por favor, terminé con la ceremonia.

— Debe estar bromeando.

— No es ninguna broma, ahora dese prisa, la siguiente clase está cerca de comenzar.

La chica a la que habían llamado Louise dio un suspiro de resignación. Luego, ella comenzó a caminar en mi dirección. Una vez estuvo frente a mí, se arrodilló para poder estar a mi altura.

No pude evitar notar que los demás estudiantes estaban riéndose.

— ¡Mi nombre es Louise Françoise le Blanc de la Valliere! ¡Que el pentágono de los cinco poderes elementales bendiga a este ser humilde y lo haga mi familiar!

Tras decir esas palabras, Louise tocó mi frente con su varita. Esa pequeña acción me dejó en shock.

Un momento, ¿acaba de usar un hechizo en mí?

Inmediatamente, sin pararme, comencé a inspeccionar cada parte de mi cuerpo. Esa fue una reacción equivocada de mi parte. Al haber estado distraído, noté tarde el momento en que Louise sujetó mi cabeza con sus manos para luego darme un beso en los labios, el cual duró apenas dos segundos. Una vez ella separó sus labios de los míos, incliné levemente mi cabeza hacia atrás.

¿Esta chica acaba de…?

— Deberías estar agradecido. — Dijo ella mientras se levantaba — Normalmente no recibirías esto por parte de una noble en ningún momento de tu vida.

¿Una noble?

De repente, sentí un gran dolor en el dorso de mi mano izquierda, el cual provocó que diera un grito a la vez que me levantaba.

— ¡¿Qué es esto?!

— Quédate tranquilo. — Me dijo Louise — Las runas se están terminando de grabar.

¿Runas?

Luego de unos instantes el dolor se desvaneció. Instintivamente le di un vistazo al dorso de mi mano izquierda. No pude evitar mostrar una gran sorpresa en mis rostro al ver grabadas unas runas que jamás había visto.

Un momento… Una invocación, unas runas y… ¿no han estado diciendo algo sobre un familiar? Esto es…

Mis pensamientos fueron interrumpidos por cierta persona que se había puesto a mi costado.

— Esas runas son bastante inusuales.

Volteé y vi al profesor de la clase, quien estaba contemplando las mismas runas que había estado viendo yo unos segundos atrás.

¿Inusuales?

— Bien, es momento de volver a clases. — Anunció el profesor.

El señor Colbert, como lo había llamado Louise, se dio entonces la vuelta y, después de un movimiento de su varita, empezó a volar.

¿Cómo rayos hizo eso?

Acto seguido, el resto de los estudiantes, excepto Louise, comenzaron a hacer lo mismo. Mientras se alejaban, todos ellos hicieron mofa de Louise.

¿Cómo es que pueden volar de esa forma?

— ¿Quién eres tú? — Preguntó de repente Louise.

— Ya me hiciste esa pregunta. No te responderé nada más si no me dices dónde estoy, quién eres, cómo llegué aquí y cómo volaron ellos de esa forma.

— Esa no es la forma en la que un plebeyo debe dirigirse a un noble. Aunque vengas del campo, deberías saber cómo tratar a tus superiores.

El tono con el que habló me hizo enojar levemente.

— Escucha con atención lo que te voy a explicar. En primer lugar, esto es Tristain y estamos en la famosa academia de magia de Tristain. Yo soy Louise de la Valliere, estudiante de segundo año.

— ¿Famosa? No lo creo. Jamás he escuchado de este lugar.

— ¿De dónde vienes?

— Soy de Masto.

— Nunca había escuchado de ese país.

— No es un país, es una ciudad. El país del que provengo se llama Baltín.

— ¿Baltín? Nunca oí de tal sitio.

Bien, entiendo que no escuchara de Masto, pero Baltin es uno de los tres países más grande.

— Como sea ¿puedes responder a mis otras dos preguntas?

— Llegaste aquí por medio de mi invocación, lo cual te convierte en mi familiar y a mí en tu nueva ama.

— ¿Ama?

Al escuchar la palabra ama, cierto temor se hizo presente en mí.

— No puedo creer que convocara a un plebeyo como familiar. ¿Por qué no pude obtener un dragón o algo así?

¿Un dragón? ¿Acaso esta chica se golpeó la cabeza? No, un momento, si esta es una invocación…

— Respecto a mi última pregunta.

— Una pregunta verdaderamente estúpida. ¿Acaso hay algo extraño con poder volar?

— No me extraña que vuelen, sino el cómo lo hacen.

— ¿Qué tiene de malo?

