Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece, todos son propiedad de su autora J.K. Rowling, yo solo los tomó prestados para saciar mis fantasías y demás... xP (nada lucrativo TxT)
La historia es del tipo slash, aún no podría asegurar si es un HP/DM o un DM/HP... que me supongo, y conociendome, sé que será lo primero Muaaajajajajajajaaja xP
Les advierto que esta historia esta totalmente fuera de la realidad, es una idea loca que se me ocurrió ayer por la noche... bueno, una de las tantas locuras que me dió. Espero les guste. Aunque deba advertirles que aquí Harry es el malo y Draco el bueno (buenote x3)
Ahora si, a leer!!
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Encuentro
Sentado entre las sombras, perdido en la noche, una figura se desprende de entre los árboles, en cuclillas asemejándose a un felino. Su esbelta figura parece inerte oculta de la luz de la luna. Sus ojos brillantes parecen al acecho de un joven rubio quien camina por el bosque oscuro, temeroso de lo que llegase a encontrar en el o de lo que fuere a salir. Trae en su mano fuertemente asida, la brillante varita que emana la suave luz de aquel "lumos maxima" que acabara de darle antes de salir de la seguridad del castillo. Aferrándose a su túnica, parece querer abrazarse y desaparecer de aquella terrible noche oscura; pero debe seguir adelante ya que sabe que "él" le espera.
-Llegas tarde… -le dijo la voz de aquel que salió de las sombras, asustando al pobre chico rubio quien cayó tendido al piso del susto.
-¡Harry! –se puso la mano en el pecho, tratando de calmar sus palpitaciones- me has dado un horrible susto…
-Draco… solo tu podías lloriquear como una chica.
-¿Cómo una chica? –el rubio seguía observando como era que el brillo esmeralda de los ojos de su líder resaltaban en aquella espesa oscuridad del bosque- lamento que pienses así de mí; ya que me he arriesgado bastante al salir hasta aquí para verte…
-¿Arriesgado? –le sonrió tétricamente- me vas a hacer llorar, Malfoy… tan igual a tu padre de quejumbroso…
-No metas a mi padre en esto, Potter… -Draco se había ofendido ante la burla hacia su padre que acababa de hacerle el niño consentido de Voldemort.
Harry sentándose en la raíz de uno de aquellos enormes árboles, se dispuso a contemplar la gloriosa imagen de aquel hermoso castillo que era Hogwarts. Le gustaba mucho como era que parecía brillar y sobresalir en todo ese patético mundo que tanto deseaba destruir. Sonrió al ver como el joven hijo de los Malfoy se sentaba a su lado dispuesto a hacerle compañía.
-Parece mentira como es que ese estúpido de Dumbledore se haya creído todo ese cuento absurdo del "niño-que-vivió". –dijo suavemente el único hijo de los Potter.
-Ha puesto toda su confianza en ti, Harry… -le dijo el rubio mientras observaba de igual manera aquel castillo que se levantaba en la montaña- dudo mucho que se dé cuenta de lo que en verdad sucedió.
Potter sonrió levemente, cerró los ojos mientras el viento jugaba con su lacio cabello oscuro, pensaba en todo lo ocurrido a lo largo de su existencia, que a pesar de ser tan corta (16 años) ya sabía que el final era tan palpable como el amanecer que muy pronto llegaría. Sabía que recaía una gran responsabilidad en él, que era el elegido del señor tenebroso; se sentía privilegiado al ver como era que Voldemort lo consentía y a la vez, podía notar como era que ese mismo Dark Lord, humillaba y torturaba a los demás de sus sirvientes mortífagos. Él era especial para el Tenebroso, razón por la cual sabía que ese oscuro ser, le brindaba todo su apoyo así como su protección.
El cielo comenzó a escupir unos brillantes rayos de electricidad mientras el viento parecía castigar a las ramas de los árboles, no cabía duda de que la tormenta se acercaba. Draco Malfoy volteo a ver a su líder, quien parecía estar aún sumergido entre sus pensamientos.
Ese rayo que atravesó el cielo, lo hizo recordarse de ese evento que marcó su vida para siempre. Cuando apenas contaba con un año de edad; Voldemort había estado yendo a las casas de los magos más poderosos en todo Londres Mágico exigiendo que se les unieran en su causa¿cuál era ésta? una muy sencilla: Londres Mágico merecía tener en sus entrañas a magos de sangre pura, hijos de magos de nobles estirpes y no patéticos hijos "sangre sucias" de esos asquerosos muggles, que solo habían infectado a ese bello Londres mágico con su odiosa presencia. Algunos magos siguieron a ese nefasto ser atados por horribles amenazas de tortura y muerte, mientras los que se rehusaban, eran masacrados de inmediato.
