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Comentario de la Traductora:
Hola de nuevo, al fin eh tenido tiempo de comenzar con la traducción de esta maravillosa historia de Grae sobre una de mis parejas favoritas: Rose y Scorpius. Debo confesar que esta historia la comencé a leer tan pronto terminé con Excusas y les juro que me dejó atrapada, voy a intentar traducir lo más rápido que el trabajo me lo permita (no prometo nada, pero juro que me esforzaré).
Entonces les dejo con este fanfic titulado The Birthday Present, de la autoría de la genial GraeLiars
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Comentario de la autora:
¡Hola mis estimadas! ¡Estoy de regreso! Como sea, finalmente otro Scorpius-Rose Fic después de que Excusas terminara hace muchos meses atrás. Este es algo así como un prólogo/base capítulo así que es un poquito 'blah'. Las cosas se pondrán mejores, así que por favor no me abandonen aun :-)
Este fic está un poquito al aire y probablemente me tome algún tiempo terminarlo, así que no esperen que actualice muy seguido. Especialmente ahora que de nuevo regresé a la universidad :(
Un enorme agradecimiento a todas aquellas personas que dejan reviews a mis trabajos—es algo muy preciado para mi y amo a cada uno de ustedes por tomarse el tiempo de dejarme saber lo que piensan. Y ya saben, No me molestaría si decidieran dejar un review nuevamente… como en esta ocasión por ejemplo :-)
Gracias, y disfruten.
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El cumpleaños número 24 de Rose Weasley iba en el buen camino para acontecer sin ninguna novedad. Esto no era algo necesariamente malo, después de todo, los cumpleaños de Rose habían dejado de ser algo espectacular en su cuarto año en Hogwarts, cuando todo el mundo aceptó que ella era en generalmente más madura que la mayoría de los adultos en su familia, y que no le gustaban las fiestas. Dado que su cumpleaños era en una fecha que resultaba un enorme inconveniente para todos (31 de octubre—si, había nacido en Halloween), no era muy usual que hubiese alguien cerca para celebrar con ella. O si lo había, en realidad lo que celebraban era Halloween disfrazándolo con un rápido e impersonal 'Ah, y por cierto, feliz cumpleaños Rose' en la remota esquina de un cartel. No era que a Rose realmente le importara—en realidad no le gustaban las fiestas y estaba bastante feliz de simplemente celebrar una ocasión sin relación con su cumpleaños, en lugar de felicitarse a sí misma de sobrevivir otro año. Incluso estaba más feliz de dejar a todo mundo celebrar Halloween mientras ella se quedaba en casa con un buen libro o simplemente haciendo algo que era de su completa elección. Le gustaba tener ese ocasional tiempo de tranquilidad y silencio, ya que no ocurría muy a menudo con una familia tal como la suya. Y no existía razón alguna para que este cumpleaños fuese diferente—después de todo, tener 24 no representaba exactamente un parte aguas en su vida. Era un cumpleaños como cualquiera, lo cual significaba que era mas que aceptable para Rose el no tener una fiesta.
Excelente.
Así que su cumpleaños vaticinaba ser uno muy tranquilo, en el cual ella iría al trabajo, se retiraría temprano (como siempre lo hacía en su cumpleaños), iría a la madriguera para el té de la tarde con la familia, para después ir a su casa y enrollarse en el sofá con un libro y una taza de chocolate caliente (lleno de calorías, con extra azúcar, y caramelo doble, el cual sólo se permitía beber en su cumpleaños y en navidad) y tener una pacifica tarde. Podría o no estar acompañada por su 'novio-solo-cuando-es-conveniente' Henry. Aunque talvez no debería decir lo siguiente, Rose realmente esperaba que Henry tuviese alguna fiesta espectacular a la cual haya sido invitado por su trabajo, y a la cual simplemente no pudiera faltar, y así tener que librarla de pasar con él más tiempo del necesario en el té de la tarde con su familia. Normalmente el té de la tarde que se hacía en los cumpleaños, estaba reservado para gente que había nacido dentro de la familia, o que se había casado con algún miembro del clan Weasley, sin embargo todos habían hecho una excepción con Herny porque él era excepcional.
