Disclaimer: Los personajes no son míos, los nombres son de la inigualable J.K Rowling y las personalidades de la mente maestra de Alejandra Delgado. La historia es mía, el sentimiento también, pero va dedicada para Luis Alejo del grupo "Por los que amamos Rojo&Negro" porque yo soy su amiga secreta y un agradecimiento especial y enorme al Chocolate de mi Lysander, Roxy Weasley, por ayudarme a subirlo, eres un amors.


Yo, el chico que no miró hacia atrás

Muchas cosas habían pasado, cosas que no quería recordar ni explicar. No quería hablar de la guerra ni de lo que había perdido por ella. No quería recordarlo porque después de tantos años, aún dolía, pero no sabía si era por la nostalgia de un recuerdo que no existía o si era por verdadero arrepentimiento. Lorcan Scamander sabía que nada podía hacer para remediar el pasado. Se sopló las manos en un vano intento por calentarlas, hacía frio, demasiado. ¿A quién se le ocurría casarse en invierno? ¡Ah si! Al retrasado que tenía por gemelo. Lysander estaba a punto de casarse con Roxanne Weasley; sonrió al recordar sus años en Hogwarts y como sufrió para que ella le diera una oportunidad, una oportunidad que claramente no desperdició, casi ocho años después, estaban listos para caminar al altar. Se sentía realmente feliz, sino fuera porque esto significaba verla de nuevo. Cada evento familiar era una piedra en su zapato, pudo evitar ir a la boda de Albus y Megara, con el pretexto de que estaba en Siberia con una manada de wargs, o la de Alexander y Lucy, en la cual dijo que no podía salir en esa época del año de la selva amazónica, donde buscaba alumnos, pero esta vez no podía huir como si nada y perderse la boda de su hermano solo por no ver de nuevo esos ojos gatunos e inquisitivos, casi criminales, que todavía lo atormentaban en sueños. Durante estos años, él había evitado preguntar por ella y ciertamente Lysander no la mencionaba, ocasionalmente su madre lo hacía, después de todo, era su madrina y fue así como supo que Lily Potter jugaba quidditch profesionalmente, pertenecía a la selección inglesa y la fama y la fortuna le sonreían, que le llovían pretendientes pero extrañamente, ella no correspondió a ninguno hasta que llegó Dylan Tosh, un jugador de los Tornados increíblemente parecido a los gemelos Scamander. Realmente no le importaba ¿O si? Caminó hacia la casa de sus padres, sería en el jardín mágico de su madre donde Lysander y Roxanne unirían sus vidas para siempre. Había estado mucho tiempo separado de su hermano, pero esta era la primera vez que tenía la certeza de que nada sería igual. Se ajustó la bufanda mientras delicados copos de nieve caían en su cabello rubio.

"Lily Potter"

Se sorprendió repitiendo ese nombre en su cabeza y lo dijo en voz alta varias veces, saboreándolo, como miles de cerezas reventaran en sus dientes al mencionar ese conjunto de letras que formaban el nombre que, aún en contra de su voluntad, seguía quemándole cada partícula de la piel. Recordó su risa, el lacio cabello rojo, la multitud de pecas y la dulzura de sus labios contra los suyos, sus respuestas ácidas, esa muralla impenetrable que era ella, todo ese volcán de secretos que él nunca quiso desentrañar.

"Lilith"

Avanzó por la calle hasta llegar al lugar oculto de Londres que lo llevaría a la casa de sus padres sin dejar de pensar en Lily Luna y en el hecho de que la vería ya siendo una mujer. Lorcan se sintió mareado, no estaba listo, ocho años de lejanía no eran suficientes. Ella lo había marcado de tal manera que no pudo enamorarse de nadie y lo había intentado, pero la tenía dentro, tanto que calcinaba todo a su alrededor, tuvo mujeres mejores que Lily Potter, pero ninguna como la pelirroja y él la quería a ella, nunca lo había tenido tan claro como en ese momento.


Yo, la chica que no supo decir "quédate"

Lily Potter se desperezó en su apartamento, hoy volvería a ver a su familia después de un largo autoexilio. La cama estaba cálida, no quería levantarse, pero suspirando, se levantó y corrió hacia el baño a preparar un baño largo. La ocasión lo ameritaba, no solo volvería a verlos, sino que, irremediablemente tendría que ver al gemelo idiota de los Scamander.