Voldemort siguió caminando hasta llegar a casa de los Potter, los cuales se negaron rotundamente a participar de tan espantoso plan. El señor tenebroso deseaba que en verdad, Lily Potter se uniera a él, ya que era una bruja excepcionalmente lista y buena en los hechizos. James Potter sin duda también era muy poderoso, necesitaba de esa pareja de grandes magos de su lado; pero al rehusarse hicieron agrandar la ira de aquel oscuro mago y sin más dio muerte a James. Lily por su parte, corrió hacia la habitación de su pequeño bebé Harry para tratar de salvarlo de aquel ser. Sin voz comenzó a conjurar un hechizo, uno muy antiguo… una magia realmente fuerte que nadie podría romper, ni el tiempo ni la muerte… y el profundo amor que le tenía a su pequeño vástago selló aquel conjuro mientras a su espalda, una sombra malévola se dejaba ver por la puerta de aquella habitación. Una luz verde cubrió a la joven mujer, dejándola sin vida, tendida en el piso. Voldemort se acercó a la cuna, vio con sus ojos hundidos a aquella indefensa criatura y sonriendo apuntó su varita hacia el pequeño. Un rayo de luz se reflejó en toda aquella habitación, Voldemort había desaparecido.
El tiempo pasó y Harry Potter se había convertido en el niño-que-vivió, todo Londres mágico lo veneraba por haber sido aquel que diera muerte al mago oscuro. Pero había algo en esos inquietantes ojos esmeralda del joven Harry. Se convirtió en un buen estudiante de Hogwarts, había pertenecido a Slytherin gracias al sombrero seleccionador. Era el segundo consentido de Snape, pues el primero era Draco su ahijado. Harry Potter junto a Draco Malfoy se habían convertido en el centro de todas las miradas de Hogwarts. Eran un par de jóvenes bien parecidos, brillantes, misteriosos, siempre guardando sus emociones, nadie sabía lo que sentían esos dos chicos tan enigmáticos. Eran como el día y la noche; uno tan oscuro y siniestro, sin duda Potter era la noche y Draco Malfoy era tan brillante y hermoso como el mismo día.
-Harry… debemos irnos, viene una tormenta –le advirtió el rubio sintiendo como pequeñas gotas de lluvia caían en su rostro.
-¿Le temes a una tormenta, Draco?
-No le temo a la lluvia, Potter, lo que no quiero es que mi cabello se moje.
-Vamos Draco –le sonrió el ojiverde- de igual forma sigues viéndote hermoso… no me cabe duda de el porqué tu padre esta tan orgulloso de ti y te cuida tanto de… los demás idiotas.
-¿Ya nos vamos? –le preguntó fastidiado. El ojiverde asintió y ambos regresaron corriendo a Hogwarts. Entraron sin ser vistos y sigilosamente, se dirigieron a sus dormitorios en las mazmorras de Slytherin. Se acostaron en sus respectivas camas; Draco Malfoy no podía dormir, aún pensaba en aquello que le dijera el viejo Dumbledore aquella mañana.
Se comenzó a sentir intranquilo, ese pensamiento no lo dejaba en paz. Se acostaba de un lado, se acostaba de otro… no lograba conciliar el sueño. Trato de entretenerse viendo las sombras de las ramas de los árboles en la pared, pero era imposible lograrlo… esa voz, esa petición, esa pregunta… no lo dejaban dormir.
FLASHBACK
Snape le había pedido a Draco que lo acompañara al despacho del director Dumbledore, ya que al parecer, ese viejo deseaba que el rubio asistiera a tomar cierta clase que le iba a beneficiar en sus estudios. Al llegar dentro de la oficina, pudo darse cuenta de que todo era un pretexto ya que en realidad lo había citado para hablar de otra cosa.
-Joven Malfoy… tome asiento por favor.
-¿Para que me mandó llamar? –le preguntó el rubio mientras no dejaba de arrojar miradas incriminatorias a su padrino por haberle llevado a base de engaños.
-Malfoy –le comento el anciano en un tono relajado- el profesor Snape te trajo aquí por órdenes mías… y no todo lo que te dijo eran mentiras, hay algo de verdad en esas palabras.
-Bien… -el rubio se cruzó de piernas tan elegantemente, que el anciano sonrió ante aquella pequeña muestra de esa gran aristocracia que poseían los Malfoy-… me puede decir para que me mando hablar, entonces?