Era el cazador estrella de los Chudley Cannons y había salvado al equipo en la temporada pasada prácticamente solo, así que no hacía falta decir que el padre de Rose lo amaba. No estaba segura, pero casi tenía la certeza de que era así, de haber visto a su padre besar la mejilla de Henry cuando este anotó el gol ganador justo cuando la snitch había sido atrapada, para que los Cannos se mantuvieran en la competencia por la copa. Henry era también muy inteligente y apasionado, características que su madre tenía en muy alta consideración. Después de que lo conocieran por primera vez, él y Hermione habían hablado por al menos una hora de la nueva política que ella intentaba aprobar y el por qué era algo crucial que se reconociera oficialmente por el ministerio (Rose no estaba segura de que se trataba esa política, pero sin duda tenía que ver algo con elfos domesticos). Después de una larga discusión, en la cual Henry había concordado con todo lo que su madre había dicho e incluso había agregado algunas opiniones personales acerca del tema, Hermione se había enamorado de la idea de tenerlo como yerno (aunque nunca lo hubiese dicho explícitamente). En los meses que le siguieron, Rose había diagnosticado a sus padres con 'mencionitis', ya que ninguno de los dos podía parar de mencionar a Henry o preguntar por él.
Estaba de sobra decir que no había tenido ningún problema para enamorar al resto de la familia—todas la mujeres admiraban su encanto y su apariencia (esta era otra de sus cualidades, pues era alto, musculoso, moreno, y tenía un par de ojos chocolate que podrían derretir a cualquiera de una sola mirada), mientras los hombres lo amaban por su habilidad atlética y su masculinidad en general. La única persona que era su tabla de salvación en la familia, pues no se dedicaba a dular a su 'novio-cuando-es-conveniente', era su tío Harry. Harry había quedado impresionado con Henry, pero tan pronto cómo fue capaz de encontrar una excusa para apartarse del gentío, Harry se había dirigido hacia donde estaba Rose (quien estaba sentada sola afuera) para tener un momento y poder hablar en privado con ella.
—Es bastante parlanchín ¿No?—le había comentado con una sonrisa significativa. Rose tomó al aire la insinuación y asintió levemente, dando un pequeño respiro ante el hecho de que su familia amaba más a su novio de lo que la amaban a ella.
—Estoy seguro de que podría hablar por hora acerca de cualquier cosa remotamente relacionada a sí mismo—le dijo mientras tomaba de su taza de té, mirando los terrenos de la madriguera por encima del armazón de sus lentes redondos. Rose rió por lo bajo. Harry había puesto una mano sobre su hombro y le había sonreído teniendo un destello de malicia que jamás le había visto en la mirada.
—¿Qué te parece si dejamos al resto caer a los pies de Henry, y tú y yo vamos a tener una agradable partida de ajedrez?
Nunca, en toda su vida, Rose había amado más a su tío. Se pasaron las siguientes dos horas jugando ajedrez hasta que el resto de la familia recordó que existían.
Rose no le tenía resentimiento a Henry por ser amado por su familia. No podía guardarle resentimiento por que en realidad ella sentía mucha indiferencia hacia él. Era una gran persona, totalmente arrogante, pero ella suponía que eso a veces venía con la grandeza, y era muy buscado por miles de mujeres alrededor del país, si no es que del mundo. Él era exactamente el tipo de chico que ella debería traer a casa a conocer a su familia, así que así lo había hecho; aun tomando en cuenta que ellos en realidad no estaban 'saliendo'. Se abrazaban, se besaban, y de vez en cuando se acostaban, pero aun no ponían nada por sentado. Él siempre decía que le era difícil estar en una relación con alguien cuando se veía forzado a dedicarle tanto tiempo al equipo (lo decía de la misma forma que un gangster podría referirse a 'la familia') y que sería injusto para ella si él le prometiera comprometerse en algo de lo cual sabía que en realidad no podría responderle.
Esto en realidad no le había importado—en realidad no quería que él se comprometiera con ella, y ella realmente no quería comprometerse con él. Pero era lindo tener algo así como un alguien ahí. Así que mantenían esta cosa de su 'no-relación' y disfrutaban de la compañía del otro cuando tenían tiempo para compartir. Pero ella no esperaba que él hiciera algo de tiempo para pasarla con ella en su cumpleaños y eso estaba muchísimo más que bien para ella.
Así que mientras Rose alistaba su escritorio para irse temprano, tal y como lo hacía cada cumpleaños, la única pregunta que aun flotaba en su cabeza era qué libro iba a leer en la noche mientras celebraba con un delicioso y lleno de calorías chocolate. Terminó de empacar algunas cosas en su bolso antes de colgárselo al hombro y salir de su oficina.
—Feliz cumpleaños Rose—le deseó Arrabella Argenforg cuando pasó frente a la oficina de Rose.
