Capitulo uno.

-Caja-


Son alrededor de las 11:40 de la noche. Afuera hace bastante frío, pero claro yo no le tomo importancia, mi hogar es muy cálido y nada mejor que leer en noches como esta, en la comodidad de mi sofá. Escucho el sonido de golpeteo en mi puerta interrumpiendo mi lectura, ¿Quién toca a estas horas y en estas condiciones?, sin más opción me levanto a abrir la puerta.

Cuando abro la puerta un viento helado choca contra mi rostro, una de las muchas cosas que amo de Rusia. No veo a nadie, miro a la izquierda después a la derecha y nada, la calle se encuentra a oscuras entonces bajo la mirada topándome con una gran caja.

¿Eh?

¿Qué hace una caja ahí? y más importante, ¿por qué en mi casa?

Demasiadas preguntas y ninguna me conduce a una respuesta. Con algo de temor me atrevo a dar un ligero golpe con mi mano para ver si esta emite sonido alguno, nada. Me acerco lo suficiente y olfateo un poco por si huelo algo sospechoso, nada tampoco. Vuelvo a mirar a ambas direcciones y opto por meter la caja a mi hogar, cuando estoy a punto de cargarla me sorprendo por lo pesada que es, mejor la arrastro.

Cierro la puerta tras de mí, es hora de abrirla. Está bien sellada ya que tiene bastante cinta, así que voy por un cuchillo a la cocina y me dispongo a abrirla.

Jamás pensé que me toparía algo así en la vida, nunca me imaginé que en mis 28 años de vida me pasaría algo así, suponía que esto solo sucedía en las películas.

Dentro de la caja hay un chico desnudo de piel algo blanquecina, cabellos negros y ligeras heridas en su cuerpo, sobretodo en sus pies. Amarrado de las muñecas y tobillos, con cinta en su boca, juraría que esta desmayado y en una posición que desde mi punto de vista es bastante incómoda.

Con todo el valor que logro juntar, lo muevo un poco para ver si el chico reacciona. Abre sus ojos grandes y llenos de temor. Antes de poder hacer o decir algo comienza a moverse tratando de alejarse de mí.

Confundido y con dificultad, él logra salir de la caja apegándose a una pared cercana, me mira con terror, con sus pupilas contraídas, temblando ligeramente.

—No te haré daño —me aventuro a hablar—Tú… ¿Me entiendes?

Él asiente frenéticamente pero aun alejado.

— ¿Me permites quitarte la cinta de tu boca? —pregunto.

Baja la mirada sopesando sus opciones, lanza otra mirada hacia mí asiente inseguro.

Me acerco a él lentamente, y dirijo mis manos a su rostro, él cierra sus ojos con fuerza. Comienzo a quitarla cuidadosamente.

Cuando lo libero de esta habla.

— ¿U-Usted es ayudante de ese hombre? —pregunta bajando la mirada.

Sus temblores se hacen más intensos.

— ¿Eh? ¿Cuál hombre?

—S-Si, usted debe serlo —afirma.

—Te confundes, yo no soy "ayudante" del hombre que hablas —aseguro señalándolo completamente—No sé de qué hombre hablas.

—D-Deshazte de mí entonces —habla en un susurro—Mátame o abandóname en algún lugar.

— ¿Estás loco? —regaño—Claro que no haré eso.

—Hazlo...

—No entiendo cómo es que llegaste aquí —paso mi mano por mi cabello—Pero tienes que volver a tu hogar, dime ¿tienes familia?

—N-No —murmura—Nací en aquel lugar oscuro —sus ojos se llenan de lágrimas.

—No tienes a donde ir... —lo observo detenidamente. Es muy delgado y sus heridas son profundas, pero al ver sus ojos noto algo que me hace temblar—Permíteme quitarte esas ataduras —sus ojos se vuelven a posar sobre los míos, son cafés y tienen un extraño brillo.

Por alguna extraña razón quiero mantenerlo ahí, protegerlo de todo mal, de que no le hicieran daño, que se quedara a mi lado y apenas lo conozco hace menos de media hora.

Le quito las ataduras de sus muñecas y tobillos dejando una gran marca roja tras de ellas.