-Verás, Malfoy. Estamos pasando por momentos muy difíciles, Voldemort esta cada vez más cerca de nosotros y la guerra parece ser inevitable ya.
-Eso no es ninguna novedad…
-Sé que está consiente de ello, joven Malfoy. Pero hay algo que me gustaría que supiera…
-Y bien?
-Esto es realmente difícil de decir así como también es difícil de tomar una decisión en cuánto a ello y lo sé porque en esta ocasión, Draco, la supervivencia de Hogwarts y de todo el mundo mágico está en tus manos.
-¿En mis manos? –miró incrédulo y a la vez dudoso al anciano- pero… ¿cómo podría ser eso¿qué no sabe que mis padres son mortífagos?
-Lo sabemos, al igual que sabemos que tu también estás próximo en convertirte en uno de ellos…
-¿Cómo puede saber eso? –le preguntó indignado.
-Draco… estamos enterados de muchas cosas, una de ellas es que sabemos que tus padres están bajo las órdenes de Voldemort debido a una cruel amenaza de parte de él, ya que, estamos completamente seguros de que tus padres, tanto Lucius como Narcisa no desean que te unas a las fuerzas oscuras del señor tenebroso.
-P-pero… ¿quién diablos le dijo eso? –le bufó molesto y a la vez ofendido ante dichos comentarios del director. Odiaba saber que Dumbledore supiera tanto de él y de su familia.
-Mira, Draco… -le interrumpió el anciano- sabemos estas cosas debido a que tu propio padre, Lucius, vino a verme hace unos meses hablándome en cuanto a tu futuro... él al igual que tu madre, desean que no sigas por el camino que ellos han tomado, me dejaron muy en claro que ellos desean que Voldemort no te haga daño...
-¿Pero porqué habría de hacerme daño? –le preguntó algo nervioso- Además, no creo que mi padre se hubiera arriesgado a venir a verlo... seguro son mentiras.
-Joven Malfoy –lo miró sereno Dumbledore por encima de sus anteojos de media luna- lo que acabo de decirle es verdad… dígame una cosa… ¿le gustaría estar viviendo una vida atada a las órdenes de Voldemort, aún a sabiendas de que ese ser maligno es extremadamente vengativo y que una sola falta, cualquiera que fuere, no la perdona?, usted más que nadie sabe los dolores y terribles angustias que su familia a experimentado al estar bajo el yugo del señor tenebroso… ¿es que quiere un futuro así para usted?
-No, no me gustaría… -dijo el rubio casi sin voz al recordar como era que su madre siempre lloraba y enloquecía ante cada partida de su amado esposo Lucius, y ahora que él mismo estaba también casi a disposición del mago oscuro, era de su conocimiento que su madre se encontraba peor de abatida y dolida.
-Es por esa misma razón, joven Malfoy, que le pido esto… únase a la causa de la luz; le aseguro que de hacer esto, no estará solo... contara con ayuda muy especial.
-Pero que podría hacer yo para ayudar?
-Informarme acerca de los planes de Voldemort y sus secuaces, se que resultará muy peligroso hacerlo, pero contará con ayuda allá adentro.
-¿Quiere que sea un espía?
-Así es… -Dumbledor volteo a ver a Snape- … su padrino es uno de mis más preciados espías, Draco. Así que estoy seguro que no lo dejará solo ni lo pondría en peligro.
-S-snape? –el rubio miró atónito al hombre de cabello oscuro y grasoso parado a su lado.
-Increíble… ¿no es cierto?
-Pero es que... –volteo a ver a Dumbledore- ¿usted sabe que Harry Potter está del lado oscuro?
-Lo sé, Draco –le sonrió el anciano.
-¿Lo sabía? –lo miró atónito- podría haber jurado que usted le era fiel al niño-que-vivió, que confiaba en el a ciegas...
-¿Recuerda que le dije que el profesor Snape era mi espía? –le sonrió el anciano- y como también sé, Draco, que Harry encuentra demasiado "valiosa" su compañía...
-¿Qué trata de insinuar? –lo miró ofendido.
-Draco… -le dijo su padrino, mientras se sentaba a su lado- estoy seguro que no le eres indiferente a Potter, parece ser que has despertado cierto "sentimiento" en él. Es por eso que estoy seguro te ha de confiar los asuntos más importantes que se trae entre manos ya-sabes-quien. Pues como tu y yo sabemos, él es la persona más allegada, es su brazo derecho, su consentido.
