¡Hola a todos! Soy nueva acá, en realidad vengo leyendo fics en esta página hace años, y publiqué algunos en otras páginas, pero finalmente me decidí a empezar uno en fanfiction :)
Este capítulo es cortito, ya van a ver, pero es una introducción. Más que nada para ubicar temporal y espacialmente al fic, luego de la guerra, luego de todo el drama (aunque lo dice, vale aclarar!)
Sin más vueltas, here it is.
Disclaimer: Todo lo que te suene conocido lo ha creado anteriormente la genia de J.K Rowling
1 – Metamorfosis
(del lat. metamorphōsis, y este del gr. μεταμόρφωσις, transformación).
Transformación de algo en otra cosa.
Mudanza que hace alguien o algo de un estado a otro
El sillón nunca fue tan confortable como lo era ese día, ni tampoco había significado lo mismo como aquella tarde. Juraba que el espejo había reflejado la imagen de una chica bien peinada, perfectamente vestida, sutilmente maquillada. Estaba bonita, y por primera vez había podido admitirlo.
Pero, como es sabido por ella, la felicidad dura poco. Era increíble cómo su autoestima, usualmente bajo, había subido hasta una altura considerablemente alta, y había vuelto a bajar hasta hundirse a la misma altura del subsuelo de las mazmorras. Estúpidas veelas… ¿Por qué tenían que ser tan insoportablemente perfectas? O, mejor dicho… ¿Por qué tenían que serlo cuando, por una vez en su vida, ella se sentía bonita?
Fleur y Gabrielle iban de aquí para allá mostrándole a todo el mundo lo simpáticas y hermosas que eran… Como si el resto del Universo aún necesitara confirmarlo. Desde que Fleur se casó con Bill, ellas dos y las veelas eran una presencia común en fiestas o celebraciones. Ahora que otro Weasley había caído bajo el encanto de una veela, más precisamente Blair Dupont, Hermione deseó por decimoquinta vez desvanecerse. Eso significaba que las chances de que tuviera que lidiar con veelas al estar con los Weasleys se duplicaría. De repente, el sillón ya no la hacía verse tan invisible como ella deseaba.
Una vez más se preguntó qué hacía ella ahí, y, como lo hizo varias veces anteriormente, alejó la vista de su bebida y miró por la ventana, muy a su pesar. Esquivó a las hermanas francesas y vio el altar perfectamente decorado (sí, perfectamente decorado por una perfecta y maldita francesa), vio a la gran cantidad de gente hablando, comiendo y bebiendo, que estaba dispersa por el inmenso jardín de la madriguera, y vio a los novios. Percy y Blair. Y su respuesta volvió a aparecer: la boda.
Ya estaba comenzando a aburrirse, y deseaba tener un libro cerca para poder distraerse. Siempre era la solución perfecta, y, a falta de Ginny, un buen libro era su mejor amigo. Al pensar en Ginny, sonrió. Recordó haberla visto con Harry abrazados hacía un rato, caminando juntos, como antes. Ojalá las cosas pudieran estar bien entre ellos de nuevo, quitando la presión y los problemas. Ya no había peligro, enemigos, caos. Ahora todo había vuelto a la normalidad y la gente trataba de acostumbrarse a la paz que tanto habían echado de menos. Adoraba ver a sus amigos felices, a todos ellos, y le molestaba que la vida haya sido tan injusta en todos los aspectos, estropeando los momentos más bonitos. Pero ahora ya nada podía arruinar esta merecida tranquilidad. Quería que Harry y Ginny estuvieran bien. Y también Ron.
Ron.
Se imaginó su cabello anaranjado despeinarse con el suave viento que en esos momentos soplaba, y un brillo de atardecer en sus ojos azules. Por quinta vez en el día, físicamente seguía en el sillón, pero mentalmente había viajado a otro espacio y tiempo. Dos meses atrás, en la cámara de los secretos. Ella lo besó, pero lo que realmente importaba era que él le había correspondido… Un ya familiar atisbo de felicidad la invadió. Se imaginó a ella misma caminando con Ron de la mano, al igual que Harry y Ginny hacía un rato. Y, por supuesto, borró enseguida esa imagen de su mente con la habitual imagen que le seguía: Ron con Lavander, Lavander con Ron. Sí, eso ya había terminado, pero aún continuaba rencorosa hacia la rubia, otra maldita entrometida… Las veelas parecían insignificantes a su lado (hablando en el sentido rencoroso del asunto). Simplemente no podía imaginarse a Ron con alguien más sin sufrir las consecuencias de los celos. Había varias señales últimamente, señales que la hacían ilusionarse, pero esto era lo último que quería, para evitar caer en un profundo pozo, si es que esas ilusiones eran en vano. Había pasado ya un mes, y él no había hablado. Nada. Como si nada hubiera sucedido. A pesar de todo y a pesar de su silencio, ella sabía que podría hacerlo felíz, a su modo, y que lo amaba con cada átomo de su cuerpo. Sí, quería que él fuera felíz, pero… ¿A qué costo?
Como si fuera a propósito, justo en ese momento, apareció. Pero no lo vio, sólo escuchó su voz, y sintió su nerviosimo.
- Eh... Herm… ¿Te sientes bien?
¿Que si se sentía bien? Uh, por supuesto. De maravilla… Especialmente con todo lo que había estado pensado anteriormente.
- Sí, Ron. Sólo quería sentarme un rato… Adentro.
Sí, claro.
Él dio la vuelta al sillón y se paró en frente de ella.
- Ah. Está bien... ¿Quieres ir a dar una vuelta? Es que no puedo encontrar a Harry ni a Ginny – La miró, pensativo. Hermione entrecerró los ojos- Oh, no, no es que te tenga de última opción, es que… Esto… No, en serio, créeme… Yo sólo… Eh… Quería dar un paseo contigo.
Hermione sonrió.
- Está bien, yo también estoy algo aburrida. Vamos.
Ron le tendió la mano, ella la agarró, gustosa. Era increíble lo mucho que Ron había cambiado. Ya no era el inmaduro e insoportable chico de hacía seis años, ahora era casi un hombre, valiente, maduro, más alto, divertido, apuesto… Aunque las últimas dos tal vez siempre habían estado igual. En especial la última.
Al llegar a la puerta, las manos aún seguían entrelazadas. Ambos lo notaron, pero ninguno quiso cambiarlo.
De nuevo perdón por lo corto, jajajajaja. En fin, espero que hasta ahora este poquito les haya gustado, y si leen y dejan rvws se los voy a agradecer muchísimo
Besos a todos!