—¡Gracias!—respondió con una sonrisa. Con la felicitación de Arrabella significaba que todos en el piso habían dedicado unos minutos a desearle un feliz cumpleaños hoy.
Todos excepto Scorpius Malfoy.
Rose pensaba que esto era bastante extraño. No era como si fueran enemigos: por el contrario, Rose y Scorpius se llevaban bastante bien. Eran amables el uno con el otro, mostrando respeto mutuo hacia las habilidades del otro, y encontrando refrescante el hecho de que podían compartir profundas e intelectuales conversaciones entre ellos. Habían trabajado juntos en muchos casos sin ningún problema; Rose estaba gratamente sorprendida de darse cuenta que Scorpius era extremadamente organizado y dedicado a su trabajo. De hecho, en comparación, Rose era un desastre, ya que continuamente dejaba sus notas y pergaminos a medio escribir esparcidos por su oficina, mientras que los de Scorpius estaban perfectamente apilados en pequeños grupos en su escritorio. Pero aun así trabajaban bien juntos—siendo parte del Departamento de Cooperación Mágica Internacional, estaban a cargo de asegurarse de que las cosas entre los países y grupos interinos se mantuviera amistosa, lo cual significaba codearse con las altas esferas y encantar a la gente, algo en lo que Scorpius era muy bueno. Él era probablemente la única persona en el universo conocido, que le podía dar una buena arrastrada a Henry en cuanto a esto. Y siendo hija de Ron weasley y Hermione Granger, sin mencionar sobrina de Harry Potter y Ginny Weasley, significaba que usualmente la gente era más que feliz de tener contacto con Rose; así que trabajaban perfectamente bien, y sus incursiones juntos habían sido bastante civilizadas en sus muchas asignaciones.
Y solían coquetearse mutuamente. Constantemente. Era de manera juguetona e inofensiva—ambos lo sabían. Era simplemente un juego entre casi-amigos que de vez en cuando buscaban tener un poco de diversión. No importaba si alguno de ellos tenía pareja o no, porque los dos sabían que el juego no significaba nada y por ende no había nada de lo cual preocuparse. Scorpius a menudo la saludaba con una clásica línea que bien podría ser descrita como para levantar chicas, y ella a menudo le guiñaba el ojo por encima del hombro cuando se alejaba. Se enganchaban en lo que se podía considerar simplemente conversaciones sin sentido e incluso habían ocasiones en las que él le besaba la mano con una sonrisa presuntuosa, o circunstancias en las que la tomaba de un costado y la acercaba más a él antes de aparecerse a las reuniones internacionales cuando Rose era perfectamente capaz de aparecerse por sí misma. Pero no significaba nada, simplemente eran dos personas que se llevaban bien.
Entonces había ocurrido esa vez en la que ella y Scorpius se la habían pasado un poquito mas que bien.
Había sido hace un mes, una noche de viernes después del trabajo. Rose tenía planes con Henry, pero él le había tenido que cancelar para asistir a otro compromiso con el equipo que había surgido de manera inesperada (léase: bebidas en un club exclusivo lleno de damas fáciles en muy poca ropa). Rose decidió entonces ir a un bar y ahogar sus supuestas penas por ser hecha a un lado ante la tentativa de una versión más joven y guapa de sí misma, sólo para descubrir que realmente no le importaba lo que Henry hiciera con su tiempo. Así que Rose se encontraba en un bar que nunca antes había visto, en medio de una tranquila y apartada parte del Londres muggle, no estando ni siquiera ebria, disfrutando de la música apartada de la gente, que seguramente ni siquiera la reconocía como alguien de importancia.
Decir que estaba sorprendida de ver a Scorpius Malfoy sentarse junto a ella hubiera sido quedarse corto.
Él había iniciado la plática con una línea particularmente melosa mientras se deslizaba en la banca junto a ella, preguntándole porqué estaba aquí completamente abandonada.
—Mis planes se cancelaron—respondió encogiéndose los hombros—así que pensé que podría tener una noche tranquila y tomar unos tragos.
Él le sonrió de manera presuntuosa mientras ordenaba dos bebidas con alcohol que ella creyó haberle escuchado llamar 'ciders' y sacó algo de dinero muggle.
—Lo cual duramente traducido dice que te plantaron y estas ahogando tus penas—tomó un trago de uno de los vasos y le pasó el otro.
—No—se defendió, sin embargo aceptó la bebida sin ninguna réplica, ya que era mas o menos cierto—No estoy triste por haber sido plantada, honestamente no me importa un carajo lo que Henry hace con su tiempo; simplemente ya había hecho planes y como se cancelaron pues llené el tiempo con algo más.
