SAM
-¡Te tengo una increíble sorpresa, Puckett!- informo una chica pelirroja al entrar a su habitación
-no otra vez…- respondió su rubia compañera de habitación
-¡Vamos, Sam! No puedes negarte cincuenta veces seguidas
-cincuenta y uno… y la respuesta es no
-¿Pero por qué? Estamos a punto de entrar a la universidad y después no podremos divertirnos ¡Debemos aprovechar ahora que estaremos de vacaciones y vivir una aventura americana!
-¡No existen las "aventuras americanas", Vic!
Victoria dio un par de vueltas en su propio eje. Estaba intentando hacer un puchero pero Sam la detuvo
-además, si quieres vivir una "aventura" puedes vivirla perfectamente aquí. Gran Bretaña es la ciudad del whisky, la música rock y las fiestas. Podemos pasarla bien aquí
-pero no tanto como lo haríamos en América-repuso su amiga
Victoria siempre le recordaba a Sam a un pequeño duendecillo. La chica era aún más baja que Sam y tenía una muy pequeña nariz afilada y unos muy pequeños labios, pero unos ojos demasiado grandes para su cara de un color verde profundo.
-¿Qué tienen ustedes, Británicos, con América?- pregunto Sam harta de las insistencias de su, ahora, mejor amiga
-no lo sé… ¿Qué tienen ustedes, americanos, con Europa?
Sam rodo los ojos
-¡Como sea!- comenzó a decir Victoria- iremos a América
-Victoria…
-…ya sé, ya sé- la interrumpió Victoria- tienes un oscuro y horrible pasado en Seattle y no quieres volver, bla, bla, bla…- Victoria hablo con tal monotonía dejando claro que ya había tenido esa conversación con anterioridad
-¿Oscuro pasado? ¿De dónde sacas tantas tonterías?- pregunto Sam riendo
-bueno… lo que sea. ¡Pero si hay grandes aventuras en América! Tú, por ejemplo, tenías un gran web show
Sam intento controlarse con todas sus fuerzas, pero ante la mención de iCarly el color de Sam bajo hasta sus pies
-¿Y cómo es que un Web Show cuenta como una aventura americana? Sabes, conozco web shows buenísimos de gente europea
-ya, pero tu web show… eso no se compara con cualquier tontería británica
-porque las tonterías americanas son mucho mejores
-tienen un sentido del humor más… fácil
-wow, que profundo
Victoria sonrió
-así que… pensé: "Mi mejor amiga es una americana que vivía en Seattle, pero que un día decidió huir, entonces ¿Por qué no la llevo a Seattle una semana y ella arregla sus cosas antes de entrar a la universidad…
-no puedes esperar vivir una aventura en Seattle- la interrumpió Sam de repente
-aun no terminaba de hablar- le reclamo Victoria- ahora, si me permites- Sam hizo una seña con las manos indicándole que prosiguiera- bien, como decía: arreglar sus cosas antes de entrar a la universidad y después ir a Las Vegas y vivir una real y loca aventura americana?
-bien, hay dos grandes fallos en tu plan. Uno: no pienso volver a Seattle por un tiempo y Dos: no somos ricas y por lo tanto no podemos permitirnos comprar boletos para Seattle y luego boletos a Las Vegas… y Tres: no tenemos veintiuno aun, así que no podemos divertirnos debidamente en las vegas
-interesantes observaciones, mi querida amiga- comenzó a decir Victoria en un tono de superioridad- y aunque me sorprende que te hayas graduado de la prepa y aun no sepas contar, te alegrara saber que tengo todo solucionado- y dicho eso metió la mano en su bolsillo y saco cuatro boletos
-¡No puede ser!- dijo Sam levantándose de su cama de un salto
-soy genial ¿no?- dijo Victoria con una sonrisa que apenas le cabía en su rostro
De repente Sam se sentó
-Vic, yo no puedo regresar aun. Es demasiado pronto
-¿acaso Sam Puckett tiene miedo?- eso era la razón por la que Sam y Victoria eran amigas. Victoria no era el tipo de chica que se sentaba al lado de ti y te animaba como si fuera una especie de psicóloga. Ella te retaba a hacer las cosas y Sam jamás rechazaba un reto
-yo nunca tengo miedo de nada- respondió Sam
-genial. Nos iremos mañana
-¿Qué? No podemos irnos mañana
-¿Por qué no? Ya no estamos en clases y el director ha dicho que podemos irnos de aquí a partir de hoy
-pero no tengo mis maletas hechas
-¡pues hazlas, gran floja! Y yo hare las mías
-pero… ¿Cómo diablos conseguiste los boletos? ¿Robaste un banco?