-¿Harry siente algo por mí?… es solo que… de igual forma, es algo muy peligroso y arriesgado… -volteo a ver al anciano- si me llegase a descubrir... estoy seguro que me dará muerte.
-No lo hará Draco –le sonrió el anciano- porque Harry te ama y haría cualquier cosa para protegerte de Voldemort, indudablemente no dejaría que te hiciera daño. Además, estoy seguro que él tampoco te es indiferente... ¿no es así?
-Aún no lo sé... –Draco se ruborizó, no le gustaba hablar de cosas personales ante el viejo director- ...sigo pensando que todo esto es muy arriesgado...
-Joven Malfoy... –lo miró sereno el director- Hogwarts y el mundo mágico dependen de su decisión...
-Pero Snape es su espía... ¿no basta con eso?
-Debo decirle, joven Malfoy, que Snape no tiene la completa confianza del tenebroso, solamente Harry la posee... y usted tiene toda la atención del muchacho, estoy seguro que le ha de haber contado muchas cosas... ¿no es así?
-No se equivoca... –sonrió el rubio- pero no me gustaría tampoco utilizar a Harry...
-No lo utilizará, Malfoy –le sonrió el anciano- si usted lo desea puede hacer que Harry de la espalda al señor tenebroso y se una a nosotros también...
-Creo que me tiene una excesiva confianza... señor director...
-Sé que lo lograrás, Draco –le sonrió- ese chico te ama... estoy seguro que si te unes a nuestra causa, lo salvarás a él también...
-Pero me promete que ambos estaremos seguros?
-Pondré mi vida en ello –fue la respuesta del anciano. Draco se puso de pie y yendo hacia la puerta, volteo elegante hacia el director.
-Esta noche tendrá mi respuesta.
FIN DEL FLASHBACK
Sin poder resistir más su ansiedad, Draco se puso de pie de la cama y se encaminó hacia donde Harry se encontraba dormido. Parecía estar en un profundo sueño, así que salió sigilosamente del dormitorio y partió hacia la oficina del director. Después de decir la contraseña a la gárgola de piedra que impedía el acceso a la oficina, ésta giró hasta dejar libre la escalera de caracol. El rubio subió lentamente aquellos escalones y dejando escapar un suspiro y retomando su porte aristocrático, tocó aquella puerta.
-Adelante- lo invitó a entrar Dumbledore.
-Dígame una cosa… a pesar de lo que suceda o pueda llegar a pasar… ¿Harry seguirá vivo?
-Cómo le dije antes… pondré mi vida en ello.
-Bien… aceptó ser su espía.
-No sabe cuán feliz me hace su resolución, Draco. Y ahora, si usted gusta acompañarme, iremos a cierto lugar el cual usted, algunas veces por las noches; vendrá a visitar.
-¿Qué lugar? –le preguntó el rubio mientras seguía al anciano a través de un camino que desconocía del castillo.
-A donde usted, "supuestamente" estará tomando sus clases –le sonrió el anciano- sabrá que solo será para cubrir las apariencias si es que le llegasen a preguntar algo.
-Muy ingenioso –le respondió mientras seguía sin adivinar a donde era que aquel anciano lo llevaba- ¿y se puede saber que clases son las que "supuestamente" voy a tomar?
-Claro… -el anciano se puso de pie delante de una maltrecha puerta de madera, la cual se veía tan vieja que parecía que nadie se interesaba por visitarla- … que le parece tomar clases de "legeremancia" de parte del profesor Snape?
-Estaría muy bien.
-Muy bien, es por aquí… -el anciano abrió aquella puerta vieja mientras entraba seguido por el rubio.
-¿Qué se supone que haremos aquí? –le preguntó asqueado viendo aquel sucio, empolvado y mugriento lugar. Sin recibir ninguna contestación de parte del viejo, observó como éste estiraba un poco del libro llamado "Aves Mágicas" que se encontraba en la biblioteca de aquel lugar. El librero giró dejando a la vista un pasadizo secreto, el rubio abrió desmesuradamente los ojos al ver lo que aparecía ante sí.
El viejo Dumbledor, sonriendo seguía caminando seguido por el hermoso rubio curioso. Llegaron a otra habitación y abriendo la puerta, se dejó ver una tenue luz de la chimenea de aquel lugar. El anciano entró cediéndole la entrada al joven Malfoy, quien veía a un grupo de personas reunidas y sentadas a lo largo de una gran mesa, la cual estaba repleta de mapas, libros y demás objetos. Todos voltearon viendo incriminatoriamente al rubio, quien lucía incrédulo ante lo que se le había revelado.
