El amor no es para siempre

Capitulo 1 El principio de la historia

Hace 10 años que comenzó esta historia. Justo cuando Miranda estaba en la secundaria (High School). Ella paso sin pena ni gloria los primeros 2 años, pero sin duda el año que marco toda su vida fue 3°. Ese año conoció a sus mejores amigas y por supuesto al amor de su vida (o eso creyó ella). Pero para pasar a lo siguiente hablemos de cómo era Miranda en esos días. Ella era sin duda muy bonita, tal vez de las más bonitas de la escuela, tambien era de las más populares (gracias al grupo de amigas que acababa de formar).

Pero nunca había conocido el amor, aunque sin duda había salido con por lo menos 5 chicos en unos 7 meses, algo que no se veía muy bien; aunque solo salía con ellos para no quedarse atrás con sus amigas).

Casi al terminar el año escolar (faltando 2 meses para ser exactos) una de sus amigas, Carolina, le dijo que Paulo, uno de los chicos más cotizados de su barrio quería conocerla, lo que a Miranda no le sorprendió tanto pero si le subió el autoestima hasta el cielo. Planearon el modo menos obvio de poder toparse con Paulo y lo lograron tan solo 2 días después.

Miranda estaba con sus inseparables amigas a la salida de la escuela cuando Paulo iba llegando con sus amigos como todos los días, para ver con quien ligaban. Paulo paso al lado de Miranda y le sonrió a lo que ella respondio con una leve sonrisa y se acomodo el pelo detrás de su oreja. Después de unos 10 minutos, Miranda y sus amigas se marchaban cuando una voz hizo que su corazón latiera a mil por hora.

-¡Miranda!- dijo Paulo fuerte y decidido.

Ella volteo y se mordió un labio.

-Soy Paulo, quería saber si puedo hablar contigo.

-Si claro, pero tendrás que hacerlo mientras me acompañas a mi casa o mi mamá me mata si llego más tarde.

-Bueno- contesto Paulo, no muy contento por darse cuenta que ella todavía era niña de casa puesto que él le llevaba por lo menos cuatro años.

-¿Y bien?- dijo Miranda alzando las cejas, al mismo tiempo que levantaba su lacio cabello rubio oscuro para dejar al descubierto unos ojos verdes de tipo felino (siempre le decían que tenia ojos de gato).

-Pues que quería acercarme a ti porque quiero conocerte más- dijo Paulo que se sentía tan raro que una niña lo pusiera tan nervioso (el era el maestro del cortejeo), pero cuando veía su cuerpo se le olvidaba que Miranda tenía tan solo 14 años y que ya no era una niña, sin duda era ya una cancha reglamentaria (como se dice vulgarmente en México)

-Bueno soy Miranda Luna, tengo 14 años y tu ¿no se supone que tienes novia?- dijo inquisitoriamente.

-Si así es, pero ya estamos a punto de terminar y mi nombre es Paulo Cobos y tengo 18.

-No se te hace que eres demasiado mayor para mi, o que es lo que buscas conmigo, yo no soy plato de segunda mesa- dijo Miranda, parándose en seco.

-¿Qué pasa por que te detienes?- pregunto Paulo asombrado por lo directa que era la niña.

-Ya llegamos a mi casa- dijo Miranda y les tomo la mano a Paulo quien sintió un leve escalofrío por todo su cuerpo, pero le giro el brazo y miro su reloj- Supongo que puedo quedarme aquí afuera un ratito más contigo.

-Pensé que creías que soy demasiado mmm... mayor para ti- contesto él inmediatamente.

Ella lo miró fijamente y el la retaba contestando la mirada. No se iba a permitir ser quien retirara la vista.

-Me gustas mucho- dijo al fin Paulo dedicándole la más tierna de sus miradas y se fue acercando a ella.

-Tu también me gustas- contesto Miranda también se acerco. De pronto sus labios ya no podián estar sin los otros, era como si fueran imanes, y se fundieron en un lindo, tierno y largo beso.

Se separaron después de unos cuantos minutos, se miraron y se sonrieron.

-¿Quieres ser mi novia?- preguntó Paulo casi seguro de la respuesta.

-No, todavía no puedo ser tu novia- respondio Miranda

-¿Por qué?-

-Porque primero tienes que terminar a tu novia- dijo Miranda, quien saco las llaves de su mochila y se disponia a abrir su puerta cuando una voz a su espalda la interrumpió.

-Bueno hoy mismo lo hago, pero mientras dame aunque sea tu telefono.

-Esta bien, pero no me llames después de las 10¿tienes donde apuntar?

-No, pero cuando algo me interesa tengo muy buena memoria.

-Ok, 53-29-26-00

-Gracias- se acerco y le dio un beso de pollito y se fue.

Miranda cerro los ojos, no lo podía creer, abrió la puerta y entro a su casa con una sonrisa de oreja a oreja.