Hola, mi nombre es Alexi, tengo 17 años, soy una persona agradable y muy simpática en quien puedes confiar. O eso creen los demás.
Era un día normal como todos, pero hubo algo o mejor dicho, alguien que hizo que mi rutina aburrida cambiara. Estaba en clase de matemáticas cuando un chico apareció por la puerta de clase. Era alto, pelo oscuro y ojos oscuros, aparentemente guapo. Tenía una mirada seria, despreocupada, no sonreía, solo observaba la clase, y a nosotros.
El profesor dejó de explicar lo que estuviese dando, tampoco le estaba prestando demasiada atención. Pasó a presentar al chico que estaba de pie junto a la pizarra.
-Bien chicos, este es Joe, es un nuevo alumno y estará con nosotros todo el curso.-
-Hola.- dijo en tono molesto
-Joe puedes sentarte en esa mesa vacía.-
Estaba señalando la mesa que estaba al lado mio, genial, iba a tener a una persona a mi lado. Ese asiento llevaba demasiado tiempo vacío y creo que debería seguir así. Joe se acercó al pupitre y dejó sus cosas cosas encima de la mesa. Me miró fijamente, como si me estuviera examinando y por la cara que puso parece que no superé su "examen".
Las clases se hicieron extremadamente largas y Joe no hacía otra cosa mas que dormir. No me molestaba, sería peor que no parara de hablarme. Cuando sonó la campana de salida todos salieron corriendo, pero yo me tomé mi tiempo, como siempre y al parecer Joe hizo lo mismo. Quería esperar a que él se fuera, pero tardaba mucho. El notó que estaba esperando a que se fuera.
-¿Estás esperando a que me vaya para irte tu?- me pregunto en un tono borde.
-La verdad es que sí.- le contesté- me gusta salir cuando no hay nadie.-
-Que lástima, porque yo soy igual, preciosa.-
-No me llames preciosa.-
-¿Por qué? ¿Tanto te molesta?- dijo sonriendo
-Si, no puedes llamar a alguien preciosa sin ni siquiera haberlo conocido.- dije con un tono molesto.
Antes de que pudiera contestarme, cogí mis cosas y me fui. Al salir del centro vi que Joe estaba asomado por la ventana, seguía en clase, me estaba mirando, odio que la gente se me quede mirando.
Cuando llegué a mi casa guardé todo lo de clase, me cambié de ropa y y cogí mi bolsa negra. Esperé a que se hiciera de noche para salir de casa. Cuando salí me dirigí calle abajo hacia la fábrica abandonada, bueno, no tan abandonada.
Entré y como siempre estaba Sam esperándome con un nuevo trabajo.
-Aquí tienes, esta vez es un asesinato en la calle de al lado, hemos hecho todo lo posible para que la policía no descubriera nada y al parecer lo hemos conseguido.-
-¿Qué tiene de especial ese caso?- pregunté.
-Vampiros.- dijo Sam.
-Oh vaya, los odio, espero que este caso no me lleve mucho.-
-No creo que te lleve demasiado tiempo, acuérdate de quien eres, de quienes somos.-
Antes de salir, cogí el papel donde contenía la dirección. Caminé hasta llegar al lugar, como bien dijo Sam, estaba aquí al lado. Cuando entré en la casa no podía creerme lo que estaba viendo, tenía que ser un sueño o más bien una pesadilla. ¿Qué hacía Joe junto al cuerpo?