Bien, fui invocado, no reconozco las runas en mi mano, mencionó a un dragón y al parecer volar sin papeles rúnicos en normal aquí. Ya aclaré una de mis dudas, pero ahora tengo muchas otras. ¿En qué maldito lugar estoy?

...

— ¿Te golpeaste la cabeza cuando te invoqué? —Me preguntó Louise con una expresión de incredulidad en su rostro.

Ya era de noche y yo me encontraba en la habitación de Louise. Mientras que la maga estaba en su cama, yo me había sentado al frente de ella, en el suelo.

El hechizo Invocación que yo conocía permitía invocar a una criatura de otro mundo. Si ese era el caso, entonces teoricé, con temor, que yo había sido llevado a un mundo diferente. Al caer la noche, las dos lunas en el cielo fueron suficiente para corroborar mis temores. Evidentemente, no perdí tiempo en contarle a Louise sobre mi procedencia.

— No estoy mintiendo.

— Según lo que me estás diciendo, tú debes ser un noble.

— De donde vengo la magia no es exclusiva de la nobleza. De hecho, la nobleza de mi mundo está en una situación muy distinta a la tuya

— ¿De qué hablas?

— De nobleza sólo tienen el nombre. La riqueza y poder es controlada por otro grupo.

— ¿Cómo puede ser eso posible?

— Aquellos a los que tu llamas plebeyos acumularon una gran riqueza. Al tener dinero, lo único que les faltaba era estatus social. La nobleza estaba en crisis y necesitaban casarse por lo que... ¿Por qué te estoy respondiendo? Esto no es importante.

Louise se quedó en silencio por unos momentos. Al parecer, la idea de nobles y plebeyos casándose la sorprendió demasiado.

— Volviendo al tema principal...

Tras unos breves segundos más de silencio, ella volvió a hablar.

— ¿Puedes probar lo que estás diciendo?

— De hecho, sí puedo.

Aunque había sido invocado a otro mundo, todavía conservaba algo de suerte. Había agarrado mi zurrón en un intento de aferrarme a algo, por lo que tenía en mi posesión cuarenta y un papeles rúnicos. Ciertamente no me gustaba usarlos si no era necesario, pero decidí que gastar uno para probar lo que dije no era un derroche.

— Esto es la magia de mi mundo. Con algo de papel y tinta, un mago puede hacer papeles rúnicos. — Expliqué mientras elegía un conjuro. — Una vez puestos, sólo se necesita hacer una señal con la mano para activarlo.

Uhm... creo que Atracción no sería mala elección. No lo uso muy seguido de todos modos.

Me acerqué a la almohada de Louise y coloqué un papel rúnico sobre esta. Después de eso, fui al otro lado de la habitación y activé el hechizo. Inmediatamente, la almohada salió volando hacia mis manos. Dirigí mi vista a Louise y noté que me estaba dando una mirada de sorpresa.

— No usaste ninguna varita.

— De donde vengo no las usamos, creo.

— ¿Crees?

— El mundo es muy grande. A lo mejor puedo estar equivocado.

Louise se levantó, caminó en dirección a su puerta y se detuvo unos pasos antes de llegar a esta. Finalmente, ella dio un grito de alegría.

— ¡Tomen eso! Soy increíble. Pensar que sería capaz de convocar a un noble como familiar y no cualquier noble, sino un noble de otro mundo.

En verdad fui afortunada de poder convocar a un familiar así, no cabe duda de eso. Pensó Louise alegremente.

— ¿Por fin me crees? Bueno, ya era hora. Por cierto, te lo repito, no soy un noble.

— Detalles, detalles, pero si quieres que te trate como un plebeyo, puedo hacerlo con gusto.

— No gracias. Ahora, si fueras tan amable, quisiera que me mandaras de vuelta a mi hogar.

— Volver es imposible.

— ¿De qué hablas? Si me trajiste aquí, entonces no veo por qué no puedas enviarme de vuelta.

— El hechizo de invocación es solo de una vía. No existe ningún conjuro para enviar al familiar de vuelta.

Esa es una gran diferencia con el hechizo Invocación que yo conozco.

Eso era algo que en realidad ya había considerado. Depsués de todo, por lo que había escuchado, en Tristain no parecía ser normal invocar algo de otro mundo. No era imposible que hubieran más diferencias.

— ¿No puedes intentarlo de todos modos?

— Nuevamente, es imposible, no puedo volver a hacer el conjuro salvo que…

— Salvo que…

— Salvo que mi familiar muera.