—I-Insisto en que deberías deshacerte de mí —dice agachando su cabeza.

—Dime tu nombre —ignoro completamente su comentario.

—Y-Yuuri, así me llamaban ellos.

—Mi nombre es Viktor —me presento —Déjame cuidar de ti— bien lo dije. Mi mirada se encuentra con la suya y las lágrimas no se hacen esperar en él.

—Usted estará en peligro —dice llorando

Creo que lo sé, a pesar de eso no pretendo dejarlo solo.


Él no tiene a donde ir, no tiene familia. No hay más opción que cuidarlo en mi casa no tengo problema con ello, gano bien, lo suficiente para poder cuidarlo. Y aunque apenas lo acabo de conocer, el verlo ahí tan vulnerable, tan confundido y con miedo, me dan tantas ganas de protegerlo, y de algún modo al verlo a la cara siento que puedo hacerlo.

A pesar de lo que muchos dirían:

"¡Oye es una locura!"

"Lo acabas de conocer"

"¿Y si es peligroso?"

Me rio de aquello, seguramente de no ser yo dirían lo mismo, probablemente de ser alguien… Harían lo que yo.

Son las tres de la madrugada y él está mucho más tranquilo, lo sé porque empieza a recorrer con la vista el lugar, sin embargo no se atreve a moverse de donde está, supongo que aún tiene miedo.

—Vamos a dormir —sugiero mientras me aproximo a él y de nuevo el temor se presenta. Le toco el hombro suavemente, sin embargo él reacciona agresivamente apartando mi mano.

— ¡No me toque! —grita él poniendo sus manos en la cabeza.

Debo pensar bien en mis palabras.

—Yuuri tranquilo —trato de calmarlo, pero es en vano.

— ¡No! —Sus lágrimas comienzan a salir—¡Tú abusaras de mí!

— ¿Qué?, estas equivocado, no pienso hacer tal cosa —me defiendo.

—No, no, no... —murmura y aun tocando su cabeza, sus piernas están tan débiles que no puede ponerse de pie y cae.

—Yuuri...—paso mi mano por mi cabello, ya es tarde y estoy cansado por las emociones de hoy, tomo a Yuuri entre mis brazos y subo las escaleras hasta llegar a la habitación que afortunadamente deje abierta.

Yuuri patalea y grita, quizá pude hacerlo de otra forma y no tener que llegar a este extremo, pero si no lo hacía igual no tendría resultado positivo.

Lo dejo con cuidado en la cama y me retiro de ahí cerrando la puerta. Voy a mi habitación en busca de alguna ropa vieja de cuando era joven. Al entrar al cuarto encuentro a Yuuri sentado en la cama con la cabeza entre las piernas, mientras solloza por lo bajo.

—Usaras esta ropa, espero que te quede —digo sentándome a la orilla de la cama—Sabes, no busco lastimarte porque aunque no me creas me encuentro en la misma situación que tú —alza su vista llorosa un tanto extrañada—Bueno quizá no "en la misma situación", me refiero a que estoy completamente confundido.

—M-Me harás lo mismo que esas personas... —habla aun cubriendo su rostro.

—Yuuri… No sé qué te hayan hecho aquellas personas, pero te aseguro que yo no lo haré —digo con sinceridad—Quiero cuidar de ti, si sales seguramente volverás con aquellas personas que te, dañaran y yo no quiero eso.

Él me mira ahora con sorpresa.

—Te prepararé la ducha —me levanto y me dirijo al baño de la misma habitación.

Enciendo el grifo de agua caliente y la tina comienza a llenarse. Abro el grifo de agua fría para templarla un poco después la cierro y voy a donde esta él—Te voy a cargar a la ducha.

Esa no es una pregunta, es una afirmación.

Me acerco a él y lo tomo entre mis brazos, Yuuri se tensa cuando lo cargo, pero no me importa, lo que es importante ahora es limpiarle esas heridas. Lo llevo hasta la tina y lo coloco con cuidado.

Suelta un ligero grito en el momento que el agua toca su cuerpo y era de esperarse, algunas de sus heridas aún se hayan ligeramente abiertas. Cuando está completamente dentro de la tina se calma un poco.