"Lorcan"

La pelirroja puso burbujas tornasol al agua y un chorro de un líquido que olía a cerezas silvestres. Entró en el agua cálida y se relajó al sentir las burbujas cubrir su piel completamente.

"Lorcan"

Sacudió la cabeza y se repitió lo que llevaba repitiéndose desde esa última vez que le habló de sus sentimientos, en la boda de Teddy y Victoire "No, es lo mejor, no estoy lista para el amor" y así, durante ocho años, se repitió eso cada vez que quería hablarle, se decía a sí misma que había cosas más urgentes que perseguir como una imbécil enamorada a un rubio arrogante que prefería claramente las cosas fáciles, que no le importó abandonarla cuando más lo necesitó, su mente voló a aquella noche en la que Lorcan la llevó al cobertizo y la arropó, la consoló y le cantó para calmarla, así vieron llegar el amanecer, sin dormir, inmersos el uno en el otro, pero una noche no bastaba para luchar contra tus miedos, ella lo sabía. Y cuando él le preguntó que había pasado, la Lily de siempre salió con el sol. Fuerte, fría pero rota.

"-¿Quién te crees para preguntarme esas cosas? El hecho de darnos unos cuantos besos y tener sexo no te da derecho a cuestionarme, Scamander.

Lorcan la miraba, entre incrédulo y furioso, Lily no sabía lo que pasaba por la cabeza del rubio pero no estaba dispuesta a darle permiso de entrar en su cabeza, sonrió altanera cruzándose de brazos.

-¿Qué pasa? ¿Una mujer con enigmas es demasiado para ti? Acéptalo Scamander, no todas tenemos la cabeza hueca y las piernas ligeras para abrirlas a la primera, como Libby Dworkin…

Lorcan se acercó peligrosamente a ella, pero no se movió, aunque algo en su pecho se resquebrajó al verlo furioso por lo que había dicho.

-No vuelvas a decir ni una sola palabra de Libby, ella es mil veces más mujer que tú, "Señorita Enigmas" y la haré mi novia volviendo a Hogwarts, así que evita mencionarla siquiera. Tú y yo hasta aquí llegamos, Potter, estoy cansado de ti y tu ridícula forma de ser.

Los ojos de Lorcan la atravesaron llenos de determinación y tuvo miedo, pero ella solo sonrió, arrogante.

-No puedes dejarme Scamander…-su voz se quebró al verlo abrir la puerta- yo…

Pero Lorcan no se detuvo, salió rápidamente antes de oír la voz de la pelirroja susurrar

-"Yo te necesito…"

Lily se hundió en el agua para evitar, como siempre, las lagrimas que amenazaban con salir cada vez que su mente la llevaba a esa noche. Después de eso, Lorcan no volvió a dirigirle la palabra sino hasta años después, en la boda de Rose y Scorpius y solo fue para darle un frío saludo, y quiso decirle "Ojalá". Solo eso que encerraba tantas cosas, pero no se atrevió.

"Ojalá hubiera sido valiente, ojalá no te hubiera herido, ojalá me hubieras amado, ojalá me perdonaras…"

Esas eran las palabras que Lily traía consigo desde los 15 años pero no había tenido la oportunidad de expresarlas y solo habían hecho más hondo el abismo. Lo irónico era que solamente ese torpe rubio podía arreglarlo y era justamente aquel que no lo haría. Salió del agua al oír el timbre de su apartamento. No esperaba a nadie y menos a alguien que tocara el timbre. Se puso una bata y fue a abrir.


Nosotros, los que no sabemos perdonar

-¿Lorcan?

El rubio la miraba sombrío, recargado frente a su puerta, indolente, el cabello le goteaba nieve. El subconsciente la estaba traicionando, era seguramente eso, el estar pensando como idiota en él una vez más.

-Esto no está pasando.

Cerró la puerta pero una mano masculina, curtida por el clima y el trabajo al aire libre la detuvo. Esos ojos azules la taladraron y la estremecieron.