-sabes que no haría un crimen sin ti… no, Sam. Digamos que cobre algunos favores. ¡Oh! Y hablando de eso ¡mira!- Victoria metió sus manos frenéticamente en su bolso de mano y saco dos identificaciones
-¿son falsas?- pregunto Sam
-algo así. David, el de pelo chino, tiene un tío que trabaja en todo esto de las identificaciones ¿Cómo se llama? Ya sabes… oficinas de trabajo social o lo que sea, y lo convencí de que convenciera a su tío de que nos hiciera unas, así que no son del todo falsas.
-son verdaderas, pero falsas ¿eh? Así que ahora tenemos 21
-solo en Las Vegas, cariño
-genial- dijo Sam sonriendo
-ahora prepárate. ¡Mañana viviremos nuestra aventura americana!
Sam sonrió. Esta chica de verdad tenía problemas
-.
-.
-.
-¡hay Dios! ¡Hay Dios! ¡Hay diosito!- Victoria repetía una y otra vez mientras ella y Sam esperaban a que el avión despegara
-¿puedes callarte de una vez?- dijo Sam claramente molesta
-no. ¡Sam! ¡Nos estamos yendo! ¡Iremos a América!- dijo Victoria con un tono chillón
-¡Lo sé! ¡Lo has repetido como diez millones de veces desde ayer en la noche!
-pero… ¡Hay Dios! ¡Iremos en avión! ¡Estamos en un avión!
-bueno… si quieres puedes bajarte e irte nadando
-¡Hablo en serio, Samanta!
Sam se encogió de hombros. A veces era raro tener a un duende pelirrojo esquizofrénico regañándote al lado
-atención pasajeros- se escuchó la voz del piloto- estamos a punto de despegar, así que les pedimos de la manera más atenta que quienes aún no se hayan abrochado el cinturón de seguridad lo haga ahora. Que disfrute el viaje
Y dicho esto el avión comenzó a avanzar
-padre nuestro que estas en el cielo, santificado sea…- Victoria comenzó a murmurar por lo bajo, como esperando que Sam no la escuchara
-no sabía que eras católica- comento Sam
-ni yo- respondió Victoria encogida en su asiento- es la primera vez que me subo a un avión
Sam rio
-¿acaso tienes miedo? ¡Dios! Esto vale oro. Victoria le tiene miedo a los avioncitos
Victoria le saco la lengua en respuesta, pero siguió murmurando oraciones
Después de unos quince minutos Victoria se sentó derecha en su asiento
-¿terminaste tus oraciones, hermana Victoria?
-muy graciosa Puckett- dijo Victoria con ironía- ¿sabes? Después de un rato como que te acostumbras
-¿enserio?-dijo Sam sarcásticamente, pero Victoria no lo noto
-sip- contesto Victoria feliz- así que este avión tiene Wi-Fi
-todos los aviones tienen Wi-Fi
-lo que sea, creo que como vamos a regresar a tu amado Seattle, no sé… quiero conocer a la antigua Sam
-es la misma Sam. Soy yo ¿hola?
-sí, pero… debiste cambiar ¿no?
Sam reflexiono sobre eso. ¿Había cambiado realmente? Era cierto que ahora Sam se vestía "a la moda" pero si lo pensaba bien no era como que había cambiado tanto. Seguía siendo salvaje, agresiva y carnívora. No era cierto. Sam ya no era tan salvaje y aunque conservaba su sentido del humor y su personalidad, ahora era menos agresiva y un poco más femenina, aunque era solo un poco, y gran parte de eso era por la manera en que se vestía, pero aun así…
-solo un poco, nada grave- respondió finalmente
-como sea… ¿Por qué no vemos tu web show de camino? Tengo ganas de verte hacer el ridículo
Sam se puso nerviosa
-no quiero
-pero yo sí
-pero yo no
-¡vamos, Sam! ¿Por favor?
