Capitulo 1: Desde el comienzo.
En el castillo, todo estaba muy agitado. Sirvientas llendo de allá para acá, guardias protegiendo cada esquina del castillo, jardineros ordenando y regando cada flor… Todo esto porque yo, La princesa del sur de Francia, iba de visita al reino del norte, solo para ver a mi "prometido".
Yo no era una de esas princesas educadas. Yo era una princesa divertida que no le gustaba obedecer órdenes de mis mayores. Yo hacia lo que quería. Tomé esta actitud cuando conocí a mi mejor amigo, Castiel.
-Hija mía. Vístete para poder empezar nuestro viaje.- Habló mi madre desde el otro lado de la puerta.
-Si, madre- Dije sin rechistar.
Me levanté para buscar mi ropa. Elegí lo más cómodo posible. Encontré un vestido brillante rojo con un poco de gris en las puntas. Me lo puse y me hice un moño. Sali de la habitación y Nathaniel estaba esperándome afuera.
-Buenos días!- Dijo él mientras hacia una pequeña reverencia.
-Hola. Dejame pasar, debo salir.- Le contesté
-Como una Daba tan hermosa es tan grosera con su hermano menor- Dijo él
-Callate y déjame pasar- Le repetí mientras salía.
Cuando llegué al Jardín, encontré a una sirvienta regando las plantas. Ella se volteó y me vió.
-Buenos días, su alteza.- Dijo ella.
-Creí haberte dicho de que me dijieras Angeles, pequeña Sofia.- Le dije mientras soltaba una pequeña risita
-Lo siento, Angeles. Es que no es mi costumbre- Contestó ella
-Te conozco desde hace mucho, te tengo mucha confianza- Le dije mientras iba con ella
-S-Si…- Contestó mientras se volteaba, volviendo a trabajar.
-¿Qué te pasa? Te noto más callada de lo habitual- Le pregunte
-N-Nada…- Contesto ella
-mmm… ¿No será que Lysandro denuevo rechazó a otra y tienes miedo? No te preocupes, estoy segura de que él te ama- Le dije mientras le ayudaba a regar
-Bueno…. Se podría decir que si..- Dijo ella mientras se sonrojaba
-Pues… deberías intentarlo antes de sacar conclusiones ¿No crees?- Le dije
-No lo creo. Él es tu hermano, un principe. Yo soy solo una sirvienta que va de alla para acá alistado cosas- Dijo mientras se arreglaba el vestido.
-Tienes razón. Pero eso no impide de que no le gustes. Tienes una posibilidad. Aprovechala- Le dije mientras me iba.
Sofi y yo somos amigas desde que ella trabaja aquí. Eso sería unos 6 años. Es cierto de que ella gusta de Lysandro, y Lysandro gusta de ella. Pero ninguno de los dos sabe los sentimientos del otro.
Sofia viste de un vestido negro y un delantal blanco. Con unas botas Altas que se las he regalado yo cuando cumplió 17 años. Tiene el pelo blanco igual que yo. Ambas sufrimos de Albinismo desde pequeñas.
Ya era momento de ir al reino del norte, para verlo a "él". Muchas chicas dicen que es el más lindo de toda Francia. Yo no creo en sus cuentos. Yo digo que es como el resto de los príncipes que se me han propuesto, que solo viene por el dinero de mi familia.
-Hija. ¿Lista para verlo?- Dijo mi madre con una sonrisa.
-Aja…- Dije yo ignorándola por completo.
-Se que esto no te gusta, pero algún dia debes tomar mi puesto, y quiero que lo hagas con alguien a tu lado.- Dijo mi madre mientras tomaba mi mano
-Ya lo sé, pero quiero que esa persona, me guste de verdad.- Le dije mientras tomaba un libro que me gustaba leer.
-Hija. Asi son las cosas en la realesa- Dijo ella mientras se volteaba
-Quizás ya no quiera ser princesa- Le dije mientras iba al patio con Sofia
Llegué al patio. En ese momento, Sofia y Lysandro estaban conversando. Yo no quise interrumpir, entonces me escondí en un arbusto para oir la conversación.
-Lysandro, espero que esta relación sea duradera- Dijo ella con una sonrisa en los labios
-Espero lo mismo- Dijo Lysandro mientras se arrodillaba y besaba la mano de sofia.
-SI!- Grité yo. Pero luego me fui corriendo para que no me oigan.
Corri por todo el castillo, esperando que no me encontraran. Mientras iba corriendo, choqué con un mayordomo que llevaba la platería para el almuerzo.
-Mil disculpas… fue mi culpa… lo siento- Dije mientras me levantaba y hacia una pequeña reverencia pidiendo perdón.
-No se preocupe, su alteza. La culpa también fue mia por no ver a donde iba.- Dijo el chico con el que choque
-¿Cómo te llamas? No te había visto por aquí.- Le dije mientras lo ayudaba a levantarse.
-Soy Kentin, un gusto señorita- Me dijo mientras se arrodillaba y besaba mi mano
-Dime Angeles. Un placer. Me tengo que ir. Nos vemos!- Dije mientras hacia una última reverencia y corría al carruaje que nos llevaría al Castillo del norte.
Cuando llegué al carruaje, mi madre me regañó mucho por lo que había dicho antes y por llegar tarde. Solo me disculpé. Le pregunté si podía traer a una Maid conmigo.
-Hija… ya hay muchas Maids en el otro castillo.- Dijo ella con el ceño fruncido.
-Pero madre… Yo quiero llevarme a una… por favor..- Dije rogándole.
Después de pensarlo, ella accedió. Corrí al jardín para ver si Sofia estaba aun ahí.
-Sofia! ¿Quieres venir conmigo al reino del norte? Sé que suena un tanto loco, pero quiero que por una vez hagamos algo juntas!- Dije entusiasmada
-N-No lo se… hay mucho que hacer en el castillo… tenfría que preguntarle a mi superior..- Dijo ella un tanto nerviosa
-Que estamos esperando! Ven conmigo!- Dije mientras la guiaba con su superior.
Llegamos a la sala. Ahí todas las sirvientas se juntaban. Casualmente su superior, se llama Sofia, pero todos le decíamos Shopi.
-Shopi! Sofia viene conmigo al norte!.- Le grité
-No podrá. Tiene muchas tareas que hacer!- Me contestó ella
-Yo soy la princesa. Yo digo quien viene conmigo y quién no. Ahora… TU! Harás sus tareas.- Dije mientras me iba con ella.
Íbamos de camino a la carroza cuando se nos cruza Lysandro. Él nos detuvo y preguntó:
-¿A donde van ustedes?-
-Viene conmigo al norte! Ahora déjanos pasar que tenemos prisa!- Le dije mientras lo hacía a un lado.
Llegamos a la carroza. Todos los mayordomos nos miraban raro mientras entrabamos.
-Hija… ¿segura que es a ella a la que quieres llevar?- Dijo mi madre algo preocupada.
-Si, madre. Le tengo mucha confiaza a ella y a nadie más.- Le dije
-M-Muchas gracias por permitirme viajar con ustedes, mi real majestad- Dijo ella mientras daba una reverencia.
-Es bastante educada. Me gusta. No hay de que señorita… ¿Cuál es tu nombre?- Pregunto mi madre
-Mi nombre es Sofia.- Dijo y se sentó.
-El viaje fue muy largo. Pasabamos a muchas Aldeas vecinas a descansar de nuestro viaje. Cuando estábamos a punto de llegar, surgió un problema y tuvimos que ir a caballo.