— ¿Puedes bañarte?—pregunto. Él niega.

Tomo el shampoo que se encuentra ahí y pongo un poco en mis manos, las aproximo a su cabeza y comienzo a lavar su cabello.

Él solo guarda silencio mientras lo hago.

—Ahora lavare tu cuerpo, si hay un lugar que no quieres que toque dime —él asiente.

Tomo el jabón entre mis manos y lo froto un poco hasta hacer algo de espuma, era como si estuviera bañando un bebé, aunque jamás lo he hecho en realidad. Empiezo por lavar parte de su cuello hasta sus hombros, se tensa un poco, más no dice nada.

Sigo lavando hasta llegar a sus brazos, luego sus muñecas donde suelta un quejido lastimero, pues el jabón hizo que ardieran sus heridas, pero sigue sin decir algo para que me detenga.

Prosigo con su espalda donde tiene pequeñas cortadas, enseguida voy a sus piernas y tobillos.

—Yuuri, lava tus partes íntimas—él me mira—No pienso lavar esas "zonas", se bien que no deseas que yo lo haga.

Pongo el jabón en sus manos, le indico que frote un poco para crear espuma.

—Ahora lava "ahí" —apunto a su parte baja, él asiente y así lo hace.

Mientras lo hace, yo miro a otro lado.

Jala de mi camisa indicándome que término. Agarro la toalla que se encuentra a un lado, lo levanto con cuidado de la tina y lo envuelvo en una toalla, de nuevo lo tomo en mis brazos, me dirijo a la cama.

Lo seco y le ayudo a ponerse la ropa, ahora se ve mejor.

—Voy por unas vendas —salgo de la habitación en busca de las vendas, algo de algodón y alcohol.

Al volver él está esperándome, con sus manos en las rodillas y su mirada fija en mí.

—Con esto curare tus heridas, te arderá un poco pero veras que todo estará bien.

Al colocar el algodón suelta un quejido, me disculpo, después pongo vendas pequeñas en las heridas más graves, que rodean sus muñecas y tobillos.

—No entiendo... —dice en voz baja—No entiendo porque cuidas de mí.

—Ni yo mismo lo sé —respondo—Ahora duerme.

Lo cubro con la sábana y paso mi mano por su cabello.

—G-Gracias... —susurra para después cerrar sus ojos y quedarse dormido.

Una involuntaria sonrisa cubre mi rostro. No hay nada que agradecer.

Me retiro a mi habitación. Mi ropa se mojó cuando le di el baño a Yuuri, así que busco otra, me visto con ella y me acuesto, pero por más cansado que este no puedo dormir.

Si ahora pienso en cada acontecimiento de mi vida seguramente este sería el más impactante. Mi vida ha sido completamente normal, soy un hombre común y corriente.

Soltero, no soy muy bueno manteniendo relaciones, por el hecho de "ser aburrido", no es mi culpa que solo se guíen por el físico y no se tomen la molestia de conocerme antes.

También tengo un trabajo de abogado donde se me conoce mucho por los casos que he logrado solucionar. Si soy un buen abog… Golpeo mi frente.

Puedo hablar con Otabek y él se encargara de investigar el caso de Yuuri. ¡¿Por qué no se me había ocurrido?!

Miro el techo de la habitación, si, realmente soy un completo distraído. Tengo una prueba, un testimonio, puedo comenzar.

"Usted estará en peligro".

Si, lo estoy, lo sé bien, pero tengo que llegar al fondo de esto y encontrar al culpable de ello.

Por él.

Por Yuuri.


Bien este es el primer capítulo, tenía que hacerlo después de todo una idea es una idea y no debo permitir que se me vaya ;v. Fui apoyada después de todo y eso me motivo más, disculpen los errores de ortografía, no los notó. Espero que el cap sea de su agrado, no asegurare día que actualice pues XD siempre me pasa algo inesperado.

¡Ojo!, Yuuri estuvo desnudo por bastante tiempo; v y Viktor ni se inmuta ;'v.

-Los personajes de esta historia no son de mi propiedad, pertenecen a la serie de Yuri! On Ice.

-Cualquier parecido con otra historia es mera coincidencia.