Una de las razones por las que no quería volver a ver iCarly en su vida era por el "último episodio". Un episodio que hicieron Freddie y Carly un par de semanas después de que Sam se fuera. En él, Freddie se disculpaba con Sam, y eso era algo que Sam no quería volver a ver
-bien- dijo finalmente- pero yo elijo cual ver
-algo me dice que hay un episodio muy humillante que no quieres que vea- canturreo Victoria
-¡Que inteligente, Vic! ¿Has pensado en ser detective?- respondió Sam sarcásticamente, pero sabía que era verdad. A Sam no le importaba si Victoria veía el último episodio, ya que ya lo había visto cuando Sam lo vio. Lo que le preocupaba a Sam es que viera el episodio en el que ella confesaba que no había besado a nadie para que dejaran de molestar a Freddie. Ese episodio era como el eterno recuerdo, no solo de su primer beso, sino también de como ella siempre fue leal a Freddie y él la traiciono. En el último video Freddie solo pedía perdón. Nada más. Fue todo. Después Carly aparecía y explicaba que ya no harían iCarly porque Sam ya no estaba. Fin del episodio. Sam literalmente invito a los que molestaban a Freddie que la molestaran a ella y Freddie lo único que pudo hacer fue pedir perdón. Que "amigos"
-vale, vale, señorita sarcástica. Tú ganas. Elige nena- y dicho eso Victoria saco su portátil y lo encendió preparada para que Sam pusiera un poco de iCarly
Sam ingreso a la página de iCarly y por un minuto observo como había varios comentarios recientes suplicando por más episodios y todos esos comentarios que había exigiendo que Sam regresara y los otros tantos que había diciendo lo mucho que les dolía que iCarly hubiera terminado y lo mucho que deseaban suerte para Sam
-woh, si te querían- dijo Victoria
Sam sonrió arrogantemente, aunque en el fondo sentía un nudo en su estomago
-lo sé. Es imposible que alguien no me ame
Victoria observo la página
-sabes. Tenemos como once horas de vuelo, así que… creo que podemos ver mucho de iCarly
Sam asintió con la cabeza y dio clic en el primer episodio. Así durante las siguientes horas Sam y Victoria se la pasaron viendo cada uno de los episodios de iCarly, excepto por el episodio del primer beso y el último episodio
Después Sam se quedó dormida junto con Victoria. Una azafata las despertó
-¿chicas? Lamento despertarlas, pero el avión está a punto de aterrizar. Les suplico que guarden su computadora y se pongan su cinturón de seguridad
Sam hizo su mejor intento de hacerle una mirada feroz pero se dio cuenta de que sus ojos estaban llenos de lagañas. Qué raro, Sam nunca tenía lagañas, a menos que llorara, pero ella no había llorado ¿o sí? Aterrada, Sam volteo a ver a su mejor amiga y la descubrió profundamente dormida. La azafata ya se había ido
-¡Oh por dios, Victoria! ¡El avión se cae! ¡El avión se cae!- grito Sam en el oído de su pelirroja amiga
-¿¡QUÉÉÉ!? ¡HAY DIOS! ¡AUXILIOOOO!- grito Victoria a todo pulmón mientras movía sus manos desesperadamente.
Pronto se dio cuenta que todos la observaban como si estuviera loca y que todos estaban tranquilos excepto ella. La azafata volvió
-¿Esta bien, Señorita?- pregunto la mujer con el ceño fruncido
-oh, yo… aja… si- respondió Victoria casi tan roja como su cabello- solo que… uh… el avión no se está cayendo ¿verdad?
La azafata la vio como si le estuvieran haciendo la pregunta más estúpida del mundo
-no, señorita. El avión está perfectamente. Ahora le suplico que no vuelva a gritar. Está alterando a los demás pasajeros
-s…si, seguro- respondió finalmente Victoria
Sam espero a que la azafata se volviera a retirar y después se rio hasta las lagrimas
-¡No fue gracioso!- le dijo Victoria molesta
-oh, claro que lo fue- dijo Sam aun riendo
-atención a todos los pasajeros-se escuchó de nuevo la voz del piloto- llegaremos a Seattle en cinco minutos. Les pido de todo favor que se pongan los cinturones de seguridad para evitar cualquier accidente
Fue entonces cuando Sam cayó en cuenta de que estaba de vuelta. Había vuelto a Seattle. ¡Dios! ¡Volvió! Inmediatamente Sam se arrepintió. No estaba lista para volver. No aun. No podía. Estaba teniendo una crisis psicótica peor que la de Victoria hace unos segundos. Ahora era ella la que quería gritar por ayuda. ¡Oh! Esa fue probablemente la peor idea que Victoria había tenido en su vida. ¿Por qué la obligaba a volver? Sam simplemente no podía. Apenas habían pasado dos años. ¡Dos años no eran suficientes! ¡Para nada!
Y mientras Victoria se volvía a encoger en su asiento y rezar, Sam se encogió en su asiento, también para rezar. Necesitaba poder superar eso