¿En qué clase de mundo loco llegué a parar? Pensé mientras me sentaba de nuevo en el suelo y agarraba mi cabeza en señal de inquietud.

— Aclarado el asunto, es momento de aceptar que eres un familiar y que yo soy tu ama.

Esto es un completo desastre. Hace tan sólo unas horas me estaba preparando para un duelo y ahora estoy en otro mundo, atrapado como el familiar de esta molesta chica.

Estaba molesto y la actitud que Louise estaba mostrando no era de ayuda alguna.

La única forma de arreglar esto es... con magia.

No necesité pensar mucho para llegar a esa respuesta.

Si la magia me trajo aquí, entonces la magia de devolverá a mi mundo. Aunque, obviamente, no será la magia de este lugar. Parece que será imposible para ella, así que necesitaré esperar a que alguien me invoque en mi mundo. Por lo que recuerdo, hay un hechizo para eso... creo... y espero.

Miré a Louise y me pregunté qué es lo que debería hacer hasta entonces.

Esta academia pareces estar completamente aislada. Sí, puedo escapar, pero... ¿Cuántos días me tardaré en llegar a una ciudad? Comida y un lugar para dormir... no hay otra opción más que quedarse con ella, ¿verdad?

Finalmente, tomé en consideración su temperamento.

Va a ser una molestia quedarme aquí si está de mal humor todo el tiempo. Supongo que jugaré a ser su familiar por tiempo, al menos hasta que me invoquen de nuevo en mi mundo.

Di un largo suspiro y me puse de pie.

— Bien, parece que tienes toda la razón. Yo, Aztor Mithin, seré su familiar de ahora en adelante. Estoy a su servicio.

Después de haber hecho esa declaración, hice una reverencia para tratar de aparentar que la había aceptado como mi ama.

No sólo puede hacer magia, sino que también es completamente obediente. ¿Qué podría ser mejor? Pensó Louise mientras trataba de disimular su emoción.

— Me alegro que lo entendieras. — Dijo ella con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

— ¿Cuál es mi labor como su familiar, señorita…?

— Valliere, pero considerando tus habilidades, seré generosa y haré una excepción. Puedes llamarme Louise.

¿A eso le llamas ser generosa?

— Entendido, señorita Louise.

— En cuanto a lo que puede hacer un familiar. En primer lugar, un familiar es capaz de aumentar el nivel auditivo y visual de su amo, en otras palabras debería poder ver y escuchar lo que tú.

— ¿Debería?

— No parece funcionar contigo. Además de eso, también debes buscar ciertos objetos que tu amo desee, como reactivos, por ejemplo.

— ¿Reactivos?

— Catalizadores que se usan para cierta clase de conjuros, como musgo o sulfuro. El problema es que al ser de otro mundo no debes de saber nada de estos.

— Me será necesario hacer más tinta para escribir runas y fabricar papel, tarde o temprano deberé aprender sobre los distintos materiales que hay en ese mundo, de eso no debe preocuparse.

— Y lo más importante… ¡un familiar existe para proteger a su amo! Considerando que puedes hacer magia, espero que hagas un buen trabajo en esto último.

— No se preocupe, no se decepcionará.

— Bien, me gustaría saber qué clase de hechizos puedes hacer, pero ya es demasiado tarde. Por hoy ya fue suficiente, así que me iré a dormir. Dejaremos ese asunto para mañana.

Acto seguido y sin siquiera esperar una respuesta de mi parte, Louise empezó a desnudarse.

— ¿Qué se supone que estás haciendo? ¿Cómo puedes desnudarte conmigo aquí? — Le reproché con molestia mientras me di la vuelta para mirar en otra dirección.

— Noble o no, sigues siendo mi familiar y no pienso nada al ser vista así por mi familiar. — Dijo ella mientras terminaba de quitarse su uniforme.

¿Cuántas veces debo decirte que no soy un noble?

— Por cierto, recuerda que eres mi familiar. Esa no es la forma en la que deberías hablarme.

Te aseguro que si no fuera porque estoy en esa situación y porque eres mi medio de vida en este maldito lugar...

Di un largo y hondo respiro.

— Mis más sinceras disculpas, señorita Louise.

— Sólo asegúrate de que no vuelva a pasar.

Ojalá pueda aguantar todo esto. Pensé mientras hacía una leve reverencia.

Louise se vistió con un gran camisón y se recostó en su cama, para luego cubrirse con sus frazadas. Al escuchar ese sonido, abrí mis ojos.

— Que no se te olvide despertarme mañana temprano.

— Como desee.

