"Señores, la situación se nos está yendo de las manos"comenzó Emily Piggot mirando a los miembros locales del Protectorado, los Wards y cada agente del P.R.T. en la sala, los cuales asintieron antes de que les informase sobre la última supervillana cuyo nombre y acciones habían llegado a oídos de la prensa"Desde que la autodenominada Mascara ha aparecido hemos quedado en ridículo ante al resto del país"
La pantalla frente a la mesa de reuniones mostró a una chica calva vestida con un traje color plátano. Su cara estaba tapada por una mascara de calavera verde, aunque los superhéroes que ya se habían encontrado con ella no sabían si era de verdad una careta o su verdadera cara debido a que era muy expresiva.
"Desde que llego no ha hecho nada más que hacernos parecer incompetentes"gruño, mostrando claramente lo frustrada que estaba"Ha robado todos los bancos de la ciudad en un día mientras nos hacia correr tanto a la policía como a nosotros en círculos, humillo a los lideres de las principales bandas callejeras tanto que se metieron voluntariamente en sus celdas y, excepto por las identidades de nuestros agentes y de los parahumanos que trabajan con nosotros, ha descargado casi todos nuestros archivos en internet"
Mientras que esos crímenes ciertamente la mostraban como una amenaza, la realidad era que no había matado a nadie todavía. Mascara parecía haberse dado la misión de hacer las vidas de los sindicatos criminales y bandas callejeras, junto a las de una gran cantidad de criminales menores, lo más difíciles y humillantes posibles. Cada miembro del Empire 88 y los Azn Bad Boys, desde Kaiser y Lung hasta los esbirros encargados de cambiar el papel higiénico de sus respectivas bases, habían sido enviados al hospital totalmente agotados tras bailar sincronizadamente durante varios días ante una comisaria. Sus robos habían sido hechos casualmente el mismo día que los Undersiders habían intentado atracar un banco y acabo devolviendo todo el dinero con globos de aire caliente atados a las bolsas de billetes dos días después, así que no había ningún daño duradero. Su razonamiento había sido que, tal y como ponía en una nota que había adjuntado a cada bolsa:
¡Si no hay dinero nadie puede robarlo, así que me lo voy a llevar primero!
Aun así, el quid de la cuestión era que había expuesto secretos del P.R.T. y cometido robo a plena luz del día.
Pero lo peor era el descenso del nivel de confianza que el público tenia hacia ellos, debido tanto a la fuga de documentos clasificados como a su fracaso absoluto a la hora de detenerla, y eso era algo que molestaba a Piggot mas que nada ya que no podía controlarla.
"Ya sabemos todo eso, Emily"dijo Armsmaster con resignación mirando su traje aún cubierto con personajes de My Little Pony a pesar de sus intentos de lavarlos. Incluso cuando había creado un disfraz nuevo los malditos dibujos se habían copiado en el mismo"Solo tienes que decirnos que tienes un plan para esto"
"Por favor, ten un plan"dijo Aegis moviéndose incómodamente en su asiento"Me estoy quedando sin ropa"
Esa afirmación anteriormente habría provocado protestas por parte de los asistentes de alto nivel, pero todos sabían que la cantidad de humillación que estaba sufriendo era legendaria. Aparentemente el hecho de que su nombre era el mismo que el de un escudo mítico atraía a la Mascara, ya que continuamente lo dejaba desnudo públicamente excepto por su casco solo para mostrar que no estaba tan bien defendido.
"En realidad, las bandas se han puesto en contacto con nosotros. Hemos acordado una tregua hasta que sea capturada, por lo que podemos centrarnos solo en ella. Se que no es ni siquiera el doce por ciento de un plan, pero nos las apañaremos"
Fue en ese momento cuando Clockblocker decidió exponer algo que llevaba un tiempo molestándolo"Perdón, directora, pero, ¿cuantos bancos hay en la ciudad?"
"Veinte, ¿por que?"
"Acabo de acordarme de las horas de los robos y no puedo dejar de preguntarme como pudo atracar los bancos por parejas, ya que solo hay diez horas de robo, y, por tanto, o estaba en dos lugares a la vez o, bueno,..."
La sala quedo en silencio mientras todo el mundo se miraba muy incomodo ante las posibles implicaciones que el adolescente estaba dejando caer.
"¡D...Directora! ¡La imagen!"grito uno de los soldados. Piggot la miro y su mandíbula cayo al ver que, donde antes había una sola Mascara, ahora había dos soplando besos a la cámara. Antes de que pudiese pronunciar una palabra un brazo cayo alrededor de su hombro. En ambos lados.
"¡Mira esto!"
"¡¿Todos aquí reunidos, solo para nosotras?!"
"¡Habéis llegado a nuestros corazones!"
"¡Realmente sois..."
"...los mejores!"
Hablando del Diablo, pensaron horrorizados.
"¡¿A que vienen esas caras tan largas?!"
"¡Parece que habéis salido de un funeral!"
"¡Vamos a animar un poco las cosas!"
"Oh, mierda..."susurro Piggot al ver su peor pesadilla hecha realidad.
Unos minutos antes...
"¿Preparada para lidiar con tus frustraciones, SS?"pregunto Taylor Hebert.
"Por supuesto, Tay"respondió Sophia Hess cogiendo su mascara"No puedo creer lo divertido que es esto"
"Mejor que romper los huesos de la gente, ¿o no?"
"La verdad es que si"afirmo antes de besarla en la boca, como tenían la costumbre de hacer antes de provocar un alboroto.
Llevaban utilizando esa terapia desde hacia aproximadamente dos años, cuando había descubierto a Taylor poniéndose la mascara y humillando a Emma en secreto después de que esta se hubiese pasado toda la semana burlándose de ella por todavía echar de menos a su madre un año después de su muerte. La había visitado en su casa al día siguiente y fue en ese momento cuando le propuso que cada una probaría el método de la otra para ver cuál disfrutaba más. Ella entonces le había prestado la careta y se sorprendió al verse disfrutando con todo, a pesar de olvidar lo que hacia al ponérsela inicialmente.
La mascara había pertenecido a la madre de Taylor, quién, cuando su hija la había cuestionado al respecto tras descubrirla en el sótano un mes antes de su fallecimiento, afirmaba que su bisabuelo, el tatarabuelo de Taylor, la había encontrado en Noruega. En un giro irónico, tal y como ambas habían descubierto, la mascara no ocultaba tu identidad sino que forzaba a la persona a comportarse como realmente eran, que, en su caso, era dos niñas muy frustradas por diversas cuestiones que, en el fondo, solo deseaban disfrutar y divertirse.
Tras la prueba, Taylor alegremente se puso la mascara y, decidiendo que quería una compañera de juegos, creo otra para ella.
Un efecto secundario del uso de las mascaras era que ampliaba sus sentimientos y deseos a la vez que reducía sus inhibiciones, por lo que, cuando se hicieron lo bastante mayores, acabaron orbitando la una a la otra, aunque no era como si se quejasen del resultado final.
Estas últimas semanas eran la primera vez que se mostraban en público y estaban disfrutando mucho haciendo un trabajo mejor que quienes supuestamente deberían hacerlo, a quienes pensaban hacer una visita en este momento.