-Esto, Draco Malfoy, es la Orden del Fénix…
El rubio aún lucía en shock, las personas ahí reunidas observaban algo molestos al director.
-Dumbledore… ¿porqué has traído a este hijo de mortífagos?
-Él será uno de nuestros espías… -el anciano sonrió.
-Y cómo puedes estar seguro de ello¿qué tal si nos traiciona?
-No lo hará…
Tras la firme decisión del anciano, todos guardaron silencio. Una voz hizo sentir más cómodo al rubio en cuestión.
-Bienvenido, Draco… -le saludó Snape.
-Gracias, Snape –le respondió mientras tomaba lugar a un lado de su padrino.
-Bien, como todos ustedes sabrán, amados colegas, ayer se logró destruir otro de los horcruxes de Voldemort, estamos cada vez más cerca de acabar con...
-¿Los horcruxes? –preguntó Draco viendo al director con un gesto de nervios y ansiedad.
-Así es joven Malfoy, en ellos Voldemort ha depositado parte de su alma en …
-¿L-los tienen que destruir... completamente... a todos?
-Así es… si deseamos acabar de una vez por todas con ese ser siniestro, debemos acabar con aquellas cosas también…
-Pero no pueden!! –le dijo casi en un gritó, Dumbledore pudo ver una mirada llena de preocupación y temor en los ojos de ese bello chico.
-¿Porqué no podemos?
-Porque usted me prometió que Harry seguiría viviendo!!
-Pero, esto que tiene que ver con Potter? –le preguntó su padrino viéndolo extrañado.
-Porque Harry es uno de ellos… él lleva también en su interior una parte del alma de Voldemort!!
-¿Qué? –se comenzaron a oír aquellas voces por toda la habitación, todos estaban incrédulos ante lo que oían- ¿Harry Potter es otro de los horcruxes?
-Eso no puede ser posible –se oyó otra voz.
-¿Estás seguro de esto, Draco? –le preguntó el anciano.
-Claro que estoy seguro –le espetó ansioso- Harry me lo contó… ese día que Voldemort había entrado a su casa, ese día en que había dado muerte a sus padres; Voldemort en un afán de venganza o burla, había tomado a Harry como un recipiente en donde guardaría la mayor parte de su alma… es por eso que desapareció ese día, porque él mismo se dio muerte…
-P-pero… -Dumbledore se dejó caer en su silla, definitivamente eso era algo que el desconocía totalmente-… ¿qué caso tenía el haberlo hecho?
-No lo sabe? –le pregunto incrédulo el rubio- Voldemort sabía que si hacía parecer que Harry le había dado muerte y había sobrevivido a su maleficio, la gente comenzaría a verlo como el gran salvador del mundo mágico y usted, sin dudar, lo hubiera cuidado y protegido contra todo… sin saber que en verdad protegía a Voldemort, bueno, a lo que era la mayor parte de su alma…
-Todo a sido un engaño… -murmuraba el anciano director mientras el rubio seguía con la vista fija en él.
-Usted me dijo que Harry estaría a salvo pasara lo que pasara… por eso accedí a ayudarlo… no voy a permitir el que usted o alguno de su patética orden le vaya a dar muerte ahora que lo saben…
-Calma joven Malfoy –le habló el anciano mientras un dejo de luz parecía emanar de sus ojos azules- lo hice y lo haré… estoy seguro que no todo está perdido…
-¿Cómo?
-Así es… como ya le había mencionado anteriormente, usted lo ayudará al hacerlo que se haga de parte del bando de la luz… si solo encierra una parte del alma de Voldemort, aún queda la esperanza de que el alma del joven Potter esté intacta dentro de él también. Y si usted logra que Harry traicione a Voldemort, si logra sacarlo de la oscuridad y traerlo de nuevo hacia la luz, entonces me encargaré de que esté a salvo.
-Y como hará eso? –le preguntó nervioso.
-Joven Malfoy... –le sonrió el anciano- tengo la esperanza de que no todo está perdido... sé que ambos estarán a salvo al final...
Draco se quedó pensativo un momento, tal vez era verdad lo que el anciano le decía y quizá aún podría salvar a Harry. Haría todo lo que estuviera en su mano por ayudarlo y seguir a su lado, para siempre.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Espero les haya gustado, debo mencionarles que con esta historia talvez me vaya un poco despacio en lo de actualizar, ya que debo seguir también con las otras dos... (es que no puedo evitar el dejar de escribir locuras, pero bueh, en fin...xP)
Espero sus reviews!!
