Disclaimer: HQ! y sus personajes pertenecen a Furudate-sensei.
NA: Sólo tenía ganas de escribir de ellos, sólo eso.
Advertencias: Lime [relaciones sexuales no-muy-explícitas]. Si se comen mucho la cabeza pensar en la diferencia de edad. Una polyrelación.
—Him—
No es que le importe pero de cierta manera le sabe mal hacer comparaciones, aun así no puede evitarlo y se come la cabeza un poco por ello. Con el tiempo se encontró atrapado en medio de algo que no podía detener y como para Kei siempre fue mucho problema acabó dejándolo ser. Al principio nunca creyó que los entrenamientos en el tercer gimnasio pudieran dar comienzo a una historia tan descabellada como esa, tan enredada.
Cuando le besan y acarician son muy diferentes. Cuando lo hacen al mismo tiempo turnándose a quién le toca qué la diferencia salta más a la vista, y él sin poder evitarlo se vuelve loco.
Bokuto es rudo e hiperactivo, pidiendo toda su atención cuando están juntos. La mayoría del tiempo sus labios tienen el gusto dulce de las bebidas energéticas que consume y el regusto salado del sudor, lo acaricia sin pudor así estén en el gimnasio a vista de todos o en un rincón completamente solos, se restriega contra él y sonríe al notar cuántos gemidos le puede sacar. Kuroo, en cambio, es silencioso como un gato y posesivo. Un solo beso suyo es capaz de hacer que sus piernas se sientan débiles y las rodillas le fallen, sus caricias llenas de una lujuria que no conocía sobre la ropa (para molestarlo) lo acaloran, su voz grave en su oído le saca de quicio y sus dientes que marcan tanto su pecho como el cuello lo encienden.
Bokuto es más intenso. Kuroo, apasionado.
A veces discuten sobre quién debía quedárselo realmente ("Ni que fuera un objeto", piensa él) porque compartir la mayoría de las veces se hace pesado y tedioso, odioso. Es un subir y bajar que incluso a él le agota. Cuando esas cosas pasan y se encuentra en medio de sus discusiones estúpidas se enfada, dejándolos hablando solos. Luego, como siempre, se entera de que no se decidieron porque al fin y al cabo:
—Tsukki es de los dos.
De esa forma cuando Kuroo se colaba entre sus piernas, por el frente, besándolo como si estuviera sediento mientras que Bokuto, a su espalda, lo masturbaba con una mano, masajeaba su tetilla izquierda con la otra y le besaba el cuello. Cuando sus gemidos se consumían en la boca ajena y no sabía si jadeaba el nombre de uno o del otro, o realmente los necesitaba a ambos, sintiendo las embestidas que se le confundían. Mientras se aferraba a los hombros del gato y el brazo del búho, pensaba que toda su inteligencia se había ido por el caño porque ambos lo cazaron desde el primer momento en que se vieron y no planeaban dejarlo ir.