Louise sonrió para después chasquear sus dedos, con lo cual hizo que las luces se apagaran. Me quedé quieto durante unos instantes para después caminar hasta la ventana. Desde mi posición vi nuevamente las dos lunas que brillaban en el cielo.

Una semana, quizás dos a lo mucho. No es nada por lo que deba preocuparme.

De cierta forma, agradecía el hecho de que ella fuera una estudiante. De hecho, ese fue un motivo por el cual no tuve mayor problema en pretender ser su familiar. Bajo mi perspectiva, como una alumna y con lo aislada que parecía ser la academia, lo peor que podría ocurrir sería aburrirme al tener tan poco por hacer.

Giré y contemplé la habitación ligeramente iluminada por la luz de los dos astros.

Así que su familiar…

Por lo que había podido deducir hasta el momento, ella no tenía un poder real sobre mí. Teoricé eso, pues ella fue insistente en que yo la aceptara como mi ama. Si algún poder sobre mí existiera, eso no sería necesario. El saber eso fue realmente un alivio. De haber sido el caso contrario, la situación pudo haber sido mucho peor. Seguramente, al regresar a mi mundo todavía tendría esas runas en mi mano, pero con tal de alejarme del lugar al que había ido a parar, no me importaba en lo absoluto.

Algunos podrían decir que era remarcable que mantuviera mi compostura, pero ello fue solamente por la creencia que tenía. Creencia de que volvería pronto a mi mundo. Aunque, también había otro motivo.

De pronto, pude escuchar el suave ronquido de Louise. Fijé mi vista en ella.

Sí que se duerme rápido. Ahora que lo pienso, se me olvidó preguntarle dónde iba a dormir yo.

Miré a la cama por unos segundos, para después dar un suspiro.

Si se despierta antes que yo y me ve durmiendo a su lado...

Di un leve suspiro.

Sí, es mala idea. Supongo que dormiré a los pies de la cama.

Con un movimiento de mi mano, mi cuerpo adoptó la forma de un gato negro. Di un salto para subir a la cama. La primera impresión fue bastante agradable, era una cama bastante cómoda. Eso no era de extrañarse, pues se supone que debía ser digna de un noble. No obstante, no le di más importancia a ese asunto de momento, pues el sueño comenzó a invadir mi cuerpo, algo evidente, pues debido al cambio de horario llevaba despierto bastante tiempo. Ese cansancio que sentía era la otra razón por la cual había podido mantener mi compostura. Al haber estado tan exhausto, no tenía energía suficiente para enojarme de más.

Después de un pequeño bostezo, me recosté y cerré los ojos.

Quizás pueda quedarme como un gato y rondar por la academia hasta que... No, es demasiado esfuerzo y esta cama... es demasiado cómoda.

No pasó mucho tiempo para que me terminara quedando profundamente dormido.


Bien, eso es prácticamente todo por este capítulo. Ahora un par de cosas a decir:

1. Prácticamente es mi primera historia, así que errores habrá por aquí y por allá.

2. Lo crean o no, no he visto el anime ni leído la novela ligera de Zero no Tsukaima. Quería escribir algo a la par que lo veía y es por eso que estoy escribiendo un capítulo tras terminar de leer un capítulo de la novela. Sí, esto estará basado en la novela, no en el anime, ni idea si habrá grandes diferencias. Lo que sí, es que leí un par de fanfic por acá y tengo una idea de cómo va el inicio.

3. Sobre lo que puede hacer exactamente el OC, se podría leer en el siguiente capítulo y sobre que tan fuerte será, me parece que se verá en el tercer capítulo durante el duelo que ya todos conocen.

[Acabo de publicar el capítulo 20 y decidí leer todo para corregir pequeños errores. Para este punto me di cuenta que hubiera sido mejor que escribiera la historia en tercera persona. En verdad me gustaría tener el tiempo de cambiar eso. Además, ya dejé hace un tiempo de escribir a la par que leía la novela. Le agarré cariño al fic y decidí adelantarme para no cometer algún error en el camino.]

[Capítulo reescrito el 23/07/2017. Por puro ocio reescribí este capítulo. La verdad, se nota la diferencia respecto a cómo estaba antes. Obviamente no lo pude cambiar a tercera persona, pues eso rompería su nexo con el resto de la historia, pero al menos ya está más presentable. He agregado algunos pensamientos para caracterizar mejor a Aztor, cosa que no hacía en la primera versión de este capítulo. Reescribir esto fue divertido, así que seguiré haciéndolo con el resto.]

Gracias por leer.