Él hizo una pausa mientras giraba la cabeza observando el lugar, lo cual aparentemente, para un hombre como él, era una situación difícil.
—¿Así que viniste a un diminuto bar en el Londres muggle después de que tus planes con un hombre (que no te importa en lo más mínimo) se cancelaron, porque no tenías nada más que hacer en un viernes por la noche?—el rubio tenía una ceja levantada, y ella podía jurar que estaba intentando hacerla sentir como una idiota.
—Si—respondió con un asentimiento mientras tomaba un trago de su bebida—en casa simplemente me hubiese aburrido.
Scorpius se rió mientras levantaba su propio vaso.
—Realmente necesitas un hobby.
El rubio sonrió de manera presuntuosa antes de tomar un largo trago de su bebida cuando ella frunció el ceño. Eventualmente ambos se levantaron de la barra y se dirigieron a un pequeño privado en la parte trasera del bar, donde se sumergieron en más conversaciones sin sentido, lo cual dio paso a más flirteo, y a más bebidas. Rose recuerda haber pensado que aun con la falta de luz, el cabello de Scorpius era como un faro que continuaba brillando sin importarle en lo más mínimo la falta de iluminación, y que sus ojos grises eran bastante bonitos. Casi seductores. Y que su colonia era bastante magnética, porque de alguna manera la había ido atrayendo cada vez más cerca de él, hasta que estaban sentados uno junto al otro. Y que su voz tenía un tono suave que seguramente ella no se había permitido notar antes.
Tras el transcurso de varias horas, la situación se había ido envolviendo en una atmósfera de espontaneidad y despreocupación que había llevado a Rose a pensar que era perfectamente aceptable que ella besara a su colega de trabajo en una esquina de aquel pequeño bar muggle. Aunque al parecer no era la única, ya que Scorpius aparentemente había pensado que era enteramente aceptablemente el hecho de prácticamente jalarla hacia sus piernas y besarla hasta quedarse sin aliento. Decidiendo que probablemente un bar muggle no era el mejor lugar para lo que ambos tenían en mente, de alguna manera se las habían arreglado para tambalearse hacia la salida del bar, y caminar abrazados hacia un pequeño y húmedo callejón para aparecerse en el apartamento de Scorpius. De ahí en adelante todo era bastante confuso. Lo único que en realidad recordaba con alguna clase de claridad era haber estado tumbada en su cama, semi-desnuda y besando a Scorpius mientras gemía de manera incansable. En medio de gruñidos de placer, él murmuró algo contra su cuello.
—Mía—dijo de manera suave con una impresionante cantidad de convicción. Rose había respondido con un sonido indefinido (algo más cercano a un gemido) en respuesta, demasiado ocupada con el inminente sexo como para preocuparse en hablar.
Entonces él se detuvo.
Se detuvo completamente. Ningún músculo se le movía. Los ojos de la pelirroja se abrieron repentinamente para mirarlo, encontrándolo mirándola fijamente con una extraña ferocidad.
—Mía.
En realidad ella no sabía de lo que estaba hablando, después de todo, estaba distraída en otras cosas en ese momento. Pero él parecía preocupado, un poco asustado incluso. Desesperado. Y la manera en la que la miraba le había revuelto algo; entonces ella lo comprendió. Él se estaba refiriendo a ella. Él quería que ella fuera suya.
Bueno, estaba a medio camino (ok, más que a medio camino) de cogérselo ¿Y él sentía la necesidad de clarificarlo en este preciso momento? ¿Qué el besarlo en el bar y permitirle quitarle la ropa (en un tiempo record) no era suficiente evidencia? Lo maldijo de manera silenciosa e hizo su mejor esfuerzo por no enojarse. Entonces vio cuan aterrorizado estaba y decidió ser compasiva. A través de la confusión, deslizó una de sus manos fuera del cuerpo del rubio y le tomó la mano, que a esas alturas se aferraba fuertemente a la sábana que se encontraba a un lado de la cabeza de la pelirroja. Él siguió el camino de la mano de la pelirroja hasta que tocó la suya, entrelazando sus dedos cuando la tuvo completamente en su poder. Rose, quien en ese momento lo consideró una gran idea debido a la cantidad de alcohol que tenía en su sistema, se había incorporado para besarlo con una sinceridad que la sorprendió a ella misma y a Scorpius por igual. Llevó sus labios hacia el oído del rubio y susurró lo suficientemente alto como para que él lo escuchara.
—Tuya.
