Nadie lo sabe, y la mayoría de sus amigos se lo preguntan; un enigma que desde el inicio a sido bastante peculiar.

"-Pero, Koga-kun...¿Cómo puedes saber lo que piensa Mitobe-kun?..."

"-¡Jajajajajaja! La verdad yo tampoco sé cómo, simplemente le entiendo."

Era muy común oír esas palabras cerca de aquel par de amigos inseparables. Ese castaño, bullicioso e impulsivo, de extraños rasgos gatunos, Koganei, y ese pelinegro, más alto y de cejas gruesas, Mitobe. Van juntos todo el tiempo y a todos lados, uña y mugre, amigos desde antes de entrar a preparatoria; Dios sabe desde cuando se conocen. Ambos son integrantes del equipo de basketball desde su primer año en Seirin, motivados por la noticia de un nuevo equipo, y porque según Koganei, Mitobe ya había jugado antes.

"-¡Ah, Hyuga! Mitobe dice que tienes la agujeta desabrochada."

"-Entrenadora, Mitobe sugiere si podemos..."

"-Mitobe quiere..."

"-Mitobe cree..."

"-Mitobe piensa..."

Una y otra vez, el chico castaño puede saber que cruza por la mente de su amigo sin esforzarse, incluso sin ayuda de alguna palabra por parte de este.

Koganei es su voz, habla por él, literalmente.

No. Enserio... literalmente.

Jamás, nunca, se ha oído salir ni un sólo sonido de sus labios, ni risa, ni gritos, nada. Todos saben que Mitobe no es mudo, entonces ¿Por qué?

"-Cree que no es algo necesario. Prefiere quedarse callado, se siente más cómodo así..."- ahí está de nuevo, volviendo a responder por él.

El silencio de Mitobe no es algo nuevo, es más, todos ya están acostumbrados, simplemente, la curiosidad de saber el cómo poder entenderle al igual que su amigo, es algo inevitable para todo ser humano.

Todos cuentan con que Koganei estará a su lado siempre, para decir todos los pensamientos de su amigo.

Sin embargo, hay cosas que no dice.

Izuki no puede evitar notar gracias a su ojo de águila un leve sonrojo sobre las mejillas del chico felino, mientras mira de reojo al pelinegro, y este le sonríe, en silencio.

Hyuga se percata de las muchas ocasiones donde Koganei pega un brinco en los entrenamientos, cuando Mitobe se acerca por detrás, sin siquiera tocarlo.

"-¿Te dijo algo, Koga?"

El castaño niega rápidamente con la cabeza.

Riko puede notar como las piernas de Koga se debilitaban con sólo mirar a los ojos negros de Mitobe.

"-¿Qué te dijo Mitobe, Koga-kun?"

Pero de nuevo se obtiene una negativa de parte del chico, y reafirma que no ocurre nada.

Gracias a Dios, sólo Koga puede oírlo, o si no, moriría si alguien llegara a escuchar los múltiples "Eres hermoso", "Me gustas", "Te amo" que Mitobe le dice todo el día cada vez que quiere, de forma desprevenida, como bombas sorpresa.

Palabras exclusivas, dirigidas sólo para él.

Besos, suspiros, caricias, dedos entrelazados, abrazos, mordiscos, gemidos y orgasmos. Simples pero hermosos hechos de su intimidad.

Su conexión es algo inexplicable, pero los mantiene vivos.

El silencio otorga un mundo donde ambos pueden conocerse sin que nadie sepa nada.

Son ellos dos, dos seres conectados, destinados a ser felices juntos.

¿Vale la pena no decir palabra alguna?

Si.

¿Cuál es la razón?

Amor.


¡Hola a todos! Bueno, vengo a dejar algo muy cortito, pero que necesitaba publicar. Simplemente amo esta pareja, la dulzura y ternura que tienen no se, me hace chillar con cada dibujo de ellos, y el que Koga sea el único que pueda oirlo, es como perfecto para creer que se pueden decir cosas entre ellos sin que nadie se entere.

Pienso quizás hacer más de ellos, pero aun hay fanfics que quiero publicar por mi misma, y el roleo de MakoHaru junto a Karen ^^

¡Saludos y millones de besos!

Emila.