Disclaimer: Naruto no me pertenece.
Sueños.
Podía volar entre nubes de algodón, también hacer que el mar dejara de ser una espumosa masa de agua salada y volverlo una suave manta de terciopelo azulado. Sus manos logarían alcanzar el cielo estrellado y convertirlo en una lluvia de polvo platinado, bañarse entre cristales de oro hasta desvelarse y reposar en la última luna de Júpiter.
Pero sólo eran sueños.
Soñar no le costaba nada, era lo más hermoso que existía en este mundo y la única forma de lograr sus fantasías más locas e improbables; pero también la forma más dolorosa de volver a la realidad. Descubrir al abrir los ojos que sus brazos estaban vacíos, saber que ese bello momento sólo había sido una cruel jugarreta de su mente o una falsa proyección de sus más ocultos y desesperados deseos.
Lamentaba no soportar la verdad al descubierto, odiaba sentirse tan débil al encontrar la cama vacía y descubrir que todo era un sueño, sentir las lágrimas deslizarse por sus bronceadas mejillas mientras sus ojos color chocolate se enrojecían debido al llanto sosegado que embriagaba su ser.
A pesar de todos esos indicios de fracaso, aún podía sentir las suaves hebras de cabello color ébano enredarse entre sus dedos, todavía sus labios percibían el embriagante sabor de sus pálidos labios, sus ojos aún recordaban la imagen de ese par de lunas iluminadas por la chispa del amor y el deseo. Pero por más que su cuerpo recordara tales sensaciones, un sueño no dejaría de un sueño, siempre sería una vil mentira.
Sus dedos no habían sentido la suavidad de su cabello negro, sus labios no habían probado el sabor de esos pálidos labios y mucho menos había visto a sus ojos demostrar tal debilidad.
Imaginar y soñar no le servían de nada, de cualquier modo… su alma se desmoronaría al despertar.
Notas finales: Bueno, este fue un ataque de melancolía. Acepto críticas de cualquier tipo, me ayudan mucho a mejorar.