Repentinamente él nuevamente recuperó la movilidad, al igual que ella, haciendo desaparecer las últimas capas de ropa que aun cubrían sus cuerpos, terminando todo en un crescendo de gemidos y jadeos muy cercanos a palabrotas. Él no le soltó la mano en todo el proceso.
Completamente exhausta, Rose cayó dormida prácticamente de inmediato. Cuando se despertó a la mañana siguiente tenía una resaca asesina, un considerable ataque de remordimientos (Aunque no tantos en realidad como debería; pero entonces recordó que ella y Henry en realidad no estaban saliendo, por lo cual aquello no contaba como engaño. Y lo que es más, ella estaba 95% segura de que él había dormido con alguien más durante su… lo que sea que hubiera entre ellos) y un Scorpius roncante que la tenía apresada entre sus brazos. Se había removido con mucho cuidado de la escena del crimen, y se había aparecido de regreso a su apartamento donde se dio una rápida ducha antes de regresar a la cama y dormir por varias horas. Rose había estado más que un poco preocupada por ir al trabajo el Lunes, debido al miedo de tener que enfrentar a Scorpius, pero cuando el día llegó, él parecía no recordar lo que había ocurrido. O si lo recordaba, había tenido la decencia de no decir nada acerca de ello. Regresaron entonces al coqueteo constante; él aun le besaba la mano y parecía tener la necesidad de pararse más cerca de lo considerado apropiado para dos compañeros de trabajo, y ella le guiñaba el ojo mucho más y le aventaba besos sarcásticos cuando él decía algo provocativo. Todo había regresado a la normalidad.
O al menos así había sido. Hasta el cumpleaños número 24 de Rose. Entonces todo se hizo más complicado.
Ella simplemente debería haber continuado su camino. Realmente debió haber continuado su camino y aceptar el hecho de que Scorpius no quería decirle Feliz Cumpleaños. Pero, por razones que no podía ni se permitiría comprender, le dolía un poco el hecho de que él no recordara su cumpleaños. Los años anteriores lo había recordado. Y ella le había informado hace no más de dos días que no iba a ir a la gala de Halloween del Ministerio porque era su cumpleaños. Él lo sabía. Ella sabía que él lo sabía. Y aun así él no le había dicho nada. Tal vez simplemente no había tenido tiempo de ir a verla a su oficina. Tal vez eso era todo. Simplemente no se había podido hacer tiempo. Bueno, ella le daría la oportunidad perfecta.
Mientras Rose pasaba por la oficina del rubio en su camino a la salida, giró la cabeza hacia la puerta abierta y lo vio escribiendo elegantemente a través del pergamino. En la nota probablemente estuviera diciéndole a alguien que pusiera su trasero a trabajar y dejara de ser un pendejo, pero aun así lucía impasible, elegante y con gracia. Cuando Rose escribía una nota como esas su rostro siempre se contorsionaba mientras gesticulaba sus palabras llenas de furia. Scorpius siempre le hacía comentarios al respecto. No era su culpa—no todo el mundo podía alcanzar el rostro aburrido e inexpresivo que él poseía.
—¡Buenas noches!—le dijo con una sonrisa, ante lo cual él levantó el rostro para mirarla con una mueca de confusión e intriga en sus facciones—te veo el lunes.
Él levantó una ceja e hizo desaparecer el pergamino en el cual escribía con un movimiento de su muñeca.
—¿Buenas noches?—le cuestionó, su sonrisa presuntuosa comenzando a hacerse camino entre sus labios.
—Sip—dijo encogiéndose los hombros con una sonrisa—me voy a la madriguera para el té de la tarde.
Observó como el rostro del rubio cambió su expresión a una de shock sobreactuada mientras comenzaba a avanzar hacia ella.
—¿Me traicionan mis oídos?—le preguntó de manera juguetona mientras se aproximaba al frente de su escritorio—¿Acaso la pequeña Rose Weasley, la mismísima premio anual, se está yendo del trabajo temprano?
Rose le echó una mirada y se acomodó el cabello sobre sus hombros de manera coqueta.
—Si—respondió de manera exagerada—Tal y como siempre.
—¿Siempre?—se metió las manos a las bolsas de su pantalón mientras caminaba hacia ella nuevamente—¿Desde cuando has hecho un hábito escaparte del trabajo?
Rose dio unos pasos hacia delante, cruzándose los brazos, para encontrarlo a medio camino de su oficina.
—Lo vengo haciendo desde que comencé a trabajar aquí—dijo encogiéndose los hombros de manera casual y rió un poco ante la falsa expresión de shock que Scorpius tenía en el rostro.
