Hola estoy de regreso, con la continuación de "Segunda oportunidad".

Espero les guste, espero sus comentarios y si ustedes no han leído la primera parte aquí la tienen:

s/9932177/1/SEGUNDA-OPORTUNIDAD

Y dicho y hecho… Comencemos.

ULTIMA OPORTUNIDAD

CAPITULO 1

Tranquilidad, eso es lo que transmite su aura descansada, la paz que transmite su rostro, la paz que transmite su persona, soñando en tiempos pasados tener una vida normal, una vida donde alguien podría amarlo, y al final lo pudo lograr, por el solo hecho de dejarse rendir… Vaya ironía.

Severus Snape, se encuentra en su habitación completamente dormido, completamente descansado y con su brazo rodeando el vientre de su mujer con ocho meses de embarazo, donde cargaba a un pequeño el, o ella, no quería saber el sexo, siendo magos no habría problema sobre comprar todo cuando llegara, querían que fuera inesperado… Como su relación.

Sintiendo el alba acariciándole el rostro, Severus abrió lentamente los ojos, y se estiro con cansancio, a pesar de dormir ya sin pesadillas, sin sueños turbios, ni culpas, todo borrado, todo eliminado, todo atrás.

Se estiro con cuidado tratando de no despertar a su castaña, y sentir como ella se gira sobre si misma para quedar frente a él, excusa perfecta para aspirar su aroma de mujer que fluye de ella, la delicadez de cada parte de su cara, de cada fracción de su perfecto cuerpo.

No sabe cuanto tiempo es el que pasa mirándola, alternando entre su cara, y su vientre, y finalmente posando una mano sobre esas mejillas sonrosadas que lo lograron cautivar.

Hermione se despertó y pensó que no hay mejor forma de despertar que él verlo, que el apreciar como sin esperar cambio su vida, empezando como un juego tonto de cartas como niños pequeños y que se convirtió en la necesidad de ambos.

-. Buenos días -. Le sonrío Hermione.

-. Buenos días -. Le respondió Severus, mientras se acercó a ella y lentamente la besa en la frente y después en los labios.

-. ¿Dormiste bien? -. Pregunto inquieta Hermione.

Desde que dormían juntos había veces que Severus se despertaba completamente asustado por imágenes de la guerra, y que en ellas salía Hermione involucrada, ella al contrario lejos de no tener pesadillas frecuentes, sentía miedo por él, había sufrido tanto y no merecía algo así, lentamente y con muchas platicas y constantes muestras de que ella seguiría siempre a su lado, las pesadillas lentamente iban cediendo, haciéndolas desaparecer por completo, pero como buena esposa siempre se preocupaba por él.

-. Dormí bien -. Severus le sonrió. -. ¿Y ustedes? -. Severus bajo la mirada a su vientre y la miro interrogante.

-. Si, dormimos bien -. Pese a que Severus se notaba contento con la noticia de que pronto nacería su bebe, por medio de esos ojos que Hermione aprendió con el paso del tiempo a leer perfectamente, podía ver su miedo, su angustia su desesperación por querer alcanzar las expectativas que le esperaba esa nueva vida juntos, juntos con su nuevo bebé.

Severus se incorporó, y sonriéndole nuevamente, se levantó, se puso su sabana alrededor de la cintura y le ofreció su brazo a su esposa, con la invitación del baño matutino, un baño que ella obviamente no iba a rechazar.

Había perdido la cuenta del número de veces que habían tomado el baño matutino, pero disfrutaba cada momento, y cada ocasión era diferente, era único y muy apasionado.

Recordó inconscientemente, cuando sus padres después de que el mismo Severus les ayudara a recuperar su memoria, no aceptaron el hecho de estar casada, de estar casada con Severus y sobre sobre todo estar embarazada, ella se defendió y defendió toda esa decisión que decidió tomar, pero cuando Severus fue hasta la casa de sus padres, y les explico y defendió el honor de toda la familia Snape, los padres decidieron que ella era mayor, ella tomaba sus decisiones, a duras penas aceptaron esa relación.

Pero no solo le gusto el hecho de que Severus se hiciera presente en esa relación, sino lo que paso cuando la encontró tomando un baño, completamente desnuda, llorando bajo la regadera; Severus se desnudó también, y camino hacia ella y la abrazo.

Ella estaba llorando.

Las lágrimas resbalaban por su rostro y le salpicaban los senos desnudos, gotas diminutas que conseguían perderse con el agua que caía de la regadera, pero cuando Severus la abrazo, e hizo que lo mirara, vio en su mirada que todo estaba arreglado, así que Hermione olvido eso y se concentro en admirar el cuerpo de su marido, y su cuerpo hablaba tanto de excitación como de vergüenza por estar llorando frente a él.

Y ahora regresando de ese flash back que hizo Hermione, vio a Severus que le pedía su mano para ayudarla a entrar en la regadera y olvidando ese suceso, tomo su mano y entro con él.

De repente, Severus la pegó a él y tiro de su pelo, le echó la cabeza hacia atrás para obligarle a mirarle a los ojos y ver su dominación así como su devoción hacia su esposa.

Su figura era imponente, exigente, y no le ayudó en lo más mínimo a reunir los añicos destrozados de su equilibrio al perderse en su imponente mirada.