-Lilith…

Lorcan la miró por primera vez en 6 años. Su cabello rojo caía húmedo por su cara, al igual que gotas de agua caían por la curva de su cuello y se perdían entre la curva de esos senos que aún estaban vivos en su pensamiento y supo que a pesar de todo, estaba enamorado de ella como cuando era un chiquillo y no podía seguir hacia adelante.

Lily endureció el semblante ¿Qué pretendía al estar ahí parado frente a su puerta? ¿Qué no era suficientemente difícil así como para que se apareciera como si nada?

-¿Qué quieres Scamander?- la chica se cruzó de brazos y lo miró con sus ojos gatunos.

-Vaya, sigues siendo una dulzura.

-No tengo tiempo para tus sarcasmos, dime que quieres.

Lorcan se acercó y la besó. No era un beso dulce, era un beso desesperado, salvaje, un beso que gritaba labio a labio lo que sus voces se negaban a expresar; ella se resistió pero algo cálido la envolvió completamente, como si una explosión del universo hubiera tenido lugar en cada centímetro de su piel. Lorcan sabía exactamente como lo recordaba, sabía a Amor, enredó sus brazos en el cuello del Slytherin. Él aun podía encenderla con un roce, mordió su labio inferior, chupó su lengua, el aroma a cerezas que emanaba de ella lo enloquecía, Lily se dejó llevar un momento, él empezó a besar su cuello, ella gimió en su oído y entonces se separó, dándole una gran cachetada que le rompió el labio, la sangre salió rauda, roja, cambiando el dulce sabor de la saliva de Lily aún en su boca, cosa que el rubio aceptó con un gruñido.

-No sé a que estés jugando Scamander, pero te lo advierto, no jugaras conmigo. Lárgate…

Quiso cerrar la puerta, pero el chico se lo impidió de nuevo, la miró a los ojos mientras con la lengua se limpiaba la sangre de la boca.

-Tranquila, solo vine a decirte algo y me iré, Potter.

-No me interesa.

-Te amo, no he dejado de hacerlo desde que hicimos el amor por primera vez.

Lily estalló en una carcajada que no hizo mella en Lorcan, se limitó a mirarla aburrido.

-No quería morir con esto en el pecho, pero no me arrepiento de no luchar por ti, eres la misma chica que dejé en ese cobertizo hace ocho años. Eres lo que amo, Potter, pero no lo que necesito.

Dicho esto, el rubio dio media vuelta y se dispuso a irse, pero la voz de Lily lo detuvo.

-¿así de fácil? ¿Qué pasa Scamander? ¿No te has cansado de pensarlo?

- Juro que no vuelvo a hablar del tema, solo necesitaba que lo supieras, no me importa que piensas, puedes alimentar a tu vanidad con mis palabras, pero para mí, aquí termina esta historia que nunca comenzó.

-Siempre eres tú.

-No, siempre eres tú Potter.

-Tú siempre decidiste por los dos.

-No iba a dar todo por alguien como tú.

-Todo el mundo daría la vida por alguien como yo, Scamander.

-Yo no soy todo el mundo.

Sus labios colisionaron en un beso cargado de dolor, de hambre, de soledad y añoranza, de un amor aciago que a pesar de todo, había aguantado los caprichos del tiempo, un amor tan guardado que no tenia manera de ser arrancado pero tampoco vivido, había demasiado dolor en ellos. Un fuego familiar fue encendiéndose en su vientre, fuerte, intenso. Lorcan desnudó a la chica, mordiendo cada parte de su piel, Lily sentía la lengua de Lorcan en su espalda y sus dientes en sus hombros y sabía cómo estar en casa, el rubio la penetró de golpe, sin miramientos, contra la pared, la cargo mientras se hundía en ella, que gemía sonoramente su nombre a cada embestida. Lorcan la besaba, la miraba y se llenaba los ojos con ese rostro perfecto deformado por el placer, bebió las pecas de su rostro, acarició su trasero perfecto, sin dejar de entrar en ella con fuerza, sus manos se encontraron en el momento que sus labios se juntaron en un beso doloroso, estallando ambos en un poderoso orgasmo.

-Quédate conmigo Lorcan- sollozó Lily, abrumada por la fuerza de sus sensaciones,

-Siempre Lilith- respondió Lorcan, besando sus lágrimas- Siempre.