—Sabes Weasley—le dijo moviéndose nuevamente hasta que quedó a apenas unos pasos de ella—Como un preocupado y dedicado colaborador, es mi responsabilidad reportar tal conducta rebelde y tumultuosa.
—Difícilmente me creo capaz de causar un tumulto, Scorpius—dijo rodando los ojos, pero no pudo evitar la sonrisa que se formó en su rostro.
—¡Eso es lo que todos dicen!—rebatió, aparentemente disfrutando la escena—¡Siempre comienza con una salida temprano y después BAM! ¡Estas llegando al trabajo con tus pijamas y sin lavarte los dientes!
El rubio le dedicó una sonrisa genuina que casi le quita el aliento. Podría ser que ella aun no hubiese desarrollado una tolerancia a esto durante sus meses de incansable y despreocupado coqueteo.
—Vamos Scorpius—le dijo con una sonrisa, su voz sonaba sincera—deja a esta chica divertirse un poco en su cumpleaños.
El rostro de él se relajó un poco mientras la miraba de manera extrañada, claramente confundido.
—¿Cumpleaños?—le preguntó como si estuviera repasando los hechos en su cabeza.
—Cumpleaños—confirmó Rose asintiendo mientras intentaba no sentirse molesta por el hecho de que él en realidad lo había olvidado.
—¿Veintitrés?—dijo intentando adivinar sin éxito su edad. Cómo se había podido equivocar era algo que Rose no alcanzaba a comprender ¡Eran de la misma maldita edad!
—No—dijo con una ligera risa—eso fue el año pasado, cuando de hecho sí recordaste mi cumpleaños.
—¿Lo hice?—le dijo pareciendo realmente shockeado.
—¡Si!—Rose sonrió ante su adorable mueca de confusión—me deseaste feliz cumpleaños a primera hora de la mañana.
—Si lo hice ¿hmmm?—preguntó con su sonrisa característica—¿Atesorando memorias de nuestro momentos juntos eh Weasley?
Rose sintió como que había algo cocinándose lentamente debajo de aquella afirmación, pero decidió ignorarlo y simplemente reir.
—Oh si Malfoy—le dijo de manera dramática—mi único deseo es poder crear un pensadero con cada uno de los momentos en los cuales disfruto de tu compañía, así podré revivirlos una y otra vez.
—Considero que el sarcasmo le resta bastante atractivo a una mujer—le dijo con esa encantadora sonrisa presuntuosa tan de él.
—Entonces es una suerte que no esté intentando atraerte ¿No Malfoy?—esta pudo haber sido una pequeña mentira, pero estaba segura que él no había puesto atención a esto. Él echó una carcajada llevando la cabeza hacia atrás mientras otra gloriosamente genuina sonrisa llenaba su rostro. Rose simplemente sonrió de manera educada, deseando poder escapar pronto—se sentía un poco mal de que él no lo recordara y de que ahora se diera cuenta de que disfrutaba pasar tiempo con él.
—Entonces—dijo regresando la mirada hacia ella—veinticuatro ¿eh? La pequeña Rosie Weasley se está envejeciendo.
—No me digas Rosie—respondió de manera casi instintiva ante lo cual el simplemente sonrió nuevamente.
—Correcto—continuó sin darle importancia—¿Has disfrutado tu día?
—Si—dijo asintiendo—Eh tenido un día adorable, gracias. Me han consentido mucho.
Él levantó las cejas y la miró nuevamente confundido.
—¿Consentido?
—Si—confirmó nuevamente asintiendo—mi mamá y mi papá siempre me dan maravillosos regalos, como todo el resto de mi familia. En realidad creo que no tengo tanto espacio en mi casa para todas las cosas que me han dado.
El rostro de Scorpius quedó inexpresivo cuando se pasó una mano por el cabello.
—No te compré nada—le dijo con tono franco.
—No esperaba que me dieras nada—le respondió abruptamente.
—Probablemente debí comprarte algo—le dijo encogiéndose los hombros y comenzó a remover sus manos dentro de sus bolsillos—Es lo habitual.
Sus cejas repentinamente se alzaron cuando al parecer encontró algo dentro de su bolsillo. Sacó un pequeño anillo y lo miró de manera curiosa.
—¿qué demonios…—Scorpius parecía completamente desconcertado por la existencia del anillo, lo cual Rose encontró bastante raro porque lo había sacado de su bolsa. Miró hacia ella y después de nuevo al anillo que tenía entre las yemas de sus dedos. Su rostro entonces se iluminó luciendo casi como un pequeño en su primer año en Hogwarts.