Respiraba de forma entrecortada, emitiendo pequeños gemidos que esforzaba por sofocar.

Clavando la mirada en un punto por encima de su cabeza, se mordió el labio y trato de calmar y procesar las sensaciones y emociones tan acostumbradas pero esperadas que estaba experimentando.

Excitación.

La voz de Severus, tan próxima que su aliento le besó la cara, le sobresaltó.

-. ¿Tienes idea de cómo me enloqueces por tu belleza? -.

Hizo ademán de asentir con la cabeza.

-. Lo sé -.

Siempre le encantaban todas las facetas de él.

Era liberador, aterrador, desafiante.

Su voz era encantadora.

-. Eres mí siempre -.

Asintío rápida y enérgicamente

-. Y tú, el mío -.

Se acercó mas a ella y al verlo aproximarse empezó a temblar, la anticipación era su peor debilidad.

Sus ojos desprendían un brillo categórico cuando la tomo en brazos e hizo que se sentara sobre el lavabo del baño.

Primero jugó con sus pechos, deslizando las manos por los contornos.

Sus caricias la calmaron y poco a poco se fue confiando.

Le pellizcó suavemente los pezones y observó cómo se ponían duros, eso a él le encantaba, veía los sensibles que en esa etapa se ponían.

Veía como su cuerpo se deleitaba con su atención.

Luego acercó la boca al pezón y procedió a lamerlo y succionarlo mientras ella cerraba los ojos y gozaba de la sensación.

Pero no solo los lamio, ya que inmediatamente después comenzó a morderlos suavemente, haciendo que gimiera suavemente.

Mientras ponía empeño a lamerlos y morderlos su otro seno libre lo dedico a amasar, y pellizcar de igual forma el que tenía libre.

Hermione cerraba los ojos ante tanto placer, y cuando los abrió, vio a su marido denudo frente a ella, y completamente excitado de igual forma.

Abrió los ojos de golpe y vio que estaba sonriéndole con petulancia.

Ya sabía cómo ella, podía llegar rápido al orgasmo, ya sabía cómo lograría excitarla sin necesidad de tocarla demasiado, solo tocándola lo suficiente.

La beso con hambre, mientras que con sus manos comenzaba a recorrer el interior de sus muslos, a lo que Hermione no podía evitar gemir ya que conocía tan familiar esa experiencia, era tan alucinante, que llegaba a empujarla a lo desconocido y sentía que volaba.

El sonido de su excitación era obvio, y se iba haciendo más obvio con cada nuevo toque al momento en que Severus llego a su sexo y comenzó a bombear lentamente mientras masajeaba su clítoris.

Muerta de vergüenza, tuvo que cerrar los ojos.

Puso más énfasis en acariciar el punto clave de su clítoris, recibiendo un trato tan intenso, y su cuerpo ya estaba acercándose a un orgasmo cuya violencia temía.

Cuando sin esperarlo alcanzo el orgasmo.

Tuvo un orgasmo feroz e intenso, un orgasmo que le hizo retorcerse en el lavabo que empezaba a lastimarla en la posición que se encontraba.

De su garganta salieron aullidos desconocidos para ella, y cuando se corrió, estremeciéndome contra la mano de Severus, la sujeto de la cadera para evitar que se balanceara.

Cuando, como salida de un trance, regreso a la tierra presa todavía de descargas eléctricas por la intensidad del orgasmo, Severus se acercó todo lo que pudo a ella.

Le penetró sin miramientos, volcando todo su peso en su clítoris todavía convulsionado e hinchado.

No pudo reprimir un grito.

Empezó a tomarla, sus embestidas un recordatorio de su propiedad.

La sensación era tan intensa que estaba sacudiéndose debajo de su cuerpo, lo tomo del cuello y Severus la cargo sosteniéndola de las piernas, y cargándola sobre su regazo, sin dejar de penetrarla.

Severus la penetro hasta el fondo y a continuación frenó en seco.

Hundió las manos en los cabellos y la besó apasionadamente.

Luego le mordió el labio con fuerza, que pensó que la haría sangrar, pero la sensación que sentía era muy intensa.

La sentó nuevamente sobre el lavabo, sin dejar de salir de ella y sus dedos retorcieron los sensibles pezones, mientras continuaba besándola y mordiendo su labio en consecuentes veces.

Sintió como el cuerpo le ardía.

Tenía el rostro bañado en sudor, por el enorme esfuerzo que estaba haciendo, y cuando reanudó las embestidas le susurró al oído:

-. Eres mí Siempre -. Regularmente le decía eso, haciéndole recordar que el reflejo de Lily había desaparecido y solo ella ocupaba su mente.

A través de la neblina de intenso placer comprendía exactamente lo que le decía.

Y se puso a temblar, consciente de que en los próximos minutos, horas, días o el tiempo que él quisiera, le demostraría ese amor tan intenso que se sentían desde su boda y ese amor que con nadie lo habían hecho antes.

Ocho meses habían transcurrido desde el enterarse de ese embarazo, en lo cual habían decidido vivir en la Hilandera, pese a que Severus, había mejorado e iluminado su antigua cueva como él la llamaba, aun hacían falta varios cambios, y en el transcurro de otro mes, esa casa quedo en un estado muy aprobatorio, comprando muebles y redecorando un poco, lograron hacer pasar esa horrible cueva, en un hogar bastante cómodo.