—Toma—le dijo ofreciéndoselo—puedes quedarte con esto.
—Realmente no es necesario—le dijo Rose con una sonrisa gentil. Él le acercó el anillo nuevamente.
—Vamos, quédatelo.
Rose se cruzó los brazos y lo miró levantando una ceja.
—Scorpius no voy a tomarlo únicamente para que no te sientas culpable.
—No me siento culpable—aclaró Scorpius encogiéndose los hombros y mirando hacia el anillo con repugnancia—simplemente quería deshacerme de esta vieja cosa y tú me presentaste la oportunidad perfecta.
—Que bien—dijo rodando los ojos mientras se llevaba las manos a las caderas—¿Me debo sentir especial?
—¿En realidad prefieres que me sienta culpable?—le dijo con una sonrisa presuntuosa y le ofreció el anillo acercándoselo al rostro.
—No.
—Únicamente es un maldito anillo Rose—se estaba poniendo sensible, eso era mas que obvio—De verdad; iba a deshacerme de él.
—¿Así que entonces me das tus restos?
—No, te quedas con algo usado que alguien me regaló. Esa es la diferencia.
Rose resopló y le echó una mirada que claramente decía 'Me importa una mierda'
—¿Y que es lo que Scorpius Malfoy sabe de cosas usadas?
—Muy poco, la verdad esta es la única cosa que jamás eh recibido de esta forma—miró hacia el anillo arrugando la nariz en una mueca de desdeño—nunca hubiese elegido poseer algo así de manera voluntaria.
—Ahora estas haciendo que sienta compasión por el anillo.
Sus ojos se iluminaron repentinamente y una sonrisa esperanzada cruzó sus facciones.
—¿Entonces quiere decir que te lo vas a quedar?
—No—Rose dio un ligero paso atrás, imaginando que si se distanciaba de él a lo mejor no sería tan condenadamente persuasivo—no es mi deber quedarme con lo que alguien te regalo.
—No te lo estas quedando—replicó él avanzando hacia ella—Yo te lo estoy regalando.
—No voy a tomar ese anillo—le dijo con tanta resistencia como pudo reunir. Él levantó una ceja y la miró con simulada autoridad.
—¿Acaso tus padres nunca te enseñaron que es de muy mala educación rechazar los regalos que te da la gente?
—El anillo no se suponía que fuera para mi; eso hace la situación diferente.
Él suspiró pareciendo bastante irritado.
—Sólo tómalo Rose, por favor, no lo quiero.
—No voy a aceptarlo Scorpius—le dijo con convicción mientras lo miraba a los ojos.
—Estaba planeando empeñarlo en algún lugar del callejón diagon después del trabajo; si te lo quedas al menos sabré que vas a cuidar de él.
Rose se permitió mirar de cerca al pequeño anillo plateado. Tenía una enorme joya verde en el centro y la banda estaba curvada y grabada con un hermoso adorno. Habían también pequeñas piedras de onyx bordeando la esmeralda del centro, dándole un aspecto antiguo que a ella le gustó mucho. En serio, ¿Cómo alguien querría deshacerse de algo que lucía tan tan bonito? Rose tomó el anillo con aprehención.
—¿Estás seguro de que no lo quieres?—le preguntó con precaución, admirándolo un poco más bajo diferentes angulos—es muy muy bonito.
Él resopló. Aparentemente el anillo no estaba hecho para ser únicamente 'bonito'.
Entonces, tan rápido como un rayo, Scorpius capturó una de sus mano y le puso el anillo en la palma. Él cerró su mano sobre la de ella para que no tuviera mas opción que quedarse la pieza.
—Positivo—le dijo con determinación antes de retirar su mano de la de ella. Rose abrió su mano y miró hacia el anillo que estaba oculto en su palma. En realidad era muy muy bonit… impresionante. Sonrió mientras lo deslizaba por su dedo de en medio. Scorpius dejó escapar un suspiró dramático, mirándola como si debiera estar avergonzada por lo que estaba haciendo, y reclamó su mano tomándola nuevamente.
—Va en tu dedo del anillo Rose—se lo quitó del dedo de en medio y lo deslizó en su anular de la mano izquierda. Rose lo sintió encogerse para ajustarse a su dedo perfectamente y entonces lo examinó. No le importaba que no estuviera diseñado para ser bonito, por que en realidad lo era. Era bonito, impresionante e imponente, y también de alguna manera, ahora su mano lucía y se sentía importante con el anillo en ella.
Scorpius aun le sostenía la mano y miraba hacia el anillo que ahora descansaba en su dedo. Sonrió para sí mismo con algo extraño brillándole en los ojos.
—Perfecto—murmuró suavemente. Rose, demasiado envuelta en lo impresionante que la chuchería era, simplemente asintió y continuó examinándola de diferentes ángulos torciendo su mano en diferente posiciones.
—Si—concordó—estoy segura de que luce mucho mejor en mí de lo que jamás lució en ti.
Scorpius rió por lo bajo y recorrió con su pulgar el dedo en el cual estaba el anillo, en un gesto que se sintió demasiado íntimo para gusto de Rose, pero simplemente lo atribuyó al pequeño juego que había entre ellos. Él esbozó su sonrisa presuntuosa una vez más dejando libre su mano.
—Feliz cumpleaños Rose—le dijo mirando hacia sus ojos, que aun estaban enfocados en el anillo. Levantó la vista cuando escuchó su nombre y sonrió.
—Gracias Scorpius—su sonrisa se hizo grande y radiante, aun sabiendo que había recibido aquel bonito anillo debido a que él no había recordado su cumpleaños—Y gracias por el muy adorable, aunque innecesario regalo.
Se mantuvieron ahí, simplemente mirándose el uno al otro y sonriéndose por unos momentos. Rose entonces regresó a la realidad ante el hecho de que Scorpius parecía volver a sonreír de manera presuntuosa—aquello muy raramente significaba buenas cosas para ella. Le mantuvo la mirada por más tiempo del que probablemente se considerara apropiado, secretamente reafirmándose a sí misma que este era un perfectamente aceptable intercambio de regalos entre dos compañeros de trabajo que eran además amigos. Depués de todo, él ni siquiera quería el anillo. Y ella cuidaría de él. Rose miró animadamente su reloj para romper con la tensión.
—Bien, tengo que regresar a mi escape de la oficina—le dijo con una sonrisa juguetona mientras se giraba a abrir el agujero detrás del retrato—No trabaje demasiado sin mi.
Lo escuchó reír divertido mientras ella salía de la oficina con un leve bote en su andar. Mientras se pavoneaba hacia las chimeneas para viajar hacia la madriguera, Rose se sintió considerablemente más feliz acerca de todo este asunto de su cumpleaños. Su mano ahora ostentaba una impresionante baratija que lucía perfecta en su dedo, su chocolate caliente lleno de calorías estaba esperándola en casa, y la probabilidad de tener que escuchar a Henry hablar de sí mismo durante toda la tarde eran mínimas. Si, el cumpleaños número 24 de Rose Weasley pintaba para ser deliciosamente y perfectamente un día sin ningún eveto extraordinario.
Cuan equivocada estaba.
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Comentario de la autora:
Bum bum bum buuuuuum! Anyhow...please review (OMG that rhymes! haha...sorry, i need sleep) :-)
Bum bum bum buuuuuum! De cualquier manera...por favor dejen un review (OMG ¡Eso rima! jaja...lo siento, necesito dormir) :-)
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Comentario de la traductora:
Para quien no la reconozca, la canción que Grae adulteró para su pequeña campaña de petición de reviews es el coro de la canción de Vengaboys:
www . youtube watch?v=llyiQ4I-mcQ (dejo el link para quien tenga curiosidad y no recuerde, ya saben borren los espacios).
Les mando un enorme saludo, y espero que les haya gustado este primer capitulo, la historia actualmente va por el capitulo seis (Grae aun no se ha dado tiempo de subir el siete y nos tiene en ascuas a todas sus asiduas lectoras :C), pero prometo que la historia vale mucho la pena, Grae no les va a defraudar con esta historia que en realidad es genial y adictiva (sólo porque no me pueden ver traduciendo, pero desde que me senté hace varia horas no lo eh podido dejar hasta que terminé… a mi me encanta y con los detalles que ya tengo de los capítulos avanzados solo me desternillo de la risa :D).
Les mando un enorme saludo, acepto quejas y sugerencias con respecto a la traducción, por supuesto que todos los reviews que lleguen de aquí en adelante (como ocurrió con el fic Excuses de la misma autora) voy a traducirlos íntegramente para hacérselos llegar a Grae.
Y para terminar con estilo.
CIAO.
P.D. a quien le interese leer la historia en su idioma original, aquí les dejo el link:
www . fanfiction s / 7882298 / 1 / The-Birthday-Present
(borren los espacios, y de todas formas, si hay algun fallo y la dirección no se puede ver o no pueden acceder, la historia está entre mis favoritos).
